12.
Jooheon caminaba escuchando música hacia la cafetería que estaba cerca del conservatorio.
No se dio cuenta de que Hoseok iba en su dirección hasta que chocó con él. Al verlo rodó los ojos e intentó pasar de largo, pero Hoseok lo agarró por la muñeca. Jooheon se soltó y se quitó los auriculares.
—Déjame pasar, Hoseok, estoy algo apurado.
—Oh,vamos. No puedes seguir evitándome toda la vida —dijo Hoseok exasperado por la actitud infantil de su amigo.
—¿Qué es lo que quieres?
—¿Hablar con mi amigo...? —Hoseok lo miró con ojos tristes—. ¿Podemos tomar un café al menos?
Caminaron en silencio hasta la cafetería y se sentaron. Jooheon evitaba mirarlo.
—Joo?, ¿en serio no vas a dirigirme la palabra?
—No sé qué quieres que diga.
—¿Ya no quieres verme más? —Hoseok se acodó en la mesa, buscando la mirada de Jooheon.
—Yo... No lo sé, Hoseok. Aún no entiendo por qué actúas así.
Hoseok se cruzó de brazos.
—¿Actuar cómo?
—No te hagas el idiota. Sabes muy bien lo que hiciste.
—Mira, yo sé que sales con Min, pero antes eres mi amigo. Yo sé que te pondrás del lado de él, pero no creo que estés siendo justo conmigo.
—¿Justo? ¿Tú me vienes a hablar de justicia? ¿Acaso sabes cómo está HyungWon? ¿Sabes que no come, que no duerme y que está desde hace un mes como un maldito fantasma?
—Él... Él es grande. Sabe que sus actos tienen consecuencias.
Jooheon rio burlándose.
—En serio que te desconozco. No puedo creer que estés diciendo esto.
—Mira, HyungWon se portó como un imbécil con Daniel, lo dejó emocionalmente roto... Tanto que el pobre tuvo que irse del país. HyungWon no es el angelito que tú crees que es —Hoseok frunció el ceño y apretó los puños.
—¿Acaso sabes por qué tu querido Daniel se fue del país? —le preguntó Jooheon inclinándose hacia adelante—. ¿Por qué no le preguntas?
—Se tuvo que ir porque HyungWon lo acosaba...
Jooheon se echó a reír y se puso de pie.
—Está bien, Hoseok. No sé por qué sigo escuchándote. Solo te voy a decir que HyungWon no se merecía nada de esto. Y lo único que espero es que logre salir adelante rápido. Sé que lo hará, ya se recuperó una vez, lo podrá hacer de nuevo. Pero voy a decirte una cosa, y lo diré como el que una vez fue tu amigo, espero que cuando por fin sepas toda la verdad, no vuelvas a buscarlo. Ahora me iré, así que... Buena suerte, Hoseok
Hoseok se quedó mirando cómo su amigo se iba sin dedicarle ni una mirada.
Unos meses después
—No, Wonnie —dijo Min rehusando a tomar el regalo que le estaba dando—, no puedo aceptar esto.
—Escúchame, tómalo como mi regalo de aniversario para los dos. Nunca cumpliste aniversario con nadie, Min.
MinHyuk miró a Jooheon. HyungWon les había regalado los pasajes a Bora Bora que había comprado para ese cumpleaños de Hoseok.
—Pero, Wonnie... —Empezó a decir Min, pero HyungWon le tapó la boca con la mano.
—Pero nada, es mi regalo para mis amigos, ¿ok? Ahora, ¿qué hacemos a la noche? Chang se fue con los Son a la casa de campo. Nunu cumple años.
—Deberíamos hacerle un regalo... —acotó Minhyuk.
—Luego vemos el regalo de Nunu. Hoy yo quiero ir a bailar —dijo Kihyun terminando de guardar unas prendas para entregar.
—Ah, yo también me apunto en ese plan —dijo Mingyu—, podríamos ir a Patches, la disco nueva que abrieron en Gangnam.
Al final todos estuvieron de acuerdo en ir a bailar. MinHyuk y Jooheon cumplían un año e irían a festejar todos juntos.
Cuando cerraron la boutique, todos se fueron a sus casas para prepararse. Saldrían primero a cenar.
HyungWon se metió en el jacuzzi, cerró los ojos y se relajó, quitándose la pesadez del día. Luego se paró frente a su armario, viendo como desfilaban las prendas ante sus ojos. Eligió una camisa rojo sangre, unos pantalones de cuero negro y unas botas. Se maquilló apenas los ojos, se peinó el cabello que ahora estaba casi por los hombros y negro de nuevo y salió a buscar a Rowoon, Mingyu y a Kihyun.
—Wow —dijo Kihyun mientras se abrochaba el cinturón de seguridad—. ¡Te van a llover hombres! ¡Qué envidia!
—Ya sabes que no pienso fijarme en nadie. Ya renuncié a eso. Basta. Ya tuve suficientes dramas.
—Eso dices ahora...
Llegaron al restaurant. MinHyuk llegó con Jooheon y su primo JuYeon. Entraron y se sentaron a cenar. Cada uno le dio un regalo a la pareja de amigos y conversaron antes de encarar hacia el boliche.
Patches era la nueva sensación del distrito de Gangnam. El moderno edificio se alzaba majestuoso en una esquina. Ya había una cola bastante larga cuando llegaron al lugar.
—No vamos a entrar más —suspiró resignado Mingyu.
—¿Acaso se olvidaron con quién vinieron? —dijo Kihyun caminando con la cabeza en alto hacia la entrada. Los dos guardaespaldas que flanqueban la entrada se giraron a mirar al estupendo hombrecito de cabellos rojo fuego. Ambos hicieron una reverencia.
-—Buenas noches, señor Yoo —saludó el más alto inclinando la cabeza, mirando al grupo de hombres que acompañaba a Kihyun—. Son siete, ¿verdad?
Kihyun asintió con las manos en los bolsillos.
—Pasen por favor, anunciaré su llegada —el hombre se hizo a un lado, ante los murmullos de la gente que esperaba para entrar.
—¿Quién diablos eres? —le preguntó MinHyuk mirándolo sorprendido. Siempre que iban a un lugar con Kihyun, todos terminaban cenando gratis y recibiendo alcohol de cortesía toda la noche. Las puertas de abrían como si de Alí Baba se tratase.
—Shhh, tú disfruta de tu noche.
Un joven vestido de traje los condujo al sector vip. Pronto dos chicas llegaron llevando bandejas con copas y champagne. Kihyun les hizo una seña con la cabeza y las chicas le hicieron un reverencia antes de salir del lugar.
—En serio, ¿quién eres?
—¿Estás seguro Daniel? —Hoseok hizo una mueca, no estaba de ánimos para ir a festejar.
—Escucha, no salimos nunca... y la ocasión lo amerita. ¡Eres el modelo más solicitado de mundo fitness!
Algunos hombres ya empezaban a reconocerlo por la calle, en el gimnasio era una celebridad y en el colegio sus alumnos lo miraban con respeto. Se había mudado a un departamento más grande, establecido financieramente y estaba intentando algo con Daniel. Insistía en que las cosas se habían dado de manera natural, pero lo cierto era que Hoseok no había dejado de pensar en HyungWon. Habían pasado casi seis largos meses desde que lo había visto por última vez. Jooheon había dejado de hablarle y Chang le huía como si tuviera la peste. No iba a mentirse. Él sabía que estaba con Daniel porque era el único que se había quedado a su lado. Daniel lo sabía y lo aceptaba. Unidos por un amor y un odio en común. Esa era la base de su relación con el fotógrafo.
Suspiró y se acomodó el cuello de la camisa negra. Algunas personas en la puerta lo reconocieron y se acercaron a saludarlo y los hombres para pedirle una foto. Los guardias, ambos hombres de cuerpos esculpidos, lo reconocieron también y los hicieron pasar. Esa era una de las pocas razones que le gustaban de ser reconocido.
HyungWon conversaba animadamente con JuYeon, sentados en los sillones del vip. El muchacho era alto y atractivo, se habían visto algunas veces y a HyungWon le había gustado, pero en ese tiempo estaba con Daniel. Sonrió y chocó su copa con la de JuYeon.
—¿Quieres ir a bailar? —le preguntó el muchacho.
—¿Estás seguro que quieres arriesgarte? —le preguntó HyungWon riendo.
—Por supuesto. Creo que estando contigo me arriesgaría a todo —dijo JuYeon mirándolo a los ojos.
HyungWon sonrió de costado y se acercó a el. JuYeon no perdió el tiempo y lo agarró del cuello de la camisa, sellando los labios de HyungWon con un beso.
Se escuchó un gritito chillón y ambos se separaron abochornados. MinHyuk aplaudía y los abrazó a ambos.
—¡Sabía que iban a gustarse! ¡Me encantan! ¡Vamos a bailar! —y agarrando a ambos chicos por las manos se dirigieron todos a la pista.
HyungWon y JuYeon bailaban pegados, ambos riendo y besándose de vez en cuando. Jooheon bailaba en el centro de una ronda improvisaba que habían hecho sus amigos. Rowoon estaba subido a una tarima, sin camisa y con una vincha de luces en la cabeza. Abajo mujeres y hombres le gritaban cosas subidas de tono. Rowoon era muy atractivo y tenía un cuerpo de infarto. Todos estaban pasándola realmente bien.
HyungWon se separó un momento de JuYeon para ir a refrescarse al baño. Caminaba mientras se arreglaba la ropa y chocó de frente con algo duro.
—Oh, lo siento —dijo levantando la cabeza.
HyungWon tomó aire. Hoseok lo miraba entre sorprendido y asustado. HyungWon se mordió el interior de la mejilla y desvió la mirada, luego dio un paso al costado y siguió su camino hacia el baño.
Hoseok no se movió. Sabía que salir esa noche era una mala idea. Se giró hacia el baño y abrió la puerta. HyungWon estaba secándose la cara. Lo miró a través del espejo.
—Hola... —saludó Hoseok con la voz quebrada.
HyungWon no le contestó. Se limitó a ponerse un poco de bálsamo sin color en los labios con un dedo y a acomodarse el pelo.
—Wonnie...
HyungWon levantó la mirada, sin girarse.
—¿Podemos hablar? Yo...
—Disculpa, pero realmente no tengo nada que hablar contigo... —dijo y se giró hacia la puerta. Hoseok levantó la mano y lo agarró por la muñeca. HyungWon clavó su mirada en la mano que lo agarraba con fuerza y luego lo miró a los ojos. Hoseok carraspeó.
—¿Qué haces? Suéltame. Ahora.
Hoseok aflojó el agarre y HyungWon se frotó la muñeca con una mueca de odio pintada en la cara.
En eso la puerta se abrió y entró Jooheon. Miró a ambos.
—Wonnie, ¿está todo bien?
HyungWon le sonrió.
—Sí. No te preocupes, vamos.
Hoseok miró a Jooheon, suplicante, pero Jooheon negó con la cabeza y salió con HyungWon.
En la pista MinHyuk estaba haciéndole frente a Daniel. Cuando HyungWon se les unió, este intentó calmar a su amigo.
—Vaya —dijo Daniel cuando vio a HyungWon—, veo que la casa no se reserva el derecho de admisión.
—Eso es obvio, te dejaron entrar a ti —dijo Kihyun, mirándolo de arriba abajo.
Hoseok llegó y Daniel lo atrajo hacia su cuerpo. Rowoon se bajó de la tarima y se plantó frente a sus amigos.
—¿Qué hacen estos dos acá? —preguntó mirando a ambos hombres con desprecio.
—Es un país libre —respondió Daniel.
—Lo que es una suerte para ti, sabemos que la justicia es floja sino no andarías tan campante por las calles, imbécil —dijo Mingyu.
—Hey —dijo Hoseok poniéndose delante de Daniel—, no le hables así, ten un poco de respeto.
HyungWon levantó una mano.
—Vamos, chicos. No vale la pena. Siempre podemos ir a divertirnos a otro lugar —dijo agarrando a JuYeon de la mano—. Vamos... No arruinemos la noche de los chicos. —Miró a Daniel y a Hoseok que lo miraban en silencio—. Caballeros, pueden seguir con lo que estaban haciendo, nosotros nos vamos.
Los hizo a un lado y todos los demás los siguieron en fila. Pero a Hoseok no le pasó desapercibido que HyungWon estaba tomándole la mano a ese chico. Quiso golpear a alguien.
—Idiotas petulantes —dijo Daniel entredientes.
Para Hoseok la noche ya había terminado.
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