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CAP 4 Un paseo extravagante Parte 1

Scarlett estaba rodeada de oscuridad mientras un largo sendero se revelaba ante sus ojos lentamente. Ella comenzó a correr sin saber a donde se dirigía, pero en este momento no le importaba. No sabía que estaba haciendo en un lugar como este. De repente se escucharon ruidos detrás de ella, por lo que aceleró el paso.

Cuando se volteó vio un par de ojos muy amenazantes que brillaban entre tantas tinieblas. Eran inquietantes, de un color amarillo intenso muy aterrador. La ira junto con la sed de sangre invadían aquellos ojos. La chica sintió escalofríos pero no se detuvo. Siguió corriendo por el sendero oscuro con esa extraña criatura de gran tamaño.

Parecía no tener fin. Hasta que un fuerte rugido la hizo sobresaltar terminando la escena completamente negra...

Scarlett dio un salto levantándose de golpe. Sus pupilas dilatadas llenos de terror y su cuerpo débil temblando... era solo una pesadilla.

Aún así, ella recordaba perfectamente aquellos ojos. Amarillos, casi como el oro puro. Extrañamente le resultaban familiares... ¿Pero por qué? Ella jamás se había encontrado con algo así en su vida. Ese individuo era demasiado grande como para considerarlo un perro, lobo o alguna otra especie conocida en la actualidad... ¿Como es que le resultaba conocido? Era simplemente imposible.

Estuvo pensando en otras opciones, quizás no lo vio personalmente... sin embargo, pudo haberlo visto por Internet. Para ser más exacto en la Fundación SCP. ¿Pero quien podría ser? Si bien no hay muchos que tengan esas dos principales características, de gran tamaño y ojos dorados, ella no sabía de quien se trataba realmente. Solo deseaba que fuese una pesadilla y nada más. El hecho de estar cautiva dentro de estas instalaciones solo la preocupaban más. Porque sea lo que sea, si el monstruo de su sueño era un SCP real, seguramente tendría problemas.

El sonido de la puerta de su habitación abriéndose la despertó de sus pensamientos... Allí estaba el guardia del día anterior, solo que esta vez, sus expresiones faciales se vieron suavizadas. Ya no era tan serio como las veces anteriores, en realidad parecía estar más calmado de lo costumbre...

Guardia: Buenos días Scarlett. (Hizo una pausa al ver el rostro de preocupación de la chica) ¿Estás bien? Te ves... asustada.

La chica aún seguía nerviosa, pero más se sorprendió al escuchar al guardia llamarla por su nombre en vez de su número de clase "D". Ese pequeño detalle la hizo feliz de cierta forma. No la hizo sentir como una "Cosa" sino como una persona.

Scarlett: Oh... lo siento. Es que... tuve una terrible pesadilla, Todavía está presente en mi cabeza... (Tranquilizándose)

Guardia: No te estreses por esas insignificantes cosas... Además, hoy va a ser un mejor día. Por esta vez te dejaremos pasear por el edificio. Claro que estarás bajo vigilancia, sin embargo, puedes ir a donde quieras mientras sea autorizado primero.

Scarlett: Mmm... antes de eso... ¿No me ibas a hablar algo sobre mi familia? Anoche mencionaste el tema.

Guardia: Ah, por supuesto, se me había olvidado. (Apoyándose contra la pared) Bien, lo primero, no tienes de que preocuparte, todos se encuentran bien. Claro... que siguen extrañándote, pero no hay otra opción...

Scarlett: ¿Les hablaron algo sobre mi nueva condición?

Guardia: No, ya que la Fundación SCP debe ser siempre secreta. Nadie que no esté autorizado puede conocer la existencia de la zona. Por lo tanto los encargados de comunicar tu estado tuvieron que mentirle a tus familiares.

Scarlett: ¿Qué les dijeron?

Guardia: Como fuiste el primer caso en la historia de la Fundación de ser encerrada por saber demasiado, fue un poco complicado buscar una escusa adecuada... Pero en pocas palabras, les dijeron que fuiste "Transferida" a un lugar donde serías capaz de desarrollar correctamente tus "Habilidades".

Scarlett: ¿A qué se refiere con "Habilidades"? Si los dos sabemos bien cual es la verdadera razón...

Guardia: Sabes, eso lo creímos todos al verte por primera vez. Pero está muy claro que usted tiene algo especial... No solo por saber demasiado acerca de esta organización, sino por la forma en la que logras interactuar con otros SCPs... Tu caso es único.

Scarlett: ¿Único? ¿Lo dices porque el Doctor Plaga no quiso matarme? (Confusa)

Guardia: Eso, y además con el SCP-173. Nunca nadie fue ignorado por éste. Cualquier otra persona en ese momento estaba destinado a morir...

Scarlett: En realidad fue gracias al Doctor Plaga. Ya que insiste en que nadie debe quitarme la vida. Me protege en cierta forma, no comprendo la razón.

Guardia: ¿No le preguntaste el por qué?

Scarlett: Me había dicho que debía cuidar a los casos no infectados por la peste... osea yo. ¿Pero no es un motivo pobre?.

Guardia: Para él no, ya que nunca antes había dejado a un humano con vida, o sin ser convertido en esos desagradables... Zombies. (Con una expresión de asco)

Scarlett: Volviendo al tema de mi familia... ¿Eso fue todo? ¿Lo aceptaron sin siquiera querer verme de nuevo? Porque ni siquiera pude despedirme de ellos... (Triste)

Guardia: ¿Tanto los echas de menos? (Pensando) Quizás, solo quizás, pueda lograr que me autoricen para que los veas de nuevo... aunque sea a través de una computadora.

Scarlett: ¿En serio? ¡Estaría muy agradecida! (Feliz)

Guardia: Pero deben darme el visto bueno, no tengas muchas esperanzas todavía.

Scarlett: Oh... de acuerdo. (Un poco triste)

Guardia: ¡Ya sube el ánimo, vas a tener un buen día, vamos, levántate, que es hora del almuerzo! (Intentando subirle el ánimo)

Scarlett: G-gracias... (Pausa) No es que quiera ser malagradecida... ¿Pero cual es la razón de tu cambio de carácter conmigo? ¡Hasta ayer eras agresivo y sin sentimientos!

Guardia: Así lo soy con todos en este lugar. Trabajar junto con monstruos y humanos despreciables te convierten en una persona desagradable. Pero admito que me has cambiado esa parte negativa... por lo menos cuando me encuentro contigo. Eres diferente al resto de integrantes de este lugar. A pesar de haberlo perdido todo, sigues siendo amable y sentimental... eso me hace recordar mi humanidad. Me hace ser un guardia menos frío y más agradable. (Confiesa)

Scarlett: ¿Podría considerarte mi... amigo? (Preguntó nerviosa)

Guardia: Claro que si. (Sonriendo)

Scarlett: ¿Cual es tu nombre? (Feliz)

Guardia: (Se ríe un poco discretamente) Nadie se preocupó antes en preguntarme mi nombre, eres la primera y con mucho gusto te lo diré... me llamo Miguel.

Scarlett: Que lindo nombre. Y me alegra que seas mi amigo en este lugar tan solitario...

Miguel: (Suspira) Y eso que apenas vas algunos días... yo he estado trabajando aquí hace ya varios años, estoy harto, pero no tengo otra opción que seguir obedeciendo las ordenes de mis superiores. Yo apenas tengo el rango suficiente como para tener la tarjeta nivel 3. Mi compañero tiene un nivel más... admito que estoy un poco celoso... (Riendo)

Scarlett: Nivel 3 es mejor que 2, la cual es la más habitual, o por lo menos lo era en el vídeo-juego basado en la Fundación SCP.

Miguel: Oh... ese juego. Es un poco distinto a lo que es la Fundación en verdad... pero se acercó mucho.

Scarlett: ¿Distinto?

Miguel: Si, y es normal, ya que ese juego fue diseñado por personas no pertenecientes a este lugar...

Scarlett: Ya veo.. (Pensativa)

Miguel: ¿Lista para comer algo? Te prometo que esta vez no será tan mala como estos últimos días... ya que iremos al comedor oficial donde solo guardias y miembros de alto rango comen.

Scarlett: ¿Y me vas a llevar allí? ¿No va contra las reglas? (Emocionada)

Miguel: No, ya que irás vestida con otra ropa que no sea la de la Clase-D. (Entregándole a la chica una caja llena de su antigua ropa, la que guardaba en su ropero antes de ser secuestrada)

Scarlett: ¡¿Como es que la trajeron?! (Sorprendida)

Miguel: Al igual de como trajeron tus otras pertenencias...

Scarlett. ¡Gracias! (Muy feliz)

Miguel: Cámbiate de ropa y cuando termines me llamas. ¿Ok? (Saliendo de la habitación)

La chica se cambió el traje naranja aburrido que llevaba por una blusa morada con pantalones negros y unas botas de cuero del mismo color. Como accesorios encontró en la caja unos aros, y no cualquiera, sino sus preferidos, los cuales eran negros con una pequeña piedra blanca. Una vez lista llamó a su nuevo amigo.

Miguel: Te ves bien. (Observándola)

Scarlett: Gracias. Ahora si me siento yo misma otra vez. (Contenta)

Miguel: Bien, vamos.

Comenzaron a caminar por los interminables pasillos. Scarlett ya sabía que eran de un estilo laberinto. Sin embargo, Miguel ya lo conocía de memoria. Claro, ya que trabajaba aquí hace años, tarde o temprano iba a memorizar el camino...

Unos minutos después habían llegado hasta la entrada del gran comedor. Para su sorpresa solo estaban comiendo no más de tres personas dentro del cuarto. ¿Dónde estaba el resto del personal?.

Scarlett: ¿Por qué está tan vacío? (Curiosa)

Miguel: Es que cada uno tiene su horario, vienen cuando quieren o pueden, ya que por los diferentes tiempos de trabajo, es difícil mantener un periodo constante...

Scarlett: Ah, ya veo. Menos mal, será más tranquilo entonces.

Miguel vio el registro de alimentos del día de hoy... para luego enseñárselos a su compañera. Cada uno eligió su menú, una vez preparado fueron hasta una mesa alejada, en uno de los rincones de la habitación, donde podrían hablar tranquilos sin que nadie interfiera en el caso de identificar a un miembro de la Clase-D.

Hoy era el día donde servían pasta con un poco de carne. Scarlett estaba muy feliz de no comer aquellos alimentos insípidos que les daban a los prisioneros. Miguel había pedido unos clásicos fideos con salsa y Scarlett un filete con algunos fideos largos sin condimentar.

Mientras comían hablaban sobre sus vidas pasadas. Al parecer Miguel trabajaba en una fábrica metalúrgica que terminó en quiebra. Fue un poco antes de descubrir a la Fundación y ser obligado a trabajar en ella. Supuestamente fue la culpa de un SCP, el cual se había metido en su vida provocando que lo retengan al igual que a Scarlett... por saber demasiado.

La chica comentaba sobre sus antiguas costumbres, sobre sus familiares y amigos. Y como deseaba verlos de nuevo.

Al finalizar la hora del almuerzo, se levantaron arreglando la mesa en la que estaban...

Miguel: ¿Qué quieres hacer ahora? Podemos ir a cualquier habitación que sea de nivel 3 o inferior... Si me encuentro con mi compañero, podríamos ir también a las salas nivel 4

Scarlett: Mmmm... pues, solo caminemos un poco... que en estos últimos días he estado inmóvil la mayor parte del tiempo.

Miguel: Está bien.

Mientras caminaron, vieron a otros guardias cuidando la zona, pero ninguno de ellos dirigió su mirada a Scarlett, para su suerte. Miguel se detuvo frente a una enorme puerta de acero reforzada. La chica vio a su costado una ficha de identificación que decía "SCP-914, Clase del objeto - Seguro". Sin duda Scarlett ya sabía de cual SCP se trataba... ya la había visto antes, en especial gracias al vídeo-juego... era la máquina grande que constaba de engranajes, poleas y otras partes mecánicas. Cuyos efectos variaban según los ajustes que se le daban. Cambiando o modificando los objetos que entraban en ella.

Miguel: ¿Te interesa? Puedo ver en tus expresiones que ya conoces lo que es.

Scarlett: ¡Claro, me encantaría verla en persona! Ya que solo la vi en imágenes...

Miguel: Bien. (Abre la puerta con su tarjeta nivel 3, aunque bastaba con una del nivel 2) Adelante. (Haciendo una señal para que pasara primero)

La máquina era más grande de lo que creía, con muchos más detalles... la palabra "Impresionante" no bastaba para describir lo que sentía Scarlett al verla.

Miguel: Veo que tienes un gran interés... (Pausa) Para mi ya no es muy importarte...

Scarlett: ¿Sabes que puedes refinar tu tarjeta nivel 3 para sacar una Omni? Claro, si tienes suerte y haces los ajustes correctos...

Miguel: Está contra las reglas... no debo cambiar mi rango.

Scarlett: ¿No puedes hacer una demostración con algo?

Miguel: Quisiera... pero prefiero no tocar esa maquina, sabes muy bien que es capaz de destruir objetos en algunos casos.

Scarlett. ¿Alguien se introdujo a si mismo en la máquina? ¿Termina igual al del juego? (Recordando ese detalle)

Miguel: Si, por eso se aclara en los documentos que nadie debe ingresar en ella... porque al final le produce una muerte instantánea.

Scarlett: Interesante...

Salieron del cuarto, el guardia lo cerró como estaba antes y continuaron su paseo...

Scarlett. ¡Ya se! ¿Podríamos ver al SCP-012? (Entusiasmada)

Miguel: Si... pero desde la cabina de seguridad... no hay que estar muy cerca o sino... (Fue interrumpido)

Scarlett: Ya lo se, esa partitura musical manuscrita te obligará a terminarla con tu propia sangre...

Miguel: Impresionante... ya veo porque terminaste aquí... sabes muchas cosas sobre los elementos.

Scarlett: Si, pero hay algunos que conozco más o menos...

Miguel: Estando aquí, podrás aprender más cosas...

Ambos fueron hasta una puerta que era identificada por otra ficha de identificación que decía "SCP-012, Clase del objeto - Euclid". Bajaron unas escaleras hasta llegar a su destino. Scarlett vio a través del cristal aquella partitura única, escrita con la sangre de víctimas desafortunadas que no lograron resistir el poder que los forzaba a mutilarse para intentar finalizarla sin éxito.

A pesar de la crueldad del objeto, Scarlett seguía admirando al SCP, era más de lo que muchos veían en él. No era solo un escrito maligno que provocaba interminables muertes, no, era mucho más y la chica era capaz de verlo.

Scarlett: ¿No podemos... escucharla?

Miguel: No seas tonta, nunca nadie debe escuchar su melodía infernal...

Scarlett: Oh... está bien. continuemos...

Siguieron su camino hasta llegar a una gran zona de contención... en el medio se hallaba un cubo de acero gigante... esto solo indicaba una cosa... estaban a tan solo una estructura metálica de ver frente a frente al temido... SCP-106.



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