Mérida
Han pasado varios días. Tantos, que incluso dejé de contarlos después del octavo. Y las competencias son en dos días. En dos días inician.
- ¡RAPUNZEL! -le grito alterada.
Entra casi al instante, con un pincel en la mano y un pedazo de pan en la boca. Me causa tanta gracia, que suelto una carcajada muy ruidosa.
Entrecierra los ojos, molesta, y se acomoda el pincel detrás de la oreja y toma en pan con su mano.
- ¿Qué?
- Dos días -digo, ya relajada.
Asiente. Sabe lo que quiero decirle, y me pide que la acompañe a su habitación. Entro, y me muestra una bolsa negra. La abre con cuidado y me entrega una playera negra.
- ¿Qué es esto? -pregunto, pero la extiendo al momento-. Caray...
Es el uniforme del equipo. Y luce increíble. No puedo creerlo; está mejor de lo que creí, y la tela es más suave y cómoda de lo que Rapunzel me había dicho.
- ¿Te gustan? -pregunta nerviosa-. Iba a mostrártelo antes pero lo olvidé por completo.
- Están increíbles -respondo casi sin voz.
No puedo hablar, ni si quiera pensar bien. El nuevo uniforme está súper genial y... ¡Asombroso! Lanzó un grito de emoción y me lanzo a abrazarla.
*****
- Iré a correr un poco -le digo, pero toma del brazo rápidamente y me detiene.
- No -su tono de voz es serio-. Ya hiciste mucho ejercicio. Descansa.
- ¡Ah! -me quejo-. Sólo hoy. Mañana quiero dormir todo el día.
Niega con la cabeza. Y entonces me rindo; no tiene caso seguir alegando con ella, pues ya se lo que va a decir.
- Bueno -intento usar psicología inversa-. Entonces estaré lo que resta del día jugando Guitar Master 3.
Me aplasto en el sillón y enciendo la consola mientras tomo la guitarra y comienzo a subir y a bajar la palanca al ritmo de la música. Sé que ése ruido molesta a Rapunzel.
La partida comienza, y la miro. No está haciendo nada, al contrario, está moviendo la cabeza al compás del ritmo.
¡Aah! Quiero salir de la casa. Odio estar aquí todo el día sin hacer nada.
- Llamaré a Gogo para que venga a jugar contigo.
Lo dice como si fuese su hija pequeña. Pero no estaría mal que Gogo viniera. Digo, sólo ella me hace más o menos una buena competencia cuando jugamos, pero se rinde fácilmente. Y eso hace que el juego se haga aburrido.
Durante un rato no escucho su voz, pero luego, casi después de media hora, camina a mí y me mira directamente a los ojos.
- En diez minutos darán las dos de la tarde -explica-. Tengo que ir a comprar unas cosas a las orillas de la ciudad, y quizá tarde un poco. ¿Vienes?
- No, gracias -respondo automáticamente.
- No puedes quedarte sola.
- Sí que puedo -me pongo a la defensiva-. Tengo 18.
Abre la boca para decir algo pero se retracta al instante. Ignoro lo que acaba de pasar y continúo mi partida.
- Sabes que no me refiero a eso.
Sé que no. Pero me molesta que me lo estén recordando todo el día. Me vuelvo pero veo que está al teléfono, pero no me molesto ni en escuchar; estoy a 2500 puntos de romper mi anterior récord.
- Bien -se pone detrás de mí-. No tardes. Gracias.
Y cuando menos lo espero, después de casi diez minutos, alguien toca la puerta y sale ella a abrir. Me vuelvo, y veo a Hipo entrando por la puerta.
- Gracias por venir -dice Rapunzel.
¿Queeeeeeé?
*****
- Bien -dice Rapunzel-. Él se quedará contigo hasta que regrese. Pueden jugar.
- Solo hay una guitarra -digo molesta.
- Pero tienes un control -agrega Hipo-. Soy experto con eso.
Rapunzel nos mira y sonríe. Piensa que todo estará bien mientras no salga a ningún lado, pero también sabe que no puede mantenerme así para siempre.
- Volveré rápido -dice, y sale por la puerta.
Y entonces me doy cuenta de lo incómodo que se siente el ambiente. No sé qué hacer o qué decir, y estoy comenzando a creer que hubiera sido mejor haberla acompañado.
- ¿Jugamos? -invita mientras toma el control-. Estoy seguro de que te ganaré.
- En tus sueños -le digo, tomando la guitarra y seleccionando la opción "guerra".
Comienza a mover sus dedos mientras los estira a lo largo, como para calentarlos. También los abre y lo cierra. Conozco esos movimientos; en serio sabe lo que está haciendo. Y sabe perfectamente bien cómo lo hará.
- ¿Uno contra uno? -pregunta.
Selecciono la opción avanzado.
- Será más fácil ganarte -respondo, encogiéndome de hombros con una sonrisa en la cara-. Jamás he perdido contra alguien. Te venceré fácilmente.
Eligió la canción que quiero tocar, y le aprieto start.
- Te apuesto un beso a que te ganaré.
Su comentario me toma por sorpresa, y lo miro. El juego tarda de diez a quince segundos para cargar la partida.
- No te voy a besar -digo.
- ¿Qué importa? De todos modos me vencerás fácilmente.
Y antes de que pueda responderle, la partida comienza. Mis dedos izquierdos se sincronizan con mi pulgar del dedo derecho para poder hacer las notas válidas, y cuando menos lo veo, Hipo me lleva la delantera por 300 puntos.
Sigo jugando, pero, no puedo evitar ver su puntuación. Ahora me gana por casi 500 puntos. Entonces con mi cadera golpeo suavemente el control para que pierda la nota y baje de puntos mientras yo subo, y me da resultados.
- ¡Oye! -exclama.
Río, y segundos después me pongo frente a el televisor para obstruir su vista.
- ¡Estás haciendo trampa!
- No -le digo-. Claro que no.
Río y sigo jugando. Esto es tan divertido; molestar a Hipo en un juego de GM3... Debería invitarlo más seguido a jugar. Este chico es genial.
Luego... Después de toda la partida, al final logro vencerlo con una ventaja de 3700 puntos. Ya no tendré que besarlo...
- Gané -le digo.
- Hiciste trampa -me dice, dejando el control a un lado.
- ¿Y? -pero ante mi repuesta, da un brinco del sillón y se pone frente a mí, imponente.
Me mira directamente a los ojos, pero éstos irradian algo más que seriedad. Está divirtiéndose de mi inferioridad.
- Yo te gané -su voz es seria pero tersa-. Quiero mi beso.
Se acerca a mí lentamente, y no sé qué hacer. Su perfume me invade los pulmones, su mirada está tentándome a besarlo, y... Quiero dejarme llevar....
Quiero...
Pero entonces recuerdo a su novia. Y me alejo un poco de él. Quiero llorar, gritar, patalear, moler alguna cosa a golpes.
Porque Hipo... Definitivamente me está gustando.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro