18.
Hoseok se despertó en medio de la noche. Le dolía la cabeza. Se giró para encontrarse con la cama vacía. Se levantó lentamente y decidió bajar por unas aspirinas. Pero escuchó voces cuando salió al pasillo. Era Daniel.
—¿Y qué pretendes que haga? Estoy en otro país, ¿puedes entender eso, Matthew? Escucha, quédate tranquilo, nadie puede probar nada, ni toda su maldita troupe de abogados. El dinero está en propiedades, así que no sigas dándole vueltas al asunto... Sí, lo vi. Te di más de lo que te correspondía cuando yo tuve que hacer todo el trabajo sucio, enamorarlo y meterme en su empresa. Tú solo te sentabas a darme órdenes, así que ni se te ocurra hacerte la víctima ahora, Chae HyungWon está en el pasado. Ahora no vuelvas a molestarme con ese tema, ¿oíste?
Hoseok sintió un frío recorrerle la columna.
Todos estaban con la boca abierta. Su Hyun lucía espectacular en el vestido que le había hecho Kihyun. MinHyuk se acercó a tocar la tela y lanzó un silbido de admiración.
—¿Es seda morera? —preguntó deslizándola por sus dedos— Wow, Kihyun debe estar enamorado en serio...
Su Hyun se ruborizó y sonrió.
—Aww, ¿no es linda? —dijo Rowoon acercándose a admirar el vestido y de paso le pellizcarle una mejilla a la chica
—¿Dónde te va a llevar el pequeño pelirrojo esta noche? —preguntó Mingyu.
—No me dijo, solo que es una sorpresa...
—Viniendo de Kihyun seguro será espectacular —observó Min volviéndose a sentar— ahora pruébate los zapatos.
HyungWon entró a la habitación de MinHyuk y se dejó caer en la cama.
—¿Y a ti qué te sucede, galán? —preguntó Mingyu acostándose a su lado.
—Nada, estoy algo cansado. Necesito vacaciones.
—Podríamos irnos un fin de semana a Jeju... propuso Rowoon.
—Yo me apunto, no me tomo vacaciones hace mucho, ¿qué dicen? —Mingyu miró a sus amigos.
—Bien, le diré a Chang...
Pronto todo quedó arreglado y el viernes todos cargaron sus maletas en el avión privado de HyungWon y partieron hacia Jeju.
Rowoon era propietario de un bungalow cerca del aeropuerto y era el lugar perfecto para descansar de la ciudad. Todos bajaron y respiraron el fresco aire de Jeju.
Nunu y Chang corrieron a cambiarse para ir a la piscina mientras los demás acomodaban las cosas y algunos iban a comprar carne para asar.
JuYeon se acercó HyungWon que estaba sentado al borde de la piscina y se sentó a su lado.
—¿Estás bien? —le preguntó pasándole una mano por los hombros.
HyungWon sonrió y se recostó sobre su hombro.
—Ahora que estás acá, sí.
JuYeon se inclinó para besarlo y HyungWon le respondió.
Esa noche todos reían y comían, pero HyungWon no podía dejar de pensar en Hoseok.
Ese beso que habían compartido había sido movilizador. HyungWon quiso golpearse por haber correspondido, por haberse dejado llevar por sus sentimientos, que bien sabía él, que nunca lo guiaban a buen puerto. Había jurado no volver a dejarse pisotear, de nada le habían servido tantas lágrimas. Se reprochó internamente por no tener un poco de autocontrol y mandar a ese par de imbéciles al diablo. Quizás era hora de empezar a visitar a un psicólogo. Necesitaba a alguien le diera dos cachetadas y lo ubicara en su realidad.
No le había contado a nadie lo que había pasado en el estudio. Sentía vergüenza y además sabía que tanto Kihyun como MinHyuk iban a poner el grito en el cielo. JuYeon había sido aceptado en el grupo de amigos, no porque era el primo de Min sino porque era agradable y encantador... Y se notaba que se preocupaba por él.
Miró a su amante reír con los demás y se preguntó que era lo que le impedía corresponderle 100%. JuYeon era apuesto, gracioso, ingenioso, amable, buen amante y Chang lo adoraba. Todo era perfecto.
Excepto que JuYeon no era Hoseok.
No habían hablado de empezar algo serio. Estaban bien, tenían muchas cosas en común y la pasaban muy bien juntos, pero era obvio que JuYeon quería algo más... Y HyungWon temía no poder dárselo.
Kihyun lo llamó desde la habitación y HyungWon se levantó para ir en busca de su amigo. Lo encontró revolviendo unas maletas.
—Ayúdame un momento, creo que se me perdió el reloj...
—Besé a Hoseok.
Kihyun levantó la mirada y dejó de revolver las cosas.
—¿Qué? —preguntó corriendo a cerrar la puerta. HyungWon se sentó.
—Yo... Besé a Hoseok... —dijo bajando la cabeza y mirando la alfombra.
—Wonnie... ¿Cómo... Cuándo lo viste?
HyungWon se llevó ambas manos a la cara.
—El lunes. Tenía una reunión en la editorial. Y él estaba ahí
Kihyun se sentó a su lado y suspiró.
—¿Y ahora? ¿Qué piensas hacer con JuYeon?
—No lo sé... No sé que diablos sucede conmigo. Pero lo extraño, Ki...
Kihyun se limitó a consolarlo en silencio. Sabía del peso que cargaba su amigo, HyngWon siempre había sido el más sensible y todo le dolía el doble. Su amigo siempre estaba pensando en todo el mundo y a veces, para no agobiarlos, cargaba con todo solo. Le dolía verlo así, por supuesto. HyungWon no se merecía nada de lo que le había pasado. Cuando sucedió lo de Daniel, se hundió, su madre había fallecido casi al mismo tiempo que sucedía lo de la estafa y HyungWon se vio solo y roto. Intentando sacar a flote la empresa y cuidar a su hermano. Lo hizo sin quejarse, pero estaba destruído y todos los intentos de sus amigos para sacarlo de su dolor habían sido en vano. HyungWon se había apagado. Cuando conoció a Hoseok parecía que el HyungWon de antes había vuelto, estaba feliz, con un montón de proyectos, pero Daniel volvió a aparecer y todo su castillo de naipes de cayó.
—Mira... Sé que lo que voy a decir va en contra de todo lo que pienso, pero... Creo que deberías hablar con Hoseok. Inténtalo una vez más. Deja que se desahogue contigo y luego toma una decisión. No puedes seguir así. No te vuelvas a caer, Wonnie.
HyungWon asintió despacio mientras se limpiaba una lágrima.
Hoseok tocó timbre varias veces. Necesitaba ver a HyungWon aún estando consciente de la hora.
Necesitaba cerrar esa historia de una vez. Intentó comunicarse al celular, pero HyungWon había cambiado su número. Jooheon directamente no lo atendía.
Se sentó en la entrada a esperar. Probablemente estaría con sus amigos cenando afuera. Pero las horas pasaban y nadie llegó. Iba a tener que esperar.
Mientras tanto tenía que confrontar a Daniel. Había escuchado clarito como hablaban de dinero... Y de HyungWon.
—Daniel, ¿puedes venir a casa?
—Claro, cariño, ¿tanto me extrañas? —preguntó echándose a reír al teléfono.
—Algo así...
—Deja que me duche y en un rato estaré por allí.
Hoseok estaba impaciente. Tenía que resolver de una vez las cosas.
Y volver a HyungWon.
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