Capítulo 12

Caer otra vez

"Tropezar no es malo, encariñarse con la piedra sí"

RDA.

Juan Manuel Aguilar al final

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KLAUS

«Puta madre»

Me lo he repetido incontables veces en la noche por irme de lengua, joder, no debí aceptar la maldita botella, pero ¿Qué hacer? Vino de una mujer quien me guiñó el ojo a dos mesas de distancia y como la abrieron frente a mí, la acepté, más aún al ver la emoción de Samara pues al parece ser de los mejores tequilas, ¿el problema? Me ha pateado como jamás algo lo había hecho, suelo tomar vino, de los mejores, whiskey de malta, vodka, pero el tequila nunca pasó por mi boca, menos uno tan fuerte como este, la parte buena, aunque no tan buena, es el cómo me hago un extrovertido, en este caso, un idiota coqueto con Sánchez en la discoteca, le guiñé el ojo, me incliné hacia ella más de lo debido, además de recorrerla con la mirada de arriba abajo solo acordándome de cómo chocamos en la intimidad.

Ahora estamos bailando una canción horny totalmente, sus curvas tentadoras se pegan contra mi cuerpo excitado y mi mente olvida completamente la misión, no me reconozco, soy poco profesional al no estar al pendiente de las drogas, sino a la retaguardia de Krystel, Dios, si Maddox me viera me quedaría sin empleo por lo menos un mes, pero aquí no hay nadie quien me acuse, al menos eso creo. Paso mis manos por sus costados con un movimiento lento, ganándome un gemido casi inaudible entre lo bajo y la música, pero lo percibo, está tan incitada como yo mismo; no me puedo resistir a ella, ni ella a mí, joder, no podría estar más jodido en realidad... «¿En qué momento me dejé enganchar de una cría de los cojones como si fuera un majareta? Le llevo seis años a esta chavala» «¡Me cago en la leche!» pienso al sentir como una erección se alza ante su cercanía, pero debemos ponerle un alto, mi mente me lo dice.

¿Qué pasa en este momento? Me salto esos pensamientos y le tomo consejos a la pasión, fin.

. Te lleva al cielo o te jode en el infierno con la misma facilidad.

La puñetera cría sabe el alcance que tiene sobre mi cuerpo, o el de cualquiera y lo hace apropósito, lo sé, ella está sobria, yo no, por ello no puedo detenerme cuando se gira entre mis brazos para besarme en medio del gentío, su boca cálida se pega a la mía en una sincronía indetenible, inconsciente e impertinente como ella misma, no debemos, pero queremos y he ahí la diferencia, querer, poder y deber, tres palabas usadas de mala manera, porque es tan simple como esto: quiero estar con ella, puedo estar con ella si me da la gana, pero no debo hacerlo; es mi subordinada, podemos perder objetividad como ahora mismo y esto no se puede repetir en más misiones, dejaríamos ir a los delincuentes por andar morreándonos como dos adolescentes.

Pronto encuentro la forma de detenernos, pero apoyo mi frente en la suya, mientras ella susurra un "Comandante" en medio de un gemido provocativo, pero aun en medio de mi borrachera veo como una jovencita rubia, pasa una bolsita de a gramo a un lado de nosotros apoyada contra la barra de aquel lado, por ello se lo digo a Sánchez quien de inmediato parece volver en sí misma para darse la vuelta como si no quisiera verme de frente, pero sí estamos al pendiente, por ello debemos seguir con el baile en medio del gentío, sobre todo cuando cambia de urbano a electrónica con Animals de Martin Garrix obligándonos a saltar como todos en medio de un revoltijo de personas, luces y gritos de euforia.

Evito lugares así, pero al estar con ella me siento animado a hacer esto, tal vez porque desde la llegada de mi hija pues no me quedaba mucho tiempo para divertirme entre ella y el trabajo exigente, tal vez por eso me acostumbré a una vida tranquila en lugar de esta locura en las edades donde más se puede disfrutar: los 20s, pero no me arrepiento de mi hija, sacrificaría todo por ella, incluso mi propia vida. de pronto llaman el nombre de Sánchez a la tarima del karaoke y ella se desliza entre la gente hasta alcanzarla para empezar a cantar una canción indescriptible.

