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Relación

Hipo

¡Primer día de novios! ¡Yey! Ayer por la noche reunimos a todos en la casa de las chicas para darles la noticia, y vaya que todos lo tomaron mejor de lo que esperaba. Incluso Jack...

- Abran el libro en la página 97 -dice el maestro.

Mérida trae puesta una pequeña capa de maquillaje que Rapunzel le ha aplicado para que los golpes no sean tan notorios, pero aún así se ven un poco.

- ¿Quién puede decirme cuál es la importancia de la química en la vida? -pregunta, emocionado.

Pero no todos estamos tan emocionados como él como para contestarle incluso con los mismos ánimos. Veo la mano de Mérida levantarse con trabajo.

- Tanta como el agua o el aire -dice con voz apenas eludible.

- Correcto, señorita Dunbroch –responde el profesor, y continúa dando la clase.

La miro; está a tres lugares de mí, y veo que le cuesta un terrible trabajo mantenerse despierta. Fue tan necia que no pude evitar que faltara a clases el día de hoy, así que lo único que puedo hacer por ahora es mirarla y cuidarla desde la distancia.

- ¿Alguien tiene idea de por qué la química es considerada ciencia? –le dirige la mirada a ella, como si ya tuviera la respuesta en los labios.

- Cumple con los parámetros establecidos para que una disciplina sea considerada como tal –responde, un poco más claro, pero se vuelve a recargar en la pared mientras deja descansar su cuerpo ahí.

- ¿Y cuáles son esos parámetros, si se puede saber? –insiste. Maldito, déjela en paz.

- Que son un conjunto de métodos y técnicas para la adquisición y organización de conocimientos sobre la estructura de un vínculo de hechos objetivos y accesibles a varios observadores –digo rápidamente mientras levanto la mano y contesto un poco molesto-. La aplicación de esos métodos y conocimientos conduce a la generación de más conocimiento objetivo en forma de predicciones concretas, cuantitativas y comprobables referidas a hechos observables pasados, presentes y futuros.

El maestro queda perplejo ante mi respuesta. Pero contesté por Mérida, y era justo lo que quería, pero ahora toda la clase me mira sorprendida... y me siento terriblemente incómodo. Lo que resta de la clase el profesor no vuelve a hacer preguntas, y al ver que ella se encuentra bien, decido concentrarme en la clase, pero no lo logro; siento que en cualquier momento, caerá al piso y jamás despertará.

Ahora más que nunca, debo protegerla de todos y de todo, porque no puedo permitirme otra falla con ella. Mérida ahora, es mi mayor prioridad, mi mayor tesoro, y no dejaré que se me escape. Cuando la clase finaliza, acomodo mis cosas rápidamente y camino a ella.

- Hola -digo dulcemente mientras me pongo frente a su lugar.

- Hola -dice en voz baja con una sonrisa.

- Te invito un sándwich de atún -le digo, ayudándola a incorporarse-. Si quieres un jugo.

- Claro, pero, ¿puede ser después de clases? -parece muy cansada-. Tengo que ir a la clase de las 10.

- Oh, claro -respondo, mientras me hago a un lado.

- Podemos -carraspea para aclararse la garganta-. Podemos vernos después de clases.

Asiento, un poco decepcionado; tengo una hora libre hasta que mi próxima clase comience, y no sé qué hacer.

- Hey -dice-. Estaré bien. Sólo es una clase... Una muy aburrida.

Asiento con una sonrisa falsa, y la acompaño hasta la entrada de la habitación llena de libros y humanos que no conozco. Espero a que se siente y luego me quedo vagando en los pasillos unos breves minutos. Entonces sé a dónde ir; con mi queridísimo amigo Jack.

*****

- Tengo una hora libre -explico-. Quería saber cómo seguías.

- Bien, gracias -dice mientras se soba la garganta-. Duele un poco todavía.

Asiento con la cabeza, y le ofrezco la botella de agua. Bebe un pequeño sorbo y luego se recarga en la barda de ladrillos.

- ¿Cómo van las cosas?

- Pues, bien, creo -respondo inocente-. Las tareas me matan pero creo que ya casi—

- Me refiero a tú y Mérida -interrumpe.

- Oh -me entra un sentimiento extraño-. Bien, bien. Ya sabes...

Asiente, y le da un mordisco a su pedazo de carne. Todavía tiene morada la mejilla y en sus manos marcadas las cuerdas, pero no se queja. Por la noche, antes de ir a dormir, suelo charlar con Jack un rato para ver cómo sigue, y si necesita ayuda con la tarea. O con alguna otra cosa.

- Me alegro -responde vacío.

Si algo ha cambiado desde el ataque además de la confianza y actitud de los estudiantes, es Jack; todo él ha cambiado, su actitud, su manera de estudiar, la de caminar, la de vestir, la de actuar, la manera de ser líder. Todo.

- ¿Recuerdas... -pregunta, sonriendo-, cuando metimos el pie en la pintura blanca...?

Ríe casi sin ganas, pero con ganas al mismo tiempo. Quiere reírse, pero no tanto.

- Sí -respondo alegre-. Tadashi nos persiguió por toda la casa.

- Y luego Chimuelo nos ayudó -ahora sí ríe.

Ambos comenzamos a reír como no hacíamos en un largo rato, y de la nada me cuelga un brazo en el hombro, acercándome a él.

- ¿Viste su cara cuando vio las patas de Chimuelo en el techo? -apenas puede hablar-. ¡Fue una locura!

No podemos dejar de reír, lo cual me hace sentir verdaderamente agradecido y alegre... Voy a encargarme de que volvamos a hacer los hermanos que éramos antes de que todo esto pasara. Cuando terminamos de reír, me dedica una sonrisa tierna y amigable.

- ¿Qué harás el viernes? -me arriesgo a preguntar.

- ¿Qué? -parece divertido-. ¿Vas a besarme o algo así?

- Puede que lo haga -bromeo-. Si es que vas lo suficientemente más guapo que yo como para impresionarme.

- ¿Es una apuesta, Haddock? -parece emocionado.

- Oh, claro.

Me da un golpe en el hombro con su puño y luego empuja su cuerpo hacia adelante para comenzar a caminar.

- Te veo el viernes entonces -saca una mano de sus bolsillos y se despide.

Me quedo mirándolo desde lejos; se ve tan seguro y confiado de sí mismo... Como si estuviera seguro de que va a ganar. Admito que tiene un gran sentido de la moda y el estilo pero... Pero...

Entonces reacciono; oh, mierda.

*****

- Necesito tu ayuda -le digo a Rapunzel un poco agitado.

- ¿Está todo en orden? -tiene el cabello salpicado de pintura verde y rosa.

- Aposté con Jack, y ahora me doy cuenta de que necesito ayuda -explico un poco avergonzado-. Eres la persona con más estilo que conozco.

- Oh, caray, gracias -se ruboriza ligeramente.

Saca su libreta de dibujo por detrás de su mochila y luego e acomoda junto a mí un poco más cerca de lo que acostumbra. La abre en la página que tiene un pequeño marcador de color amarillo fosforescente con la palabra "ropa". La abre, y, Dioses, quedo impactado al momento.

- Guau -es todo lo que puedo decir.

Tiene tantos diseños y estilos, tanto de hombre como de mujer, tan frescos y originales que siento que ha sacado las ideas de un desfile de modas. Pero no. Esto es sin duda alguna de ella.

- ¿Te convence alguno?

- No sé cuál elegir ahora -digo nervioso.

Ríe entre dientes y luego me entrega la libreta mientras se pone de pie. Me examina durante unos segundos y luego se percata de mi nerviosismo.

- ¿Qué es tan grave que apostaste? -me pregunta al cabo de un rato.

- Debo ir mejor vestido que Jack -explico con voz temblorosa-. O si no...

La sangre se me sube a la cabeza y me pongo colorado de la vergüenza. Cierro la libreta con cuidado y la dejo a un lado mío mientras hundo mi rostro en mis manos.

- Besaré a Jack...

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