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☆ twenty-four.

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♡◞ chapter twenty-four 𓂃 first goal 😵‍💫💘

polémicas

El Madrid se enfrentaba al Celta de Vigo y Chelsea había ido a verlos jugar. No estaba segura de si Arda tendría minutos o no, pero de igual manera quiso estar ahí para apoyarlo, y también al equipo en general.

Cuando llegó al estadio, se encontró con una multitud de fanáticos esperando ver a sus jugadores favoritos. Afortunadamente, ella tenía fácil acceso gracias a Fede, así que entró por la entrada privada.

Caminando por los pasillos, vio a algunos jugadores y al personal en el camino, pero no a Arda. Finalmente, cuando llegó a las gradas y miró hacia la cancha, lo vio allí, calentando con los demás jugadores.

Cuando Arda levantó los ojos, la notó ahí, y su mirada se iluminó. Arda se acercó a la cerca que separaba a la multitud de la cancha y miró hacia Chelsea. Sonrió ampliamente cuando estuvo frente a ella.

- Hey, no esperaba verte aquí hoy -dijo con una sonrisa-. Ya veo... Eres mi fan, ¿eh? -bromeó un poco.

- Solo vengo a ver a mi chico -respondió con una sonrisa traviesa, sabiendo muy bien cómo sería su reacción.

- ¿Tu chico? -repitió él, levantando una ceja mientras cruzaba los brazos. No pudo evitar sonreír todavía más, aunque se mordió el labio para evitarlo.

- Sí. Mi chico.

- Tu chico, huh... -Arda se rió un poco mientras la miraba con un brillo travieso en los ojos-. Creo que voy a tener que recordar ese detalle más tarde...

- Creo que deberías -dijo ella, bajando la voz para que solo él la oyera-. Quiero que lo recuerdes bien.

Se apoyó más cerca y levantó una mano para colocarla sobre la suya, acariciando suavemente sus dedos. Arda no pudo evitar sentirse un poco nervioso por su tono de voz y la cercanía entre ellos. Su corazón se aceleró un poco, y tragó saliva con fuerza mientras miraba su mano sobre la suya, suave y cálida.

- Lo recordaré... -respondió, con su voz aún más baja que antes. Su mirada se desvió de la suya para mirar alrededor, asegurándose de que nadie estuviese observándolos.

- Relájate, estamos bien.

Miró alrededor, y luego se volvió hacia él nuevamente, su sonrisa se volvió divertida.

- Por cierto, creo que te ves muy bien en ese uniforme.

La tensión en sus hombros se desvaneció un poco. Su sonrisa se volvió traviesa nuevamente, y él volvió a apoyarse en la cerca, ahora más cerca que antes.

- ¿Te gusta el uniforme o... te gusto yo?

Chelsea se quedó callada un momento, fingiendo pensarlo. Luego se encogió de hombros y lo miró con una pequeña sonrisa.

- Es decir, las camisetas del Madrid usualmente son hermosas, incluso las de entrenamiento...

- Estoy empezando a creer que te gusta más la camiseta que yo, huh.

Entonces, Chelsea apoyó su mano suavemente contra su pecho, jugando con el material un poco.

- Me gustas más tú.

Arda se mordió el labio inferior mientras sentía su mano sobre su pecho, y la suave caricia lo hizo estremecerse un poco. Él puso su mano sobre la suya, sosteniéndola contra su cuerpo mientras la miraba, sonriendo suavemente.

- Pero, ¿sabes cómo te verías mejor? -Chelsea volvió a tomar la palabra-. Sin la camiseta.

Arda la miró por un momento con una mezcla de sorpresa y confusión mientras fruncía el ceño. Luego se aclaró la garganta y trató de mantener una expresión seria.

- Ejem... ¿sin la camiseta? -repitió él, levantando una ceja y tratando de mantener un tono de voz estable-. ¿Por qué? Creí que te gustaba...

Chelsea no sabía si se estaba haciendo el idiota, o si genuinamente lo era. Después de todo, era hombre. Siempre captan todo dos años después.

Arda todavía estaba tratando de entender lo que ella había dicho y tratando de no entrar en pánico. Él estaba acostumbrado a las bromas y a sus comentarios coquetos, pero esta vez se sentía muy real.

- ¿Estás... bromeando?

Chelsea estaba tratando de no reír al verlo tan nervioso, mantuvo una expresión seria durante un momento más mientras lo miraba, jugando un poco con él.

- Estaba bromeando.

- Ah... -Arda rió nerviosamente-. ¿Sabes? Estoy feliz de verte, Chelle.

Su risa nerviosa lo hizo lucir aún más adorable, y Chelsea volvió a contener una sonrisa.

- Ya sé que te hace feliz, por eso vine -rió un poco y luego volvió a cruzar los brazos. Observó cómo los otros jugadores calentaban y luego volvió a mirarlo a él-. ¿Tienes posibilidades de jugar hoy?

- Honestamente, no lo sé -admitió y sacudió la cabeza ligeramente, con un leve toque de frustración en su voz-. Parece que me van a mantener en el banquillo otra vez... -se quejó, arrugando la nariz.

Chelsea notó la frustración en su voz y supo cuánto odiaba permanecer sentado en el banco de suplentes. Lo miró con simpatía y apoyó una mano en su hombro, tratando de consolarlo.

- Hey, no te preocupes. Eres realmente talentoso, seguro Carletto te dará algunos minutos -intentó alentarlo-. Aunque deberías ser titular tú en lugar de Rodrygo. ¿Has notado su bajón? Yo lo adoro, pero definitivamente no está aportando nada.

