☆ sixteen.
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♡◞ chapter sixteen 𓂃 proximity 😵💫💘
siempre es necesaria una charla con toni
Rodrygo se encontraba apoyado contra el barandal del balcón, admirando las nubes que adornaban el cielo parcialmente nublado mientras trataba de relajarse y esclarecer sus pensamientos.
Hasta que de repente, Toni Kroos hizo acto de presencia y decidió posicionarse a su lado, colocando una mano sobre su hombro para llamar su atención.
- Tampoco estás de acuerdo con lo que hace Fede, ¿verdad? -Rodrygo se giró hacia él para mirarlo a los ojos. Toni enarcó una ceja, cruzándose de brazos-. Bueno, es obvio que no. Entonces, también comprendes mi enojo por que Fede quiera emparejar a Chelsea con Arda -¿de verdad le estaba diciendo eso?-. ¡No puede hacer eso! Apenas conocemos a Arda, es un total desconocido. ¿Y si le rompe el corazón?
«Creo que estoy muy viejo para estas cosas...»
Toni se alejó un poco de él, imitando su acción de apoyarse contra el barandal y mirar el cielo. Rodrygo se quedó mirándolo fijamente, confundido, esperando impacientemente a que dijera o hiciera algo.
Hasta que de repente, Toni rompió el silencio.
- ¿Sabes, Rodrygo? Ponte a practicar a cómo no fallar una ocasión clara frente al arco, en vez de estar pendiente de Chelsea que no te da ni la hora.
Rodrygo se mostró instantáneamente ofendido por las palabras de Toni. Se apartó del barandal y rápidamente se enfrentó a él con una expresión de disgusto en su rostro.
Sí, su rendimiento había bajado notablemente, pero no le gustaba que se lo echaran en cara a cada rato cuando él ya lo sabía muy bien.
- Chelsea y yo solo somos amigos, sí, pero eso no significa que tenga que dejar de interesarme por ella -protestó, cruzándose de brazos. Toni rodó los ojos-. Además, ¿qué tiene de malo preocuparse por los demás?
Toni frunció el ceño, ni siquiera le sorprendía la reacción del contrario porque ya era algo normal en él. Su expresión estoica no se vio perturbada en ningún momento.
- No te estoy diciendo que no puedas preocuparte por los demás, simplemente estaba indicando que deberías enfocarte más en mejorar tus habilidades futbolísticas -aclaró, serio-. Tienes un gran potencial, pero últimamente tienes demasiadas fallas y obviamente eso afecta al equipo. Así que menos chicas que no te prestan atención, fiestas con tus amigos y diversión, y más entreno y dedicación.
Rodrygo se cruzó de brazos con indignación, negándose a ceder en su punto de vista. Para él, una cosa no necesariamente tenía que ver con la otra; simplemente, era cuestión de encontrar un equilibrio.
Pero él no lo tenía.
- No estoy negando que deba mejorar, eso ya lo sé muy bien -afirmó, su tono volviéndose más firme-. Pero eso no significa que no pueda interesarme por otras cosas.
Toni lo miró fijamente, sin mostrar ninguna emoción en su rostro. No quería retroceder en su postura, pero también sabía que debía ser honesto con él.
- Mira, Rodrygo, entiendo que te importe tu amiga y te preocupe lo que pueda pasarle -comenzó, inhalando profundamente para mantener la paciencia-. Pero estás en un mundo diferente ahora, uno en el que cada acción tiene consecuencias. No puedes dejarte llevar por tus sentimientos sin considerar las repercusiones.
Rodrygo apretó los puños, sintiendo la frustración crecer dentro de él. No estaba realmente acostumbrado a que alguien le hablara de esa manera, especialmente alguien de su propio equipo. Pero a Toni no le importaba decirle sus verdades, siempre había sido así con todos y eso lo sabía muy bien.
Quizá estaba siendo un poco duro, pero una parte de Rodrygo sabía que tenía razón. Siempre la tenía.
- No entiendes nada -afirmó Rodrygo, visiblemente molesto-. No puedes esperar que deje de preocuparme por las personas que me importan. No importa en qué mundo estamos, eso no cambiará.
Toni suspiró, frustrado por su terquedad. Por una parte quería entenderlo, ya que alguna vez fue un «mocoso inmaduro», pero se le era imposible mantener la compostura cuando Rodrygo era tan cabeza dura.
- No estoy diciendo que dejes de preocuparte por los demás, pero debes aprender a priorizar -explicó, cruzándose de brazos-. Tu rendimiento en el campo es fundamental, y últimamente das vergüenza. No puedes permitir que tus relaciones personales afecten tu desempeño profesional. Recuerda que juegas en el Real Madrid, no en un club de tercera división; y si no espabilas de una vez, ahí terminarás jugando dentro de unos meses.
Rodrygo se sintió aún más frustrado por las palabras de Toni y soltó un suspiro de exasperación. Hablar con él siempre era como un golpe de realidad, como si le diera una cachetada tan fuerte hasta hacerlo despertar.
Tal vez eso era lo que necesitaba.
- Chelsea es importante para mí, y si eso me afecta en el campo, entonces así sea. Lo siento, pero creo que no necesito tu aprobación.
Toni mantuvo la calma, pero su mirada se endureció.
- Y yo no estoy buscando tu aprobación, solo quiero que entiendas que el fútbol requiere dedicación y sacrificio. Si te preocupas tanto por Chelsea, entonces demuéstraselo en el terreno de juego, mejorando tus habilidades y dejándolo todo por el equipo. Eso es lo que realmente importa, no estar detrás de alguien como
un perro faldero y ser lamentable en la cancha.
Rodrygo apretó los dientes, frustrado por no poder hacerle entender su punto de vista.
- Creo que no puedes entenderlo porque siempre has sido un tipo frío y distante. No sabes lo que es preocuparte por alguien y querer protegerla realmente.
Toni permaneció impávido, sin mostrar ninguna intención de suavizar su postura. Su rostro se mantuvo impasible mientras respondía con tranquilidad pero firmeza.
- Sé perfectamente lo que es querer proteger a alguien, y entiendo que te importe Chelsea. Pero debes entender que mientras estés en el campo de juego, necesitas enfocarte en tu rendimiento y mejorar tus habilidades. No puedes permitir que tus sentimientos te distraigan, mucho menos cuando no son recíprocos.
Rodrygo apretó aún más los puños, sintiendo una mezcla de enojo y frustración. No quería aceptar las palabras de Toni, porque eso significaría poner a su querida amiga en segundo plano.
- Bueno, ya entendí que no lo son -aclaró él, soltando un bufido-. Pero aún así, no voy a dejar que me cambies. No voy a dejar de preocuparme por las personas que me importan.
Toni suspiró, mostrando una leve muestra de resignación. Sabía que no iba a poder persuadirlo en ese momento, pero esperaba que con el tiempo comprendiera la importancia de su consejo.
- Mira, solo espero que entiendas que todos queremos lo mejor para ti y para el equipo -respondió Toni finalmente-. No estoy tratando de quitarte aquello que te importa, solo trato de ayudarte a encontrar un equilibrio. Y, créeme, realmente lo necesitas. Así que hazme caso si no quieres estar en la banca por el resto de tu vida.
Rodrygo miró a Toni con una mezcla de ira y desafío en sus ojos. Sabía que no podría convencerlo en ese momento, pero estaba decidido a demostrarle que podía preocuparse por los demás sin poner en riesgo su rendimiento en el campo.
- Vamos a ver quién tiene razón -habló Rodrygo con confianza, desafiándolo silenciosamente-. Demostraré que puedo hacer ambas cosas bien.
Toni asintió con una diminuta sonrisa, casi imperceptible ante los ojos del contrario. Aunque no estuviera de acuerdo en ese momento, tenía esperanzas de que él encontrara la manera de equilibrar su preocupación por los demás sin sacrificar su rendimiento en el campo.
- Estoy ansioso por verlo -confesó Toni con un tono de voz más suave-. Demuéstrame que puedo estar equivocado, Rodrygo.
Con esas palabras, Toni se alejó del balcón, dejando a Rodrygo solo con sus pensamientos y emociones encontradas. Sabía que la discusión no había terminado, pero también sabía que había suficiente determinación en él para encontrar su propio camino en esta situación.
Rodrygo también se alejó del balcón, caminando con paso rápido y decidido. Sin embargo, a mitad de camino se topó con quien menos esperaba, quien lo miraba con curiosidad en sus ojos.
Arda levantó la mirada al escuchar acercarse a Rodrygo, notando la frustración y la tensión en su rostro. Antes de que pudiera decir algo, Rodrygo lo interrumpió con una mirada desafiante.
- ¿Qué haces tú aquí? -quiso saber, con un tono un tanto agresivo.
Arda frunció el ceño, sorprendido por la actitud de su compañero. Intentó calmar la situación, sabiendo lo complicado que era hablar con él siempre.
- ¿Todo bien, Rodrygo? -Arda le dedicó una sonrisa amigable.
Rodrygo frunció el ceño, sintiendo una punzada de irritación al recordar la conversación que acababa de tener con Toni. Sin pensarlo dos veces, se dirigió directamente a Arda y le preguntó de manera directa.
- ¿Escuchaste mi conversación con Toni? ¿Estabas espiando? -inquirió, con el ceño fruncido y una expresión desafiante en su rostro.
Arda levantó las manos en señal de inocencia, con una expresión sorprendida en su rostro.
- ¿Qué? ¡No! Por supuesto que no. Solo pasaba por aquí y te vi salir del balcón, nada más -se apresuró a explicar.
Rodrygo lo miró con desconfianza por un momento, antes de relajar un poco su postura. Sabía que Arda era, a pesar de no caerle muy bien, una persona amigable y honesta, así que seguramente le estaba diciendo la verdad y era él quien estaba exagerando.
- Bueno, sí, escuché un poco de lo que estaban hablando -admitió Arda de repente, hablando con cautela. Rodrygo lo observó con sorpresa-. Rodrygo, entiendo que te importe Chelsea, pero... creo que Toni tiene razón.
El susodicho apretó los puños con más fuerza, sintiendo la presión de las expectativas de todos a su alrededor. Se sentía como si estuviera en medio de una pelea entre su deber como jugador y su deseo de ver por Chelsea todo el tiempo. Pero no podía evitarlo, así era como le demostraba lo que significaba para él.
- Gracias, pero creo que tú eres la persona menos indicada para hablarme de Chelsea -respondió de manera sarcástica-. Ella también te gusta, eso lo sé perfectamente, pero para ti no es realmente un problema porque ni siquiera juegas gracias a tu lesión.
Arda se quedó sin palabras por un momento, sintiendo un nudo en la garganta al escuchar las duras palabras de Rodrygo. Sabía que su lesión lo había apartado del campo por mucho tiempo, pero veía innecesario que se lo recordara. Ya era suficiente para él con tener que lidiar con ello cada día.
Arda soltó un suspiro pesado, sintiendo cómo la tensión aumentaba entre ellos. Sabía que él tenía razón en parte, y no podía negar que Chelsea le interesaba más de lo que quería admitir.
Pero, ¿decir que le gustaba? Le parecía un término bastante fuerte, y su amistad con ella era bastante sólida hasta el momento.
- No te negaré que ella me importa, pero no de la misma manera que a ti -aclaró, tratando de mantener la calma-. Así que deja de competir por su atención, ¿bien? Porque estás perdiendo tú tiempo. Yo no quiero, ni estoy compitiendo contigo.
- Claro que no es competencia, si no haces nada y ya tienes toda su atención -Rodrygo rodó los ojos con fastidio. Arda lo miró con extrañeza-. Ahora no te hagas el desentendido, por favor. Tú bien sabes de lo que te hablo.
Arda frunció el ceño, sintiendo que Rodrygo estaba siendo injusto con él. No sabía a qué se refería con que ya tenía toda la atención de Chelsea, pues nunca había hecho nada para conquistarla. Solo había sido él mismo y había cultivado una amistad sincera con ella.
- No estoy compitiendo contigo, estoy tratando de ser tu amigo y decirte que tal vez estás exagerando un poco con tu actitud hacia Chelsea -respondió con firmeza-. No tienes que demostrarle constantemente que estás ahí para ella, porque ella ya lo sabe.
- ¿Ah, sí? ¿Y cómo es que tú sabes lo que Chelsea sabe o deja de saber? -preguntó Rodrygo con sarcasmo-. No creo que te consideres una autoridad en la mente de ella, así que es mejor que dejes de meterte donde no te llaman.
Arda se sintió levemente herido por sus palabras, sintiendo cómo la tensión entre ellos aumentaba con cada frase. Sabía que Rodrygo estaba actuando por celos y temor a perder la atención de Chelsea, pero no podía evitar sentirse frustrado por su actitud.
- No me estoy metiendo donde no me llaman, solo estoy tratando de ser un buen amigo, cosa que tú también deberías hacer-respondió rápidamente, manteniendo la compostura-. Escucha, no veo por qué debemos pelear por Chelsea. Así que si tú quieres pelear, entonces pelea tú solo.
Rodrygo frunció el ceño, sintiendo cómo la lógica de Arda chocaba con sus propias inseguridades. Sabía que Chelsea era una persona independiente y capaz de tomar sus propias decisiones, pero no podía evitar sentir celos ante la idea de que Arda pudiera tener un lugar especial en su corazón
- ¿Y tú... crees que eso es suficiente? ¿Crees que con solo ser su amigo vas a poder tener un lugar especial en su vida? -preguntó Rodrygo con genuina curiosidad.
Arda frunció el ceño, se sintió acorralado, sin saber realmente cómo responder a esa pregunta. La verdad era que no sabía qué lugar ocupaba en la vida de Chelsea, y eso lo preocupaba más de lo que quería admitir.
- No lo sé. Solo sé que quiero estar ahí para ella de la manera que pueda. Si eso significa ser solo su amigo, entonces estoy bien con eso -se sinceró, encogiéndose de hombros. Pero había algo que no terminaba de cuadrarle.
Rodrygo lo miró con incredulidad, sin poder creer que estaba dispuesto a conformarse con solo ser su amigo. Él quería más, quería ser algo más para ella, y no podía entender por qué Arda, quien podía, no lo quería.
Eso debería alegrarle, por supuesto, pero en su lugar le ofendía.
- Lo siento, pero de verdad no puedo creer que estés tan conformista con solo ser su amigo -comentó con incredulidad-. Así que, o me estás mintiendo, o... -hizo una pausa-. ¿No te importa realmente Chelsea?
Arda suspiró, sabiendo que no podía convencerlo de su punto de vista. Ambos tenían diferentes perspectivas sobre su relación con Chelsea, y parecía que no iban a llegar a un acuerdo.
- Claro que me importa, pero no puedo forzar algo que no está destinado a ser. Si ella me ve solo como un amigo, entonces está bien para mí. No puedo seguir peleando contigo por algo que está fuera de mi control -explicó, resignado-. Si no estás dispuesto a aceptarlo, no es mi problema. Simplemente déjame en paz y preocúpate por ser un buen jugador en el campo, en lugar de buscar problemas donde no los hay.
Sabía que había sido un poco duro, pero era necesario si quería que Rodrygo dejara de insistir y entendiera de una buena vez. Rodrygo incluso se mostró sorprendido al verlo demostrar carácter, pero no dijo nada al respecto.
- Iré a entrenar.
- Arda, te comes cuatro... otra vez -declaró Jude con una sonrisa socarrona, arrojando la respectiva carta sobre la mesa mientras que el susodicho lo observaba con asombro-. Lo siento, amigo. Pero así es el juego.
- No recuerdo que en las reglas diga que es obligatorio hacer comer cartas a Arda cada segundo... -se quejó él, cruzándose de brazos-. No es justo. Ya no quiero jugar.
Jude rió de manera burlona mientras acomodaba las cartas sobre su regazo, relamiéndose los labios. Durante toda la partida se había dedicado a hacer comer cartas a sus amigos, en especial a Arda.
La única razón por la que no había ganado todavía, era porque Chelsea se encargaba de cobrar venganza cada tanto.
- Arda, no te desanimes -Chelsea se dirigió a Arda con una sonrisa, posicionando una mano sobre su hombro. Luego, se inclinó más a él para susurrar algo en su oído-. Hay que unirnos para vengarnos de Jude.
Arda no pudo concentrarse en sus palabras más que en la cercanía que había entre ambos en ese momento. Las manos de Chelsea se sentían reconfortantes sobre su hombro, y su voz suave en su oído le provocaba un cosquilleo agradable.
Sintió un estremecimiento recorrer su cuerpo al sentir la cercanía de ella. Su corazón latía con fuerza y su respiración se aceleraba, sintiéndose sorprendido por la intensidad de sus emociones. Su suave voz le generaba una sensación de calidez y protección que lo reconfortaba.
De repente, la idea de unirse para vengarse de Jude parecía emocionante, y Arda no podía evitar sentirse intrigado por lo que ella tenía planeado.
Con renovada determinación, se enderezó en su silla y miró a Chelsea con una sonrisa divertida.
- Haré todo lo que me digas -declaró con determinación, sintiendo la emoción burbujeando en su interior.
Chelsea asintió con una sonrisa maliciosa y juntos volvieron la mirada hacia Jude, quien estaba distraído ordenando las cartas en su mano. Era hora de devolverle los golpes y demostrarle que no podía abusar de ellos impunemente.
- ¿Ya terminaron su charla de pareja? -inquirió Jude de manera desinteresada, volviendo su mirada hacia ellos.
Arda y Chelsea se miraron sorprendidos, sintiendo un calor intenso subir por sus rostros. Ambos se sonrojaron violentamente y se aclararon la garganta incómodos ante el comentario de Jude.
Los dedos de Arda temblaban ligeramente mientras trataba de mantener la compostura, sintiendo cómo el rubor se extendía por todo su rostro. Chelsea se mordió el labio inferior, tratando de contener una risa nerviosa, pero sus manos también temblaban ligeramente.
La vergüenza los invadió, sintiendo que su amigo los había tomado por sorpresa con su comentario sarcástico. Tragaron saliva con dificultad, intentando encontrar las palabras adecuadas para responder, mientras el ambiente se volvía aún más tenso.
- No somos... pareja -murmuró ella rápidamente, evitando el contacto visual con Arda.
- No, por supuesto que no somos pareja -añadió Arda, tratando de mantener una expresión seria en su rostro, pero sus ojos brillaban con nerviosismo.
Jude soltó una risita burlona y alzó una ceja ante sus reacciones.
- ¿No lo son? Bueno, podría jurar que hay algo más entre ustedes dos -comentó con una sonrisa pícara-. Hasta el envidioso de Rodrygo se da cuenta.
Ambos intercambiaron una mirada nerviosa, incapaces de negar la conexión especial que había surgido entre ellos. Se quedaron en silencio por un momento, sintiendo la tensión y la complicidad en el aire.
Finalmente, Arda rompió el silencio con una sonrisa nerviosa.
- Bueno, supongo que podríamos... decir que somos... amigos especiales -balbuceó, mirando a Chelsea en busca de aprobación.
Ella asintió tímidamente, sonriendo suavemente ante la etiqueta que acababan de crear. Ambos se sintieron aliviados de encontrar una forma de describir su relación sin tener que indagar en sus sentimientos.
- Ah, son amigos con derechos. Entiendo.
Arda y Chelsea intercambiaron una mirada de pánico, sintiendo cómo el rubor volvía a subir por sus rostros. No habían esperado que Jude interpretara su relación de esa manera, y la situación se volvió aún más incómoda.
- ¡No, no, no, no! Eso no es lo que quisimos decir en absoluto... Dios -exclamó ella, agitando las manos nerviosamente.
- Sí, es solo que... somos amigos, sí, pero no con... con esos derechos, ¡por supuesto! -añadió Arda, sintiendo que las palabras no salían tan claras como esperaba.
Jude enarcó una ceja, cruzándose de brazos.
- Oh... entiendo. Amigos especiales sin derechos, amigos con una conexión especial pero no de la variedad física, ¿verdad?
Arda y Chelsea asintieron con rapidez, sintiéndose frustrados por que estuviera tan dispuesto a jugar con la situación incómoda en la que se encontraban.
- ¡Exacto! Veo que sí sabes pensar, eh -respondió Chelsea-. Amigos especiales sin derechos, amigos con una conexión emocional profunda pero sin ningún tipo de beneficio físico -explicó, reforzando la idea con énfasis-. Dios, no puedo creer que esté explicándote esto...
- Ah, entiendo perfectamente ahora. Amigos platónicos, nada más y nada menos. Aunque debo decir, la química entre ustedes es innegable, es difícil no ver la chispa que hay ahí -comentó Jude, inclinando la cabeza con complicidad-. ¿Nunca se han besado? Me cuesta creer que no cuando siempre andan comiéndose con la mirada.
Ambos se sintieron expuestos y avergonzados, deseando que el suelo se abriera y los tragase en ese preciso momento. Intentaron mantener la compostura ante su amigo, pero la incomodidad se respiraba en el ambiente, como un elefante en la habitación que no podían ignorar.
- Que no, Jude -habló Chelsea con tono firme-. Solo somos amigos platónicos, amigos sin derechos ni química ni chispa ni nada de eso. Ya deja de hacerte películas en la cabeza.
- Bueno. Pero me imagino que habrán pensado en darse un beso, ¿no? -el susodicho movió sus cejas de arriba a abajo de manera pícara-. ¿Qué? No me miren así. Se llama «reforzar la amistad», por si no lo saben.
Ambos intercambiaron miradas rápidas, sintiendo que estaban atrapados en una situación sin salida.
- Bueno, en realidad... -empezó Arda, pero ella lo interrumpió rápidamente.
- ¡No! No hemos pensado en eso en absoluto. Solo somos amigos normales y eso es todo -dijo con firmeza, tratando de poner fin a la conversación incómoda.
- Bueno, si ustedes lo dicen, amigos «especiales» pero sin derechos. Interesante forma de describirlo, diría yo. Y aquí pensaba que finalmente habían admitido sus sentimientos el uno por el otro -comentó, provocando que se ruborizaran aún más.
Suspiraron al unísono, sintiendo alivio cuando Jude volvió su atención hacia sus cartas, dejándoles un momento de respiro. Aprovechando la oportunidad, intercambiaron una mirada cómplice.
La partida continuó con jugadas audaces y estratégicas por parte de Arda y Chelsea, quienes trabajaron en conjunto para poner a Jude en aprietos. Habían sabido guardar sabiamente sus cartas de «+2» y «+4», e incluso cuando su amigo les tiraba alguna de esas, tenían la suerte de que cuando iban a agarrar justamente les salía una de ese tipo.
No, para nada alguno había manipulado el mazo a su favor.
Arda se permitió sonreír satisfecho al ver cómo Jude se encontraba acorralado, sin ninguna posible salida ni opción de ganar. Desvió su atención a Chelsea para buscarla con la mirada, pero lo que vio lo hizo quedarse estático sobre su lugar.
- Uno -Chelsea dejó su última carta sobre la mesa con una sonrisa de autosuficiencia, provocando que tanto Jude como Arda se miraran sorprendidos.
¿En qué momento habían llegado a esto? Hace nada ella y Arda estaban casi en igual de condiciones, mientras que Jude cada vez estaba peor, pero la diferencia no era realmente grande. Y ahora, ¿de la nada salía con que había ganado?
Tenía que ser una broma.
- ¡¿Qué?! -exclamó Jude con expresión de indignación-. ¡Pero si yo siempre te gano en el Uno!
- No me ganas, yo te dejo ganar que es distinto -le aclaró ella, cruzándose de brazos. Jude elevó ambas cejas-. ¿Qué? Eres mi amigo y me gusta verte feliz.
Arda no tuvo otra opción más que echarse a reír. Si era honesto, no se lo esperaba, pero no le quedaba de otra más que admirar la inteligencia y astucia de Chelsea.
«¿Hay algo que no haga bien?», se preguntó para sus adentros, observándola con cara de tonto enamorado.
- ¿Qué te pasa? -Jude pareció darse cuenta de su mirada sobre ella-. ¿Se te trabó el cerebro o por qué estás casi babeando mientras miras a Chelsea? -comentó con una sonrisa burlona, viendo cómo las mejillas de su amigo comenzaban a colorearse levemente.
- Cállate, por favor... -respondió él, intentando disimular su vergüenza mientras reía de manera nerviosa.
Chelsea, por su parte, solo se limitó a sonreír y a recoger las cartas, disfrutando de la situación mientras su corazón comenzaba a latir de manera acelerada.
- De verdad que no hay peor ciego que el que no quiere ver, ¿eh? -Jude se cruzó de brazos mientras se recostaba sobre su asiento-. Ya sé que soy muy entrometido, pero no puedo evitarlo. Me encanta meterme en las vidas amorosas de mis amigos. Lo siento, pero no lo siento.
- No sé de qué vida amorosa estarás hablando -comentó Chelsea mientras rodaba los ojos con diversión-. Y sí, qué bueno que sepas que eres entrometido. Ojalá lo tomes como una señal para que dejes de creerte cupido.
Jude abrió su boca para contestar, pero el sonido de la puerta de entrada al cerrarse los hizo girar sus cabezas en aquella dirección automáticamente. Por el pasillo vieron a Fede aparecerse, portando una sonrisa de oreja a oreja y... un gato en brazos.
¿Qué?
- Chels, te presento a tu gato -le dijo como si nada, acercándose a la susodicha mientras ella lo observaba con confusión-. Se llama... Federico. Sí. Federico.
- ¿Mi gato? ¿Federico? -pronunció ella con una mueca, agarrando al felino cuidadosamente-. ¿Y esto? ¿Por qué? ¿Acaso hoy es mi cumpleaños y no me acuerdo?
Fede negó con la cabeza mientras reía, provocando que la confusión de su mejor amiga fuera en aumento. Y si ella no entendía nada, Arda y Jude menos.
Literalmente no entendían nada.
- Pasa que Beni se lo encontró en la calle, y como que lo habían abandonado, ¿viste? Pero no podíamos tenerlo en casa, así que bueno, Beni quiso que Arda y vos fueran como sus papás -explicó, ensanchando su sonrisa. Chelsea abrió sus ojos de par en par-. ¿No te parece lindo? Así se unen más como pareja, ¿entendés?
Chelsea sintió una combinación de sorpresa, confusión y cierta emoción al escuchar a Fede referirse a ella y a Arda como pareja. Aunque sabía que solo estaban jugando y que Fede lo decía en tono de broma, la idea de ser pareja con Arda le causaba cierto nerviosismo y revuelo en su interior.
¿Acaso Fede sabía algo que ellos no se habían atrevido a admitir todavía? La idea la llenó de una calidez reconfortante, y por un momento, se permitió imaginar un futuro junto a Arda.
No, ¿qué estaba pensando? Arda y ella solamente eran amigos. Hasta ahí.
Chelsea miró a Fede, al gato en sus brazos y luego a Arda, quien parecía tan sorprendido como ella. Finalmente, soltó una carcajada, incapaz de contenerse.
- Qué ocurrente que sos -comentó, acariciando suavemente al animal-. Y Beni también, pero decile que gracias.
A pesar de todo, le agradaba la idea de tener un gato. Recordaba que hace unos días había estado hablando del tema con Arda, pero no pensó que el universo terminaría por mandarle un gato de una manera tan inesperada.
Además, no era una raza de gato muy común. De hecho, consideraría que es una de las razas más difíciles de hallar, pero iba a suponer que el universo o Dios estaban a su favor.
- Dale. No lo dejés morir nomás -le pidió Fede a tono de broma, provocando que ella lo mirara fingiendo estar ofendida.
Aprovechando un momento en el que Chelsea parecía estar distraída con Jude jugando con el gato, Fede buscó a Arda con la mirada y se miraron con complicidad mientras una pequeña sonrisa brotaba en los labios de Arda.
- Gracias -murmuró de tal manera que solo él pudiera escuchar-. Me daba mucha vergüenza dárselo yo mismo como un regalo de mi parte.
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Le gusta a fedevalverde, rodrygogoes, vinijr, cgrossmuller, 10ardaguler y otros.
chelsgm 📸: @10ardaguler
fedevalverde espero que estén cuidando bien a federico ehh
| chelsgm obvio, nosotros no somos irresponsables como vos!!
| brahim quién es federico? no me digáis que fede se ha multiplicado otra vez 🤔
| camavinga @brahim no bromees con eso que salgo corriendo 🤣
vinijr soy yo a arda y chelsea andan pasando mucho tiempo juntos? 👀
| chelsgm sos vos
| judebellingham TENÍA QUE SER DICHO
| judebellingham apuesto a que se agarran a besos mientras nadie los ve 😗
| judebellingham @rodrygogoes
| rodrygogoes ?
| brahim pero disimula un poco hombre
judebellingham listo, ya confirmaron su relación, ahora solo faltan que la confirmen
| vinijr de qué hablas bro? si ellos me lo dijeron el otro día 😎
| brahim de verdad??? pensé que ya todos sabíais que estaban casados
| chelsgm @brahim falso, yo estoy casada con toni 🙈
| camavinga @toni.kr8s
| chelsgm NOOOO ME HACKEARON
| aurelientchm por qué nunca tengo idea de lo que hablan?
rodrygogoes ❤️
| chelsgm 🫶🏻
| fedevalverde deja de intentarlo rodrygo, das pena
| rodrygogoes ??? ubícate
sabadito de felicidad!! victoria sólida del equipo 🫶🏻 vini anda en su prime, el halcón jugó desnudo, brahim de otro mundo, cabrajal impecable, recital de lunin... en fin, PARTIDAZO
menos de rodrygo 😞 yo AMO rodrygo con mi alma, pero arda hace más que él en sus 5 minutos semanales. LITERAL. encima, vieron el casi golazo del final??? UNA LOCURA
btw, en el próximo cap hay salto de tiempo a diciembre!! que durará solo hasta el capítulo 22 (o menos, no sé) ya que no me aguanto más sin escribir el debut de arda, su primer gol y finalmente ubicarme en la actualidad :)
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