Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

☆ thirteen.

VOTA - COMENTA
( mínimo 50 votos y 60 comentarios para actualizar )

♡◞ chapter thirteen 𓂃 how is arda so cute? 😵‍💫💘

chelsea, arda, dense cuenta

- Me quiero morir -dramatizó Chelsea, dejándose caer sobre el sillón mientras largaba un suspiro-. Estos turcos de mierda me tienen re podrida. No dejan de escribirme por Instagram.

- ¿Por Arda? -inquirió Fede con curiosidad, como si la respuesta no fuera lo suficientemente obvia.

- Y sí, ¿por qué más va a ser? -respondió su amiga con ligero fastidio, reincorporándose sobre el sillón de golpe.

Fede le dio un sorbo a su botella de agua, intercambiando miradas con Vini y Brahim, quienes al igual que él no podían evitar encontrar la situación divertida.

- Vas a tener que tener más cuidado -Brahim se dirigió a ella, haciéndola enarcar una ceja mientras se cruzaba de brazos-. No respires muy cerca de Arda o te convertirás en enemiga pública en Turquía, eh.

Chelsea soltó una risa irónica y giró los ojos, mientras que sus amigos comenzaban a reírse aún más fuerte. La situación era ridícula, pero también un poco agotadora.

- Gracias, Brahim -le agradeció sarcásticamente. El susodicho le regaló una sonrisa burlona-. Yo de verdad no entiendo qué les pasa a estos turcos. Solo convivo con Arda como amigos y ahora me siento perseguida por todos lados.

Fede tomó otro sorbo de agua, tratando de contener su risa.

- Bueno, qué sé yo... Todos adoran a Arda. No puedo culparlos por estar un poco... obsesionados con vos.

Vini asintió en concordancia, sonriendo divertido.

- Y no olvides que eres muy guapa -quiso recalcar-. Eso siempre atrae a los fanáticos locos.

Chelsea suspiró otra vez, pero esta vez con menos dramatismo.

- Supongo que será mejor que aprenda a lidiar con esto -murmuró, sonando derrotada-. No puedo dejar que un grupo de fanáticos locos me quite la paz mental.

Un breve silencio se instaló entre los cuatro mientras se miraban fijamente los unos a los otros, hasta que uno tuvo una brillante idea y decidió ponerle fin a su silencio.

- ¿Estás segura de que no tienes algo con Arda en secreto? -preguntó Vini con una sonrisa traviesa, causando que Fede y Brahim se echaran a reír maliciosamente.

Chelsea se quedó procesándolo por algunos segundos y luego negó rápidamente con la cabeza, exasperada.

- ¡Obvio no! -afirmó. Ellos se miraron entre sí con sospecha-. Solo somos amigos, nada más. Es ridículo que piensen eso.

Brahim se inclinó hacia adelante y le dio un golpecito en el hombro con complicidad. Ella puso sus ojos en blanco, soltando un suspiro de cansancio.

- Vale, pues no puedo culpar a la gente por pensarlo -admitió, sonriendo de medio lado-. Pasan mucho tiempo juntos... y se ven muy bien juntos.

Fue en ese momento que Fede optó por hacer una intervención, guiñándole un ojo a su amiga, quien se limitó a cruzarse de brazos con hastío.

- Aparte que todos vemos cómo te sonrojás cuando lo mencionamos, boluda. No te hagás.

Chelsea no tardó en sentir cómo sus mejillas comenzaban a arder ante la mención de aquello y lanzó una mirada desafiante a sus amigos.

- Eso no significa nada -afirmó, tajante-. Solo porque nos llevamos bien y disfrutamos el tiempo juntos no significa que haya algo más.

Vini se inclinó hacia atrás en su silla y levantó las cejas, fingiendo incredulidad.

- Oh, vamos, Chels. No puedes negar la química que hay entre ustedes dos. Es obvio para todos.

Ella se mordió el labio inferior, sintiéndose un poco incómoda ante la insistencia de sus amigos. Aunque sabía que no tenía nada romántico con Arda, no podía evitar preguntarse si realmente había algo más ahí, algo que quizás no se estaba permitiendo explorar.

- Nah... ustedes están igual o más locos que los turcos esos.

- Pues bueno -asintió Brahim con simpleza-. Ya nos contarás cuando admitas que estuvimos en lo correcto -comentó divertido, provocando que Chelsea alzara una ceja incrédula.

- No voy a admitir nada, porque no hay nada que admitir -respondió con firmeza, aunque en el fondo empezaba a preguntarse si realmente estaba siendo honesta consigo misma.

- Bueeeno, si eso te hace dormir mejor por las noches, entonces adelante con creer eso -respondió Fede encogiéndose de hombros.

Chelsea rodó los ojos y se echó hacia atrás en el sillón, sintiendo que su mente estaba comenzando a darle vueltas. Quizás había algo de verdad en lo que sus amigos decían, pero por ahora, prefería mantener las cosas como estaban.

- Gracias por el apoyo moral, chicos -dijo ella con una sonrisa sarcástica-. Son divinos.

- Para eso estamos, ¿no?

Chelsea suspiró resignada, sintiéndose un poco abrumada por la situación. Aunque disfrutaba mucho la compañía de Arda y valoraba su amistad, no podía evitar cuestionarse si las especulaciones de sus amigos tenían algún fundamento.

- Bueno, podemos seguir con esta conversación ridícula todo el día, pero creo que ya es suficiente -continuó ella, levantándose del sillón-. Tengo cosas más importantes en las que concentrarme.

Sus amigos asintieron, dándole la razón, pero no pudieron contener una última broma antes de dejar el tema por completo.

- Bueno, pero no digas que no te lo advertimos si un día te sorprendemos declarándote a Arda en medio de un partido -bromeó Vini, haciendo que Fede y Brahim se rieran una vez más.

Chelsea rodó los ojos y se dirigió hacia la puerta.

- Eso nunca va a pasar. Nosotros solo somos amigos y punto -afirmó, decidida.

Sin embargo, mientras se alejaba de ellos, una pequeña voz en su interior se preguntaba si realmente estaba siendo honesta consigo misma.

Hola 👋🏻

Heyy

Estás libre?

Honestamente? no

Y para mí?

🤨
Bueno, para ti sí jajaja
Qué pasa?

Quiero verte :)

Awww, eso es lindo
Ahora, dices?

Síii
Sería lo mejor
Si puedes, claro
Si no, esperaré a que puedas

🥹
Sí, sí puedo

No estabas ocupada???

Sí puedo dije
Estaba por salir a correr,
pero puedes venir
y hacerme compañía!!

No quiero sonar como un acosador,
pero ya estoy en tu casa 🙁
Me autoinvité

Qué lindo jajajaja

Crees que soy lindo?

Eres lindo

Contigo lo soy

Jaja 😛
Deja de tontear y mejor sube

Lo que digas :)

Era una hermosa mañana soleada donde Arda y Chelsea habían decidido salir a correr juntos. Con la brisa fresca acariciando sus rostros, se adentraron en el camino rodeado de árboles y césped verde.

Ambos se sentían animados y llenos de energía mientras trotaban juntos, disfrutando de la hermosa vista que los rodeaba. El sonido de sus zapatos golpeando el suelo se mezclaba con el canto de los pájaros y el susurro del viento entre las hojas de los árboles.

Mientras trotaban uno al lado del otro, Arda, con una sonrisa nerviosa en el rostro, decidió lanzar un comentario que llevaba vagando en su mente desde hace unos minutos.

- ¿Sabes, Chels? -decidió llamar su atención, a lo que ella lo miró con curiosidad-. Dicen que correr juntos hace que los corazones latan en armonía.

La susodicha levantó una ceja y sonrió, divertida por la sutileza de Arda.

- Oh, ¿eso es así? Entonces, ¿nuestros corazones están latiendo al unísono en este momento? -respondió con un tono juguetón.

Él, sintiendo cómo sus mejillas se ruborizaban, trató de mantener la compostura.

- Bueno... no puedo asegurarlo. Pero nuestros pasos sí lo están haciendo -una risa tímida escapó de sus labios mientras evitaba mirar directamente a Chelsea.

Ella se detuvo por un momento y lo miró con complicidad. El corazón de Arda latía desenfrenado contra su pecho.

- ¿Sabes, Arda? -él la miró curioso-. Siempre encuentras una manera peculiar de decir las cosas, pero eso es lo que me gusta de ti.

Y con una sonrisa coqueta, continuó corriendo. Aprovechando la oportunidad, Arda aceleró el paso hasta igualar a Chelsea y decidió arriesgarse un poco más, aún procesando sus recientes palabras.

- Oye, espero no ser tan rápido como para dejarte atrás -comentó con una sonrisa traviesa, desafiándola ligeramente.

Ella, sin perder el ritmo y jugando al juego, respondió con un guiño.

- Bueno, tal vez deberías correr más lento, para que pueda alcanzarte y luego decidir si te dejo pasar o no.

Una ráfaga de emoción recorrió a Arda, mientras dejaba escapar una risa nerviosa.

- Creo que me encantaría que me alcanzaras, Chels.

A medida que seguían corriendo, el ambiente se llenaba de dulces insinuaciones y miradas compartidas, a pesar de la timidez de Arda y la audacia de Chelsea. Ambos disfrutaban de este momento de complicidad secreta mientras dejaban que sus corazones hablaran el idioma del deseo no expresado.

El sol brillaba sobre ellos mientras continuaban su carrera, sintiendo cómo cada paso los acercaba aún más en ese juego de atraer y ser atraídos. Y aunque no se atrevían a admitirlo abiertamente, su conexión crecía con cada palabra insinuante y cada risa compartida.

La tensión entre ellos se volvía cada vez más palpable, y aunque ninguno de los dos daba el paso definitivo, sabían que algo estaba cambiando entre ellos. Ambos sentían la atracción y el deseo, pero también la incertidumbre de lo que podía suceder si se dejaban llevar por sus emociones.

El tiempo parecía detenerse mientras se miraban el uno al otro, buscando respuestas en los ojos del otro. No necesitaban palabras para comunicarse, sus miradas lo decían todo. Cada vez que se rozaban en sus carreras, era como si la electricidad recorriera todo su cuerpo.

Finalmente, al llegar al final de su recorrido, Chelsea se detuvo y Arda hizo lo mismo, ambos agitados y tratando de recuperar el aliento. Pero en lugar de separarse, se acercaron aún más, sus cuerpos casi rozándose.

- ¿Y ahora qué? -preguntó Arda con voz temblorosa.

Chelsea no respondió de inmediato. En cambio, inclinó ligeramente la cabeza hacia un lado, estudiando a Arda con una mirada intensa. La tensión entre ellos se volvía prácticamente insoportable. Podían sentir el calor que emanaba de sus cuerpos, el palpitar acelerado de sus corazones.

-Ahora... -susurró Chelsea, su voz apenas audible-, sentémonos en esa banca de ahí a descansar. Después de todo, tienes que tener cuidado y no forzarte tanto.

Arda asintió, incapaz de apartar los ojos de Chelsea. Ambos se dirigieron a la banca cercana y se sentaron, sus manos aún temblando ligeramente.

El silencio se extendió entre ellos, pero cada respiración compartida hablaba más alto que cualquier palabra. Se miraron el uno al otro, maravillados de cómo sus vidas se habían entrelazado de manera tan inexplicable.

Chelsea rompió el silencio, su voz suave pero decidida.

- Sé que no podemos escapar de nuestras responsabilidades y compromisos, pero quiero que sepas que siempre estaré aquí para apoyarte. No importa lo difícil que se ponga, estaremos juntos en esto.

Arda asintió, su corazón lleno de gratitud y amor.

- Gracias, Chels. Eres realmente dulce.

- Tú eres dulce -la susodicha le sonrió con ternura-. Y un chico tan dulce como tú se merece lo mejor.

Arda bajó la mirada, con una mezcla de gratitud y tristeza. Sabía que lo que había entre ellos era complicado y que no podían tener todo lo que deseaban. Pero aún así, el apoyo de Chelsea significaba el mundo para él.

- No siempre es fácil lidiar con mis responsabilidades y lo que se espera de mí -confesó Arda-. Pero contigo a mi lado... siento que puedo enfrentar cualquier cosa.

Chelsea se acercó y tomó su mano, transmitiendo su cercanía y apoyo.

- Sé que no siempre puedo estar físicamente contigo en cada momento difícil, pero quiero que sepas que estoy aquí emocionalmente. Siempre estaré a solo una llamada o un mensaje de distancia -le aseguró, acercando su mano a su mejilla para acariciarla con suavidad.

Arda cerró sus ojos con suavidad, permitiéndose disfrutar de sus caricias. Sin darse cuenta, ambos comenzaron a acercarse más y más hasta que la distancia entre sus rostros era casi inexistente y sus labios estaban por rozarse. Sus corazones latían acelerados y sus respiraciones estaban entrecortadas.

Todo pareció detenerse en ese momento. Nadie más existía, solo ellos dos. Hasta que...

Ambos se sobresaltaron por el repentino sonido del teléfono de Chelsea. Ella soltó la mano de Arda y alcanzó apresuradamente su teléfono, mirando la pantalla con frustración. Arda puso una expresión de aturdido, como si no pudiera procesar lo que acababa de suceder o lo que estuvo a punto de suceder.

- Agh... Es Rodrygo -se quejó ella, formando una mueca.

- ¿Rodrygo? -repitió Arda, observando la pantalla de su teléfono-. Deberías contestarle, ¿no? Digo, para ver qué quiere...

Chelsea se quedó pensándolo por algunos segundos, hasta que finalmente silenció la llamada y volvió a guardar su teléfono en el bolsillo de su chaqueta deportiva.

- Nah, después le devolveré la llamada. Ahora mismo estoy ocupada contigo, así que Rodrygo puede esperar.

Arda se sintió aliviado por la respuesta de Chelsea, pero todavía había una sensación de intriga en el aire. Había algo más detrás de la llamada de Rodrygo que Chelsea no estaba dispuesta a revelar en ese momento. Sin embargo, decidió no presionarla y disfrutar del momento que habían interrumpido.

Continuaron su conversación como si nada hubiera sucedido, sumergiéndose en una burbuja de intimidad. Hablaban sin prisas, compartiendo sus pensamientos más profundos. Se sentían conectados y cómodos el uno con el otro, como si se conocieran desde hace años.

Pero, a medida que pasaba el tiempo, Arda no podía evitar preguntarse qué estaba pasando realmente. ¿Por qué Chelsea había decidido ignorar la llamada de Rodrygo? ¿Había algo más entre ellos dos que no sabía? La curiosidad comenzaba a carcomerlo, pero decidió darle a Chelsea el beneficio de la duda y seguir disfrutando de su compañía.

Cuando comenzaron a trotar de regreso al edificio, unas fuertes palabras brotaron de los labios de Arda sin siquiera pensarlo.

- Creo que le gustas a Rodrygo.

Chelsea se detuvo en seco, sorprendida por la declaración repentina de él. Una mezcla de emociones cruzó por su rostro, desde sorpresa hasta incredulidad.

- ¿Qué? Estás bromeando, ¿verdad? -respondió ella, tratando de ocultar su sorpresa con una sonrisa nerviosa.

Arda se encogió de hombros, sintiéndose un poco incómodo por haber hablado sin pensar. Pero sabía bien que ya no había vuelta atrás.

- No lo sé... -comenzó a decir, mordiéndose el labio inferior, dudoso-. Desde hace un tiempo tengo mis sospechas, pero ayer cuando hablamos en los vestuarios casi sentí que me lo confirmaba.

Chelsea sintió un nudo en el estómago al escuchar las palabras de Arda. Aunque había tratado de ocultarlo, desde hace algún tiempo también había notado ciertas señales por parte de Rodrygo, pero nunca le había dado importancia realmente.

- Arda, no puedes estar en lo correcto. No hay manera de que Rodrygo sienta algo por mí -dije ella, intentando descartar la idea.

El susodicho frunció el ceño y se acercó a Chelsea, colocando una mano en su hombro con firmeza.

- No estoy tratando de molestarte ni de crear problemas, Chels. Solo quiero que estés consciente de las posibilidades. Podría ser que Rodrygo realmente tenga sentimientos por ti, y eso explicaría el por qué me odia y odia que esté cerca de ti.

Chelsea se mantuvo en silencio por un momento, procesando lo que Arda le había dicho.

Era cierto que Rodrygo parecía distante y hostil cada vez que Arda se acercaba a Chelsea. Eso siempre había sido un misterio para ella, pero nunca había imaginado que pudiera ser porque Rodrygo estaba interesado en ella.

Después de unos segundos de reflexión, Chelsea miró a Arda a los ojos y asintió lentamente.

- Okay, pero Rodrygo no te odia.

Arda suspiró al oír la respuesta de Chelsea. Sabía que no era fácil aceptar esa posibilidad, pero creía firmemente en lo que había visto y sentido.

- Tal vez no me odie, pero definitivamente no se siente cómodo con nuestra amistad -respondió, mirándola fijamente-. Solo quiero que estés preparada por si acaso.

Chelsea apreciaba la preocupación de Arda, pero al mismo tiempo sentía miedo de qué pasaría si realmente Rodrygo mostrara interés en ella. No quería complicar las cosas ni perder su amistad con ninguno de los dos.

- Gracias por preocuparte, pero no te preocupes -le pidió con una sonrisa amable-. No creo que sea una buena idea profundizar en este asunto. Si Rodrygo siente algo por mí, él deberá decirlo directamente y yo tendré que tomar una decisión en ese momento.

Él simplemente asintió, aceptando la postura de Chelsea. Aunque seguía preocupado, sabía que no podía hacer más que advertirla y apoyarla en su decisión.

Ambos continuaron trotando en silencio, cada uno con sus pensamientos y emociones a flor de piel. El camino de regreso al edificio se tornó un poco más pesado, pero decidieron no pensar mucho en ello. Una vez arribaron a su destino, no tardaron en dirigirse hacia donde estaba el ascensor y pulsar el botón para que los llevara al piso correspondiente.

A medida que ambos esperaban en silencio la llegada del ascensor, una tensión se apoderó del pequeño espacio. Chelsea podía sentir la mirada penetrante de Arda sobre ella, y se sentía totalmente atrapada en ese momento. Aunque había decidido mantenerse firme, no pudo evitar notar lo cerca que estaban el uno del otro.

El ascensor finalmente llegó y las puertas se abrieron lentamente. Sin decir una palabra, Arda le indicó a Chelsea que entrara primero. Ella asintió tímidamente y dio un paso hacia el interior del ascensor. Aunque sabía que era solo un breve trayecto hasta su piso, los segundos parecieron convertirse en una eternidad.

Arda se coló detrás de ella, quedando a solo unos centímetros de distancia. Chelsea podía sentir su respiración en su nuca y se le aceleró el corazón. La tensión en el aire se hizo casi insoportable, y ninguno de los dos se atrevía a romper el silencio.

Entonces, el ascensor se detuvo bruscamente y las luces parpadearon un par de veces antes de apagarse por completo. El ascensor quedó en un completo silencio y oscuridad.

Chelsea instintivamente se agarró al pasamanos para mantener el equilibrio, y Arda hizo lo mismo. La cercanía entre ellos se intensificó cuando sus manos se tocaron accidentalmente.

- ¿Estás bien? -inquirió Arda, su voz sonando suave en medio de la oscuridad.

- Sí, estoy bien -respondió Chelsea, tratando de mantener la calma-. No tengo idea de qué podría haber fallado, y tampoco quiero pensar en ello, así que lo mejor será que pulse el botón de emergencia lo antes posible.

Chelsea sacó su teléfono móvil y encendió la linterna. Iluminó el panel de control del ascensor y buscó el botón de emergencia.

- Y... el botón de emergencia no funciona -dijo con frustración-. Llamaré a la recepción desde mi teléfono.

Mientras Chelsea buscaba el número de teléfono en sus contactos, Arda se movió más cerca de ella, su aliento cálido en su rostro. Podía sentir su presencia a su lado, y aunque el momento era tenso, también había una extraña electricidad en el aire.

Chelsea finalmente encontró el número y marcó rápidamente. La llamada se conectó y escuchó el tono de marcado en el altavoz.

- Ahora también parece que no hay señal aquí dentro... Lo que faltaba.

Arda suspiró, sintiendo la tensión aumentar aún más. En ese momento, decidió que ya era suficiente. Tomó suavemente la mano de Chelsea en la suya y la miró a los ojos.

- Quizás este momento nos de la oportunidad de hablar, sin distracciones o interrupciones -dijo Arda en voz baja, su voz llena de sinceridad.

Chelsea se quedó sin palabras, sus ojos encontraron los de Arda y vio la determinación en ellos. Sabía que había algo más que quería decirle, y esta vez parecía que no había escapatoria.

- ¿A... a qué te refieres exactamente?

Arda tragó saliva, nervioso, antes de contestar. Sabía que era ahora o nunca.

- Chels, tú...

me encanta que literalmente arda usa esas caritas

LO AMO

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro