hoseok despertó lentamente a la mañana siguiente convencido de que lo que había sucedido la noche anterior era todo un sueño. era su día libre, así que la alarma no había sonado. entrecerró los ojos lentamente ante la luz brillante que provenía de la ventana.

sacudió la cabeza y se sentó. todo estaba como debería haber sido, excepto por la toalla blanca establecida en el medio del piso como si perteneciera allí. definitivamente no pertenecía allí. hobi nunca dejaba toallas mojadas en el suelo.

cerró los ojos.

había soñado que alguien lo había secado con ella anoche, pero eso había sido un sueño. ¿no es así?

se dejó caer sobre la cama y se cubrió la cara con las manos contra el sol de la madrugada. el brillo le quemaba los ojos, pero realmente no quería levantarse y cerrar las cortinas. en el momento en que lo pensó, las persianas se cerraron con un estrépito, envolviendo la habitación en la oscuridad.

hoseok se sentó en shock. ¿había hecho eso? ¿él era como un telequinético o algo? no, no había manera. una de las cuerdas se debe haber roto. simplemente tenía momentos divertidos.

já. eso era todo. definitivamente.

a pesar de todo, hoseok estaba en pie. no había forma de que volviera a dormir después de eso. cuidadosamente colocó los pies en el suelo y miró alrededor con cautela. el mismo apartamento viejo, el mismo viejo hobi.

nada diferente. era un canto en su cabeza mientras se obligaba a cruzar la habitación y ponerse la ropa. se obligó a hacer el desayuno como cualquier otro día. él se movió para agarrar el cereal, pero en su estupor, él torpemente golpeó una caja encima de su cabeza. levantó las manos protectoramente, pero nunca aterrizó.

hoseok se enderezó y alzó la vista mientras la caja flotaba en el aire y luego bajaba lentamente hacia el mostrador.

—ok —hoseok respiró hondo. ya era hora de afrontar finalmente sus temores; a aquellos ojos que lo habían estado observando y aterrorizando durante meses. apretó el borde del mostrador en un intento de apoyar sus temblorosas rodillas. —¿quién eres? —trató de preguntar con calma, pero las palabras salieron en un chillido de su garganta apretada.

no hubo respuesta. el apartamento estaba tranquilo y vacío. el marcador que guardaba en la pizarra de la nevera de repente se levantó en el aire y comenzó a escribir en la superficie, justo debajo de la lista de supermercado de hobi.

—jungkook —señaló el marcador con una fuerte y masculina caligrafía.

—¿eres un fantasma? —tartamudeó.

—no. no lo creo.

oh. algo sobre la incertidumbre en esa declaración tiró en el corazón blando de hoseok. eso era muy triste. estaba muerto y ni siquiera lo sabía. era un espíritu perdido, pobrecito. tal vez este "jungkook" sólo necesitaba, como, ayuda para cruzar o algo así. al igual que en las películas donde el fantasma regresaba para completar una tarea final antes de llorar en la luz con una mirada de agradecimiento hacia atrás a la que le había ayudado a seguir adelante. hoseok estaba bastante seguro de que lo vió en una película en alguna parte.

estaba empezando a respirar lentamente. podía manejar esto.

—vale, ¿por qué estás aquí? —hoseok preguntó razonablemente, relajándose y apoyando su cadera en el mostrador, moviéndose un poco más cerca de la pizarra.

—para estar contigo.

huh. de acuerdo. ¿al parecer sólo quería salir? por lo tanto, como un tipo de lista de deseos. un último día. ok, hoseok podría hacer eso.

—muy bien, entonces, ¿qué te gustaría hacer? —inclinó la cabeza inquisitivamente. el marcador retrocedió hacia el soporte y hoseok alzó una ceja, mirando de lado a lado para intentar averiguar si «jungkook» había desaparecido. de repente, la TV se encendió, su play-station se encendió y uno de los controles flotó en el aire, agitándose perezosamente.

hoseok sonrió. este era su tipo de fantasma.

este era el perfecto día libre. pasaron la mañana jugando todos los juegos favoritos de hoseok, en el modo de dos jugadores que era mucho más divertido. jungkook no era muy bueno como compañero, pero poco a poco fue mejorando. tan pronto como el estómago de hoseok retumbó, el juego se detuvo y su chaqueta estuvo cubriendo sus hombros. hoseok agarró sus llaves y luego comenzó a buscar su billetera.

la cara de hoseok palideció.

—¡oh no! mi billetera.

los acontecimientos de la última noche se estaban repitiendo en su cabeza mientras permitía que el fantasma lo empujara hacia la puerta y la abriera. a sus pies estaban sus zapatos, sus pantalones y su cartera. las manos de hoseok temblaron un poco cuando la cogió. realmente llevó todo a casa. todo lo que había pasado la noche anterior había sido real. había sido asaltado y podría haber sido violado y asesinado también, si no hubiera sido por jungkook. no sólo el fantasma le había salvado, sino que también había traído su billetera.

—jungkook, sólo tengo que decirte, gracias, por esto y por lo de anoche. —hoseok sacudió la cabeza, intentando desesperadamente averiguar dónde debían mirar sus ojos. finalmente decidió ponerse de pie, levantando los hombros—, estoy muy agradecido, de verdad te debo una.

sintió que una cálida mano le acariciaba la espalda reconfortantemente, como si dijera: «de nada» y hoseok sonrió.

jungkook no parecía particularmente interesado en hacer nada especial. mientras paseaban por las calles, miró hacia el callejón en el que los matones lo habían atrapado cuando notó la cinta amarilla de la escena del crimen, pero jungkook no le permitió acercarse a ella. le tomó la mano y lo empujó hacia su puesto favorito de ramen. hoseok recibió una sopa caliente para sorber y se relajó lentamente cada vez más.

en realidad ya no sentía nada malo ni oscuro sobre el espíritu y se preguntó por qué había estado tan asustado por tanto tiempo. no había nada de ominoso en jungkook. parecía que todo lo que el fantasma quería hacer era sostener su mano.

la gran mano cálida se mantuvo unida a la suya, tirando de él de esta manera o de aquella, dirigiéndolo por la ciudad. el paseo sinuoso terminó enfrente de la tienda de comestibles en la que hoseok normalmente compraba. estaba bajo en comestibles y usualmente hacía compras en su día libre, que era hoy. se encogió de hombros y se encaminó, cogiendo un carro. hoseok no pudo evitar reír, porque de vez en cuando algo "caía" de los estantes en el carro. hizo una mueca cuando vio uno de los objetos.

—¿anchoas? —susurró en voz baja con incredulidad.

¿tenía hambre el fantasma? hizo una cara disgustada hacia la lata. jungkook era insistente. el fantasma le palmeó suavemente el dorso de la mano y volvió a colocar la lata en el carro. una anciana observó la flotante lata con los ojos muy abiertos y hoseok sonrió y empujó el carro rápidamente hacia el pasillo siguiente.

sólo tenía el dinero suficiente para pagar los alimentos, pero como era más de lo que usualmente compraba, se dio cuenta de que había otro problema. no podía sacar el carro de la tienda y era más de lo que podía llevar.

al parecer, jungkook se dio cuenta de cuál era el problema tan pronto como hoseok lo hizo. así que recogió las bolsas y se alejó. la mandíbula de hoseok cayó al mirar las bolsas que se movían en el aire, llevadas por manos invisibles. iba a darle a la gente un ataque al corazón. corrió para ponerse al día y trató de tomar las bolsas del fantasma. terminó un poco en una guerra de tirones y rápidamente se dio cuenta de que estaba irremediablemente superado. jungkook era mucho más fuerte que él.

—¡no puedes caminar por las calles así! —protestó hobi.

las bolsas se balancearon en el aire como en un encogimiento de hombros como si dijeran «¿por qué no?»

—¡porque no puedes! —hoseok replicó. colocó las manos encima de las bolsas y asintió con la cabeza a la viejecita que las estaba mirando.

trató de agarrar las bolsas de nuevo, pero jungkook no lo dejó.

hobi le siseó en voz baja para que no pareciera que estaba hablando consigo mismo. —vale, déjame llevar a esos dos y voy a fingir llevar el resto, ¿ok?

eso pareció aplacar a jungkook. dos de las bolsas fueron abandonadas y la mano de hoseok se enroscó alrededor de la más grande llevando el resto de los comestibles. caminaron todo el camino a casa así, con hoseok sosteniendo la mano del fantasma.

esa noche hicieron la cena juntos y hoseok descubrió que jungkook era un cocinero muy bueno.

hoseok tenía que darle eso, él nunca habría pensado poner anchoas en la salsa de spaghetti, pero era realmente bueno. le dio a la salsa un sabor sabroso que era inesperado. volvió a lamer la cuchara y alabó a su amigo invisible.

—esto es realmente bueno, ¿sabes eso?

inhaló cuando sintió la cuchara tomada de su mano y depositada en el mostrador.

hobi se congeló al sentir que cálidas manos acariciaban su rostro, limpiando suavemente un poco de salsa en la comisura de su labio.

los ojos de hoseok se abrieron de par en par cuando cálidos labios cubrieron su boca con un beso tierno; su primer beso.

era suave y tierno, sondeando. los párpados de hobi se desplomaron mientras él se perdía en el suave calor de los labios que se inclinaban sobre los suyos. una oleada de emociones que nunca antes había sentido se derramó sobre él. gimió y dejó caer la cabeza hacia atrás mientras las cálidas manos se enredaban en la parte de atrás de su cabello. hoseok estaba realmente disfrutando de la hábil manera en que jungkook lo besaba, hasta que volvió a abrir los ojos y vio... nada. no había nadie ahí.

algo de su antiguo temor volvió cuando se dio cuenta de que estaba a merced de este invisible jungkook. había visto lo que podía hacer anoche. jungkook era fuerte y podía ser violento cuando quería serlo. ¿cómo se defendía uno mismo contra un fantasma cachondo?

hoseok arrancó la cabeza, saltando hacia atrás y blandiendo la cuchara agitándola como una espada en todas direcciones.

la apuntó en la dirección general del pecho de jungkook.

—mira, jungkook, estoy genial con salir con un escalofriante hombre, pero no lo estoy haciendo con un fantasma. puedes caminar hacia la luz y todo eso. pero entrar en mis pantalones es mejor que no esté en tu lista de deseos, ¿estamos claros en eso?

jungkook sonrió burlonamente ante la expresión de asombro del chico. apostaba todo lo que tenía que era el primer beso de hoseok. entrar en los pantalones de su querido chico estaba definitivamente en su lista de deseos. de hecho, si jungkook fuera a hacer una lista de deseos, sería casi consistente de 'desvirgar a hoseok' escrito un millón de veces más. pero era paciente. no se trataba de sexo, era mucho más que eso.

quería que hoseok lo amara, como él amaba a hoseok.

con el tiempo, hoseok crecería para confiar en él, apoyarse en él. se aseguraría de ello. jungkook se había sentido exaltado por la oportunidad de mostrarle a hoseok que no era un espíritu malévolo y ahora estaba decidido a cortejarlo de la mejor manera posible. no había manera de que el chico se fuera a alejar de él ahora.

ahora que lo tenía en sus manos, el pequeño inocente no tenía ninguna posibilidad.