I
Me hallaba en uno de los pocos edificios que quedaban en la ciudad. Los zombies habían acabado con el 98% del planeta. Todos mis seres queridos y conocidos habían desaparecido, excepto mi mejor amiga, Megan, y mi hermano, Scott. Corríamos los tres hacia la puerta del garaje de aquel edificio seguidos por un grupo de zombies. Scott llego primero a la puerta, seguido de Megan. Los zombies me pisaban los talones, no es que fuera muy rápida. Scott espero hasta que estuve dentro y seguidamente cerro la puerta.
-¡Hacia los ascensores!- grito mientras ponía todo su peso sobre la puerta.
Megan y yo echamos a correr hacia los ascensores. Según un contacto, aun humano, en la ultima planta había una seguridad especial a través de la cual no podían pasar los zombies. Megan llevaba una pistola encima por si acaso la situación lo requería.
-¡Daros prisa, no creo que pueda aguantar mucho mas!- gritaba mi hermano desde la puerta.
Justo en ese momento las puertas del ascensor se abrieron. Dos zombies salieron del ascensor, pero no tardaron mucho en ser derribados por la pistola de Megan. me hizo una señal con la cabeza para que entrara al ascensor. Una vez que estuvimos las dos dentro llamamos a Scott.
¡Scott, vamos!- grité- ¡Scott hay que irse!-.
No respondía. Iba a salir a buscarle pero Megan me cogió del brazo. Intente soltarme pero no pude. Las puertas del ascensor comenzaron a cerrarse. Mis ojos se cristalizaron.
-¡Scott!- grite de nuevo- ¡Scott! ¡SCOTT!-.
Las puertas ya se habían cerrado. Megan me soltó y me pegue contra las puertas. De mi boca solo salió una palabra.
-¡Scott!-
Y entonces desperté.
***
Daba vueltas por la habitación. Pensaba en que podía significar aquel sueño.
-¿No puede haber sido solo un sueño?- preguntaba Megan.
-Megan- dije llamando su atención- Jamás me acuerdo de un sueño. Soy Banshee. Gritar el nombre de una persona significa que esa persona va a morir-.
-_______, seguro que no es nada- dijo Megan intentando calmarme- Además, el curso esta a punto de empezar y Beacon Hills esta muy lejos-.
-Entonces nos vamos de intercambio- dije corriendo a mi habitación para preparar la maleta.
Tenia ganas de ver a mi hermano. Me había ido de Beacon Hills con 5 años. No había vuelto a ver a mi hermano ni a mi madre desde entonces. Vivía con mi padre y Megan, que fue como mi hermana desde aquel momento. Hace poco que descubrí que era una Banshee y había aprendido a utilizar mis poderes, pero solo al predecir la muerte. Cogi la primera mochila que encontré y comencé a meter lo imprescindible, esa misma noche saldría hacia Beacon Hills.
-¿Vamos?- dije saliendo de mi habitación.
-Lista- dijo Megan levantando su bolsa.
Juntas nos dirigimos a mi moto. Ella condujo ya que yo no tenia carnet. Deje una nota en la mesa para mi padre y partimos hacia Beacon Hills. Me agarre al cuerpo de Megan y sin darme cuenta me quede dormida.
***
Volvía a estar en aquel edificio. El ascensor subía hasta la ultima planta. Llegamos a ella y descubrimos que no había ni zombies, ni olía a muerto. Salimos del ascensor con cuidado. Megan llevaba el arma en alto y yo iba detrás de ella desarmada. Tocamos el timbre y una persona nos abrió. Parecía tener nuestra edad, puede que un año mayor.
-Rápido, entrad- dijo aquel tipo.
Megan y yo entramos y examinamos aquel lugar. Era bastante grande, como para almacenar a 100 personas.
-¿Quienes sois?- preguntó aquel tipo.
-Yo soy Megan Hale- dijo Megan dirigiéndose imponente hacia él.
-Yo soy _______ McCall- dije imitándola.
-¿McCall?- pregunto desconcertado- Espera, ¿Dónde esta Scott?-.
-¿Conoces a mi hermano?-
-Es mi mejor amigo- dijo él- Soy Stiles, Stiles Stilinski-.
***
Mi ojos comenzaban a abrirse, la moto había parado y Megan estaba intentando despertarme. El sol brillaba en lo mas alto del cielo, supuse que eran las 12.
-______,- dijo Megan cuando me acostumbre a la luz- hemos llegado-.
Era verdad, delante de mi se encontraba la casa donde me crie hasta los 5 años.
-Mamá- susurré inconsciente.
Acto seguido me acerqué a la puerta y llamé. Una figura femenina se acercó a la puerta y acto seguido la abrió. No había cambiado nada, seguía con esa cara de madre sobreprotectora y su pelo enmarañado. Cuando me vio, se quedo atónita.
-¿______?- pregunto aun sin creerse lo que veía.
Asentí y me lance a sus brazos.
-¿Qué haces aquí?- comenzó a preguntar- ¿Y tu padre? ¿Esta todo bien?-.
-Estoy bien mamá- empecé a decir para tranquilizarla- Papá también, pero se ha quedado en Toronto-.
Unos pasos sonaron por las escaleras anunciando que alguien bajaba. Me separe de mi madre, que se fue a conocer a Megan, mientras yo me acercaba a las escaleras para ver quien bajaba. Cuando le vi no pude contener una sonrisa. Cuando Scott se paró en frente de mi, y me miro con esos ojos idénticos a los míos, me abalancé sobre él. Al principio no me correspondió pero no tardó más de dos segundos en corresponder mi abrazo.
-Te echaba de menos, hermanita- dijo Scott acercando su cara a mi pelo.
-Y yo a ti, hermanito- dije inundando mi cara en su pecho.
-¿Que haces aquí?- pregunto Scott mirándome con una sonrisa.
-Scott...- dije pensando en como decírselo- Tenemos que hablar-.
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