Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Misil

Hipo

Despierto, aturdido, con un dolor terriblemente fuerte punzándome la cabeza. Abro los ojos y veo todo en cámara lenta, los escombros, el fuego, y a Mérida, inconsciente y con un poco de sangre en su cabeza. Me levanto como puedo, pues mis extremidades están medio muertas.

- Mérida... -la llamo.

No respira, y cuando me percato de que su pecho no se mueve, mis sentidos se encienden de golpe y me levanto como si me hubiesen dado una descarga de corriente eléctrica.

- ¡Mérida!

Me hinco a un lado de ella y tomo su cabeza entre mis manos, la examino, me acerco a su rostro, y muy, muy despacio, escucho su respiración en mi oído.

Ah, gracias a Odín.

Tomo su cuerpo y me lo cargo entre los brazos; tiene un rasguño que le atraviesa casi toda la mejilla, y otro en la frente que le sangra. Me entran unas ganas terribles de llorar, y cuando suelto una lágrima, escucho algo moverse por detrás mío.

- Hipo -me llama Tadashi, con la voz medio débil. Se pone de pie y camina hacia mí-. Dónde.... Jack...

Lo busco con desesperación. Maldita sea, ¿dónde está Jack? Busco su cabellera blanca mientras escudriño todo el lugar, y muy al fondo, lo encuentro.

Escuchamos el helicóptero, y nos ponemos alerta. Entonces miramos a la puerta, y nos encontramos con que tiene escombros y partes de concreto encima, y salir por ahí tal vez requiera tiempo, lo cual nos hace asustarnos y entrar en una especie de pánico. Pero a ambos se nos sube a la cabeza ese miedo y lo convertimos en adrenalina que nos puede servir.

- Tadashi, ¿puedes con Mérida? -le pregunto-. Necesito sacar a Jack.

Asiente, se la entrego, y trato de ser lo más cuidadoso posible; Mérida es delgada, y muy ligera. Tadashi podrá con ella.

- Llévatela -le explico-. Piérdanse en el bosque y vayan a un lugar seguro. Pidan ayuda y alerten a todos. Salgan por el túnel.

Asiente con la cabeza y da media vuelta, medio caminando medio trotando y subiendo las escaleras.

- Intentaré estar con ustedes lo más pronto posible -se pierden en las escaleras-. ¡Y cuídala!

Pasa otra vez el helicóptero, por lo que me doy prisa y termino observando la situación. Jack tiene sangre escurriéndole en la cabeza y una pierna medio atorada entre unas piedras. Rápidamente las quito de encima y le ayudo a levantarse.

- Hi... Po...

- Jack -le digo-, tranquilo, todo estará bien.

Me lo cargo, al igual que a Mérida, y una punzada de dolor me recorre todo el cuerpo; Jack es mucho más pesado que ella, y cargarlo requiere una considerable fuerza de mi parte.

- Vas a estar bien.

Camino hacia la puerta con pasos apenas sostenibles y, una vez que salgo, el helicóptero pasa por encima de nosotros y rodea la casa. Me apresuro a subir las escaleras, y cuando llego al final del pasillo y comienzo a subir las escaleras, escucho un ruido agudo, y en menos de 3 segundos, la casa es sacudida violentamente, y parte de ella comienza a caerse.

Rápidamente cubro la cabeza de Jack con la parte de mis hombros y cabeza, al tiempo que las boronas me caen sobre la espalda y el cabello.

Si lanzan otro, la casa va a caerse por la mitad.

- Jack -le llamo-. Arriba, hermano. No puedo solo.

Abre los ojos, pero muy apenas. No puede caminar él solo, pero si continúo así, voy a terminar más adolorido de lo que ya estoy.

- Vamos, abre los ojos.

Entro al estudio y lo siento en una silla. Como puedo recorro el librero hacia adelante y lo empujo con todas mis fuerzas, dando gritos de desesperación. Abro la puerta y luego me vuelvo a él; no podré cargarlo y bajar al mismo tiempo. Tengo cerca de 3 minutos antes de que el helicóptero vuelva a lanzar otro misil, y esta vez, estoy seguro de que tirará la casa abajo.

- ¡Oye, Hipo!

La voz de mi padre me cae como anillo al dedo; lo siento como si fuese un sonido de gloria y ángeles para mis oídos. Me alegro muchísimo de verlo.

- ¡Ah, papá!

No puedo evitarlo y lo abrazo con fuerzas. Siento algo así como una tranquilidad infinita corriéndome por el cuerpo. Corresponde a mi abrazo unos cuantos segundos y luego me separa de él.

- Tenemos que darnos prisa -me dice-. Tenemos que irnos -me echa una rápida ojeada de pies a cabeza-. ¿Puedes caminar?

- Sí.

- Bien. ¿Tu amigo?

- Eso creo... -responde Jack débilmente.

¡VERGA! ¡¡CHIMUELO!! ¡Me había olvidado de él por completo! ¡Oh, Dioses, oh Dioses! ¡Tengo que volver por él! Maldita sea... ¿Cómo pude olvidarlo?

- Papá, tú ayúdalo -le digo desesperado-. Tengo que volver por algo.

- Hipo, no -dice serio-. Lo que sea, puede esperar. Necesitamos ponernos a salvo.

- Pónganse a salvo -digo un poco más fuerte-. ¡Váyanse! ¡Los veo en la otra casa!

- Hip—

- ¡Papá, basta! -le grito-. ¡Tenemos que ayudar a Jack!

Me mira serio, pero asiente una vez con la cabeza y se lo lleva. Salgo corriendo en cuando puedo, bajo las escaleras a una velocidad que me pone el corazón como loco y entro a mi habitación; Chimuelo me brinca en cuanto me ve, y se aferra bien a mis brazos.

Le acaricio las orejas mientras sigo corriendo hacia el estudio otra vez.

Está temblando en pobre, mirando a todas direcciones.

- Tranquilo, amigo -lo calmo-. No pasa nada, todo estará bien.

Puedo ver en sus ojos desesperación, miedo. No me arriesgo a bajar hasta la cocina y ver cómo está Sven, pero a decir verdad, creo que está bien. Entro al estudio y luego al cuarto, bajo las escalerillas lo más rápido que puedo y justo cuando voy a comenzar a correr, un fuerte sacudido me hace caer al piso.

Me toma más o menos 3 segundos volverme a incorporar, y cuando lo hago, me quedo en silencio; las paredes están tronando, como rompiéndose...

- Oh, no...

Terror, miedo, estrés, nervios, ansias; todo en un mismo paso que me hace correr como si no hubiera un mañana. Y es que si no lo hago, no lo habrá. Siento cómo la casa se inclina hacia atrás, y por un momento, siento que me va a jalar con ella para mi inminente muerte.

Las paredes se agrietan conforme corro, y cada vez se hacen más y más grandes. Entonces miro al suelo que tengo a más o menos 10 metros frente a mí; se agrieta y se rompe, entra luz del cielo y los escombros caen como cascada.

¡!Maldición!! ¡La maldita casa se está partiendo por la mitad!

Corro todavía con más fuerzas, sintiendo en mis piernas un terrible cansancio y en mi pecho un desesperante ardor. Ya no puedo... No voy a lograrlo.

- ¿Hipo?

En mi mente, la imagen de Mérida se me viene a la cabeza; está sonriéndome de oreja a oreja con las mejillas sonrojadas.

- ¿Hipo?

Estamos en lo que parece ser un lugar blanco como la nieve, sin nada ni nadie, donde estamos de frente. Pero ella no es Mérida... Ella es una ilusión de mi cabeza.

- ¿Estoy muerto?

- No.

- ¿Quién eres tú?

- Soy a la que le prometiste muchas cosas -responde, poniéndome una mano en el rostro-. La que te ama a pesar de todo, la que te está esperando.

- Te fallé -se me rompe la voz.

- No lo hiciste.

Lloro, pero a la vez reprimiéndolo. ¿Qué es esto? ¿Estoy muerto? ¿En dónde estoy?

- Hipo...

La miro. Tiene los mismos ojos azules y las mismas pecas que la Mérida real, pero...

- Tienes que vivir, por ti, por mí, por nosotros, por tus amigos y familia.

- He cometido muchos errores en mi vida...

- Entonces es hora de que los corrijas -me da un beso en la mejilla-. Corre y no te detengas:

Todavía tienes muchas cosas qué vivir...

Con esto, abro los ojos y vuelvo a la realidad, veo la quebradura del piso a dos metros de mí o menos. ¿En serio podré? Tengo miedo, y mucho...

Lanzo a Chimuelo con fuerza antes de que terminemos más lejos del otro lado del túnel y éste logra caer dentro, milagrosamente.

Y yo, doy un salto con todas las fuerzas de mis piernas, estiro la mano para alcanzar el borde... Pero lo único que siento es la gravedad succionándome hacia abajo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro