☆ twenty.
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nota: espero que también comenten mucho aquí!! ya saben que me encanta leer sus comentarios y responderlos, además, me motivan a actualizar más rápido 🫶🏻 100 comentarios o más y actualizo martes o miércoles. (actualización: tendrán nuevo capítulo jueves o viernes porque el retiro de kroos me tiene deshecha.)
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♡◞ chapter twenty 𓂃 arda's debut
😵💫💘
la espera siempre vale la pena...
tómalo como quieras
Arda y Chelsea se encontraban solos en la habitación de ella, aprovechando la tranquilidad de la tarde para pasar tiempo juntos. Chelsea estaba concentrada en estudiar para un importante examen, mientras Arda la observaba en silencio.
Arda se acercó tímidamente a Chelsea y le rozó el hombro con suavidad. Ella levantó la mirada de sus apuntes y sonrió, encontrando consuelo en su presencia. Los dos compartían una conexión especial, llena de complicidad y atracción. No podían evitar sentir la electricidad en el aire cuando estaban cerca.
- ¿Qué pasa, Arda? -quiso saber, intrigada por su actitud.
- Nada en particular, solo quería estar cerca de ti -respondió con timidez.
Chelsea asintió y le hizo un gesto para que se sentara a su lado. Arda obedeció y se acomodó junto a ella en la cama. Observaron juntos los apuntes durante unos minutos en silencio, disfrutando de la cercanía.
- No sé cómo lo haces, pero siempre logras calmarme -dijo Chelsea, rompiendo el silencio.
Arda le sonrió y acarició suavemente su mejilla.
- Tal vez es porque me importas. Quiero estar aquí para apoyarte y hacerte sentir bien.
Pronto, él decidió volver a su posición anterior y dejarla continuar con lo suyo al verla tan centrada en ello. Pero a pesar de su aparente concentración, su mente estaba en otro lugar, pensando en los ocasiones que pudo sentir los suaves labios de Arda y en la dulce sensación de sus manos acariciando su cuerpo.
El silencio reinaba en la habitación, solo interrumpido por el sonido de los lápices rasguñando el papel y el suave murmullo de las hojas al pasar.
Sin embargo, en ese momento, las emociones que los envolvían se volvieron incontrolables. Arda, incapaz de resistir más, se acercó sigilosamente a Chelsea. A medida que se acercaba, podía sentir las pulsaciones de su corazón acelerándose, sabiendo que iba a hacer algo que cambiaría el ambiente por completo.
Sus ojos se encontraron con los ajenos, ambos expresando su deseo mutuo.
Desde el primer beso que se habían dado, Arda no podía dejar de pensar en ella. Cada momento juntos lo consumía con una intensidad abrumadora, y ahora, en ese momento, no podía contener las ganas de besarla una y otra vez.
- ¿Ahora qué pasa? -la pregunta de ella salió como un susurro.
Arda se detuvo a pocos centímetros de los labios ajenos, su respiración entrecortada mezclándose con la de ella. Podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo y la electricidad que pasaba entre ellos. Sin embargo, quería asegurarse de que ella estuviera lista antes de dar el siguiente paso.
- Quiero besarte, Chels... Llevo queriéndolo todo el rato. Pero solo lo
haré si tú quieres también -susurró con voz ronca, buscando el permiso en sus ojos.
Chelsea estaba sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. Ansiaba sentir los labios de Arda sobre los suyos una vez más, la pasión y ternura que siempre transmitía en sus besos. Pero también temía que abrirse completamente a él pudiera significar exponerse demasiado, y eso la llenaba de inseguridad.
Sin embargo, al mirar sus intensos ojos verdes buscando su consentimiento, se dio cuenta de que no quería contenerse más. Quería dejarse llevar por ese torbellino de emociones que él despertaba en ella, quería sentir la conexión única que solo encontraba en sus brazos.
Chelsea había quedado momentáneamente sorprendida, pero recuperando rápidamente la compostura, esbozó una sonrisa y se dispuso a contestar.
- Yo también he querido eso todo el rato -admitió, sorprendiéndolo ligeramente al no haberlo notado-. Pero quería que fuera más especial, no en esta situación...
Arda la miró fijamente, sintiendo la sinceridad de sus palabras.
Sus labios se curvaron en una sonrisa de complicidad y ternura. Un sentimiento cálido y reconfortante llenó su pecho al escuchar que ella también había ansiado ese momento. Se sintió agradecido por la confianza que estaba depositando en él, por el hecho de que compartieran ese anhelo mutuo.
La miró con intensidad, dejando que sus ojos transmitieran todo lo que sentía por ella. Quería que Chelsea supiera que cada gesto, cada mirada, cada beso, venía cargado de ese profundo afecto que sentía en su corazón.
Con un gesto suave, acercó su rostro al de ella, buscando sus labios con ansias contenidas.
- No importa. Lo será.
Chelsea se mordió el labio inferior, vacilante pero llena de deseo.
- Entonces bésame -sus palabras sonaron más como una súplica que como una orden; el anhelo era evidente en su voz.
Sin decir una palabra más, Arda se sentó con delicadeza en el borde de la cama, mientras Chelsea dejaba su libro a un lado. Poco a poco, sus labios se acercaron con suavidad y se unieron en un ansiado beso, cauteloso al principio pero desesperado poco después.
El beso se volvió más intenso, sus manos se entrelazaron y Chelsea terminó a horcajadas encima de él. El tiempo parecía detenerse mientras se dejaban llevar por la avalancha de emociones que habían estado guardando todo ese tiempo.
Cada caricia, cada susurro, cada roce de labios, era como un torbellino de sensaciones que los invadía por completo. Se sentían conectados de una manera tan profunda que parecía que sus almas se estaban fusionando en ese instante.
El beso continuó, prolongándose en el tiempo, como si el mundo exterior no existiera y solo estuvieran ellos dos, perdidos en ese momento único y especial. Sus corazones latían al unísono, como si estuvieran bailando al compás de una melodía secreta que solo ellos podían escuchar.
Pero no todo podía ser color de rosas. De repente, un golpe en la puerta resonó en la habitación, sacándolos a ambos de su ensimismamiento.
Era Fede, quien venía a interrumpir ese momento tan íntimo entre los dos. La ansiedad invadió el cuerpo de Chelsea al pensar en cómo ocultar a Arda antes de que Fede lo descubriera.
Sin pensarlo dos veces, hizo una mueca de desesperación para que Arda entendiera la situación. Rápidamente, él se levantó de la cama y se escondió en el armario, rezando para que las finas puertas de madera fueran suficientes para mantenerlo oculto.
Con la respiración agitada y el corazón en un frenético latido, Chelsea intentó parecer lo más natural posible mientras Fede tocaba la puerta.
- ¿Puedo entrar, Chels? -quiso saber, con una curiosidad evidente en su voz. Estaba comenzando a desesperarse y eso se notaba.
No entendía cómo pudo haber olvidado que Fede tenía sus propias llaves y que, por ende, podía llegar en los momentos menos oportunos y simplemente entrar.
Bueno, al menos había tenido la decencia de tocar la puerta...
- Obvio, pasá -respondió ella casi enseguida, intentando que su voz no delatara la forma en que su corazón amenazaba con salirse de su pecho.
Fede entró en la habitación y su mirada se posó directamente en ella, percibiendo algo extraño en su actitud. Se le hacía sospechoso el tiempo que se había tardado en indicarle que pasara. ¿Qué podría estar haciendo?
- ¿Qué estabas haciendo? -rápidamente preguntó, una pizca de suspicacia en su voz.
- Eh... -Fede esperaba pacientemente su respuesta-. Estoy estudiando para un examen, nada nuevo -respondió de manera apresurada, tratando de sonar convincente mientras su mente estaba en otra parte.
Fede siguió mirándola fijamente, sus ojos como si buscaran respuestas en su expresión. Chelsea desvió la mirada, fingiendo que estaba demasiado inmersa en su libro.
- Mm... sé que estás ocultando algo -dijo él, levantando una ceja intrigado-. ¿Es algo relacionado con tu extraña actitud?
Chelsea se removió incómoda en su silla, nerviosa por las acusaciones implícitas en sus palabras. No podía negar que, por un lado, sentía la necesidad de confiar en su amigo, de contarle todo acerca de su conexión con Arda; pero a su vez, el miedo y la incertidumbre la paralizaban.
Decidida a no revelar su secreto, mantuvo su tapadera.
- No sé de qué hablás, Fede -forzó una sonrisa-. Solo estoy preocupada por mi examen, nada más. Me tardé un poco en dejarte pasar porque estaba concentrada leyendo una línea y no quería perderme, eso es todo.
Fede frunció el ceño, insatisfecho con su respuesta. Podría jurar que había escuchado voces, voces de dos personas diferentes que parecían estar teniendo una conversación. Así que con base en su creencia, Chelsea tenía compañía.
Pero, ¿quién era y dónde estaba? Pensar que se había vuelto más loca y ahora hablaba sola no era una opción. Estaba casi seguro de que había escuchado otra voz.
- Bueno, si necesitás hablar sobre eso... acá estoy -le dijo, sonando resignado-. No quiero que te sientas sola o te agobies con algo que ni siquiera puedo empezar a entender.
Chelsea sintió una punzada de culpa al ver la genuina preocupación en los ojos de su amigo. Sabía que no podía seguir mintiéndole, pero el temor a las consecuencias era demasiado grande.
- Gracias, Fede. En verdad aprecio tu apoyo, pero hoy no necesito hablar de nada en particular. Solo necesito concentrarme en mi examen -respondió ella, forzando otra sonrisa.
Fede la miró durante un instante más, como si evaluara si hablarle de nuevo o simplemente dejarla en paz. Finalmente, suspiró resignado y se dio la vuelta hacia la puerta.
- Bue. Si cambiás de opinión, sabés que siempre estaré acá para vos -dijo, antes de salir de la habitación y cerrar la puerta tras de sí.
Chelsea soltó un suspiro de alivio, agradecida por haber salvado la situación. Se levantó y se acercó al armario, donde Arda aún se ocultaba. Abrió las puertas y lo miró con una sonrisa nerviosa.
- Eso estuvo cerca -susurró ella, antes de alargar su mano hacia él, invitándolo a salir del escondite.
- Sí, por poco nos descubre... -respondió él, tomando la mano de Chelsea y finalmente saliendo.
Mientras Arda emergía del armario, se encontraron con la mirada, con una mezcla de ansiedad y emoción palpable en el aire. Sabían que debían enfrentar lo que sentían, pero también eran conscientes de los obstáculos y las consecuencias.
Arda salió del armario con la cara enrojecida y las manos temblando. Se sentía nervioso y avergonzado por casi haber sido descubierto en esa situación comprometedora. No sabía qué decir, así que simplemente se limitó a mirar a Chelsea con una expresión de disculpa en su rostro.
Chelsea, por otro lado, se sentía emocionada y un poco asustada por la situación. Sabía que lo que estaban haciendo era arriesgado, pero no podía evitar querer explorar esa conexión especial con Arda que la hacía querer más.
Se quedaron allí, frente a frente, sin decir nada durante unos segundos. La tensión se podía cortar con un cuchillo, pero también seguía esa chispa de deseo entre ellos.
Finalmente, Arda rompió el silencio.
- Lo siento, Chels, no debería haberme dejado llevar de esa manera. Fue imprudente y arriesgado -se disculpó, sonando avergonzado-. Pero... no puedo negar que me gusta estar contigo, que me
gustas de una forma que no puedo explicar.
Chelsea lo miró fijamente a los ojos, sintiendo su corazón latir con fuerza en su pecho. No pudo evitar sonreír ante sus palabras sinceras y genuinas.
Sintió una oleada de emociones recorriendo su cuerpo. Estaba emocionada por la confesión de Arda, pero también nerviosa por lo que eso significaba para su amistad. Sin embargo, en ese momento, no podía negar la atracción que sentía por él; una atracción que había estado latente durante mucho tiempo.
Chelsea se acercó lentamente a él, con una sonrisa traviesa en el rostro.
- ¿Imprudente y arriesgado, dices? -le dijo, acercándose aún más-. Pues déjame decirte que no soy precisamente yo quien se dejó llevar por el momento, señor «imprudente» -bromeó, jugando con él.
Arda se tensó ligeramente, sin saber cómo reaccionar ante la actitud juguetona de Chelsea.
- ¿Qué estás tramando, Chels? -preguntó, con una mezcla de nerviosismo y diversión en su voz.
Chelsea rió suavemente y le dio un leve golpe en el hombro.
- Solo quiero ver qué tan nervioso puedes ponerte -respondió con una risa socarrona-. Después de todo, ¿no sería divertido verte un poco incómodo?
Arda la miró con una sonrisa, sintiéndose aliviado por la forma en que Chelsea había aligerado la tensión del momento.
- Bueno, si ese es tu objetivo, entonces creo que estás lográndolo muy bien -dijo, jugando también.
Chelsea, aún con su sonrisa traviesa en el rostro, se acercó a Arda y le susurró al oído de forma juguetona.
- Oh, parece que alguien está un poco avergonzado por lo que acaba de suceder. ¿O es que acaso te gustó tanto que no puedes manejarlo?
Arda se ruborizó aún más y trató de mantener la compostura, pero Chelsea seguía siendo persistente en su juego. Se puso de puntillas y le dio un suave beso en la mejilla, provocando que él se estremeciera un poco.
- Vamos, Arda, relájate. Solo fue un beso, no es el fin del mundo. Aunque debo admitir que fue bastante agradable -dijo Chelsea con una risita en voz baja.
Arda no sabía qué decir. La situación lo había tomado por sorpresa y no estaba seguro de cómo reaccionar. Por un lado, se sentía un poco halagado por el gesto de Chelsea, pero por otro lado, se sentía un poco incómodo por la intensidad de sus sentimientos.
Se sintió aún más nervioso, pero no pudo evitar sonreír ante la actitud juguetona de Chelsea. A pesar de la tensión del momento, su amistad seguía siendo sólida y eso le brindaba un poco de consuelo en medio de la confusión de sus emociones.
- Espera, ¿acaso me dijiste que tienes un crush secreto por mí? -siguió molestando, jugueteando con su cabello y haciendo que se avergonzara aún más-. ¿No me lo habías dicho antes? Tendré que empezar a mirarte de forma diferente a partir de ahora.
Arda suspiró y trató de controlar sus emociones. Estaba claro que Chelsea tenía una forma única de hacerlo sentir incómodo pero a la vez intrigado.
- ¡No, espera! ¡Eso no es lo que quería decir! -balbuceó, tratando de explicarse mientras ella se reía de su reacción-. Bueno, sí, tengo que admitir que me atraes, pero no te pongas así. Es... complicado.
La risa de Chelsea llenó el aire, mezclándose con la confusión y el nerviosismo de Arda. Ambos se dejaron llevar por el momento, disfrutando de la conexión única que tenían.
- No empieces, Chels. Ya bastante complicada está la situación como para que tú... -comenzó a decir, pero fue interrumpido por la risa contagiosa de Chelsea.
- Bueno, si te sientes confundido, ¿por qué no nos damos un tiempo para aclarar las cosas? Obviamente vamos seguir siendo amigos, pero también exploraremos esta... atracción que ambos sentimos -propuso, con una mirada que Arda casi no podía descifrar.
Arda no pudo evitar sentir un hormigueo en el estómago ante la sugerencia de Chelsea. Aunque sabía que era arriesgado, también sabía que había algo especial entre ellos que no podía ignorar.
- ¿Dices como... amigos con derecho?
- ¡No, no, no! ¡Eso no es lo que quise decir! -explicó Chelsea, tratando de corregir su error y calmarse-. No me malinterpretes, solo digo que podríamos explorar esta atracción que sentimos sin comprometernos a nada serio, al menos por ahora. Solo como una especie de experimento...
Arda soltó una carcajada ante la reacción de Chelsea y se acercó a ella para tomarle las manos y transmitirle tranquilidad.
- Pues vaya experimento que me estás proponiendo. ¿Estás segura de que puedes controlar todo esto? -bromeó él, intentando aliviar la tensión en el ambiente.
Chelsea sonrió, agradecida por la distracción que estaba ofreciendo.
-Oh, claro que puedo controlarlo. Tú eres el que debería preocuparse, ¿no crees?
Arda se quedó mirando a Chelsea con una ceja levantada, sin saber muy bien cómo responder a su provocación.
- ¿Y a qué te refieres con eso?
- Bueno, quizás no estás preparado para lo que se viene...
Arda se sintió un poco incómodo ante la respuesta de Chelsea. No estaba acostumbrado a sentirse tan vulnerable y expuesto en una conversación. Tragó saliva y trató de mantener la compostura.
- Bueno... No sé a qué te refieres exactamente, pero estoy dispuesto a averiguarlo. Supongo que nunca se sabe qué puede pasar, ¿verdad?
Chelsea lo miró fijamente, notando su incomodidad.
- Eres muy dulce, ¿lo sabes? -le dijo de repente, acercándose lentamente a él sin despegar su mirada de la suya ni un segundo-. Y también eres muy lindo...
Arda sintió como su corazón empezaba a latir más rápido y como su piel se erizaba ante las palabras de Chelsea. No sabía cómo reaccionar ante sus halagos y su cercanía. Se sentía nervioso, pero a la vez emocionado por la atención que estaba recibiendo. Su mente se nublaba y le costaba pensar con claridad, pero sabía que quería seguir adelante y descubrir qué tenía ella planeado.
Apretó sus puños con fuerza para intentar calmarse y mantener la compostura, mientras trataba de controlar sus emociones y seguir adelante con lo que sea que se avecinaba.
Se mordió el labio inferior mientras pensaba en cómo responder. Se sentía como un adolescente torpe e inseguro, sin saber qué hacer con sus emociones.
- ¿Realmente crees que soy dulce? -inquirió, ella asintió sin pensarlo-. Bueno, es solo para ti -una pequeña sonrisa comenzó a dibujarse en sus labios.
Chelsea sintió como su corazón también comenzaba a latir rápidamente ante la respuesta de Arda. Se mordió el labio, tratando de controlar sus propias emociones mientras desviaba ligeramente la mirada, intentando cambiar de tema.
- Sí... Oye, dime: ¿cuándo es el partido de Copa del Rey?
Arda se sintió levemente aturdido por su repentino cambio de tema, pero lo agradeció internamente.
- Ah, eh... -se detuvo para pensar-. Si mal no estoy, es el seis.
Chelsea se tomó unos segundos para pensar también. Hoy era jueves 4, su examen era mañana, viernes 5, así que el sábado...
Bingo. Estaba libre y definitivamente asistiría. Además, tenía la suerte de que Aranda no estaba lejos de Madrid. Sería un viaje en auto de 1 hora y 50 minutos aproximadamente.
- Perfecto -ella le regaló una amplia sonrisa-. Habías mencionado que Carletto te dijo que ese día podrías hacer tu debut, ¿no?
Arda le sonrió en respuesta, dando un asentimiento de cabeza. Se sentía nervioso y a la vez emocionado, había estado esperando ese día por mucho tiempo y todo apuntaba a que por fin se iba a dar.
Luego de tanta espera, tantas lágrimas, tanta desesperación, tantas críticas... un sinfín de cosas que lo habían atormentado los últimos meses. Pero, para su suerte, había tenido a Chelsea a su lado en todo momento.
Ella era realmente dulce, a veces sentía que no la merecía.
- Sí, eso dijo. Si me lo preguntas, me siento muy bien y muy confiado para ese día -habló con total seguridad-. Estoy completamente seguro de que finalmente tendré mis primeros minutos... si Dios quiere, claro.
- Estoy segura de que sí -Chelsea quiso darle más ánimos y seguridad-. Te lo mereces, has esperado mucho y trabajado muy duro. Te aseguro que este es tu momento.
Arda se sintió reconfortado por las palabras de Chelsea. Sentía que ella realmente creía en él y eso le daba una fuerza interior que no sabía que poseía. Por un momento, se permitió sentir la emoción de imaginar su debut en el campo, el sonido de los aplausos de los aficionados, la satisfacción de demostrar su valía.
Pero al mismo tiempo, un pequeño y peligroso pensamiento se asomaba en su mente. ¿Podría estar empezando a enamorarse de ella? Había compartido tanto con ella, había encontrado en ella un apoyo incondicional que nunca antes había experimentado. ¿Podría ser que sus sentimientos fueran más profundos que simple atracción?
El miedo lo invadió en ese momento. Se recordó a sí mismo que estaba en una etapa crucial de su carrera deportiva, que no podía permitirse distraerse con complicaciones emocionales. Pero, a pesar de sus precauciones, no pudo evitar sentir una leve punzada en el corazón al pensar en la posibilidad de perder a Chelsea de alguna manera.
Decidió guardar esos pensamientos en lo más profundo de su ser, enfocarse en el partido que se avecinaba y seguir adelante con determinación. Pero en el fondo de su ser, sabía que las cosas nunca volverían a ser las mismas después de conocer a Chelsea.
- Me hará muy feliz tenerte ahí, Chelle -Arda le dedicó una sonrisa cálida y sincera-. ¿Te gusta ese apodo? Lo acabo de pensar.
- Me encanta -ella de devolvió la sonrisa,
pellizcando suavemente su mejilla como gesto de cariño-. ¿A qué se debe?
- Todos te dicen Chels, así que quería llamarte de una manera diferente, una manera especial... porque eso eres para mí: especial.
Chelsea sintió un cálido nudo en el estómago ante las palabras de Arda. Nunca se había sentido tan especial antes, y la ternura que él le mostraba la hacía sentirse querida y valorada de una manera que nunca había experimentado antes.
¿Qué significaba esto? ¿Estaba comenzando a sentir algo más por Arda? ¿Estaba comenzando a enamorarse? Esa posibilidad la asustaba un poco, era un territorio desconocido para ella. Si se permitía sentir más, estaría abriéndose a la posibilidad de ser herida... Pero al mismo tiempo, la idea de estar enamorándose del chico más dulce y atento la llenaba de emoción.
Estaba tan confundida. Ni siquiera terminaba de comprender lo que ya sentía por él y lo que había entre ellos, mucho menos podría digerir la idea de que podría estar enamorándose.
Bueno, tal vez estaba exagerando. O eso esperaba.
- ¿Soy especial para ti? -repitió ella, deseosa de volverlo a escuchar pronunciar aquellas palabras.
- Me ofende un poco que dudes -Arda rió ligeramente-. Claro que lo eres, Chelle. Has estado todos estos meses ayudándome, apoyándome, dándome ánimos... Dios. Realmente te debo mucho.
- Bueno, la verdad es que sí -admitió con aires de grandeza, bromeando un poco-. Pintus debería estar celoso por que tu recuperación se debe mayormente a mí, porque es obvio que todas esas mañanas que me acompañaste a correr dieron frutos.
Ante sus palabras, ambos no pudieron evitar carcajearse por lo bajo mientras se miraban el uno al otro con complicidad.
- Valió la pena, incluso cuando casi siempre nos encontrábamos a Rodrygo y terminaba enojado -recordó Arda con una mueca.
- Bueno... -Chelsea se rascó la nuca con incomodidad-. En parte lo entiendo. Antes de que nos conociéramos, solía salir a correr con él. No siempre, claro, pero sí de manera recurrente.
- Oh -Arda formó una «o» con sus labios, sorprendido-, cada vez entiendo más por qué cada que me ve siento que me mata con la mirada. A propósito, ¿no has hablado más con él de...?
Arda había dejado las palabras al aire, pero Chelsea había entendido perfectamente a qué se refería.
Chelsea se sintió un poco incómoda ante la mención de los sentimientos de Rodrygo hacia ella. A pesar de que lo entendía, no podía evitar sentirse incómoda cada vez que él la miraba de una manera que denotaba sus sentimientos.
Sabía que tendría que hablar con él en algún momento, pero la idea la ponía nerviosa. No quería lastimarlo, pero al mismo tiempo sabía que tenía que ser honesta con él sobre sus propios sentimientos. La situación era complicada y Chelsea no sabía cómo manejarla de la mejor manera posible.
Antes de que pudiera darle una respuesta a Arda, unos gritos que ambos conocían muy bien se escucharon afuera.
- ¡Chels! ¡¿Me escuchás?!
Ambos se miraron con pánico en los ojos al escuchar los gritos de Fede. Sus corazones empezaron a latir con fuerza y el miedo les recorrió todo el cuerpo. Sabían que si él los encontraba juntos, las cosas se complicarían demasiado.
- ¡Rápido, rápido, escóndete debajo de la cama! -le gritó Chelsea en un susurro.
Arda obedeció sin dudarlo y se deslizó debajo de la cama mientras Chelsea intentaba mantener la calma. Los gritos de Fede se acercaban cada vez más y ella sabía que no podían arriesgarse a ser descubiertos juntos. Respirando profundamente para tratar de controlar su nerviosismo, Chelsea se preparó para enfrentar la situación que se avecinaba.
Los pasos de Fede resonaron en el pasillo y Chelsea sintió cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. Esperaba que Fede no hubiera escuchado nada, que no sospechara que Arda estaba ahí con ella.
Finalmente, la puerta se abrió y Fede entró en la habitación, formando una expresión confundida al notar la expresión de Chelsea.
- ¿Qué pasa, Fede? -le preguntó ella, intentando parecer tranquila.
- Nada, quería decirte que ya me voy -contestó él, sonando despreocupado-. Y me llevo a Federico un rato, ¿bueno? Porque vos estás ocupada estudiando y el pobre está re aburrido, así que al rato te lo traigo.
Chelsea asintió rápidamente, decidiendo no hacer preguntas ni indagar en el asunto para que su amigo se fuera sin más. Ni siquiera se iba a detener a pensar en si el pobre gato terminaba sin cabeza gracias a Fede, por esta vez se iba a relajar y a confiar en él.
- Pará, ¿por qué tenés esa cara? -Fede enarcó una ceja dudoso ante su expresión.
- ¿Cuál cara, Fede? Esta es mi cara de siempre. No tengo otra.
- Ajá... -él entrecerró los ojos con sospecha-. Decime la verdad, ¿tenés algún pibe escondido aquí? Porque si es así, yo los dejo solos para que ustedes-
- ¡Fede! -Chelsea no pudo evitar sentirse avergonzada ante su insinuación.
- Ya, ya -Fede rodó los ojos con diversión-. Ya me voy. Pero, una cosa te digo, no creo que a Arda le agrade saber que otro te está-
- ¡Fede!
Antes de ganarse un buen golpe por parte de ella, Fede se despidió con un rápido gesto de mano y cerró la puerta. Al escucharlo caminar por el pasillo y eventualmente salir por la puerta de entrada, Chelsea se permitió suspirar de alivio.
Se habían salvado... por esta vez.
Rápidamente, Chelsea se acercó a la cama y se agachó para asegurarse de que Arda estaba bien.
- Arda, ya puedes salir. Fede se fue -le dijo con alivio.
Él asintió y comenzó a salir de debajo de la cama, pero justo en ese momento, levantó la cabeza con demasiada fuerza y se golpeó contra una tabla. Un sonoro golpe resonó en toda la habitación y Arda cayó contra el piso, sujetándose la cabeza con expresión de dolor.
- ¡Mierda!
Chelsea estaba emocionada de ver a Arda finalmente hacer su debut con el Real Madrid. Estaba orgullosa de verlo en el campo, luciendo aquella hermosa camiseta blanca en medio de la cancha después de tanto tiempo. Arda, por su parte, sentía nervios antes de que iniciara el partido.
Tenía miedo de cometer algún error que pudiera costarle al equipo. Sentía una mezcla de emociones encontradas que le provocaba un nudo en el estómago. Por un lado, estaba emocionado de poder jugar y demostrar su talento en el campo, pero por otro, el miedo a cometer un error lo invadía y le generaba una sensación de inseguridad.
Cada vez que pensaba en la posibilidad de fallar y perjudicar al equipo, su corazón latía más rápido y su respiración se volvía entrecortada. Sus manos sudaban y sus piernas temblaban ligeramente, mientras su mente se llenaba de pensamientos negativos y dudas sobre sus habilidades.
Sin embargo, una vez que el árbitro pitó el inicio del partido, se sintió seguro y confiado. Sabía que este era su momento y no había nada de qué temer.
El partido comenzó y Arda estaba jugando de manera excepcional. Tuvo una oportunidad de anotar gracias a un tiro libre y dos oportunidades más por sí mismo, pero lamentablemente no logró concretar ninguna.
Chelsea sentía un nudo en la garganta y un hormigueo en el estómago al verlo. Estaba emocionada y orgullosa de verlo cumplir su sueño de jugar en uno de los equipos más grandes del mundo. Cada vez que Arda tocaba el balón, sentía una mezcla de alegría y nerviosismo, deseando que demostrara todo su potencial y callara de una vez a todos esos que lo criticaron tanto.
Sus ojos brillaban de emoción al verlo brillar en el campo, luciendo la camiseta blanca con tanto orgullo y determinación. Se sentía agradecida de poder presenciar ese momento tan especial y estar allí para apoyarlo en este importante paso en su carrera futbolística.
Al terminar el primer tiempo, Arda se sentía un poco decepcionado por no haber marcado, a pesar de jugar tan bien. Sentía que pudo haberlo hecho mejor, que pudo haber dado más de sí mismo. Tal vez estaba siendo un poco duro y exigente, pero sus fallos le frustraban más gracias a que el marcador aún estaba 0 a 0.
Sin embargo, al salir del campo para descansar, desvió su mirada por un momento y divisó a Chelsea en la tribuna. Sus ojos se encontraron y hubo una conexión especial instantánea.
Él sintió una oleada de emoción y gratitud al verla entre el público, apoyándolo con su presencia. Su corazón latía más rápido al darse cuenta de que estaba allí para él, compartiendo ese momento especial juntos. La conexión que sintió fue tan enérgica y poderosa, como si el simple acto de mirarse a los ojos pudiera transmitir todo lo que ambos pensaban y sentían en ese instante.
Chelsea, por su parte, se sintió profundamente orgullosa al verlo desempeñarse en el campo con tanta pasión y dedicación. Le regaló una sonrisa cálida y llena de amor, reflejando todo el apoyo y admiración que sentía por él. Sentía una conexión única con Arda en ese momento, como si estuvieran conectados más allá de las palabras y el tiempo.
Para la segunda mitad, Arda regresó al campo y continuó jugando a un alto nivel. Aunque no logró marcar ningún gol, fue un contribuyente clave en el juego del equipo. Joselu marcó el primer gol de penal al minuto 54, seguido por un golazo de Brahim tan solo un minuto después. Al minuto 59, Arda fue sustituido por Fede, quien lo abrazó enérgicamente antes de entrar al campo.
- Lo hiciste muy bien, estoy muy orgulloso de ti -lo felicitó Fede con un inglés defectuoso, pero Arda pudo entenderlo a la perfección-. Y no solo yo, eh. Tu novia parece también estar muy feliz.
Arda no pudo evitar sonrojarse al escucharlo referirse a Chelsea como «su novia». Sintió una mezcla de vergüenza y nervios al escuchar las palabras Fede, pero también experimentaba una profunda emoción.
Se sentía abrumado por el cariño y la admiración que le mostraban tanto Fede como Chelsea, y se sentía motivado a seguir esforzándose y superándose en todo lo que hacía. La idea de pensar en Chelsea como su novia lo llenaba de alegría y felicidad, haciendo que su corazón latiera con fuerza.
A pesar de los nervios y la vergüenza, no podía ignorar la emoción que sentía en ese momento.
El partido continuó normalmente. El tercer gol del Madrid fue anotado por Rodrygo, mientras que el único gol del Arandina fue un autogol de Nacho. Al finalizar el partido con un marcador de 3-1 a favor del Real Madrid, Arda se hallaba sentado en la banca mientras tomaba agua, inmerso en sus pensamientos.
Todos sus compañeros celebraban la victoria, reían y platicaban entre ellos, pero él simplemente estaba sentado ahí, solo y con una expresión estoica.
- ¿A qué viene esa cara de culo? -Brahim se sentó a su lado, provocando que se sobresaltara ligeramente al no sentirlo llegar-. ¿Es porque no pudiste anotar un solo gol?
- No -respondió él rápidamente, sin siquiera pensarlo, con tono firme-. Es decir, sí me siento un poco frustrado por eso, pero... no es lo que me molesta ahora mismo.
Su amigo frunció el ceño, ladeando la cabeza con curiosidad mientras lo miraba fijamente. Seguía teniendo la misma expresión de desagrado, pero seguía sin poder determinar el por qué.
Hasta que de repente, un bombillo pareció encenderse en su cabeza. No pudo evitar sonreír de oreja a oreja ante la idea.
- Déjame adivinar: estás así porque Rodrygo le dedicó su gol a Chelsea.
Arda se sintió sorprendido por la agudeza de Brahim al darse cuenta de lo que realmente lo estaba molestando. Se sintió un poco avergonzado de que su amigo lo hubiera descubierto, pero al mismo tiempo, se sintió aliviado de poder hablar al respecto.
Trató de mantener la compostura, pero la mueca que formó lo dejaba en evidencia.
- Bueno, sí me molestó un poco... -admitió en un murmullo, desviando la mirada para evitar sentir más vergüenza-. Ojalá pudiera haber anotado al menos un gol. Se lo habría dedicado a ella también, eso es seguro.
Brahim soltó una risita divertida y levantó una ceja de manera juguetona.
- ¿Celoso, Arda? No me digas que estás celoso de Rodrygo -jugó un poco con él, picándole la costilla suavemente. Arda le dirigió una mirada molesta-. ¿Acaso sientes que te está quitando su atención?
Arda frunció el ceño y negó con la cabeza rápidamente.
- No, para nada. No estoy celoso -afirmó, pero Brahim no se veía ni un poco convencido-. Solo me habría gustado poder hacer lo mismo, ya sabes, mostrarle un poco de cariño con un gol dedicado. Pero bueno, supongo que no era mi noche...
Brahim le dio un golpecito en el hombro con complicidad.
- Vamos, amigo, no te pongas así -trató de animarlo-. Seguro que tendrás más oportunidades en el futuro. Y quién sabe, tal vez puedas marcar un mejor gol que el de Rodrygo que llame más la atención de Chels y dedicárselo -le dijo, lanzándole una mirada traviesa.
Arda rodó los ojos y bufó, sabiendo que Brahim estaba disfrutando de verlo incomodarse.
- No me importa superar a Rodrygo. Solo quiero hacer lo mejor que pueda por el equipo -respondió, tratando de mantener su compostura.
Su amigo asintió con complicidad.
- Claro, claro. Pero no puedes negar que te encantaría poder dedicarle un gol al amor de tu vida -insistió, haciendo una pausa dramática antes de añadir con una sonrisa pícara-. ¿Crees que te daría una oportunidad si anotas un gol en su honor?
Arda soltó una carcajada y le empujó con suavidad.
- Deja de bromear, Brahim. Sabes que eso no tiene nada que ver -le aseguró, rodando los ojos de manera divertida-. Y ya te dije que no estoy celoso.
- Claro, claro, no estás celoso en absoluto -replicó él con una sonrisa traviesa-. Oye, tal vez puedas pedirle a Rodrygo algunos consejos sobre cómo marcar goles y robarle el corazón a una chica.
Antes de que Arda pudiera responder a la broma-provocación de Brahim, una tercera voz interrumpió su conversación. Rápidamente ambos se giraron hacia donde provenía.
¿Chelsea estaba allí? Ninguno se había dado cuenta. Pero cuando ella lo llamó, él se volteó rápidamente y clavó su mirada en ella. Se sonrojó, como siempre lo hace cuando la ve. Luego se levantó rápidamente para ir hacia ella, y tuvieron un largo abrazo. Le encantaba abrazarla. Sostenerla en sus brazos... era la mejor sensación de la historia.
Ni siquiera le importaba el resultado del partido.
Después de su largo abrazo, se sentaron en la banca, y Arda no podía creer lo que veía. No sabía por qué ella estaba allí, pensaba que estaría con Rodrygo o algo así, pero definitivamente le encantó que viniera hacia él.
Chelsea no se quedaba atrás. La presencia de Arda siempre tenía un efecto en ella. Todo sobre él, desde su voz suave hasta su dulce aroma, era cautivador para ella.
- Chels, ¿hace cuánto estás aquí? -le preguntó Brahim, pensando en que tal vez podría haber escuchado su conversación anterior sobre ella y Rodrygo.
Arda sentía su cara arder a más no poder, se sentía extremadamente incómodo y avergonzado. Su rostro estaba ardiendo, sintiendo como si las llamas del fuego recorrieran su piel. La vergüenza le consumía, haciéndole desear desaparecer en ese mismo instante.
No quería ni imaginar lo que Chelsea podría estar pensando de él. La ansiedad le invadía y solo quería salir corriendo de allí.
- Ah, no hace mucho -respondió ella de manera despreocupada. No parecía molesta ni incómoda de alguna manera, así que tal vez no había escuchado nada-. Quería felicitarlos, chicos. Hicieron un gran trabajo -les sonrió con orgullo-. Estaba buscando a Rodry para hablar con él, pero no lo encontré...
- Aquí estoy.
El repentino acto de presencia de Rodrygo los hizo dar un respingo a los tres. Arda casi palideció al verlo, mientras que Chelsea lucía entre nerviosa e incómoda y Brahim apretaba sus labios para no echarse a reír.
La situación se le hacía realmente divertida. Arda estaba celoso de que Rodrygo le haya dedicado su gol a Chelsea, y Rodrygo lucía celoso al ver a Chelsea junto a Arda. Seguramente estaba pensando en que había sido la primera persona a quien había buscado luego de que el partido finalizó, y no a él a pesar de su gesto.
- ¿Qué estaban hablando? -preguntó Rodrygo con una ceja enarcada, mirando fijamente a Chelsea.
Ella se aclaró la garganta nerviosamente antes de responder.
- Nada realmente, acabo de llegar -le dijo, forzando una sonrisa-. Quería felicitar a Arda por el gran partido que hizo, y eso que solo fue su debut.
Rodrygo sintió una punzada de celos al escuchar sus palabras. ¿Cómo era posible que estuviera felicitando a Arda de esa manera, cuando él le había dedicado el gol con tanto sentimiento? Se preguntaba si acaso veía algo más en Arda, algo que a él le era indiferente.
Sin embargo, no dijo nada al respecto. Se limitó a asentir con la cabeza, tratando de ocultar su malestar detrás de una sonrisa falsa. En su interior, estaba ardiendo de celos y rabia, preguntándose por qué no había sido él el primero en recibir su felicitación.
Sin embargo, para Arda no había pasado desapercibida su reacción.
- Eh... -Arda intervino, sintiéndose culpable-. Pero Rodrygo también hizo un gran partido a pesar de haber jugado menos minutos que yo, no lo olvides. Y, más importante aún, marcó un golazo que creo que significó mucho...
Rodrygo no pudo evitar sentirse confundido ante sus palabras. ¿Por qué siempre era tan amable con él? ¿A qué pretendía llegar con eso?
- Claro, y por eso era que te estaba buscando, Rodry. Pero no te encontré, así que vine a por Arda -continuó Chelsea-. Fue muy lindo gesto que me hayas dedicado ese gol, en serio.
- Ajá...
Por más que intentaba, Rodrygo no podía ocultar el disgusto en su voz. Fijó su mirada en Arda, quien simplemente le sonrió de manera nerviosa.
- Sí, fue muy buen gol, amigo... -Arda estaba dispuesto a no dejarse intimidar.
- Si tú lo dices -Rodrygo se encogió de hombros con desinterés-. Creo que no fue la gran cosa.
- Ojalá yo hubiese podido marcar uno -continuó Arda, ampliando su sonrisa-. Pero bueno, ya será para la próxima.
Rodrygo se tomó una pausa incómoda antes de volver a hablar.
- Si hubieses anotado en alguna de esas oportunidades, ¿se lo habrías dedicado a Chelsea?
Arda sintió un nudo en la garganta al escuchar la pregunta directa de Rodrygo. Se tambaleó un poco en su asiento, tratando de mantener la compostura. Chelsea, quien había estado tratando de ignorar la situación, no pudo contener una sonrisa nerviosa al ver la tensión entre los dos.
Brahim no pudo aguantarse más y simplemente comenzó a reír.
- Bueno, no lo sé, la verdad... -respondió Arda con voz temblorosa-. No había pensado en eso.
Rodrygo arqueó una ceja, mirándolo fijamente.
- Creo que sí lo habías pensado, ¿no es así? -insistió, provocando más nerviosismo en él.
- Bueno, ehm... no sé, supongo que... -balbuceó Arda, buscando desesperadamente una respuesta convincente.
Rodrygo lo miraba fijamente, esperando una respuesta clara. Arda se sintió atrapado entre la sinceridad y la mentira, mientras sus pensamientos se agolpaban en su mente.
Finalmente, cuando Arda estaba dispuesto a dar su respuesta bajo la mirada fija de los tres, una repentina voz que lo llamó detuvo todo.
- ¡Arda! Por fin te encuentro.
Una hermosa chica de cabello castaño, no más alta que Chelsea y que aparentaba estar en sus 20's apareció de repente con una sonrisa de oreja a oreja. Chelsea la miró confundida, preguntándose quién era y por qué se le hacía conocida.
- ¿Quién es?
- Ah, ella es Nurgül... Mi hermana.
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Le gusta a fedevalverde, rodrygogoes, nurgul.gulerr, cgrossmuller, ardaguler y otros.
chelsgm sooo proud of you 🥹🤍
👤 : ardaguler
ardaguler thanks for everything chelle 🤍
nurgul.gulerr hermosos 😍
cgrossmuller él está muy lindo para vos
fedevalverde que parejaaa
vinijr a rodrygo no le gusta esto 😂😂
judebellingham arda no hizo el gol en la cancha, pero sí afuera 😮💨
camavinga golazo de arda güler con asistencia de fede valverde
brahim para la próxima un besito al menos, no?
gulerrfans en serio ella es su novia? 👀 se ven hermosos juntos!!
guleraddict ojalá sea solo su amiga, no me gusta nada para arda 🤮
gulerarmy así que ella es quien lo tuvo distraído y por eso no pudo anotar un gol?
rmaupdates fede valverde y sus asistencias a lo toni kroos 🤌🏼
footballwagstea amamos esta pareja 😍 @endrick aprende y búscate una de tu edad.
madridwagss necesitamos más parejas así de sanas 🤍 endrick que tome nota...
archelsfever AHHHHH POR FIN MIS PAPIS LOS AMO
luvfenerbahce no creo que la familia de arda la apruebe.
ardagupdates nurgül le comentó, aquí definitivamente hay algo más 👀
mehmettyilmazz deberías alejarte de arda, no eres buena para él niña
ayse_kaya12 pones un pie en turquía y estás muerta 💀
ahmet.arslan cómo puede mostrar tanta cercanía con una mujer que no es su esposa? qué vergüenza...
esraad_demir chico, deberías buscarte una de tu país. las latinas son un no 👎🏻
ferhat.t28 la toxicidad que abunda aquí??? déjenlo ser felices, son jóvenes y es completamente normal que se gusten 🙄
sevacarr la chica es hermosa, así que entiendo a arda 😍
emm.gunes no me da buena espina, seguramente solo lo busca por su dinero como todas 💸💸💸
gulserenn_oozturk @durunayman23 es mejor opción para arda que esta cualquiera 🤮🤮
buenasss, qué les pareció el cap? ya saben: 100 comentarios o más y actualizo el miércoles 🥰 (actualización: tendrán nuevo capítulo jueves o viernes porque el retiro de kroos me tiene deshecha.)
btw, miren esto:
(este es el de este cap)
los otros son spoilers :) un pequeño regalo por todo el apoyo que ha recibido cada capítulo, mil gracias!!
ya había incluido las imágenes en un tiktok que hice de archels hace unos días, el cual pueden ver en mi instagram (lilyluvsjude) donde tengo una destacada llamada "fics" y ahí pongo varios de mis edits, peeero en mi tiktok (gulerftbellingham) están todos completos, así que síganme también ahí 😝 subo todo el rato edits de mis fics, e incluso pueden encontrar mini spoilers
las amo 🤍
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