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Carne podrida

Mérida

Ignoré todo lo relacionado con Hipo el día de la fiesta de pizza. Me concentré en Guy, Robert y Ep. Tuvimos una pelea de fuerza, en la cual gané una yo, y otra ella. Para el desempate, ninguna quería del todo volver a forzar las muñecas; estábamos doloridas. Me llevé bien con Ep. De hecho, creo que tenemos muchas cosas en común. Es demasiado linda y gentil. Guy también tiene lo suyo, y hacen una pareja adorable.

Robert se la pasó más que genial con las chicas de la piscina; cervezas, abachos y bechos por todos lados.

Terminó colorado de la emoción.

Y contento, que era lo que yo quería; que se divirtiera.

Y hoy, sábado, será la carne asada. Si voy es por que Guy me invitó, y seria una descortesía no ir. Además, el ambiente no está tan mal como creía; vinieron casi todos los alumnos del segundo y cuarto semestre. Hay demasiada gente, y su casa fraternal es enorme; incluso piscina tiene. Y una especie de jardín súper grande, y yo me pregunto, ¿de dónde sacan tanto dinero? ¿Serán de esos niños ricos y consentidos?

Contrataron un Dj, que tiene el ambiente bien encendido.

- ¿¡Cómo va la fiesta?! -pregunta uno de los hermanos de Hans, tomando el micrófono del sujeto.

Todos gritamos al unísono para indicar que estamos divirtiéndonos. ¿Aunque quién no? Chicas, cervezas, carne asada, inflables, música. Es genial, pero no veo a Hipo, ni a Jack. Y se supone que ellos son el alma de todas las fiestas. Veo a Guy a lo lejos, cerca de la casa, con su móvil.

Voy a saludarlo. Camino con cuidado, pues lanzan globos de agua o uno que otro flotador al aire. Además hay personas recostadas en el pasto, y no me gustaría pisarlas. Tomo una cerveza de la hielera sin detenerme; simplemente estiro la mano y tomo la primera que agarro.

- Mérida -dice antes de que pueda llegar a él-. ¿Tomas cerveza?

Vuelve a hacer lo mismo; ver lo que pasa sin despegar la vista de su pantalla. ¿Es que acaso tiene un ojo en el costado de su cabeza o algo así?

- De ves en cuando -respondo, destapándola-. Hace calor.

- Claro -comenta-. No ha llovido en días. El calor se concentra.

Busco a Ep entre la gente. Guy trae una camisa de cuadros azules con blanco y un pescador liso con unas sandalias. No soy muy fanática de estar presumiendo mi cuerpo, pero creo que es buena idea mostrarlo de vez en cuando; en especial en ocasiones como esta, donde todas las chicas (al menos en su mayoría) traen shorts o bikinis.

- ¿Te meterás a la alberca? -pregunto, sonriendo.

Me mira, con una sonrisa divertida.

- No sé -admite-. Supongo que no tengo muchas ganas.

Continua tecleando en el teléfono y de repente sonríe de oreja a oreja, como complacido. Lo bloquea y mete las manos a los bolsillos.

- ¿Qué? -digo. Me causa intriga esa clase de sonrisas, porque las conozco bien.

- Invitaciones a Fangirls de tu novio y sus amigos han sido enviadas -relaja la mirada.

¿Fangirls? ¿Hipo, Jack, Tadashi...? ¿Todos ellos tienen Fangirls? ¿Pero qué? Gogo me había comentado de una página de fans que había encontrado sobre la mayoría de los equipos varoniles, entre ellos el de Hans, Hipo, y otros. Y el equipo de Hans era el master de ahí, el que más admiradoras tenía, el que la gente prefería. Creían ellos eran los más guapos. El equipo de Hipo quedaba en segundo lugar.

¡Pero creí que había sido un broma!

- Vaya... Ep enloquecerá.

- Es peleadora de Box -explica Guy-. Me cuida bien de las demás.

- Qué linda.

Me causa ternura la idea. Me la imagino como una niña pequeña con un juguete nuevo; tan delicado y preciado para ella como los demás no tienen una idea. Muchas chicas comienzan a correr hacia la zona del Dj, y no es hasta que volteo, que veo que los hermanos Hans están en el escenario, sin camisa y haciendo una especie de Mix.

Guau. Ojalá me gustaran, pero nah.

*****

- Creo que esto... -le digo a Guy-. Se salió de control.

Llegaron en menos de media hora cerca de 200 chicas o más. Chicas pequeñas, de preparatoria y/o secundaria. Vinieron preguntando por ambos equipos, pero en especial por el de Jack. ¿Cómo es que se hicieron tan famosos y populares?

- Está bien -añade de manera despreocupada-. No han hecho nada malo.

La música se detiene de golpe, haciendo que todos nos volvamos al Dj, quien parece ser que no sabe lo que acaba de pasar. Todos comienzan a gritar para que vuelva a encender las bocinas. Mueve cables y le pica desesperadamente a la computadora, pero no pasa nada. Entonces, se escucha una voz hablando por micrófono.

- Oye, Jack... ¿Sabes qué hora es?

- Ni idea, bro.

Las chicas, al reconocer las voces, comienzan a gritar de emoción. Cielos: como si fueran cantantes de Rock.

- ¿Escuchas?

Se hacen más fuertes los gritos.

Sí...

- ¿Qué hora es?

Ese, claro, fue Hipo. Pero en vez de recibir una respuesta de su amado público (que los buscan con desesperación), continúan gritando de la emoción.

Mañana estarán afónicas.

- ¿Qué hora es? -pregunta con más fuerza y emoción.

- ¡HORA DE FESTEJAR!

Y ambos salen por detrás del Dj con las manos en el aire, y una sonrisa en el rostro. Guy sonríe complacido, como diciendo "Así se hace", mientras que todas las demás chicas (al menos las fans de estos dos sujetos) están gritando todavía más. ¿Qué no se cansan?

Hipo le da un par de toques a la computadora y la música vuelve a sonar, salvo que esta nueva es más... Movida. Dan ganas involuntarias de bailar y brincar. Jack trae una especie de bastón alto, donde en la punta tiene una especie de G. Es metálico, con pequeñas franjas azules.

Enciende un botón y luego, da un brinco, y con fuerza, hace un movimiento con su brazo que forma un semi-circulo, y de la nada, éste lanza una ola de aire frío que se va esparciendo por todos nuestros pies.

Esto encendió un grito de guerra entre las chicas, pero no atacaron.

Entonces, ambos chicos, se quitan la playera, y con esto, se echan a correr a la alberca. La música sigue sonando.

- ¿No vas a saludarlo? -me pregunta Guy.

- No por ahora -respondo-. Está un poco ocupado.

La alberca no es demasiado grande, pero al menos caben fácil unas 80 personas en ella. Máximo 100.

Entonces es como si el destino quisiera que mis ojos presenciaran lo que estaba a punto de pasar. Veo la cabellera rubia, que se dirige a la piscina, se agacha junto a Hipo, y éste la toma de las manos, la empuja hacia el interior de la alberca y cae encima de él. Luego, ambos emergen riendo, abrazados, y una punzada de celos me ataca.

¿Qué trae últimamente Hipo con Astrid...? ¿Será que ya le está gustando otra vez? ¿O me está cambiando?

- Mérida -me toma Guy por el hombro-. Ven.

¿Es que acaso quiere volver con ella?

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