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Un poco más cerca

Narrador omnisciente:

Cuando Tzuyu llegó a su hogar lo primero que vio fue a Nayeon recostada en su sofá escuchando música desde la televisión mientras que su novia se encontraba jugando sobre la silla de rueda que el hospital le había dejado como préstamo hasta que su pierna estuviese curada. Lo primero que pasó por la mente de la más alta fue que Mina se caería al estar tonteando en mantenerse en equilibrio, pero no iba a ser ella quien le diría que se detuviese, así que la dejó estar, tiene que aprender por su cuenta, pensó cerrando la puerta con la mayor suavidad posible deseando que ellas no la escucharan, como era de esperarse ignoró la presencia del Minayeon caminando hacia su habitación deseando encerrarse en su zona confort, pero la coreana tenía ese sexto sentido que realmente detestaba, y más en esos momentos. Nayeon levantó su cabeza asomando su mirada por el respaldo del sofá cuando sintió su presencia, la coreana lo primero que hizo fue ponerse de pie gritando el nombre de la castaña causando que su novia casi perdiera el equilibrio. 

Tzuyu trastabilló ante su grito, velozmente posó su mirada en la coreana notando como la chica caminaba peligrosamente hacia su dirección mientras que Mina se quejaba por el susto que le había dado. Piensa rápido, se ordenó en sus pensamientos dando otro paso hacia atrás mirando atentamente como la muchacha sonreía con maldad, huye, y su mente siempre sacándola de apuro. De manera cobarde comenzó a correr hacia su habitación mientras que escuchaba como la patosa de Nayeon le seguía el camino. Lo bueno de ser alta, que sus piernas eran más larga así que tenía más facilidad de poder huir, aunque bueno, Nayeon no era la mujer más rápida del mundo, así que, aunque no tuviese una gran altura perfectamente podía huir de la pelirroja sin mucho esfuerzo. Tzuyu se encerró en su habitación colocando el pestillo antes de que la pelirroja tuviese tiempo de alcanzarla, a veces Nayeon podía ser bastante loca, y el hecho de que estuviese tan mimada por parte de Mina empeoraba el hecho de decirle que no, porque no se conformaba con esa respuesta.

—¡Tzuyu, solo quiero saber si ya tendré con quien conversar que no sea tu hermana!—aclaró Nayeon apoyando su palma contra la madera mientras que oía como su novia se quejaba desde el primer piso.

—Si no te gusta, puedes volver a tu casa—aclaró la castaña caminando a su cama a la vez que se quitaba sus zapatos queriendo meterse bajo las sábanas, como era de esperarse, Nayeon hizo el ya conocido sonido de ofensa que tantas veces había oído en el paso para luego simplemente dedicarse a aporrear la puerta en un vano intento por ingresar—vete a joder a mi hermana, antes de que Chaeyoung te la quite.

Y al parecer entendió el mensaje directo, ya que no volvió a insistir.

Tzuyu se lanzó sobre el colchón escondiendo su rostro sobre las almohadas mientras que oía de fondo la música proveniente del primer piso, al parecer Nayeon no la dejará dormir, ¿Ven? a eso Tzuyu se refería, la pelirroja era un dolor de cabeza la mayoría del tiempo, no sé como Mina la soporta, pensó a la vez que se incorporaba siendo consciente que no podría descansar hasta que doña Im le saliese de los ovarios el detener la música- o hasta que sus padres hicieran aparición-. Con el fuerte zumbido instalado en su cabeza la castaña tomó asiento sobre el borde de la cama mirando su zapato derecho tirado en una de las esquina de la habitación; se mantuvo sumergida en sus pensamientos recordando lo sucedido en el día, primero lo de Taehyung, luego Sana, ¿Desde cuando su vida era tan emocionante?, desde que Hyuna se mudó, pensó chasqueando su lengua contra su paladar, la echaba de menos, a su esposo también, era la única pareja que creía firmemente que podría confiar en el amor-que no fuese sus padres-, pero ya no están, así que ya no podía asegurarse de que seguían juntos. La taiwanesa giró su torso haciendo sonar su espalda, para luego simplemente ponerse de pie, de alguna forma materia el tiempo.

En silencio estiró su mano en dirección de la mesita de noche, entre sus dedos sostuvo el libro que su padre le había comprado hace un tiempo atrás y que nunca se animó a leer hasta ahora, con curiosidad la chica posó toda su atención en la portada de esta, el visitante, leyó en sus pensamientos para luego simplemente girar su muñeca leyendo la parte trasera, el mal puede tener muchas caras. Incluso podría tener la tuya... okay, escalofriante, pensó sintiendo su espalda sudar aunque de todas formas la llevó consigo hacia la ventana queriendo leer un poco desde el tejado- hace tiempo que no lo hacia-, con calma salió por el marco de madera apoyando sus dedos en el borde de esta para no resbalar-si la caída no la mataba, posiblemente sus padres lo harían-. Tzuyu tomó asiento sobre las tejas a la vez que, de manera impulsiva alzaba su mentón observando la ventana de su vecina, Sana mantenía las cortinas cerradas así que no podía ver lo que estaba haciendo, aunque claro, tampoco le importaba el saber. En silencio la chica abrió el libro mientras que apoyaba su espalda contra la pared, calmada emprendió su lectura sumergiéndose por completo en las palabras impregnadas en el amarillento papel.

Tzuyu estaba mordisqueando su labio inferior cuando su teléfono vibró por primera vez, sin mucho interés por querer saber quien le estaba interrumpiendo continuó con su lectura fijándose en que ya estaba superando las 100 paginas, y eso que no llevaba mucho tiempo. De manera impulsiva la chica se inclinó emocionada al leer la narración por parte del detective a cargo de la investigación, se sintió casi extasiada al pensar que podrían encontrar al culpable, aunque gran parte de sus emociones se resumían en frustración porque estaba segura que Terry Maitland no había matado al pequeño Frank Peterson-no tenía pruebas, pero tampoco dudas-, para su mala suerte su teléfono volvió a sonar, y a pesar que lo ignoró queriendo finalizar la lectura, se vio obligada a cerrar el libro sin antes dejar un pedazo de confort que encontró en sus bolsillo en modo de separador, para luego simplemente sacar su teléfono leyendo el nombre que no dejaba de insistir, Maldición Park, pensó deslizando su pulgar por la pantalla aceptando la llamada; haría todo lo posible para finalizar la conversación.

—Los chicos hicieron una estupidez, necesito que nos vengas a buscar lo más rápido posible—Tzuyu se atoró con su propia saliva al oír la voz de Jihyo resonando con fuerza desde su pequeño aparato tecnológico, confundida la taiwanesa soltó un simple "¿Qué?" lo suficientemente fuerte para llamar la atención de Sana quien se había quedado viendo desde el borde de la cortina cuando se percató de lo concentrada que estaba la chica en su lectura—luego de que salvaste a tu noviecita, Jeongyeon se le ocurrió la estupidez de meterse al laboratorio y la idiota junto con el idiota de Jimin rompieron unos frascos con químicos, y nos mandaron a detención—Jihyo seguía hablando mientras que, de fondo se podía escuchar como intentaba callar la discusión entre la peliazul y el rubio. Tzuyu frunció el ceño alejando su teléfono de su oreja para mirar la hora, son las ocho, las detenciones jamás son por tanto tiempo, comentó en sus pensamientos a la vez que volvía a llevar el objeto a su oído—...y se suponía que la detención terminaba a las seis, pero el tonto de tu noviecito se le ocurrió la maravillosa idea de actuar como Frank de la selva y sacar a los ratones del señor Smith, aunque de sacar uno, tuvo la genial idea de romper el cristal donde estaban... en fin, como resumen tenemos una mini plaga de roedores en el salón, ¿Puedes venir antes de que el guardia nos vea y nos expulsen?

Tzuyu suspiró cerrando sus párpados mientras que llevaba sus dedos libres contra su frente masajeando aquella zona en un vano intento por disipar el dolor causado por el estrés.

—¿Cómo es posible que no puedan estar ni siquiera un minuto sin hacer algo estupidez y peligroso?—cuestionó escuchando como la chica intentaba excusarse con que no había sido su idea, y sí, quizás tenía razón, pero era la mayor del grupo, y se suponía que era la responsable—me da igual, esta mierda podría perfectamente expulsarlos y dejar su historial académico manchado de por vida—le recordó lo anteriormente dicho—...—relamió sus labios guardando silencio por unos segundos intentando pensar en que podría hacer para ayudar a sus amigos—no tengo auto—soltó recordando que, el único medio de transporte que había tenido, Mina lo destrozó—y si tuviera, no sé conducir—agregó escuchando los insultos desde la otra linea—dame cinco minutos, buscaré la forma de sacarlos de ahí... por favor, no empeoren las cosas.

Y sin más finalizó la llamada guardando el teléfono con cuidado sobre los bolsillos delanteros de su pantalones, calmada se puso de pie sintiendo como las tejas crujían bajo sus pies cubiertos por la tela de los calcetines, pero no le tomó mayor importancia, su atención se la llevó por completo aquel sorpresivo movimiento por parte de su vecina; la rubia con fuerza había deslizado las cortinas permitiendo que sus ojos estuviesen enfocados en la mirada sorprendida por parte de la taiwanesa.

—¿Problemas en el paraíso?—cuestionó Sana apoyando su hombro contra el marco de la ventana dejando en exhibición su camiseta holgada y sus pantalones ajustados. Tzuyu rodó los ojos dándole la espalda; ella no tenía ganas de hablar con la japonesa en esos momentos, así que la ignoró—oye—sonaba ofendida, y eso la desconcertó. La taiwanesa en lo personal no entendía a la muchacha, primero la ignoraba, luego besaba su mejilla antes de cerrarle la puerta en la cara, y ahora parecía tener interés por su parte, ¿Qué quieres de mi Minatozaki? pensó girando su rostro para ver por sobre su hombro el rostro de la chica—yo sé conducir—aclaró.

—¿Y? ¿Te aplaudo o que?—habían veces en que Tzuyu no podía controlar su sarcasmo, y el de ahora no sería la excepción, aunque debía confesar que se había sorprendido bastante de notar como la chica le sonrió en vez de molestarse.

La rubia se acomodó alejando su hombro del borde de madera para apoyar sus palmas alrededor de sus caderas causando que Tzuyu tragara saliva dando un paso hacía atrás sintiendo como la pared nuevamente hacia contacto directo con su espalda.

—Bueno... considerando que podría salvar a tus amigos de una posible expulsión... sí, creo que deberías aplaudirme—Sana sabía jugar con el sarcasmo y eso le agradó, aunque jamás confesaría aquello; darle ego a Minatozaki Sana sería algo perjudicial para su salud mental, así que prefirió guardar silencio—te veo en cinco minutos fuera de mi casa, no tardes—y de la misma forma en que apareció, Tzuyu la perdió de vista.

La taiwanesa se adentró en su habitación, velozmente dejó su libro sobre la mesita de noche para tomar sus zapatos, ni siquiera se cambió de ropa, tan solo cubrió sus brazos desnudos con una poleron (sudadera, capucha) por debajo de su chaqueta-la noche estaba fría, pero no lo suficiente para tener hipotermia-. Bien, ahora ¿Cómo salgo? se cuestiono luego de estar vestida quedándose quieta frente a la puerta; tenía dos opciones, salir como si nada por la ventana, o pasar por el Minayeon siendo consciente que perfectamente le harían la vida imposible para sacarle algo de información. Tentada la castaña giró su rostro posando sus ojos en la ventana, ni se te ocurra, pensó descartando rapidamente aquella idea-tenía una buena condición física, pero tampoco era spiderMan para deslizarse por las paredes como si nada-. Solo ignóralas como siempre, se animó abriendo la puerta, en silencio se deslizó por el pasillo escuchando atentamente como el Minayeon reía desde el primer piso.

De manera impulsiva Tzuyu escondió su cabeza bajó la ancha capucha metiendo sus puños en el interior de los bolsillos de su chaqueta, como un ninja se deslizó por los escalones manteniendo en todo momento sus ojos al frente, pensando de manera infantil que, de esa forma no notarían su presencia. Nayeon rió presionando su palma contra el rostro de Mina cuando esta trató de besarla causando que la pelinegra jadeara molesta, al parecer, las chicas estaban sumergidas en su propio mundillo, así que Tzuyu logró huir por la puerta principal, aunque la puerta se le fue de golpe, así que era cuestión de tiempo para que la metiche de Nayeon estuviese adherida a la ventana queriendo ver que estaba sucediendo. La taiwanesa trotó hacia la casa vecina, aunque no llegó a su puerta, simplemente se quedó en la vereda mirando las lineas agrietadas del suelo. Los primeros segundos pensó firmemente que Sana la dejaría plantada, ¿Por qué no lo pensaría? no se conocían, no podía confiar en ella, pero rapidamente descartó aquella posibilidad al escuchar como el portón corredizo se activaba, con curiosidad miró por sobre su hombro como Sana salía junto con el auto de sus padres.

Nayeon apretó el hombro de su novia al ver desde el ventanal como Tzuyu se inclinaba en la puerta del copiloto conversando con la bonita chica de nombre Sana que vivía a su lado. 

—¿Crees que se estén escabullendo como lo hacíamos nosotras?—cuestionó la coreana suspirando como tonta enamorada mientras que Mina simplemente fruncía el ceño posando sus ojos en ella para luego mirar atentamente como su hermana menor se subía al vehículo.

—No creo que Tzuyu sea gay—admitió Mina con una completa sincerada causando que su novia posara sus ojos en ella—la vi besándose con ¿Taehyung? ese chico de cabello negro y sonrisa cuadrada—confesó encogiéndose de hombros escuchando como Nayeon exclamaba sorprendida y hasta molesta por no saber de ese detalle—¿Qué? te habías quedado dormida y me aburría en mi habitación, así que me puse a ver por la ventana—aclaró sintiendo como la pelirroja se sentaba sobre sus piernas, sin ejercer todo el peso que poseía para no lastimar su ya pierna enyesada—¿Estas molesta?

—Decepcionada—confesó presionando velozmente sus dedos sobre los abultados labios de su pareja al notar como ella entreabría sus cerezos dispuesta en explicarse—no de ti boba... me refiero a Tzuyu, pensé que le gustaba Jihyo en un principio—y ahora se sentía como una tonta mientras que la taiwanesa deslizaba sus palmas por sus caderas—la niña nos salió hetero, ¿Qué prosigue?—cuestionó causando que Mina riera por su fingida tristeza.

Si alguien le hubiese advertido a Tzuyu que el estar con Sana a solas en el interior de su vehículo iba a ser tan jodidamente incómodo, posiblemente no hubiese aceptado la oferta que la chica le brindó. De manera impulsiva la castaña llevó sus palmas contra sus muslos mientras que giraba su rostro observando las calles iluminadas por luces artificiales, se mantuvo en aquella posición distrayéndose con el paso de su andar mientras que Sana aprovechaba la ocasión para inclinarse encendiendo la radio. Si creyeron que las cosas no podían ser peor, pues fallaron, desde los parlantes se deslizó Love Me Do de VIXX, provocando que Tzuyu tragara saliva intentando no prestar atención a la letra, pero había que admitir que era difícil no enfocarse en eso, en silencio agradeció el hecho de que Sana hubiese cambiado la canción, pero lo que no supo que había puesto una mucho peor; ahora sonaba Odd Eye a todo volumen, y si su audición no le fallaba se trataba de ShiNee, sip, diosito matame ahora, pidió presionando su cabeza contra el cristal mientras que oía como Sana se reía con suavidad por su evidente Gay panic.

La japonesa se apiado de aquel pobre diablo apagando la radio, nuevamente el silencio las sumergió, pero como les quedaban un par de minutos antes de llegar a su destino no fue lo suficientemente agobiante para provocar que Tzuyu tuviese el pensamiento de saltar por la ventana. La castaña huyó del vehículo luego de que Sana se hubiese estacionado, con sus dedos temblorosos sacó su teléfono desbloqueando la pantalla para mandarle un mensaje a Jihyo. 

—Dice que sale en un momento—y por primera vez se atrevió a dirigirle la palabra a Sana quien, en silencio se le acercó apoyando su espalda contra el vehículo—...—se quedó en silencio al girar su rostro sintiendo como, el inesperado calor la sofocaba ante la forma en que la chica se le había quedado viendo—¿No tienes calor?—preguntó de manera impulsiva notando como la japonesa alzaba una de sus cejas mirando sus brazos desnudos.

—En realidad, me estoy congelando—confesó sintiendo como su corazón daba un brinco al ver como Tzuyu torpemente se quitaba su chaqueta, estuvo tentada en declinar la oferta; ella no era la típica chica que aceptaba la prenda de otra persona, pero la taiwanesa fue tan adorable y cuidadosa que simplemente se calló disfrutando el calor que desprendía la tela—gracias...

Tzuyu asintió con su cabeza apoyando su trasero contra el borde del capó del vehículo manteniéndose a una distancia prudente de la japonesa. Se volvieron a ignorar hasta que el sonido de la ventana abriéndose capturó su atención, confundida la castaña observó como Jimin sacaba su cabeza para luego ser bruscamente impulsado hacia el exterior cayendo de golpe contra el pavimento-como era de esperase se quejó ante el dolor de su hombro, pero nadie le prestó mayor atención-, rapidamente el rostro de Jeongyeon se asomó capturando su mirada, así que lo empujó, pensó Tzuyu intentando no reír ante esa imagen mental. Sana no dijo nada al respecto al ver como todos estaban saliendo por ese pequeño espacio, y a pesar que la imagen era bastante cómica y digna de recordar, su humor decayó al notar esa melena negra siendo el ultimo en salir del edificio, genial, pensó la japonesa dando un paso hacia el lado presionando su hombro contra el de Tzuyu.

Como era de esperarse todos se sorprendieron de notar la presencia de Sana, pero nadie dijo nada al respecto, Jihyo velozmente tomó el brazo de su novio comenzando a caminar en dirección de su mejor amiga y la silenciosa rubia mirando de forma acusatoria el rostro de Tzuyu-luego tendría sus respuestas-, ante su movimiento los demás chicos le siguieron el paso, siendo Taehyung el único que era incapaz de dejar mirar la extraña cercanía entre la rubia y Tzuyu. 

—Tenemos que apurarnos, antes de que el guardia pasé por aquí—avisó Jihyo deteniéndose bruscamente al notar el vehículo—estoy agradecida por venir a buscarnos... pero ahí no caeremos todos—admitió observando como Sana giraba su rostro posando sus ojos en el auto de sus padres.

—Somos siete... bien, dos deberán llevar en brazo a otros dos—comentó Sana para luego simplemente encogerse de hombros como si no fuese la gran cosa para ella, velozmente la chica notó la forma en que Taehyung entreabrió sus labios y se pudo hacer una idea de lo que iba a decir—Jihyo puede manejar, yo llevaré a Tzuyu en brazos—aclaró escuchando como tanto la mencionada como el coreano jadeaban. 

—Yo puedo llevarla, no hay problema—aclaró Taehyung cruzándose de brazos mirando de forma inquisidora a la castaña queriendo que ella estuviese a su favor, pero rápidamente Sana sacudió su cabeza envolviendo su brazo derecho sobre el de la taiwanesa de manera posesiva consiguiendo que, tanto los espectadores como la propia Tzuyu, se sorprendieran— soy más fuerte.

—No tengo pene, nada la incomodara—replicó Sana siendo consciente de lo incomodo que podría ser para Tzuyu el sentir la entrepierna del irritante pelinegro.

Tzuyu frunció el ceño intercambiando mirada entre sus amigas y esa tensa pareja que no dejaban de discutir.

—Chicos estoy prese...

—Nos conocemos hace mucho tiempo, no le molestará—Taehyung interrumpió sus palabras causando que Jeongyeon riera soltando ese suave "A Yoda se le junto el ganado" provocando que, tanto el coreano, como Sana se sonrojaran—bien... que ella decida.

Tzuyu entreabrió sus labios queriendo dar una respuesta para que la discusión por fin acabara, pero rápidamente la luz de una linterna la cegó causando que sus pensamientos se nublaran y las palabras quedaran atrapada en su garganta. Velozmente todos corrieron hacia el vehículo, la castaña no dudó en tomar asiento en la parte de atrás junto con Jeongyeon y Taehyung, Jimin no tardó en sentarse sobre los muslos del coreano mientras que Sana se sentó sobre la castaña sintiendo como, Tzuyu buscando más comodidad rodeó con sus brazos su pequeña cintura apegando su pecho contra su espalda permitiendo que sus fosas nasales se llenaran de ese agradable aroma a frutas mezclada con el olor de su chaqueta.

Tanto Jihyo como Daniel eran los únicos cómodos en las parte delantera del medio de transporte.

Jihyo huyó del estacionamiento lo suficientemente rápido para que el guardia ni siquiera hubiese sido capaz de leer bien el numero de la placa del vehículo de los padres de Sana. Tzuyu cerró sus párpados en el momento que escuchó como Jeongyeon discutía con Jimin-al parecer él le dio un codazo, y ella se encabronó, nada nuevo-, la castaña intentó ignorar su presencia presionando su mejilla sobre la espalda de la rubia sintiendo como su corazón se aceleraba ante esa delgada mano ejerciendo presión sobre su muñeca; Sana la estaba tocando, aunque claro, ella fue la primera en poner sus manos sobre su cuerpo. Amablemente la pelimorada fue dejando a cada uno de los chicos a sus respectivos hogares, primero se deshizo de Jimin-hasta ella tenía dolor de cabeza por las constantes discusiones- luego pasó a dejar a Taehyung siendo consciente que, el tenerlo en el mismo metro cuadrado donde estaba la rubia sería bastante suicida para Tzuyu, y ella no era una mala amiga, iba a separar al ganado Zhou. 

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