Al acabar esa luego de tres minutos, empieza otra "Hoy por fin he decidido terminar lo nuestro aquí, le hace daño a nuestras vidas, esta relación prohibida" empieza con una sonrisa traviesa "Y el corazón es que no puede parar de amar, por este dulce pecado que me lleva al infierno y a la dicha" sigue luego el coro

Se baja del escenario con sus ojos buscándome, pero un hombre con tatuajes la intercepta, alcanzo a verlo de lado y si la memoria y la mente medio nublada por el alcohol, es Juan Manuel Aguilar, hijo de un socio fuerte de Portillo, aquel jovencito de gastos desmedidos de quien se sospecha está metido en el embrollo, por ello me acerco rápidamente por ello alcanzo a escuchar cómo le dice "Te he estado esperando" maldigo en mis adentros, no tengo un arma, no podíamos arriesgarnos a ser pillados en la puerta donde te revisan todo, solo falta que los cabrones te hagan bajar la jodida ropa, guardias toca narices; por ende, ni un cortaúñas cargo, aunque al verla en acción, sé algo muy claro sin peros: esa mujer lo mataría hasta con la punta de un bolígrafo viejo.

Krystel Sánchez es una máquina asesina cuando de violencia se trata, es como yo, uno en el campo de batalla, otro en casa con mis seres amados o amigos.

—¿Me esperabas? —dice ella extrañada en un intento de mantener la compostura.

—Sí, no te hagas —responde Aguilar sin dejarla caminar y a ella se le remarca la mandíbula por tenerla tan apretad—. Llevo toda mi vida a la espera de una mujer tan bella como tú.

«¿Qué puta forma de ligar es esa?»

Tengo que girarme para evitar se visto, mientras me rio muy alto como hace mucho no lo hacía, siento como se me quiere explotar la garganta y espero no ser escuchado, por ello me alejo un poco, pero sin perder el contacto visual de ellos con una extraña sensación al verlos tan juntos pues él le pasa el brazo por la cintura, ella no es delgada como algunas modelos de talla doble cero, no, Sánchez tiene curvas marcadas, pasadas de buenas, pero su desventaja es precisamente lo llamativas que son, acompañadas del rostro redondo de pómulos marcados de forma ligera, aunque son sus ojos lo más hechiceros de esa mujer.

Mediante ellos caes en el pozo profundo si ella te lo pide, te induce al pecado sin darte cuenta, porque si soy honesto, mujeriego no soy, me gusta divertirme, pero son pocas las veces en que me llevo a la cama a una desconocida, pues tengo a Ivanna, ella a pesar de sus histerias es buena pareja.

También parece querer a mi hija, a pesar de sus travesuras hacia ella, pero será difícil una convivencia su Pau no termina de aceptar a Iv, pero parece muy determinada a joderle la vida mientras está conmigo, pero extrañamente se siente bien con Krystel así como yo, ambos parecemos inclinarnos hacia su forma de ser, su voz, su forma de tratar a mi hijita, eso es lo más encantador, no tuve muchas novias oficiales, a veces iniciábamos saliendo sin nada más, pero tan pronto como comentaba sobre mi hija y de ser padre soltero, su semblante cambiaba, una de esas hasta mi dijo algo que me hizo arder en ira y largarme del restaurante sin mencionar nada más: "Envía a esa mocosa en un avión con su madre, estás muy joven para llevar un lastre" quise gritarle, pero no he sido el Leviatán con mis novias o casi algo y no empezaría esa noche, eso sí, la saqué de mi vida figurativamente con una patada en el culo.

Se confió en su belleza, lo más probable es que haya pensado en que eso rebasaba a mi hija, según ella, iba a preferir salir con ella a estar con Pau, pero ella no sabía mi más fuerte convicción: nada está por encima de Paulina Roux Demirel ni siquiera mi propia vida... muy bonita y todo, pero si no quieres al becerro no busques al toro. De vuelta a la fiesta, veo a Sánchez muy cerca de Aguilar retorciéndome las tripas ¿Por qué? Soy posesivo, controlador y ella ha despertado al Klaus quien solo la quiere para él, aunque nos hayamos conocido en menos de un mes, claro, no soy de prohibir nada, entre más libre, más excitante porque debemos encontrar nuestro rebelde interior, pero tengo una cosa muy clara: si estás conmigo, no puedes estar con nadie más.

Le veo reír, mientras me ve con ese embrujo residente en sus ojos; finge muy bien la cabrona «Esa mujer no es como quienes han pasado por tu vida» es libre, aguerrida, letal, sádica, tierna, amable, gentil y hermosa como una combinación poco usual en cualquiera, tal vez por ello me tiene flipando en colores, Krystel Sánchez se puede convertir en una nueva fijación, pero ella sigue con la culpa por Ángel; sin embargo, a mí no me importa y la haré saltarse esa pena como que me llamo Klaus Roux Demirel, porque Montemayor no se merece nada bueno por todas sus acciones en busca de poder como el hermano de Tomás, quien puede quedar así por el resto de sus días, todo porque Ángel lo dejó atrás, era su compañero y cuando le hirieron lo dejó porque lo dejó atrás pero no para salvaguardar su vida, sino por alcanzar primero al narco, pues Maddox hizo de la misión una competencia.

Sí, como si se tratase de una feria del condado donde hay premios por anotar o atinar, así lo convirtió el General, quien arrestara primero al maldito, ascendería a Teniente pues tenían los años y los logros ¿y porque Gilberto quedó con secuelas? Por no poder esconderse rápidamente sin ayuda, una bala de los escoltas le dio en la columna vertebral lesionando la médula ósea, así como varias vértebras; por ende, el daño fue considerable. Todo por culpa de Montemayor ¿No es muy clara su mala fe? Si Krystel no lo sabe es porque él es un mentiroso o sí lo sabe pasa por alto y eso sí es decepcionante.

Me voy a la barra del Inferno para verlos a ellos, quienes también han avanzado hasta allí, pero varios banquillos hacia la derecha, él se le inclina con coquetería, pero ella se muestra tensa bajo toda la actuación, solo alguien detallista se daría cuenta, ese gilipollas de medio pelo ni lo ha notado, ello me da gracia y me rio de nuevo solo, pero las personas me miran extrañadas como si fuera un jodido paciente escapado de un psiquiátrico de alta seguridad de los cojones, pero algo en esa situación empieza a ponerme de mala leche. El tipo es guapo, tatuado por todas partes, pero sin cara de ladrón de poca monta, aunque un tatuaje no te hace ladrón como muchos piensan de forma ridícula, yo mismo los tengo, es solo alguien adinerado con gustos extraños y él le invita alcohol a Krystel revolviéndome el estómago.

Al mismo tiempo una mujer acaricia mi espalda desde atrás, es quien me envió el tequila culpable de pasarme de cubas, dice llamarse Jenny, tiene ojos azules como el océano en su parte más cristalina, además de llevar un vestido de escote profundo en "V" color rojo intenso, su pelo rubio me recuerda a Ivanna de quien me siento ligeramente enamorado, aunque conoce de mi gusto por enrollarme con otras, yo no se lo he dicho, sería muy descarado, pero lo piensa, lo sé. Se aguanta todo por mantener la posición de novia del Comandante en Jefe de la UTCCO española, quien es dueño y señor de la base, aunque en este momento la única con quien quiero enrollarme se está ligando al hijo del puñetero narco de los cojones.

La mujer trata de llamar mi atención y yo le doy un poco pues no puedo desprender la mirada de la escena de Aguilar en intentos de robarle besos a Sánchez, quien, por cierto, al notar a Jenny, frunce el ceño con los ojos entrecerrados con la mirada en nuestra dirección, tal vez tiene la misma sensación que yo traigo en mis entrañas; no obstante, la odio, no quiero sentir eso, pero no tengo control, menos con el tequila en mis venas. Jenny entonces me pasa una mano por el pecho con lentitud y yo me dejo llevar, no puedo dejar de hacerlo, una tentación así es difícil de ignorar, por ello al empezar a conversar por unos veinte minutos me intenta besar, no la quito, en cambio, tomo su pelo rubio entre una de mis manos de forma posesiva, pero de repente me imagino el rostro de Sánchez en la mujer, sus ojos hechiceros, su boca impertinente.

Rápido regreso a la realidad con Jenny quien se separa para hablar sobre mis labios invitándome a su casa para conocernos más, pero hasta allá no llego yo, el rollo es en la disco, no fuera, por ello le comento que debo irme, eso le desencaja el semblante preguntándome si no le gustaba, pero aun así, me anota su número y los desliza dentro de mi pantalón en el bolsillo trasero, agarrándome el culo sin pena ninguna, vamos, me he sentido alagado y acosado a partes iguales. Cuando se ha ido le hago señas a Sánchez dándole golpecitos a mi reloj en un lenguaje no verbal de "Es hora de irnos", muy a mi pesar debo salir primero según planeamos previamente, por ello salgo a la noche fresca para encaminarme al estacionamiento.

La brisa corre erizándome los vellos de los brazos y los coches corren a mi lado izquierdo, meto las manos en los bolsillos del vaquero oscuro al sentir un chispeo del inicio de una llovizna ligera, pero en el camino me asalta un hombre, parece mendigo, pero su ropa está rasgada, pero limpia, no huele mal y sus zapatos no están desgastados; por ende, puede ser una trampa.

Con ese pensamiento doy un paso atrás cuando saca una Beretta 9mm, pero actúa extraño, sus movimientos parecen ralentizados, como si estuviera borracho o drogado, por ello me es fácil arrebatársela, pero ni siquiera eso lo despabila, golpeo entonces su nuca de forma contundente hasta verlo desmayarse, cuando llega ella.

«¿Qué clase de mensajero es este? Es un títere sin hilos» pienso de inmediato, es ridículo enviar un hombre para atacarme que está fuera de sus cabales, pero no en el sentido de violencia sino lo contrario.

—Comandante —dice dándome alivio, la condenada se pudo escabullir—. ¿Está bien?

Las escasas personas pasan junto a nosotros, mientras hago una llamada de evacuación a capturados, por fortuna uno de los vehículos estaba allí pues sabían de la alta posibilidad de salir con alguien arrestado; por ende, estaba a tan solo dos calles de LADIVCOM. Pronto llega una camioneta sin el símbolo de la UTCCO en la cual evacuarán al tipo quien sigue inconsciente, aun en su estado, le ponen esposas sin grilletes; es decir, la parte de la cadena, estás no tienen, son pegadas una a las otras y son más incómodas. Finalmente, lo suben como un tronco para marcharse.

—Estoy bien, ¿Usted? ¿le hizo algo, Sánchez? —pregunto, pero con una intención más allá, saber si pasó algo de otro tipo—. ¿qué le dijo?

—Quiso propasarse, pero le marqué un límite, aunque creo que fue peor, ahora me ve como un desafío de conquista —medio se sonríe de forma encantadora, mientras se sube al auto del lado del copiloto, yo hago lo mismo y pronto enciendo el coche para salir del estacionamiento, es casi media noche y avanzamos en silencio guiados por el GPS hacia la base, los demás se retiraron antes pues así lo planeamos antes de venir, el toldo oscuro del cielo deja ver algunas estrellas una vez hemos abandonado Mazatlán y vamos en carretera. Su mirada está perdida, por ello aprovecho para detallarla disimuladamente, pero quería llegar rápido, no debería manejar, pero mandar a traer un conductor elegido sería contraproducente al deber decirle donde vamos.

—¿Por qué me mira tanto, Comandante? —pregunta con vocecita coqueta para regresar la mirada a mí.

—Nada, Capitana, tiene un grano enorme en la mejilla —le digo para partirme de risa cuando baja alterada el espejo de la parte de arriba en su silla.

—No me parece gracioso, sufrí acné y bullying por eso —comenta indignada, pero pronto se sonríe—. Debería ver su cara, Comandante.

—Soy su jefe, no debería hacer eso —tengo una sonrisa en la boca—, respeto por favor.

—En realidad sí fue cierto, pero he logrado sanar y ya no me duele —confiesa con una sonrisa espléndida haciéndome pensar mil cosas diferentes, trato de controlarme, pero al notar cómo bajo la velocidad hasta detenerme, sé que no logro hacerlo—. ¿Qué pasa? ¿se siente mal, señor? Puedo manejar si lo prefiere, bebí poco.

—El problema no soy yo, es usted —confieso, por ello me mira de forma extraña—, porque no puedo concentrarme en el puto camino con usted en ese vestido.

Se sonríe de forma coqueta, cuando me inclinó hacia ella al quitarme el cinturón para hablarle muy cerca.

—No soy un problema, Klaus, soy la solución —susurra, pero pronto se arrepiente—. No, perdón, Comandante, lo siento.

—¿Por qué te reprimes?

—Porque tengo un prometido —murmura sorprendiéndome hasta separarme más de ella—, sí, me voy a casar o al menos pasará si arreglamos todo.

—Sería el peor error que pudieras cometer, Krystel —espeto cuando el móvil le suena y como si lo invocara, es el maldito de Ángel, ella decide no contestar dándome gusto—. Créeme.

—¿Por qué he de hacerlo? No le conozco de mucho, en cambio llevo tres años con Ang, ¿a quién le creeré?

—No me conoce de mucho, pero ya nos hemos acostado dos veces y le he metido mano una —digo inclinándome de nuevo para sonreírme ante el descaro de esta mujer.

—Es diferente, Comandante, el placer y la lujuria no se pueden comparar con la confianza de una pareja —dice dejándome claro cómo me ve realmente: algo físico, pero ni me importa en este momento, para mí mejor, porque quien se enamora pierde el juego, si lo hace caerá en jaque mate.

—Entonces déjese llevar de la lujuria solamente —murmuro acercándome de nuevo—. ¿O es capaz de resistirse a la tentación? Porque... ¿le cuento un secreto?

—Dígame, señor.

—Yo no quiero resistirme —paso la lengua por sus labios ligeramente y eso detona su deseo, se sube a horcajadas para sujetar mi cabello dándome tirones dominantes.

Nos besamos por un rato, su cuerpo candente está sobre el mío moviéndose ligeramente, mientras sujeto sus muslos entre mis manos, Dios, Sánchez tiene el cuerpo más excitante para mí, sus caderas son curvilíneas con su cintura pequeña y las piernas torneadas por su actividad física. Deslizo mis manos por su espada hasta encontrar su nuca apretándola sobre su cabello castaño, esta posición me recuerda nuestra primera vez en el baño cuando me dijo que tendría el mejor sexo de mi vida y no se equivocó, tal vez eso me tiene tan prendado de esta mujer de fuego como decía la canción. Pronto me besa el cuello con ansia, yo le levanto el vestido ligeramente hasta dejarla en bragas negras para sujetar sus glúteos con firmeza.

No entiendo qué pasa, Krystel Sánchez, la rosa letal, la capitana de la Brigada más mortífera, me hace querer más y más de ella, me tiene como si fuera un familiar del Teseo, adictiva como solo ella podría, solo puedo recordarla en mi cama, en la cabaña, su mero recuerdo me eriza la piel como si la tuviera en ese momento, es mi detonador de dopamina, joder, la lujuria me recorre las venas, mi corazón se acelera hasta límites insanos y mi cabeza solo puede procesar el cómo ella desabotona mi camisa para poder acariciar mi pecho, es cuando le bajo la pequeña ropa interior.

Deslizo dos de mis dedos en su interior deleitándome con los jadeos en mi oído, es un elixir para mí. Ella desabrocha mi bragueta sin espera, mientras le beso el cuello perdiéndome en su aroma y se desliza con pasmosa facilidad sobre la excitación que ha causado. No tarda mucho en empezar a moverme de arriba abajo con un ritmo demencial ausente de cordura, con ello mi corazón se acelera hasta límites insanos, ello empeora al verla cómo se sujeta el labio inferior con sus dientes totalmente concentrada en la tarea placentera, por eso la sujeto de la cintura para guiarla hasta alcanzar un punto álgido de placer infinito... ella se corre primero para darle paso a mi propio orgasmo estremecedor.

Poco después regresamos a la base en silencio.