Arda se relajó un poco bajo su tacto, y escuchó sus palabras, que parecieron calmarlo un poco. Él asintió con una leve sonrisa, pero su frustración aún no había desaparecido del todo.

- Lo sé, lo sé -respondió, levantando los hombros en un gesto de frustración nuevamente-. Honestamente, no entiendo por qué Rodrygo sigue jugando más que yo. Yo he estado jugando mejor que él en mis pocos minutos... pero Ancelotti nunca me da más minutos. Parece que tengo mala suerte.

Al darse cuenta de que estaba demasiado desanimado, levantó la mirada y se dio cuenta de cuánto había estado quejándose. Le sonrió un poco a Chelsea.

- Lo siento, no quiero hacerme la víctima. Es solo que... es frustrante a veces.

Chelsea podía entender cómo se sentía, especialmente porque él era uno de los mejores jugadores que el Madrid tenía, pero apenas tenía minutos de juego. Ella sabía cuánto significaba el fútbol para él, y cuánto le dolía no poder estar en la cancha durante más tiempo.

- No te disculpes -dijo, con una sonrisa comprensiva-. Sabes que puedes desahogarte conmigo. Y, déjame decirte que tienes mucha paciencia, eh. Me volvería loca estando en tu lugar. Tú haces mucho más en cinco minutos que Rodrygo en todo el partido.

- Creo que me estoy volviendo loco... -murmuró él, sacudiendo la cabeza levemente. Luego volvió a mirarla e intentó darle una sonrisa-. ¿Crees que juegue al menos cinco minutos?

- Claro que sí, ni siquiera es una pregunta. Si Ceballos ha tenido minutos, tú también deberías tenerlos -bromeó, rió entre dientes y agregó-: Y no solo porque yo lo creo.

Arda sonrió ante su broma y se relajó un poco más.

- Gracias, Chelle. Realmente eres buena para animarme -le dijo, con una sonrisa más amplia y sincera en su rostro. Luego se mordió el labio mientras la miraba y se apoyaba un poco más cerca de ella-. Aunque... no sé. Es Ancelotti, es difícil adivinar qué piensa. Un día puede simplemente poner a Camavinga de arquero y a Kepa de nueve.

Chelsea rió un poco, imaginando la escena. Casi podía ver a Ancelotti haciendo algo así, y eso era asombroso... y también aterrorizante.

- ¿Tienes alguna otra forma de distraerte?

Arda la miró, confundido por su pregunta. Luego se dio cuenta de a lo que se refería, y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

- ¿Estás proponiéndome una distracción antes del partido? Sabes que necesito estar concentrado -bromeó él, con un toque de diversión en su mirada y en su sonrisa-. No creo que así convenza a Ancelotti de que merezco más minutos, eh.

- ¿Cómo esperas tenerlos si te distraes en el entrenamiento? -una tercera voz se unió a su conversación, lo que les hizo girar sus cabezas en aquella dirección instintivamente.

Era Rodrygo. Arda puso los ojos en blanco cuando vio quién era y cruzó los brazos.

- ¿No tienes nada mejor que hacer que molestarme, Rodrygo?

Rodrygo sonrió con diversión ante la reacción de Arda y se apoyó contra la cerca con desenfado. Dirigió su mirada a Chelsea y arqueó una ceja.

- Hola, Chels -saludó con suavidad, antes de seguir hablando, esta vez dirigiéndose a Arda-. Bueno, yo al menos sigo trabajando duro en los entrenamientos y no me distraigo con mi novia.

- ¿Y de qué te sirve eso? -intervino Chelsea-. Si das puros pases hacia atrás últimamente y fallas ocasiones claras todo el tiempo.

Arda se rió entre dientes ante eso mientras que Rodrygo puso los ojos en blanco.

- Estoy teniendo un mal momento como cualquiera, ¿okay? -argumentó con molestia, mirando a Chelsea de reojo y luego a Arda con una sonrisa burlona. Luego se volvió hacia Chelsea y arqueó una ceja de nuevo-. ¿Desde cuándo eres su defensora?

- Desde que tú empezaste a ser un imbécil -respondió ella, encogiéndose de hombros y cruzando los brazos.

Arda dejó escapar una carcajada. Honestamente, estaba entretenido, aunque sentía celos de cómo Rodrygo la miraba. Bueno, no podía culparlo. Ella era preciosa, pero aún así...

Rodrygo puso los ojos en blanco nuevamente, aunque no tenía una buena respuesta a eso. En su lugar, volvió su atención a Arda.

- Solo digo -continuó con una sonrisa burlona en su rostro-, si tanto quieres minutos, deberías estar trabajando y no coqueteando con tu novia.

- Mira quién habla.

Rodrygo levantó las manos inocentemente, aún con una sonrisa en los labios.

- Solo te estoy dando un consejo como un buen amigo.

Arda se rió entre dientes con incredulidad. Rodrygo era muchas cosas, pero un «buen amigo» no era una de ellas. Ni siquiera era su amigo.

- Sí, seguro. Eres el mejor amigo del mundo.

Rodrygo se rió entre dientes y se encogió de hombros, apoyándose contra la cerca nuevamente.

- Solo trato de ser útil. Alguien tiene que decirte la verdad, ¿no?

- Bueno, si quieres ser útil, entonces podrías serlo en el campo -respondió con acidez, aún intentando controlar su mal genio.

Rodrygo levantó las manos nuevamente en un gesto de defensa, pero siguió enfrascado en su típica sonrisa burlona.

- Bueno, técnicamente ya soy más útil que tú, considerando que he jugado más minutos y soy titular siempre.

Arda hizo una mueca ante eso. Sabía que Rodrygo tenía un punto, pero ese no era el punto. Él sacudió la cabeza y se volvió a cruzar de brazos.

- Solo porque eres como intocable. Si yo jugara en tu lugar, habría marcado más goles que tú en menos minutos.

Rodrygo soltó una carcajada ante la respuesta de Arda. Él sabía cómo irritarlo.

- Oh, ¿en serio? Ya veremos. Ancelotti debe tener una buena razón para ponerme a mí y no a ti. ¿Tal vez simplemente seas... promedio? Acepta mis consejos, amigo.

Arda se quedó pensando en silencio unos segundos antes de responder.

- ¿Sabes? Creo que estás celoso.

Rodrygo se rió nuevamente, aún apoyado contra la cerca y con una sonrisa irónica en el rostro.

- ¿Celoso? ¿De ti? Por favor... ¿Qué tienes tú que yo no?

Arda sonrió un poco ante la obvia mentira.

- Yo tengo la atención de Chelsea. Eso te importa a ti más que cualquier otra cosa.

Rodrygo puso los ojos en blanco ante esa respuesta y su sonrisa se volvió un poco más tensa, pero siguió intentando mantener su expresión despreocupada.

- Eres un idiota si crees eso -respondió él, tratando de sonar convincente. Pero no pudo evitar lanzarle a Chelsea una mirada rápida y furtiva, observándola con atención-. ¿Crees que no puedo tener a cualquier chica que quiera?

- ¿Y de qué te sirve eso? Si a la que realmente quieres, no te quiere.

La cara de Rodrygo cambió de expresión abruptamente mientras sus mejillas comenzaban a arder violentamente. Abrió la boca como si quisiera decir algo, pero no dijo nada. Solo frunció el ceño y volvió su mirada hacia la cancha, tratando de disimular su incomodidad.

Chelsea, por otro lado, estaba tratando de contener la risa. Arda también intentaba hacerlo, pero era difícil no reírse con la reacción de Rodrygo. Después de unos segundos, Rodrygo finalmente encontró su voz de nuevo y se volvió hacia ellos.

- ¿Estás... realmente saliendo con él? -le preguntó a Chelsea, claramente molesto con la situación.

Ella levantó una ceja y se quedó un momento callada, mirándolo con calma.

- ¿Eso sería un problema? -inquirió Arda.

- No estoy hablando contigo. Deja de ser tan ridículo.

Arda se rió entre dientes y se encogió de hombros inocentemente, no arrepentido de sus palabras en absoluto.

- Bueno, al menos no soy yo quien está teniendo un pobre desempeño últimamente.

Rodrygo abrió la boca para responder, pero entonces Ancelotti entró al campo. Esto detuvo cualquier discusión y los hizo volverse hacia él.

- ¡Vamos, muchachos, es hora! -gritó, instándolos a prepararse.

- ¿Ya oíste? Vuelve a tu banquillo -Rodrygo se dirigió a Arda antes de irse.

- No te preocupes, te estaré viendo dar pases hacia atrás desde ahí.

Rodrygo bufó y caminó hacia donde estaban los demás. Chelsea volvió a mirar a Arda, quien había cambiado completamente de humor. Ya no parecía tan deprimido y claramente estaba contento consigo mismo.

- Creo que toqué un nervio -murmuró Arda entre dientes, todavía con una sonrisa traviesa en los labios.

Chelsea rió suavemente y se aclaró la garganta. Luego le dio un golpecito en la espalda.

- ¡Qué cruel! -lo regañó sonriendo.

Arda también sonrió y se encogió de hombros.

- Él se lo buscó. Está celoso y no lo quiere admitir.

- ¿Y tú no lo estás? -inquirió ella con una sonrisa traviesa.

Arda la miró con sorpresa por un momento, luego puso los ojos en blanco y levantó los brazos en señal de defensa.

- Bueno, tal vez un poco. Pero él estaba irritándome, y yo solo le hice saber que yo tengo a la chica que él quiere.

Chelsea sonrió ampliamente y sacudió la cabeza.

- Eres tan competitivo. Es adorable.

Arda la miró con sorpresa nuevamente y se aclaró la garganta. Luego sus mejillas se sonrojaron un poco mientras la miraba y se encogía de hombros nuevamente.

- No es nada -murmuró, tratando de parecer casual. Pero a pesar de sus palabras, ella pudo ver el orgullo en sus ojos.

Los dos se rieron nuevamente, hasta que el grito de Ancelotti los interrumpió. Arda pudo ver cómo Rodrygo y algunos otros jugadores miraban en su dirección. El juego estaba a punto de comenzar, y Arda sabía que tendría que ir a sentarse en el banquillo y esperar su momento.

- Bien, supongo que eso es mi señal para volver a mi lugar... en el banquillo.

- Vamos, estoy segura de que Carletto te dará sus buenos cinco minutos hoy -bromeó, dándole un empujoncito.

Arda se rió por lo bajo y se encogió nuevamente de hombros, pero esta vez parecía un poco más despreocupado.

- Sí, lo sé. Lo más probable es que entre en los últimos dos minutos.

Chelsea volvió a reír y estuvo a punto de decir algo más, pero Ancelotti volvió a gritar instrucciones, así que guardó silencio por el momento y volvió hacia las gradas luego de despedirse rápidamente de Arda.

El partido siguió su curso, y Arda se acomodó en el banquillo, observando cómo los jugadores se movían arriba y abajo en la cancha. Sus ojos estaban puestos en Rodrygo en particular, y cada vez que cometía un error, no podía evitar echarse a reír.

- ¿Qué es tan gracioso? -le preguntó Kroos a su lado.

- Oh, nada -respondió con una sonrisa traviesa, volviendo la mirada a Kroos. Señaló a Rodrygo en la cancha, quien acababa de fallar un pase y ahora estaba discutiendo con uno de sus compañeros de equipo-. Solo estoy viendo la expresión de Rodrygo cada vez que comete un error, siempre es divertido.

Kroos, naturalmente, se dio cuenta de inmediato y lo miró con una sonrisa divertida.

- Lo estás disfrutando un poco-demasiado -señaló, arqueando una ceja.

Arda se encogió de hombros y luego se giró hacia él con una sonrisa inocente.

- ¿Qué? Solo le estoy dando un recordatorio constante de por qué no debería burlarse de mí.

Kroos se rió entre dientes y luego sacudió la cabeza.

- No hay necesidad de ser tan vengativo -bromeó, palmeando suavemente el hombro de Arda.

Arda rió ligeramente y volvió a mirar a la cancha, todavía observando a Rodrygo.

- Él empezó.

- Rodrygo es... complicado -Kroos hizo una mueca-. He hablado con él de esto anteriormente. Le dije que no debería andar detrás de Chelsea todo el tiempo y descuidar su desempeño en el campo, pero parece no importarle.

- ¿De verdad te sorprende? Está más interesado en Chelsea que en sí mismo.

Kroos soltó un suspiro y se encogió de hombros, sabía que Arda tenía razón. Luego volvió a mirarlo y una sonrisa traviesa apareció en su rostro.

- Pero tú no estás mucho mejor, ¿sabes?

Arda frunció el ceño y lo miró con sospecha.

- ¿Qué se supone que significa eso?

Kroos se rió ante su reacción y luego puso una mano en su hombro.

- Tienes una sonrisa boba en el rostro desde que viste a Chelsea.

Arda sintió cómo se sonrojaba violentamente y se aclaró la garganta, tratando de actuar como si no estuviera afectado.

- ¿De qué estás hablando? -murmuró, esquivando su mirada y tratando de lucir despreocupado.

Kroos se rió de nuevo y le dio un ligero empujón con el codo. Podía ver a través de él.

- Vamos, ni siquiera lo niegues. Eres obviamente más feliz cuando ella está aquí.

Arda se volvió a enrojecer, aunque sabía que Kroos tenía razón, aún cuando no quería admitirlo.

- No soy tan obvio...

- Sí, lo eres. Te sonrojas cada vez que la miras.

Arda trató de poner una expresión indiferente, pero sabía que argumentar con Kroos era inútil. Él siempre tenía razón. Además, era muy transparente cuando se trataba de Chelsea.

- Tal vez es solo el calor del partido -fue su excusa, que no era nada convincente.

Kroos soltó una carcajada ante su intento de excusa, y lo miró con una sonrisa burlona.

- Claro, seguro. El calor del partido te hace mirar a Chelsea cada cinco segundos.

Arda se sonrojó aún más y se aclaró la garganta nuevamente, sabía que no tenía sentido seguir defendiéndose.

- Puedes intentar negarlo, pero sé lo que veo. Eres completamente transparente cuando se trata de ella.

Arda volvió a gruñir suavemente y se hundió un poco en su asiento, con los brazos cruzados sobre el pecho. Kroos se rió entre dientes, divertido por cómo se estaba portando.

- ¿Por qué no solo aceptas tus sentimientos? No es tan difícil.

- Muy fácil para ti decirlo. ¿No tienes problemas con tu vida amorosa?

Kroos se encogió de hombros, sin inmutarse en lo más mínimo.

- Yo tengo esposa y tres hijos, mi vida amorosa está bastante bien -respondió con calma.

Por supuesto, Kroos no podía entender lo que estaba pasando. Él tenía una vida amorosa estable y era feliz. Arda, por otro lado, estaba atrapado en un mar de emociones enmarañadas.

- Bien, no todos somos tan afortunados como tú... -murmuró con un poco de desánimo.

- ¿Estás diciendo que te gustaría casarte con ella y tener tres hijos? Vaya, yo te hacía más tímido.

Arda se sobresaltó ante eso y sus mejillas se enrojecieron nuevamente. Él se aclaró la garganta nerviosamente y se removió en su asiento, sin mirar a Kroos.

- ¡No- no dije eso! -exclamó, tratando de sonar despreocupado, pero fallando miserablemente.

Kroos se carcajeó y sacudió la cabeza.

- Pero te lo imaginaste, ¿no? Te dije que eras transparente.

Arda se hundió aún más en su asiento, con las mejillas casi literalmente en llamas.

- No es... no es así.

Kroos solo se rió nuevamente y le dio una palmada en el hombro.

- No te preocupes, Arda, tu secreto está a salvo conmigo.

Arda se relajó un poco ante esas palabras y le lanzó una mirada. Podía ser intimidante a veces, pero era una increíble persona.

- Gracias, Toni.

Los dos se quedaron en silencio por un momento, observando cómo el juego continuaba en la cancha. Luego, Kroos volvió a hablar, todavía con esa sonrisa traviesa.

- Solo recuerda que si no das el siguiente paso, alguien más lo hará.

Arda no pudo refutar eso, así que se quedó callado y se volvió hacia la cancha nuevamente.

Ya daba el segundo tiempo, y el Madrid continuaba ganando con gol de Vini. Durante el resto del partido, Arda siguió observando a Rodrygo cometer errores y se reía cada vez que lo hacía. La frustración de Rodrygo era evidente mientras se ponía más y más agitado.

En una jugada, Rodrygo se volvió hacia el banquillo con claro fastidio en su expresión, y vio a Arda riéndose con deleite. Esto pareció ser la gota que colmó el vaso.

El estadio estaba lleno de gritos y ruido mientras el partido seguía. Arda estaba sentado en el banquillo junto a Kroos y otros jugadores, observando el juego cuando repentinamente, el balón salió volando desde la cancha y le dio en la cara.

Se tambaleó hacia atrás y puso una mano en su nariz, que había sido golpeada con fuerza. Oyó las voces de Kroos y los otros jugadores cerca, algunos se reían y otros sonaban preocupados, pero lo único que podía escuchar era su propio pulso en los oídos.

Después de unos momentos, el impacto del golpe se desvaneció y Arda llevó una mano a su cara para frotarse la nariz. Rodrygo se acercó al borde del campo, tratando de recuperar el balón y tratando de parecer inocente.

- Lo siento, se me escapó.

- Claro que sí, Pelé. Estás jugando muy bien.

Rodrygo se volvió hacia él con una mirada asesina y sus ojos se entrecerraron.

- Al menos yo estoy jugando.

Arda sonrió con ironía.

- Sí, y muy mal.

La expresión de Rodrygo se tornó aún más irritada, y parecía estar a punto de responder, pero entonces Ancelotti lo llamó desde la otra punta de la cancha.

- ¡Rodrygo, ven aquí!

Los ojos de Rodrygo se ensancharon un poco y miró hacia él, luego volvió su mirada hacia Arda y levantó su dedo medio hacia él con molestia antes de correr de vuelta hacia el equipo. Justo en ese momento, tuvo que salir de la cancha, y Joselu entró en su lugar.

Arda se volvió hacia Kroos, quien estaba revisando su nariz y le lanzaba miradas preocupadas.

- ¿Estoy sangrando? -preguntó, poniéndose un poco nervioso.

Kroos sacudió la cabeza con calma.

- No, solo está ligeramente roja.

Arda se relajó un poco al escuchar eso y se tocó la nariz. Al menos tenía algo de suerte.

- Bien. Eso fue muy cobarde.

Kroos se aclaró la garganta y trató de contener una sonrisa.

- Bueno, Rodrygo no es exactamente conocido por su buen temperamento cuando se enoja.

Arda se hundió en su asiento nuevamente, cruzó los brazos y se volvió hacia la cancha, todavía fastidiado por el incidente.

- Él es tan infantil a veces.

- A veces simplemente no sabe cómo manejar sus emociones. Especialmente cuando se trata de ciertos temas...

Por el rabillo del ojo, Arda notó a Rodrygo acercándose a él con cautela. Cuando llegó a su lado, se quedó de pie torpemente y evitó su mirada.

- Ah, escucha... -comenzó, con voz vacilante.

Arda lo miró con sospecha y se apartó ligeramente, aún frotándose la nariz.

- Siéntate, Rodrygo -le ordenó Kroos antes de que pudiera continuar.

Rodrygo se giró hacia Kroos con sorpresa y pareció vacilar por un momento, pero una mirada fija de Kroos lo hizo obedecer. Se sentó torpemente a su lado, todavía evitando la mirada de Arda.

- Yo... esto... lo lament-

- Estás disculpado -Arda lo interrumpió, manteniendo su tono de calma. Sin embargo, había un brillo travieso en sus ojos.

Rodrygo lo miró con sorpresa y luego vaciló, como si no estuviera seguro de qué decir a continuación. Kroos, que estaba al lado, rió por lo bajo y no dijo nada, observando la interacción entre los dos.

- Yo no... Lo siento, en serio. No pensé que te daría a ti.

Arda le dio una sonrisa burlona.

- No te preocupes, lo entiendo. Estabas jugando tan mal que seguramente disparaste a la portería pero terminó en el banquillo.

Rodrygo frunció el ceño e hizo una mueca ante el comentario, claramente ofendido. Kroos soltó una carcajada ante eso.

- Eso fue un poco mezquino -comentó Kroos, tratando de contener su risa.

Arda se encogió de hombros con inocencia.

- Solo digo la verdad.

Rodrygo se volvió hacia él nuevamente, con una mirada que decía que no era divertido.

- ¿Y no podrías decir la verdad con tacto?

- Tal vez deberías esforzarte más en el campo antes de quejarte de cómo te hablo...

- Bien, puede que haya jugado de lo peor -admitió Rodrygo, frotándose la nuca con nerviosismo.

En ese momento, Arda no pudo resistirse a lanzar una última puya.

- Quizás si no pasaras tanto tiempo mirando a Chelsea, podrías enfocar más tu atención en el juego.

- No puedo mentir, fue vergonzoso -se sinceró Kroos.

Rodrygo se avergonzó ligeramente y trató de defenderse.

- ¡No es mi culpa! Cada vez que intento enfocarme en el juego, ella me mira y me distrae.

Kroos se rió nuevamente ante eso y se volvió hacia él con una sonrisa burlona.

- Eso me suena a excusa para alguien que solo sabe perseguir mujeres.

Al poco tiempo, Kroos se levantó del banquillo porque debía calentar ya que dentro de poco entraría en lugar de Modrić. Le dio una palmada en el hombro a Arda y le dedicó una sonrisa antes de irse a calentar.

Arda se giró hacia Rodrygo nuevamente, todavía con una expresión traviesa. Rodrygo, por su parte, seguía con la mirada fija en Kroos, aún con una expresión irritada. Después de unos momentos, se volvió hacia Arda y le dio una mirada que podría matar.

Arda no le dijo nada, y a los pocos minutos se levantó para calentar también ya que Ancelotti se lo había ordenado. Aún así, no estaba seguro de si jugaría, ya que no sería la primera vez que lo ponen a calentar pero lo terminan por dejar en el banquillo todo el partido.

Arda siguió a Kroos a la cancha y juntos comenzaron a calentar. Mientras corrían e intercambiaban unos cuantos pases, Arda echó un vistazo ocasional a Rodrygo, quien todavía seguía en el banquillo, con la mirada perdida en la cancha. Kroos lo notó y siguió su mirada.

- Parece bastante enojado, ¿eh?

Arda se encogió de hombros con indiferencia, tratando de parecer despreocupado.

- Sí, bueno, así es él. Siempre está de mal humor cuando no le salen las cosas.

Kroos sonrió ante esa respuesta y sacudió la cabeza con complicidad.

- ¿Seguro que no tiene nada que ver con tu comentario previo? -inquirió, arqueando una ceja con ironía.

Arda se rió entre dientes y se encogió de hombros nuevamente.

- Solo dije la verdad.

Kroos soltó una carcajada ante eso y luego le dio una palmada en la espalda mientras continuaban calentando. Kroos fue el primero en entrar como cambio. Arda volvió al banquillo mientras esperaba pacientemente la orden de Ancelotti.

- ¿Realmente crees que te dará minutos? El partido está por finalizar.

Arda no pudo evitar soltar un suspiro frustrado ante la pregunta de Rodrygo. Lo pensó por un momento, sus labios se fruncieron en un gesto pensativo.

- No tengo idea -admitió finalmente, sacudiendo ligeramente la cabeza-. Nunca sabes con Ancelotti.

Rodrygo había notado cómo Ancelotti se alejaba nuevamente, sin dar señal alguna de reemplazar a otro jugador.

- Parece que te vas a quedar en el banquillo otra vez. Qué sorpresa.

Arda hizo una mueca ante el comentario, sin poder evitar su reacción aunque trató de mantener una expresión impasible.

- Al menos yo no estoy haciendo un papel vergonzoso en el campo.

- Al menos yo estoy en la cancha jugando. No en la banca sin hacer nada.

Arda apretó los dientes y mantuvo la mirada firme, no estaba dispuesto a perder esta discusión.

- Al menos yo puedo hacer algo productivo con mi tiempo. Sentarme aquí y no hacer el ridículo en la cancha ya es una victoria.

Rodrygo se rió entre dientes ante eso y puso los ojos en blanco.

- Sí, sentarte y mirar el partido desde el banquillo. Realmente productivo, Güler.

- Más productivo que cometer errores estúpidos y poner en peligro la victoria del equipo, seguro.

Esto solo pareció irritar aún más a Rodrygo. Él puso los ojos en blanco nuevamente y cruzó los brazos sobre el pecho.

- Está bien, entonces, ¿qué harías si estuvieras en mi lugar? ¿Lo harías mejor, Messi?

- En cinco segundos hago más que tú en todo el partido -Arda le sonrió con seguridad-. Puedo hasta marcar un gol.

Rodrygo lo miró como si estuviera a punto de reírse en su cara. No creía ni por un minuto que él marcaría un gol.

- Sí, claro, seguro. Yo puedo volar si me tiro desde un edificio.

Arda se encogió de hombros con indiferencia.

- No lo sabrás hasta que lo intentes. A diferencia de ti, al menos tengo oportunidad de marcar. Tú estás demasiado concentrado en buscar a cierta persona que ni siquiera sabes dónde está el arco.

Eso hizo que la sonrisa de Rodrygo se desvaneciera un poco. Su expresión cambió de burlona a irritada en un instante.

- Cierra la boca, Güler -espetó nuevamente. Luego se volvió hacia la cancha, tratando de ignorarlo.

Al poco tiempo, Ancelotti le hizo señas a Arda para que entrara al terreno de juego, y él se alegró al ver que realmente iba a jugar esta vez. Se levantó del banquillo rápidamente y se preparó para entrar a la cancha en compañía de Ceballos.

Cuando llegó a la cancha, Arda se paró al lado de Ceballos, quien le dio una sonora palmada en la espalda y le susurró algo. Arda pudo oírlo, pero no se enfocó en las palabras; se dio la vuelta y empezó a correr por el terreno junto a los otros jugadores.

Con los últimos minutos del partido en cuenta regresiva, Arda empezó a sentirse más y más ansioso. Estaba ansioso por marcar un gol, por marcar una diferencia en el juego. Sin embargo, tenía que esperar el momento adecuado.

Cuando Ceballos recibió el balón, notó cómo Arda se abría y esperaba una oportunidad, así que le pasó el balón. Arda recibió el pase y inmediatamente se posicionó para disparar. Vio la portería y sabía que tenía que darle con todo. No iba a desperdiciar esta oportunidad.

Corrió con el balón y se acercó, luego disparó con fuerza y precisión perfecta, enviando la pelota al fondo de la red justo un minuto después de ingresar al campo. Cuando la pelota entró en la portería, Arda no pudo evitar levantar los brazos en señal de victoria. Su corazón latía con fuerza y una oleada de emociones lo invadió.

Los jugadores alrededor de él también lo felicitaron y se le acercaron para darle palmaditas en la espalda y los hombros. El estadio estalló en un coro de vítores y aplausos, y Arda miró alrededor lleno de orgullo. No podía creer que había marcado un gol tan pronto después de entrar al campo... y su primer gol con el Madrid.

Arda no pudo evitar buscar a Chelsea en las gradas mientras celebraba su gol con los demás jugadores. Finalmente, la vio sentada en su asiento, aplaudiendo y vitoreando con los demás aficionados.

Cuando notó que él la miraba, ella le sonrió y agitó una mano en su dirección. Arda no pudo evitar sonreír aún más ampliamente, y luego le dedicó el gol a ella, apuntándola con el dedo y guiñándole un ojo en un gesto juguetón mientras formaba una «C» con su mano. Mientras Arda señalaba a Chelsea y le dedicaba el gol, algunos de los jugadores a su alrededor se rieron y le dieron palmadas en la espalda, claramente impresionados por su valor. Kroos incluso se acercó y le dio un suave empujón en el hombro.

- Bien hecho, Arda. Parece que alguien está teniendo un buen día.

Una sonrisa aún más amplia apareció en el rostro de Arda ante el comentario de Kroos.

- Sí, creo que podría ser mi día de suerte -respondió con orgullo. Luego echó un vistazo a las gradas nuevamente, su mirada enfocándose en Chelsea, quien lo estaba esperando con una emocionada sonrisa en su precioso rostro-. Definitivamente mi día de suerte...

Cuatro minutos después, el partido finalmente llegó a su fin. Cuando el árbitro pitó el final del partido, Arda se sintió aliviado al saber que finalmente había terminado. Al mismo tiempo, estaba lleno de orgullo y satisfacción por su actuación de algunos minutos.

Él y sus compañeros de equipo se reunieron en el centro de la cancha para darse palmaditas en la espalda y felicitarse unos a otros por la victoria. Aunque Arda estaba rodeado de sus compañeros de equipo y las cámaras estaban en otro lugar, él no pudo evitar mirar en dirección a las gradas nuevamente.

Chelsea no tardó en bajar las escaleras hacia el terreno de juego y se dirigió hacia Arda, quien aún estaba en el centro de la cancha con sus compañeros de equipo. Ella lo buscó entre los jugadores y cuando lo encontró, corrió hacia él con una sonrisa emocionada en el rostro. Cuando llegó hasta él, lo tomó del brazo y lo alejó ligeramente del grupo para poder hablar con él a solas.

- ¡Eso fue impresionante!

Arda se rió levemente y se pasó una mano por el cabello, un poco avergonzado por la atención que estaba recibiendo.

- Gracias. Simplemente estaba en el momento adecuado.

Chelsea le dio un leve golpe en el hombro.

- Oh, no seas modesto. Eso no fue suerte y tú lo sabes. Eres un gran jugador. Y, por cierto, ese gesto al final... -ella arqueó una ceja y lo miró con una sonrisa cómplice.

Arda se ruborizó un poco y se aclaró la garganta, tratando de no parecer demasiado afectado por su cumplido.

- Ah, ya sabes, solo quería darle a alguien especial crédito por este gol.

- Sí, fue muy tierno, especialmente la forma en que hiciste la «C» con la mano. No fue muy sutil.

Arda se rió entre dientes y se encogió de hombros, sin negar sus palabras.

- Bueno, nunca dije que intentara ser sutil -respondió con una sonrisa traviesa-. Tal vez quería que todos supieran quién fue mi inspiración.

Al ver la sonrisa de Arda, Chelsea se sintió llena de orgullo y felicidad. Su corazón latía con fuerza mientras lo miraba, admirando su confianza y seguridad en sí mismo. Intentó controlar sus emociones y actuar de manera casual, pero sabía que él podía leerla como un libro abierto. Arda siempre tenía ese efecto en ella. Y eso la emocionaba y la asustaba al mismo tiempo.

Intentó guardar la calma, pero cada vez que él la miraba con esa sonrisa y esos ojos traviesos, sentía como si se derritiera por dentro. Quería lanzarse sobre él y abrazarlo, pero se detuvo a sí misma, sabiendo que estaban en público y que no era el momento ni el lugar para hacerlo.

- ¿Sabes, Arda? Eres realmente adorable.

Las palabras de Chelsea hicieron que se ruborizara aún más y él se rió incómodamente, pasando nuevamente una mano por su cabello.

- Ah, ¿sí? -respondió, manteniendo una sonrisa en su rostro-. ¿Tú crees?

Chelsea soltó una carcajada al verlo intentar parecer despreocupado. Sabía que lo había puesto nervioso, y eso la hacía sentir más segura de sí misma.

- Oh, sí, definitivamente lo eres. Especialmente cuando te pones todo nervioso.

Arda trató de no hacer una mueca ante sus palabras. Él odiaba cuando ella lo hacía sentir así, tan nervioso y vulnerable. Pero al mismo tiempo, también le gustaba la manera en que ella podía hacerlo perder así el equilibrio con tan solo unas pocas palabras.

Se aclaró la garganta nuevamente y le sonrió con falsa confianza.

- No estoy nervioso.

- Sí lo estás -Chelsea acarició su mejilla con ternura-. Estoy realmente orgullosa de ti, ¿lo sabes? Eres un gran jugador, y te juro que soy la persona más feliz al ver cómo les callas la boca a tantas personas.

Las palabras de Chelsea hicieron que el corazón de Arda se derritiera. La forma en que lo miraba, con orgullo y admiración en los ojos, lo hacía querer derretirse en sus brazos. Él luchó contra el deseo de agarrar su mano y sostenerla, y simplemente sonrió con suavidad.

- Gracias. Eso significa mucho para mí, Chelle. Especialmente viniendo de ti.

- Siempre voy a ser tu mayor fan -respondió ella con una sonrisa, acariciando su mejilla nuevamente con ternura.

Ella no pudo evitar echar un vistazo a los otros jugadores y los miembros del equipo que los rodeaban, recordando que aún estaban en público y que no debería acercarse demasiado. Intentó mantener la calma y guardar las distancias, a pesar de lo mucho que quería abrazarlo en ese momento.

- Ojalá pudiéramos estar solos en este momento -murmuró Arda en un tono bajo, lo suficientemente bajo como para que solo ella escuchara.

- Ah, ¿sí? ¿Qué harías si estuviéramos solos?

Después de confirmar con un mirada que no había nadie cerca, Arda se acercó más a Chelsea y se inclinó, acercando su boca a su oído. Su respiración cálida le hizo cosquillas en el cuello y ella se estremeció ligeramente por la sensación.

- Si estuviéramos solos ahora, te besaría hasta dejarte sin aliento.

El tono de su voz era suave, pero a la vez lleno de un deseo poderoso. Chelsea se estremeció aún más al escuchar sus palabras, y el corazón se le aceleró dentro del pecho. No era la primera vez que le decía algo así, pero aún así, ella nunca se acostumbraría a ello. Cada vez que lo escuchaba, su cuerpo se encendía con un deseo incontenible.

- Necesito contenerme -murmuró él con frustración, sus ojos aún fijos en su rostro-. Quiero poder abrazarte y besarte, pero estoy tratando de recordar que no estamos solos aquí. Es tan difícil cuando te tengo tan cerca...

- Sí... Oye, ¿sabes de qué me di cuenta? De que cuando Rodrygo se refirió a mí como «tu novia», jamás lo negaste.

La observación de Chelsea le hizo sonreír ligeramente. Él sabía exactamente de qué estaba hablando, pero no quiso admitirlo de inmediato.

- Tal vez... no sentí la necesidad de negarlo.

Chelsea ladeó la cabeza y levantó una ceja al escucharlo. Su respuesta no era exactamente lo que había esperado que dijera, pero de alguna manera, la emocionó.

- ¿Y eso significa...?

Antes de que Arda pudiera responder a su pregunta, fueron interrumpidos por varios periodistas y fotógrafos que se acercaron a ellos con preguntas en mano. Se formó alrededor de ellos un pequeño grupo que quería conocer la opinión de Arda sobre el partido, su gol y el rendimiento del equipo.

Arda, aún con los ojos fijos en Chelsea, supo que tendría que responder a las preguntas.

- ¿Ella es tu novia, Arda?

Era una pregunta que sabía que iba a llegar tarde o temprano, pero aún así, no se sentía preparado para responder. Especialmente con ella a su lado. Él mantuvo su expresión lo más neutral posible, y simplemente se rió ligeramente y respondió con cautela.

- Eso es algo personal que no voy a discutir en público.

- ¿Es eso una confirmación de su relación?

Arda suspiró internamente ante la persistencia de los periodistas.

- No es una confirmación ni una negación -respondió con cautela, manteniendo su sonrisa aún-. Me niego a hablar de mi vida personal con el público. Lo único que puedo y voy a discutir es el partido y el equipo.

- Chelsea, vimos cómo Arda te dedicó su primer gol con la camiseta. ¿Fue eso una confirmación de su relación?

Chelsea había estado observando en silencio mientras Arda respondía a las preguntas de los periodistas, pero cuando escuchó su nombre, su atención se centró en ellos.

- Ah, eh, eso... -comenzó, tratando de pensar en cómo responder sin comprometerse. Finalmente, decidió no ofrecer una respuesta directa, y en su lugar, se encogió ligeramente de hombros-. Fue un buen gesto, simplemente como muestra de agradecimiento por ser una buena... compañía.

Los periodistas no parecían satisfechos con su respuesta incierta y siguieron insistiendo con más preguntas, tratando de obtener más información sobre su relación. Los flashes de las cámaras se disparaban sin cesar y las preguntas parecían seguir cayendo como una lluvia ininterrumpida.

- Entonces, ¿son pareja o solo amigos? -preguntó uno de los periodistas con insistencia.

Chelsea mantuvo su sonrisa, pero sentía que su frustración crecía con cada pregunta y flash de cámara de los periodistas. Arda también se estaba impacientando con su insistencia, y podía ver cómo cada pregunta hacía que Chelsea se tensara y se frustrara más.

Él quería desesperadamente acabar con las preguntas y poder alejarla de toda esta atención no deseada.

- ¿Cuánto tiempo llevan saliendo? -preguntó otro periodista, apuntando su micrófono hacia ella.

Ante eso, Arda decidió intervenir, ya que no quería que ella respondiera a más preguntas.

- Creo que hemos respondido suficientes preguntas por hoy...

Se colocó ligeramente delante de Chelsea, como si estuviera tratando de protegerla de los periodistas, y mantuvo su mirada firme en ellos.

En ese momento, Rodrygo se unió a ellos y saludó a Arda con un gesto de cabeza y a Chelsea con una sonrisa. Los periodistas captaron la llegada de Rodrygo y rápidamente se volvieron en dirección a él, dejando de interrogar a Arda y a Chelsea por un momento.

- ¿Qué piensas de la relación de Arda y Chelsea?

Rodrygo sonrió ampliamente ante la pregunta y respondió sin dudarlo.

- Son novios, ¿no? Es bastante obvio -respondió con seguridad, sin perder esa sonrisa traviesa en el rostro.

Arda y Chelsea abrieron sus ojos de par en par, horrorizados, mientras que Rodrygo sonreía con falsa inocencia.

«Estúpido Rodrygo...»

nada que ver, pero podemos hablar de lo hermoso que es kenan yildiz?!?!?! TIENE LA MISMA EDAD QUE ARDA AND BRO'S MAJESTIC

agárrate arda quw tienes competencia 😘 SE VIENE FIC, QUÉ LES PARECE???

hablando de arda, vieron el golazo que se mandó contra georgia??? LO AMOOOOOOO

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