a la mañana siguiente fue peor.

hoseok sentía que se estaba volviendo loco. su mente seguía jugando con él. constantemente sentía como si viera algo por el rabillo del ojo y volvía la cabeza sólo para no ver nada allí. dondequiera que iba escuchaba pisadas detrás de él. y lo peor de todo, a cada momento de cada día, sentía esos ojos en su piel.

estaba convencido de que le pasaba algo horrible. o bien estaba siendo perseguido por un fantasma o se estaba volviendo loco.

el pensamiento de una enfermedad mental realmente asustó a hoseok. trabajaba en el campo médico y también tuvo un tío que había sufrido de esquizofrenia paranoide y se suicidó después de décadas de tratamiento fracasado. la enfermedad se caracterizaba por alucinaciones auditivas y paranoia extrema, al igual que lo que hoseok estaba experimentando.

el trastorno mental era algo así como un misterio y nadie sabía realmente lo que la causaba. los investigadores plantearon la hipótesis de que podría ser una forma de epilepsia porque había muchas coincidencias en los trastornos y muchos epilépticos tendrían períodos de psicosis con sus convulsiones que imitaban episodios esquizofrénicos. ambas enfermedades se atribuyeron a la misma variación en el desarrollo neurológico, con los pacientes que a menudo mostraban patrones genéticos similares y manifestaciones físicas similares de la enfermedad, como el aumento de los ventrículos cerebrales.

la esquizofrenia y la epilepsia también parecían ser causadas por desequilibrios químicos similares del cerebro, neuronas hiperreactivas y ambas podían ser a veces tratadas con las mismas clases de fármacos llamados neurolépticos, aunque la medicación no funcionaba igual en todos.

tratar enfermedades mentales a veces se llamaba la ciencia de lanzar cosas a la pared y ver qué cuadra. la química de cada individuo era muy diferente de la otra. un fármaco que funcionaría maravillosamente en un paciente podría hacer a otro mucho, mucho peor y no había casi ninguna manera para que los doctores predijeran reacciones antes de tiempo.

hoseok sabía que no había vergüenza en tener esquizofrenia, era simplemente una enfermedad, como la diabetes o la artritis reumatoide y no más su culpa que el haber nacido con ojos azules, pero la idea de tener esa enfermedad, para la cual no había cura, era aterradora.

durante semanas, postergó llamar a un médico, por temor a que si el hospital alguna vez se enterara de su enfermedad, se verían obligados a dejarlo ir. él sabía, sin embargo, que tenía una mejor oportunidad de tener una vida normal una vez que tomara la medicación. hobi se había decidido a revisar la clínica local de salud mental cuando algo cambió su opinión.

fueron las fotos que había tomado en el parque.

el mismo día en que planeaba hacerse el chequeo fue el mismo día en que recogió su rollo fotográfico de la tienda. se sentó en su escritorio y comenzó a repasar las fotos que había tomado. todas sus fotos macro resultaron geniales, pero todos sus paisajes tenían manchas negras gigantes en ellos.

suspiró decepcionado y atribuyó las manchas a la película defectuosa o a un mal procedimiento. hoseok pasó a través y comenzó a sacar a las malas de la pila, colocándolos en una pila de descartes. cuanto más apartaba, empezó a notar algo extraño sobre ellas.

las manchas oscuras, algunas eran grandes y algunas eran pequeñas pero eran todas vagamente "persona" en forma. se parecía más bien a la sombra de un hombre alto con amplios hombros que había entrado en cada cuadro, pero sólo su sombra. a veces se volvía hacia un lado, pero en la mayoría de las fotos la figura estaba ajustada con la lente de la cámara como si estuviera mirando al fotógrafo. en algunas la figura casi bloqueaba el resto de la imagen. en otros, estaba lejos.

pero la figura oscura aparecía en casi cada toma. y hoseok estaba seguro de que no había visto a nadie a través de la lente cuando tomó las fotos.

un escalofrío cayó sobre él y, por primera vez, hoseok se dio cuenta de que los ojos no sólo estaban en su cabeza. tenía pruebas ahora, evidencia física de que alguien o algo lo estaba  persiguiendo. se dio cuenta de que lo que necesitaba no era un médico, sino un especialista de otro tipo. si era un demonio malévolo o un fantasma rebelde, él no correría ningún riesgo.

primero contrató a un sacerdote para bendecir su apartamento y rociar agua bendita. entonces, cuando eso no funcionó, él intentó con un rabino entrenado en kabbalah. cuando eso no funcionó, él hizo que un wiccano viniera y quemara salvia.

durante semanas, su apartamento olió a incienso. cuando no pudo deshacerse de la cosa que lo perseguía, decidió tratar de hablar con ella. así que hoseok fue a un medium que decía poder hablar con los muertos. no podía hablarle, ni los otros cinco psíquicos a los que fue.