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Me despierta el calor a pesar de ser las cinco de la mañana, me duele la cabeza como muestra de la puñetera resaca cortesía del tequila, por ello me siento apretándome las sienes son mis dedos con un masaje circular. Finalmente me pongo en pie y a mi lado Krystel se remueve para quedar pronto incorporada con un bostezo, lleva una de mis camisas más frescas manga corta, pero aun así parece acalorada ambos nos ponemos a la tarea de alistarnos, ella se pone el vestido de la noche anterior para despedirse algo distante, debe estar pensando en cómo le faltó a Ángel una vez más o algo parecido, la verdad me da igual si se siente así, a la larga tiene razón, por muchas excusas que queramos usar, somos infieles, unos malditos cabrones poniéndole el cuerno a nuestra pareja, aunque si estoy con Ivanna es más por conveniencia, pero ella está por amor, cosa difícil, pero a estas alturas ese sentimiento se ha puesto en entredicho.

Entro a la ducha con agua fría, esta me refresca de la temperatura, mientras pienso en cómo manejar la situación con Sánchez, ella me gusta, está muy claro, es una atracción incontrolable. No sé qué tiene, pero me hace perder el control con un solo movimiento sensual de sus caderas o una mirada lujuriosa, pero debo recuperar el mando en mi mente y cuerpo, esto no me conviene ni para el trabajo ni para mi vida; por ende, entro en misión alejar a Krystel Sánchez de una vez. Termino de bañarme para salir apresurado, he pasado más tiempo de lo necesario perdido en mis pensamientos, de esa manera, pronto tengo el uniforme, la camiseta manga corta negra con el logo de la UTCCO el águila rodeada por sus alas de color dorado y el pantalón camuflado café oscuro, con la placa de identificación y la Sig Sauger en el estuche colgada de mi muslo derecho.

Salgo al sol de casi las seis y media de la mañana «Joder, vengo de la nieve, un poco de compasión» me subo a un transporte interno hasta el edifico administrativo donde me dieron una oficina y allí me esperan Tomás y Gustavo con quienes debo recibir a los Praetor, estos ya debieron haber aterrizado en su base propia aquí mismo en Sinaloa, pero en una ubicación mucho más al norte de la nuestra, siendo más compleja por su sistema profundo de sótanos especializados incluida la protección antibombas con todo lo necesario para sobrevivir bajo tierra hasta por dos meses, nosotros tenemos cuatro divisiones con presencia donde ellos no, por ejemplo, en equipos de agua como buques y porta aviones, por ello somos dos milicias, cada una complementa la otra.

Llego al edificio donde me esperan, pero no veo a Sánchez por ninguna parte, mejor así, su mera presencia me desconcentra y odio eso. Llego al quinto piso donde están las oficinas más grandes encontrándome con Tomás y Gustavo quienes me reciben con una broma de "Casi llega tarde Comandante Workaholic" a ello les muestro el dedo corazón en un peineta bien dada por gilipollas, aunque tienen razón llegué faltando tres minutos para las seis con treinta, eso para mí es llegar tardísimo, pero mis pensamientos se perdieron entre la Capitana y los Praetor.

Igual les saludo para hacerlos pasar al lugar, este es grande de forma rectangular, a la derecha hay una biblioteca llena de libros de todos los tamaño, diseños, colores y temas, al fondo el escritorio, a la derecha estanterías con plantas, así como cactus. Nos adentramos hacia el fondo en medio del aroma a naranja del aromatizante, lo mandé a pedir especialmente para mí, igual algunas cosas más pues soy exigente en todo, algunos me tacharían de pedante y sí ¿Qué con eso? Me ha costado lo mío para llegar a donde estoy, disfruto de poder pedir las cosas a mi antojo. Me siento tras el escritorio dándole inicio a la conversación donde abordamos los temas sobre la estrategia de avance hacia las zonas rurales entre Mazatlán y Durango, pues los Praetor locales reportaron haber encontrado una hacienda con militares muertos en esa dirección, ataúdes sin tapa metidos en las paredes y el suelo como papel tapiz ()* todo tapado con una película de cristal grueso.

Vamos, una salvajada en toda la extensión de la palabra.

Es caso que nos lleva a perseguir a un asesino serial según los informes, acaba con nosotros a una velocidad alarmante y por ello una de las misiones del cuerpo élite será atraparlo.

En el operativo capturaron a Nikolai Petrova, hijo de Karenina Petrova, pero como no hay órdenes de captura, de seguro deben dejarle ir aunque con un rastreador subdérmico, inoculado con rifles de uso exclusivo de nuestras milicias, pues es como un disparo, pero del rastreador y se siente como el piquete de una abeja, pero jamás un objetivo ha ligado ese dolor con la inserción según hemos sabido luego, pero nuestro trabajo es muy complejo, el área es muy grande, por ende debemos dividir las áreas más importantes para centrarnos en estas, pues no podremos abordar todas a corto plazo, debemos encontrar a los tres objetivos lo más pronto posible, no podemos permitir la comercialización del Teseo, el Prometeo y el Ares a nivel mundial, pues hasta hora su movimiento es más local, pero de perfeccionarse la fórmula el tráfico será aún mayor.

Les cuento lo visto anoche o, mejor dicho, lo que no vi anoche, pues al parecer los distribuidores no estaban allí o tal vez fueron muy discretos, pero omito la parte donde bailé con Sánchez claramente. De pronto llamamos a Valeria, su amiga, quien es de Inteligencia y Contrainteligencia y pronto toca la puerta para pasar al indicárselo, tiene el cabello rojizo natural con pecas esparcidas en su nariz y hacia los lados también, pronto le hago las preguntas sobre dónde son las zonas del lugar para expendio de drogas, aunque sean pequeños, por ello nos guía a una de las salas audiovisuales donde hay pantallas interactivas, estas ocupan casi una pared entera al medir tres de alto y cinco de largo con modelado 3D por imagen satelital, así cómo ciertos metros bajo tierra por registro hechos con anterioridad.

Abre el estado de Sinaloa delimitándolo del resto del país con una línea roja, hace zoom en varios puntos marcándolos con un círculo rojo, pero solo los conocidos, ella estima la existencia de más puntos de expendio, muchos más; sin embargo, han sido cautelosos para no ponerse en evidencia.

—Mi Comandante, los puntos han sido expuestos seis meses atrás, pero en nuestros allanamientos no encontramos gran cosa, algunos ladrillos de cocaína, marihuana, contadas pastillas de éxtasis, pero nada más que eso, ha sido difícil establecer la cantidad real de drogas manejadas —dice con calma, la noto nerviosa; sin embargo, no sé la razón—, así como los expendios del Teseo y el Prometeo, pues según las averiguaciones, el Ares es comercializado en otras partes, aunque no entendemos el porqué.

—¿Y qué avance han reportado los soldados infiltrados? —pregunta Gustavo, mientras la detalla, le ha llamado la atención, pero no es momento para decirle algo.

—No mucho, señor, dicen haberse quedado por largas horas como habitantes de calle; sin embargo, no aparecieron muchas personas y sólo a comprar cocaína, nada de las otras.

—Debemos encontrar una muestra, el Comando de Investigación Química de los Praetor debe analizarlo a como dé lugar —espeto cortante, mientras busco con los dedos en el mapa las zonas aledañas para ver si hay modos alternativos de acceso para el factor sorpresa, pues por la calle serían muy obvio; no obstante, las opciones son casi nulas, dada la visibilidad de todo el lugar, nada nos cubriría y ellos deben tener vigías, la única manera sería infiltrado, pero tan solo con armas pequeñas ocultas entre la ropa. De esa manera, armamos grupos de dos personas, aleatoriamente nos toca a Krystel y a mí juntos, pero eso no le gustará a juzgar por cómo se fue hoy.

—Sí, señor, estamos en gestiones, por ahora se cree que su sintetización es hecha por Laboratorios Anthaxtis (1)*—explica Valeria, esos laboratorios son lo mejor de lo mejor, tecnología de punta, experimentación avanzada, productos especializados para la salud y medicinas de última generación, propiedad de Kaan Karaman (2)* el líder Absoluto de La Triada (3)*; sin embargo, nunca se ha confirmado su relación, Alexei Sokolov era su presidente hasta la captura del Consorcio Praetor.

—Tiene sentido, los laboratorios tienen tecnología importante, no por nada es líder en el área de medicinas y productos médicos —comenta Gustavo concentrado en los papeles en su mano sobre los informes de armas utilizadas por los guardaespaldas del último operativo, junto a Teresa es el experto en armas de todo tipo—, por otro asunto encontramos armas modificadas para llevar cargas explosivas, son lotes de La Triada quienes llevan tiempo desarrollándolas para conflictos en guerra. Encontramos varias de esas, algunas almacenadas, otras regadas por ahí, pero potencialmente peligrosas, ya han sido llevadas a investigación y desarrollo para contemplar la posibilidad de replicarlas.

—¿Hay alguna noticia de los Dioses del Olimpo? —pregunto con interés, debo al tomar una carpeta sobre la mesa en donde están Sebastian, Luis y Ana, los caídos en el operativo, quienes levantaron las autoridades de Mazatlán y no se han entregado aún, además de que Krystel solicitó un homenaje para ellos, pero un General toca narices lo impide; sin embargo, yo mismo tomaré las riendas.

—No —replica Valeria, mientras me muestra algunos papeles con testimonios de capturados de La Hermandad donde dicen solo su base, el fentanilo, pero sus demás componentes son desconocidos para los trabajadores de bajo rango, solo los bioquímicos deben saber a plenitud esa fórmula y ellos son los más lejanos en este momento porque son la gema más preciada de su organización, cuidados al extremo según cuentan—, parece imposible, Comandante, no hasta encontrar un distribuidor.

—Esa palabra no está en mi vocabulario, Teniente, l —replico con firmeza y ella me mira con admiración—, sigamos, la infiltración empezará en pocos días, la Comandante Cruz, La Teniente Cifuentes y la Capitana Sánchez serán meseras en LADIVCOM por un periodo inicial de cuatro meses, deberán tratar de encontrar muestras de los Dioses del Olimpo, así como individualizar a los dealers para hacerles seguimientos, de ahí pueden salir algunas conexiones con los dueños de la mercancía tanto de la cocaína, marihuana y metanfetaminas como de las nuevas.

—¿Alguien más señor? Para avisar.

—Un técnico para monitorear cámaras corporales tipo alfiler disimulado en un pin de la bandera, se encargará también de los micros y de intervenir las cámaras de seguridad del club —continúo al alinear toda la planeación—, necesitamos apoyo táctico, una Brigada debe estar preparada para salir en cualquier momento de la base bajo el llamado Charlie-Oscar —ese código es lo equivalente a un SOS en la UTCCO con la cual se autorizan Brigadas según se requiera para apoyo en conflicto de cualquier naturaleza.

—Podría ser la India-Fox y la Bravo-Tango, son las de Samara y Krystel —sugiere Gustavo y me gusta la idea, ambas Brigadas tiene excelente rendimiento, sobre todo la de Sánchez "La Brigada mortífera" en manos de la mujer más letal que he conocido.

—Así será entonces —admito

En un momento me llama Pau y camino a un lado para contestarle.

—¡Hola papi! —exclama emocionada a través del móvil—. ¿Cómo estás?

—Muy bien, renacuaja, hace mucho calor aquí, te gustaría —me sonrío emocionado por tener estos minutos con ella—. ¿Cómo te has portado?

—Como siempre, papi, super hiper mega bien —dice, pero se escucha la voz de Ivanna.

—¡No es cierto, amor, me ha echado slime en la maleta, me ha puesto polvo pica pica en los pantalones y de nuevo hizo lo del secador y la harina! —chilla ella al fondo de la imagen, pero Pau se corre para dejarla a un lado.

—Cálmense las dos, por favor. No puedo trabajar con ustedes peleándose, me dejan un problema en la cabeza... Paulina Roux Demirel, no puedes seguir haciéndole bromas pesadas a Ivanna, ella no te ha hecho nada —mis palabras la hacen fruncir el ceño con molestia—. Terminaré esta misión lo más pronto posible, se los prometo.

—Da igual, papi, ¿Y Krys? ¿está contigo?

—No, mi cielo, ella está hoy en otra división —le explico, aunque no es cierto del todo, ella debería estar aquí con nosotros, pero respetándole el deseo de querer alejarse de mí, la dejé faltar, tampoco estoy ara aguantar tanta joda antes de las ocho de la mañana.

De pronto, me hacen un llamado a mí y a Tomás urgentemente en el sótano de interrogación -2 donde hay unas salas para ese propósito, iremos a ver al capturado para saber porqué se comportó así la noche anterior.

«¿Qué habrán descubierto?»

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JUAN MANUEL AGUILAR