Hipo

Se puede decir que hemos encontrado una especie de mina de secretos. Llevamos casi una hora ordenando papeles y clasificándolos por categoría. Hay de todo. Mapas, fotografías, documentos, cartas... Pero varias cosas están a la mitad. No tiene mucho sentido. Encuentro una especie de carta a medio escribir.

4/16/75
Victoria:
Lo he encontrado: el túnel del que tanto hablaba tu mucama, Andrea. Todo este tiempo estuvo conectado por debajo de nosotros, en una especie de cueva subterránea. Te explicaré luego. Debo comenzar a cavar.
Marcus.

¿1975? Eso fue hace más o menos 40 años... Le doy otra leída solo para asegurarme de que no estoy viendo cosas.

- Hipo -llama Mérida-. Ven a ver esto.

Cuando camino a ella, me doy cuenta del papel viejo y sucio que trae en la mano. Acerca su cuerpo al mío y ambos compartimos la vista de la carta.

A quien encuentre esto:
Seguramente ha encontrado esto en el fondo de una pila de papeles abandonados. Créanme, han encontrado un mundo de secretos por descubrir. Confíen en mí. Esta casa vale más de lo que creen. Por favor, cuídenla.
Es lo que me queda de Victoria.
Marcus.

- Victoria... -finalizo, perdido en mis pensamientos.

Es cierto que todo tiene sentido aquí, y que quizá sí hayamos descubierto una mina de secretos dorados. Todo esto me causa tanto misterio e intriga...

- Bien -dice-. ¿Qué hacemos ahora?

Comienzo a pensar. Después de haber leído la nota, no puedo simplemente quedarme de brazos cruzados. Debemos hacer algo.

- Seguir ordenando -respondo, decidido-. Debe haber algo más.

A las dos horas, tenemos todos los papeles clasificados y ordenados. Mérida no luce tan intrigada como yo, pero se nota su interés y su cuidado en este asunto. Comenzamos leyendo viejas cartas, pero al final nos quedamos con las más importantes.

1/18/75
Me alegró haber pasado el día contigo. Creo que fue mucho mejor que haber estado encerrada leyendo aburridas lecciones de oratoria. La mucama ha hecho un excelente trabajo con su discreción. Esperemos que haya más días como este.
Con todo mi cariño, Victoria.

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2/27/76
Mis padres se niegan rotundamente a dejarme tener algún contacto contigo. Le he pedido a Andrea que mande esta carta por mí, sin que mis padres se dieran cuenta. Mi madre quiere enviarme al colegio de artes a Italia el próximo año, y seguir sus pasos. Me gustaría vernos pronto, quizá esta noche, en el túnel.
Mi hermana está decidida a irse a Francia la próxima semana cuando acabe los últimos exámenes que le quedan.
No puedo dejar de pensar en ti. Todo este asunto me hace querer ir con el doctor Paul por medicina para el dolor de cabeza.
Te quiero.
Victoria.

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5/8/76
Gracias por el regalo. Me ha encantado. Andrea me lo ha entregado, y cabe mencionar que la envoltura que le has elegido es muy hermoso. Espero devolverte el favor pronto. Te escribo desde el fuerte de madera. Vine por unas cosas antes de ir a las clases de canto.
Te amo.
Victoria.

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8/13/76
Malas noticias. Espero terminar la carta antes de que Andrea se marche...
Me voy a finales de invierno a Italia. Está decidido, y por ahora no hay nada que yo pueda hacer. He intentado negociar con mi madre, pero simplemente no cede. Me hubiera gustado escaparme contigo cuando tuve la oportunidad. Intentaré estar en el fuerte antes de la media noche. Quiero y necesito hablar contigo de algo muy importante.
Por siempre tuya,
Victoria.

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12/26/76
No tengo palabras para la despedida. Sabes que nunca fui buena, así que no lo seré ahora. Te he dejado una cesta de cartas con Andrea, espero te gusten. Tómate el tiempo de leerlas, al fin y al cabo, las palabras siempre se quedarán ahí. Gracias por todo. Te estaré agradecida eternamente.
Nunca dejes de hacer recuerdos.
Victoria.

Me quedo callado. Ambos nos quedamos callados y atónitos, en una especie de shock. ¿Qué es esto? ¿Cartas de Victoria? ¿Y quién es ese tal Marcus? Comienzo a dudar de la inteligencia de Chimuelo... Ese gato es más listo e inteligente de lo que creía. Quiero creer que todo esto es pura coincidencia, pero, no puedo verlo así.

- Será mejor que nos vayamos -le digo-. Volveremos luego.

Mérida asiente con la cabeza y deja las cartas sobre la mesa. Luego, ambos salimos de la casa y comenzamos a descender. Por algún motivo, me dan ganas de hacerle cartas a Mérida también. Así que, ¿por qué no comenzar?

*****

Por la noche, le mando un mensaje a Mérida, pero no recibo respuesta en las próximas dos horas, así que me rindo y me duermo. No tengo tiempo para esperar más.

Al día siguiente, apenas y la veo. Tiene varios trabajos que acabar y tiene que estudiar para los exámenes. No hablamos en todo el día, ni si quiera nos sentamos juntos. Incluso se va a su casa temprano para arreglar las cosas antes de que su madre llegue.

Le mando varios mensajes por la tarde para preguntarle si quiere que vaya a su casa a ayudarle con algo, y hasta tres horas después, recibo su respuesta.

No. Gracias. Lo tengo todo bajo control.

Un poco serio, bloqueo el teléfono, me pongo los audífonos y salgo a correr a toda velocidad hasta llegar al parque. Tengo muchas qué sacar.

*****

Visito a mi madre un domingo en la mañana: tengo ganas de charlar con ella y recibir un consejo. Pero cuando toco la puerta, no está. No quiero ir con Mérida porque está ocupada haciendo tareas y trabajos pendientes. Últimamente ha estado distraída de todo, y no sé bien por qué.

Así que tomo mi teléfono, y le mando un mensaje a Jack. Quizá tenga algo para hoy.

Lo siento bro ;( estoy con Elsa en el cine. Si quieres podemos vernos luego!

Quizá Tadashi tenga más suerte. Pero lo mismo: al parecer está ocupado terminando unos trabajos con Fredd y Honey. Lo mismo con Kristoff, Eugene, y todas las demás personas.

¿Es que acaso estoy destinado a estar solo hoy?

Me arriesgo a mandarle un mensaje a la última persona que se me ocurre, y, evidentemente, responde a los tres minutos:

Claro, si quieres podemos vernos en algún lugar.

Astrid...

*****

Por la noche, cuando enciendo mi computadora, me percato de todos los correos que no me había tomado la molestia en revisar antes. Comienzo a eliminar todos, uno por uno.

Lo mismo de siempre: notificaciones basura que no me interesan para nada, y una que otra invitación de juegos. Me meto a YouTube un rato para ver qué noticias hay de música, o cualquier chisme que me entretenga la tarde, y me encuentro con uno que me llama la atención: "Ataques en SF". Le doy click y comienzo a reproducir el video.

- Hace apenas unos meses la ciudad sufrió un ataque de un grupo de personas armadas. Varias personas fueron heridas, y la mayoría de los lugares atacados fueron escuelas y universidades. ¿Estarían buscando alguna especie de persona?

Me pongo de pie y comienzo a buscar a Chimuelo. Ya es hora de que coma algo.

- ... Los atacantes fueron capturados por la policía en el último lugar del ataque, y ahora residen en la prisión del estado más asegurada que hay.

Lo tomo entre mis manos y comienzo a rascarle por detrás de la oreja con cuidado. Ronronea al instante. Cuando el video se acaba, comienzo a leer los comentarios, que, al fin y al cabo, solo son eso... Comentarios.

Entonces veo uno que me atrae:

No nos rendiremos hasta encontrar al desgraciado que mató a PJ...

Una especie de escalofrío me recorre todo el cuerpo, haciendo que los vellos de mis brazos se pongan de punta al instante. Mi respiración se altera y comienzo a sudar ligeramente. Cierro el navegador y me quedo ahí, con la mirada clavada en el teclado. Comienzo a desesperarme, ¿Dónde estoy? ¡¿Qué es esto?! Me cuesta trabaja tragar la saliva, o moverme. Miro a la ventana, pero en vez de eso, veo la tienda de video y, a mis pies, un chico desplomado, y muerto...

Miro mis manos: llenas de sangre y culpa.

No. No. No. No, no, no. ¡NO!

No aguanto más, y grito con todas mis ganas...