mientras tanto, jungkook comenzó a volverse loco.

no quería más que hablar con hoseok. gritó en los oídos del medium, pero los estafadores no pudieron oírlo. estaba encerrado en su propia versión privada del infierno.

la frustración y la rabia de jungkook prácticamente se filtraban de él y él sabía que su presencia era como una nube oscura que colgaba sobre la cabeza de hobi. era un agujero negro que aspiraba la luz de él. sabía que hoseok era muy consciente de su presencia. a menudo el chico estaba tenso y nervioso, asustado e inquieto. sus lindos ojos azules miraban a su alrededor buscando algo que nunca vería.

ambos estaban atrapados en un infierno que ni comprendían ni podían encontrar una salida.

jungkook era tan incapaz de ayudar a hoseok como lo era para ayudarse a sí mismo. eso era una agonía, porque en este momento, jungkook amaba a hoseok desesperadamente.

el muchacho era todo lo que siempre había querido justo en la punta de sus dedos y, sin embargo, era incapaz de tocarlo.

sabía todo sobre hoseok. sabía lo que le hacía reír y lo que le ponía triste. sabía que el chico siempre se quedaba dormido en su lado derecho y que siempre se ponía los pantalones en la pierna izquierda primero. conocía el color favorito de hobi y sus videojuegos favoritos, hasta su marca favorita de pasta de dientes.

además, a jungkook le gustaba todo acerca de él. le gustaba la forma en que comía su cereal por la mañana, escogiendo los marshmallows de sus lucky charms primero. pensaba que era tan sexy la forma en que hoseok se cepillaba el pelo con sus propios dedos, dejándolo caer donde quería o la forma en que lo sacaba de sus ojos cuando estaba pensando. le gustaba su forma de caminar. le gustaba la forma en que hablaba. le gustaba su sonrisa acorazonada, su risa escandalosa y cada pequeño detalle que hacía a hoseok quien era. todo acerca del chico llamaba a jungkook, le atraía, lo incitaba y atormentaba.

pero era más que lujuria y obsesión. era mucho más que eso.

jungkook sabía que amaba al muchacho profundamente, honestamente, fervientemente por todo lo que hoseok era; su inocencia, su amabilidad y su humor. no había nada oscuro o egoísta en él. él puso a todos los demás antes de sí mismo; cuidando a sus pacientes, a sus familias, a sus amigos antes que a sus propias necesidades. jungkook incluso amaba a hobi por sus fallas. el muchacho era generoso a más no poder, ingenuo hasta el extremo y era terriblemente tímido. podría estar tremendamente incómodo en situaciones sociales. era impulsivo, tenía un aterrador diente dulce y era terrible con el dinero.

en este punto también, jungkook había recordado todo acerca de su vida, quién era él, su poder, su riqueza y eso hizo aún peor al ver cómo hoseok sufría. la ciudad era costosa y hoseok era sólo un humilde auxiliar de enfermería. vivía de sueldo a sueldo, a veces tenía que elegir entre la comida y el alquiler, mantener la electricidad o pagar su factura telefónica. a hoseok le encantaba la fotografía, pero ni siquiera podía permitirse desarrollar la mitad de los rollos fotográficos que tomaba. no importaba lo mal que las cosas se volvieran, nunca vendió sus cámaras o su violín.

enloquecía al millonario el saber cuánto dinero tenía y que no podía ayudar al muchacho en lo más mínimo. si hubiera sido por él, a hoseok nunca más le faltaría nada en su vida.

jungkook lo iba a vestir con las mejores marcas, le compraría un ático, un mercedes, y tendría las joyas más preciosas a sus pies. hobi no tendría que pensar en el dinero nunca más.

el deseo de jungkook por hoseok palpitaba constantemente en su corazón. la necesidad de poseerlo; cuerpo y alma, era intensa. aún más difícil era cómo sabía que sus sentimientos por hoseok no eran recíprocos. ¿cómo podrían serlo? sabía todo sobre hoseok y, sin embargo, el muchacho no sabía nada de jungkook. ni siquiera sabía que existía.

seguramente era el castigo por todos los despreciados amantes que jungkook había dejado en su estela. hasta hoseok, jungkook nunca había amado a otra alma viviente en toda su vida. nunca había puesto las necesidades de nadie antes que sus propios deseos. jungkook habría hecho cualquier cosa por hobi, recibir una bala, caminar delante de un tren, cortar su propio brazo, pero ni siquiera podía decirle eso. todo lo que podía hacer era ver sufrir al chico.

para cuando el verano rodó alrededor, hoseok estaba agotado.

estaba tan increíblemente cansado y empeoró porque yoongi estaba enfermo de gripe. los trabajadores hospitalarios tenían que tomar la enfermedad muy en serio. era importante que yoongi se mantuviera alejado de los pacientes hasta que no fuera contagioso. incluso el resfrío más pequeño podría ser fatal para algunos de los más comprometidos y los virus aéreos se propagaban como incendios en las salas de hospitales. un trabajador enfermo en un hospital podría hacer una cantidad increíble de daño a los pacientes ya debilitados.

y así, yoongi y la mitad del personal del piso habían estado fuera por una semana porque estaban todos enfermos. y esa semana entera, hoseok tuvo que asumir los deberes de yoongi, así como completar los suyos. podría haber pasado por alto las cosas y haber terminado a tiempo, hecho menos por cada paciente, sólo haber limpiado las necesidades básicas y haber omitido la rehabilitación física. había pensado en ello, pero no fue capaz de obviar a nadie.

era casi medianoche cuando hoseok arrastró su pobre cuerpo cansado por el pavimento hasta su apartamento. sus párpados estaban a media asta y era todo lo que podía hacer para poner un pie delante del otro.

estaba tan acostumbrado a escuchar pisadas detrás de él en este punto, que no le puso atención. no se percató de los hombres que salían del callejón y empezaban a seguirle.

jungkook los vio de inmediato. sus agudos ojos no se perdían nada de lo que pasaba alrededor de hoseok. su corazón se llenó de terror cuando se acercaron cada vez más y hoseok no pareció notarlos.

—corre —gritó en la parte superior de sus pulmones—, ¡corre bebé!

pero, por supuesto, hoseok no podía oírlo. y el muchacho estaba simplemente tan cansado. estaba medio muerto en sus pies. era ridículo que el hospital no enviara a alguien que lo ayudara. aquello enfureció a jungkook sin fin. se aprovechaban de hoseok, sabiendo que no se quejaría, sabiendo que haría el trabajo de dos personas mientras sólo se le pagaba a una.

sabían que hoseok era demasiado tímido y vergonzoso para decir algo y así lo hacían trabajar tan duro como podían.

los hombres salieron del callejón. había dos de ellos y se detuvieron detrás de hoseok, flanqueando al pequeño joven.

eran grandes hombres altos, matones callejeros con puños carnosos que podían hacer un daño incalculable a la frágil complexión de hobi y a sus pequeños huesos.

jungkook se vio obligado a mirar con impotente furia mientras se desarrollaba su peor pesadilla.

hoseok gritó de miedo mientras era agarrado por detrás y arrastrado pataleando y golpeando en el callejón. los puños de jungkook se cerraron en una rabia indefensa mientras observaba a los hombres malignos aterrorizar a su amado chico. ellos bajaron sus pantalones, tomaron su billetera y lo amenazaron con un cuchillo. los ojos azules de hoseok estaban amplios y llenos de lágrimas aterrorizadas mientras uno de los hombres sostenía el cuchillo frente a él, lentamente serpenteando debajo de la camisa de hoseok.

sus pequeños y brillantes ojos saborearon el miedo de hoseok mientras sádicamente corría la cuchilla hacia arriba en la piel suave de bebé de su estómago. luego la jaló hacia arriba y hoseok gritó de miedo, vacilando y cerrando los ojos. su camisa colgaba en cintas y el hombre detrás de él la arrancaba, mostrando su torso desnudo.

hoseok finalmente pareció darse cuenta de que los hombres querían tomar mucho más de él que su billetera. con la camisa en jirones y los pantalones alrededor del tobillo, comenzó a luchar violentamente. el que estaba en la parte delantera le dio de revés al muchacho y lo derribó en un montón de basura. el otro matón saltó sobre él, lo volteó y se arrodilló sobre su espalda, torciendo los brazos dolorosamente detrás de él.

empujó la bonita cara de hoseok en la basura.

—¡saca tus sucias manos de él! —jungkook rugió de rabia, moviéndose para atacar a los hombres, pero sus manos pasaron directamente a través.

los pateó, los golpeó, les dio puñetazos, pero no logró nada. era un fantasma.

no podía hacer nada, pero estaba allí y observaba como la persona que amaba era profanada. se sacudió con furia cuando los boxers de hoseok fueron sacados y la suave curva de su hermoso trasero fue expuesta a sus malos ojos. los hombres se burlaban de ello, gruñendo y silbando de aprecio mientras golpeaban la carne gorda y la miraban tambalearse. uno de los hombres abrió sus pantalones y sacó su polla. se apretó contra las nalgas de hoseok.

hoseok gritó de horror y dolor. jungkook enloqueció.

ojos dorados brillaban como fuego en el callejón oscuro. como un ángel vengador, jungkook se colocó detrás de ellos.

él envolvió sus manos alrededor del cuello del hombre que estaba encima de hoseok. enfocó todo lo que tenía en sus dedos; todo su dolor, su rabia, su amor y su miedo, todo lo que era y cada gota de energía, hasta que podía sentir el cuello carnoso del hombre abultándose en su agarre.

entonces, jungkook comenzó a apretar.