XII
Sintió su cuerpo en constante movimiento, sin siquiera mover un solo musculo; Tn abrió sus ojos lentamente, divisando imágenes borrosas en su campo de visión. Cuando su entorno se aclaró, vagamente pudo ver que continuaba en el desierto, pero esta vez viajaba sobre el lomo de un animal extraño, en cuyas riendas, estaban enredadas sus manos para no caer. La luz del sol la cegaba y la mala postura de su espalda se convirtió en una tortura
Cuando alcanzó a tener un mínimo estado de consciencia, se percató de que su cuerpo estaba en una mala posición en la que aplastaba su vientre contra el lomo del animal salvaje. Dejó salir un quejido de sus labios, intentando removerse forzosamente, sin conseguirlo debido a que sus muñecas aún continuaban sujetas
Cuando el animal finalmente se detuvo, pudo ver una silueta desconocida invadir su campo de visión, soltar sus muñecas y bajarla del animal; el desconocido acercó una cantimplora a sus labios para ayudarla a beber y luego apoyarla sobre su cuerpo, tomar su brazo y llevarla consigo, mientras la viajera semi inconsciente arrastraba sus botas en la arena
Tn se sentía sin energía para intentar forcejear, agobiada por el calor e incómoda por los dolores en su cuerpo. No intentó abrir los ojos para ver hacia dónde era llevada, ni quien era el desconocido que la llevaba
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Capítulo XII
⸙ ⸙ ⸙
Horas más tarde despertó en medio de la noche, en un paradero desierto, recostada frente a la luz de una fogata sobre el mismo animal salvaje que antes la llevó sobre su lomo, cuyo cuerpo estaba dormido y era irreconocible ante la luz de la fogata. Al observar de cerca su apariencia ecuestre y lo mucho que se asemejaba a un caballo de patas largas y chuecas, delgado y con exceso de vello en zonas donde no podía alcanzar a ver con detalle; concluyó sin lugar a duda que se trataba de un animal salvaje, del dominio de las bestias
Otra cosa que llamó su atención eran las riendas que lo amarraban a una estaca clavada sobre el suelo cercano, para que no pudiese ir a ninguna parte
Al mirar hacia el frente, divisó al dueño sentado del lado contrario a la fogata, sobre un tronco seco de leña; un desconocido viajero de gran estatura, cubierto por una capa larga y de color marrón, parecía estar ocupado. El no poder verlo directamente, le generaba desconfianza
Tn guardó silencio para no delatarse ahora que estaba despierta, miró su cuerpo arropado por una tela larga y algo desgastada similar a una capa y notó que ninguna parte de su cuerpo estaba atada. Se preguntó el tiempo que estuvo inconsciente y dedujo en base a sus circunstancias que había perdido el conocimiento poco después de adentrarse en el desierto y el desconocido viajero la había encontrado antes que un demonio salvaje
Aún le faltaban detalles importantes. Mirando a su alrededor descubrió que su mochila estaba del otro lado de la fogata, junto a su arma, recostada al tronco y peligrosamente cerca del viajero; también divisó frente a ella una pequeña taza sobre una tabla de madera, esta contenía lo que a su parecer eran trozos de tubérculos cocidos y dos presas de carne de algún animal cazado recientemente. Junto a la tabla, una cantimplora
En ese momento fue consciente del hambre que tenía. Lentamente intentó moverse para acomodar su postura, sentarse y alcanzar la taza, pero empujó accidentalmente al animal que dormía plácidamente a su lado, haciendo que este bufara delatando sus acciones
Instintivamente miró hacia la silueta del desconocido, no se inmutó en voltear, pero ahora era consciente de que estaba en sus cinco sentidos
-Finalmente despiertas.
Fue todo lo que dijo, removiéndose para buscar lo que sea que estuviese frente a su panorama, dejando ver el extremo de una lanza rudimentaria que tenía consigo. El tono de su voz era particularmente suave y profundo. A primera impresión escalofriante
-¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?
Cuestionó, suavemente, desconfiada. El extraño tardó unos segundos en responder, luego volvió a su postura original en la que no podía ver nada más que su inmensa espalda curva y delgada, cubierta por una capa
-Como unas cinco, siete horas.-Alegó.-Te encontré tendida en medio de la nada, a unos metros de la frontera con el bosque.
-¿Dónde estamos?
-Seguimos en el desierto.
-¿A dónde te dirigías cuando me encontraste?
El desconocido gruñó levemente, meditando su respuesta
-Planeaba cruzar el desierto y tomar el camino de retorno a través del río que colinda la frontera, hacia el norte. Por lo que noté, ibas en dirección opuesta.
Tn guardó silencio unos segundos, en los que volvió a fijar su atención en la pequeña tabla de madera, sin pensarlo la tomó en sus manos, miró al desconocido de reojo, esperando cualquier reacción de su parte
Como si tuviera ojos en la espalda, o pudiese leer sus pensamientos, el viajero habló
-Adelante, puedes comer. No son venenosos.
Ella lo dudó un poco, pero de inmediato comenzó a comer. Extrañamente los tubérculos tenían un sabor amargo, pero pasable. La morena probó bocado a bocado en silencio y con gran hambre, devorando eufóricamente las presas de carne blanda, asada e insabora. No le tomó más de unos minutos vaciar la taza por completo, acto seguido tomó la cantimplora para beber de ella y saciar su sed y pasar el sabor amargo de los tubérculos desconocidos
Limpió las comisuras de sus labios, para eliminar cualquier rastro de grasa y nuevamente miró al peregrino, expresando su gratitud en un murmuro. Nuevamente él no volteó, a este punto, ya no le parecía algo raro. Pero sus sentidos volvieron a estar alerta cuando este volvió a hablar
-No es común ver extranjeros en el desierto, ¿Hacia dónde te diriges?
-Hacia el sur.
-No hay nada en el sur, más que demonios salvajes.
Tn meditó sus palabras, frente al desconocido. No descartaba la idea de que aún no confiaba del todo en el aura misteriosa del viajero
-... Busco a un hombre, su nombre es Minerva.
El peregrino se detuvo ante la mención de aquel nombre familiar, guardó silencio por un corto lapso de tiempo, algo que llamó aún más la atención de la extranjera
-No encontrarás el lugar que buscas a simple vista.-Respondió finalmente, luego de perderse en sus propios pensamientos.-Ese punto del mapa es difícil de encontrar.
El viajero sabía de lo que hablaba, eso llamó aún más su atención
-¿Has intentado buscarlo?
-No, pero he visto a otro extranjero humano, igual que tú, cruzar el desierto para encontrarlo.
"Humano", esa palabra hizo eco en sus pensamientos. Fueron solo un par de detalles que ya había notado antes, los que le erizaron la piel cuando esas palabras tuvieron sentido
Un animal salvaje que lo acompañaba, comida exótica y desconocida que preparó para ella en un pequeño tazón, en gran cantidad, sin él probar un solo bocado; mientras le daba la espalda por completo, evitando mostrarse a la luz del fuego. De pronto su mirada no podía despegarse de él, aquel viajero le inspiraba una fuerte aura de peligro
Su gran altura, su espalda ancha y extremidades que desconocía ocultas tras una capa, llevaba consigo una lanza afilada, todo en él le advertía que en cualquier momento podría voltear y atacarla. Correr no sería una opción, podría alcanzarla si despertaba al animal atado junto a ella; intentar atacarlo era un plan suicida, no tenía armas a la mano y su mochila estaba del otro lado de la fogata, cerca de él
No... si estaba pensando atacarla, ¿Por qué no lo hizo cuando estaba inconsciente?, ¿Acaso tenía intenciones aún más siniestras en mente?, incluso pensándolo con la cabeza fría, pudo dejar solo un tazón de comida esperando que despertara y alejar sus armas de ella para asegurarse de que no intentaría atacarlo, pero algo había en el viajero que su sola presencia le era inquietante
Tn no podía apartar su mirada de él
-Tú no eres solo un peregrino, ¿Cierto?
Él no respondió
⸙ ⸙ ⸙
-Tú no eres solo un peregrino, ¿Cierto?
A este punto, él no respondió y un gran silencio se formó entre ambos. Confirmando las sospechas de la extranjera
-Eres uno de ellos. Perteneces al lado de las bestias.
Afirmó
-Ese niño que llevas en tu vientre, no viene de ningún lugar, ¿Cierto?.
La morena palideció, llevando las manos a su vientre por auto reflejo. Estaba convencida de que las prendas que llevaba podían disimular su avanzado estado de gestación, pero evidentemente el viajero se había percatado de ello. Seguramente durante el tiempo que estuvo inconsciente
-Quiero creer que ustedes no vienen de ninguna de las plantaciones que existen bajo el dominio del clan Ratri.
Lejos de responder, el viajero lanzó una acusación diferente a la luz
-No todos los demonios son iguales, incluso en este mundo; hay bestias que no necesitan carne humana para sobrevivir... Yo no soy exactamente la excepción, pero durante un largo tiempo he vivido lejos de la sociedad y sostenido mis propias creencias como un viajero sin rumbo.
-¿Cuánto tiempo?
-292 años.
Confesó, irguiendo suavemente la espalda, para mirar hacia el horizonte nocturno
Tn se quedó en silencio, perpleja ante aquella confesión. ¿Cuánto tiempo podían vivir las bestias?, se preguntó internamente, aún sosteniendo la duda primordial en su mente, ¿A dónde pensaba llegar?
-No creo en las plantaciones y no respeto la idea de la carne en masa. Todo eso va en contra de mi naturaleza. Las vidas humanas nunca debieron ser llamadas de esa forma.-Habló.-Sin embargo confieso, que mientras ese niño se mantenga sano dentro de tu vientre, debo respetar su vida. Ya que será el primero y probablemente único niño humano nacido en libertad.
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