Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Noche Incómoda

Hipo

- Bien -le digo mientras abro la puerta de mi cuarto-. Esta es mí casa. Bienvenida.

No sé qué me da primero; si un ataque de nervios, uno de estrés, uno de vergüenza, uno de miedo, o todos a la vez. Desearía no haber ido a la casa de Mérida hace unas horas. Pero quería verla, escuchar su voz, ver sus ojos, o su sonrisa. En serio necesitaba verla.

Lo primero que veo en su rostro es una expresión de... ¿Asombro? ¿Asco? ¿Disgusto? No puedo descifrarlo, pero me siento terriblemente avergonzado.

- Perdona el desorden -digo, aunque sé que está todo perfectamente bien acomodado.

- Debes estar bromeando -dice-. ¡Este cuarto está increíble!

- ¿En serio? -digo un poco sorprendido.

- ¡Sí! -dice mientras camina hacia una pared-. ¡Mira los pósters! ¡Son asombrosos!

Camino a ella mientras observo lo emocionada que está.

- ¡Guau! -corre a mi escritorio-. ¿Son auténticos? -toma unas figuras de madera finamente talladas con cuidado-. Este del caballo está súper.

Me da tantísima ternura verla así. Es como... Ver a una niña en una dulcería.

- ¿Te gustan "Blue Days"? -pregunta con felicidad mientras toma el disco entre sus manos y lo observa a detalle.

- No creía que ése tipo de música te gustara -admito.

- Nadie sabe. Ni si quiera Rapunzel -se encoge de hombros mientras me mira-. Suelo ponerme audífonos. Eran los favoritos de mi padre.

- Y del mío... -digo para mis adentros.

*****

- Me iré a bañar a las regaderas -le digo-. Puedes dormir en la cama. Yo dormiré en el suelo.

- ¿Qué? -exclama-. Ni hablar. Yo dormiré en el piso.

- No -digo un poco serio-. Me duele un poco el hombro y quiero dormir en el suelo para acomodarme.

- Entonces te daré un masaje -me dice mientras se deshace la trenza-. Báñate con agua completamente fría y te espero aquí.

- Pero...

- ¡Ahora! -me ordena con una sonrisa. Parece divertida.

- Está bien -le digo-. Tranquila. Solo no salgas del cuarto y ciérrale bien. No dejes que entre nadie.

Tomo una toalla, mi jabón y shampoo y salgo. Camino por el pasillo, escuchando a través de las paredes música de rock y combinaciones de otras cosas, junto con voces de chicos. Chicos. Muchos chicos.

Por el pendiente de Mérida, de haberla dejada sola en un edificio lleno de chicos, tomo la ducha más rápida de mi vida.

Cuando termino salgo con la toalla amarrada a mi cintura y camino por el pasillo dando pasos largos. Antes de llegar a la puerta de entrada de mi habitación, unos sujetos me detienen. Unos que no me agradan mucho. Y son dos, a los cuales bauticé Idiota y Tarado.

- ¡Hola, Haddock! -dice Idiota-. ¿Tuviste un baño refrescante?

- Estoy de prisa -digo serio intentando rodearlos, pero me detiene y me da un ligero empujón hacia atrás.

- Escuché que te quedaste sin novia -me dice Tonto-. ¿Por qué? ¿Por tu apellido?

- En serio necesito ir a mi cuarto -les digo un poco más serio; están haciéndome molestar-. Pueden molestarme otro día.

- Necesitamos un favor -continúa Idiota-. Viene un proyecto que definirá mi calificación. Y quiero que sea grande. Muy grande.

Este tonto no sabe que debe dar una explicación de cómo lo hizo y qué materiales empleó para su fabricación; si no lo hace, sabrán que él no lo hizo.

- Te hice una pregunta Haddock.

- No lo sé -digo.

- No fue una opción pensarlo -me dice, sujetándome del pelo y tirando de él hacía atrás, provocándome un dolor en la nuca.

En eso, escucho que una puerta de un cuarto se abre, seguido de varios pasos. Ojalá sea alguien que ignore esto y siga con su camino; odio meter a más personas en esto.

- Lo quiero para e—

Es interrumpido por un golpe en la pierna seguido de uno en la cintura, que me hace quedar en libertad. Siento punzadas de dolor emanando de mi cabeza que recorren mi cuerpo.

- ¿Pero qu—

Tarado es interrumpido por un golpe sordo en la mejilla y luego cae junto a Idiota. Me quedo perplejo. Mérida.

- Hm -dice con indiferencia mientras los mira-. Idiotas. Deberían aprender a no meterse con personas como Hipo.

Idiota logra ponerse en pie, y me percato de que le saca casi dos cabezas a Mérida. Y también dos cuerpos. Comienzo a sudar frío.

- ¿Y tú qué, pelirojita? -le dice inclinándose a ella con coraje.

Pareciera que ambos están en una guerra de ceños fruncidos. Si no hago algo, le soltará un golpe a Mérida. Así que con un movimiento ágil, me pongo entre ambos.

- Ya basta -les digo. Tomo a Mérida de la mano-. Vámonos.

No doy ni un paso cuando un fuerte golpe me detiene en seco y me hace perder el equilibrio y todo el aire. Me cuesta pensar claramente y moverme me causa un terrible dolor.

- !Maldito! -grita Mérida y se le lanza encima.

No veo bien la escena. Respirar me cuesta trabajo y la cabeza me da punzadas de dolor tremendas que me hacen querer vomitar. Cuando menos reacciono, veo a Idiota caerse al suelo casi inconsciente.

- No se metan con Hipo nunca más -y les lanza la mirada más severa que existe.

Mérida me carga con todas sus fuerzas y me lleva casi arrastrando al cuarto. Apenas comienzo a recobrar el sentido, cuando siento mi cuerpo azotando contra la cama. Cierra la puerta de un golpe y abre todos mis cajones buscando algo.

- Tonto -me dice algo molesta-. Debiste haberlos golpeado.

Me incorporo pero pasa por un lado mío y de un empujón me vuelve a acostar mientras sigue buscando por el cuarto. La cabeza, el hombro y mi estomago me están matando.

- Debiste haberme llamado o algo. Hubiéramos evitado todo esto.

Oigo ruiditos como de sonajas. Pastillas. Me incorpora suavemente y con un poco de jugo me pide que las tome.

- Te ayudarán con el dolor de cabeza -explica-. Las otras son para el dolor de estómago.

Las tomo, sintiendo una horrible sensación en mi garganta. Luego, veo cómo se quita el pantalón y lo avienta al otro lado del cuarto. Desvío la vista rápidamente antes de que malinterprete algo.

- Voltéate -me dice-. Voy a darte un masaje.

- No creo que sea muy bue—

- ¡Solo hazlo! -dice mientras se le rompe la voz.

Hago caso antes de que pase otra cosa. Siento sus manos en mi espalda haciéndome suaves caricias. Ojalá pudiera verle la cara. No sé si está llorando, o esta molesta, pero sé que sus manos me hacen sentir una sensación agradable.

Se detiene, siento sus manos temblar, y por un momento me siento con el derecho de hacer lo que yo quiera. De hacer con Mérida lo que yo quiera como si fuera mía.

Me volteo a una velocidad increíble, la jalo del brazo y la atraigo hacia mí con fuerza. La aprisiono contra mis brazos y me aferro bien a ella. Esta llorando, y cada ves lo hace con más fuerza.

Intenta separarse de mí, pero no lo hace con la suficiente fuerza. Titubea. Pero al final se rinde y se queda entre mis brazos llorando.

¿Qué se supone que debería hacer ahora?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro