Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Frágil

Narrador omnisciente:

A pesar que lo sucedido con Taehyung había ocurrido la noche anterior, ella aun no era capaz de sacarse de la cabeza lo que había hecho-sabía a la perfección que nadie más que ella era la responsable-, se sentía culpable y tenía motivos más que suficientes para sentirse de esa manera. A la mañana siguiente de ese bochornoso altercado su padre la había obligado asistir a clases, y a pesar que ella se negó rotundamente en colocar un pie en el instituto ya que era consciente que cada segundo que pasaba lejos de Sana era un segundo desperdiciado, de todas formas el hombre fue tajante en su decisión; llegó al punto en que la amenazó con encerrarla en su habitación si no acataba sus órdenes, así que ahí estaba, sentada en su pupitre de siempre con sus ojos oscuros sumergidos en la indiferencia absoluta mientras que los demás estudiantes que la rodeaban prestaban atención a la materia que el profesor no dejaba de vomitar. 

Tzuyu apretó sus labios posando sus ojos en Taehyung, el muchacho no le había quitado su mirada desde que ella apareció en la habitación; la adolescente solo lo observó por uno que otro segundo antes de que la vergüenza y culpabilidad la atacara, causando que desviara la mirada hacia el pizarrón. El adolescente bufó presionando su frente contra la mesa de madera logrando que un curioso Jimin lo observara para luego centrarse directamente en la castaña que estaba al lado de la ventana, ¿Qué traman esos dos? se cuestionó queriendo saber del drástico cambio de actitud en su mejor amigo como en la chica. Jihyo y Jeongyeon no se quedaban atrás, ambas estaban sentadas detrás de la taiwanesa así que habían visto con bastante facilidad ese intercambio de miradas por parte de su mejor amiga y el pelinegro. A pesar que el profesor seguía soltando bastante información respecto a la materia que entraría en sus próximas pruebas, tanto Park como Yoo se dedicaron a escribirse notas deslizandola por la mesa como fuente de su tema de conversación. 

¿Crees que hubiesen discutido? Jeongyeon leyó lo escrito por la pelimorada así que rápidamente tomó aquel trozo de hoja y anotó su respuesta, con bastante facilidad deslizó el material contra las manos de la coreana notando como la chica presionado su palma contra la hoja cuando el profesor miró hacia su dirección, ante los nervios ambas chicas sonrieron en dirección del hombre causando que este solo frunciera el ceño desviando la mirada hacia otro estudiantes para seguir con su clase. Velozmente Jihyo agachó su vista observando la respuesta, lo último que supe fue que Taehyung la volvió a defender del simio ese, y que Sana estaba en coma, así que no creo que estén precisamente peleados, la respuesta de la peliazul fue larga, pero ligeramente precisa, así que la pelimorada se enfocó en responder. Ahora más que nunca debían tener cuidado en la forma en que se estaban comunicando porque su profesor de vez en cuando colocaba su atención en ellas. ¿Pero viste como se veían? Tae parecía estar realmente preocupado y Tzuyu lo suficientemente incómoda para no sostenerle la mirada, Jeongyeon había leído la respuesta de Jihyo y estaba completamente de acuerdo con ella. Hablaremos con Tzuyu, y esa fue la última respuesta de la peliazul antes de que el timbre sonara indicando que las clases habían finalizado. 

En silencio la castaña se puso de pie, sin muchas complicaciones guardó lo que había dejado sobre el escritorio teniendo un vago deseo de querer prestar atención a la clase porque una pequeña parte de su mente le recordaba que si no lo hacía se le iba dificultad aún más el pasar la materia, y no iba a mentir, realmente hizo el amago de querer escribir, ¿Pero a quien engañaba? realmente no tenía ánimos de estar en ese lugar. Cuando la adolescente terminó, llevó una de las tiras de su bolso contra su delgado hombro dejándolo colgado en esa zona, para luego tomar rumbo hacia la salida queriendo huir lo más rápido posible.

—Tzuyu—Taehyung la llamó antes de que hubiese cruzado el umbral de la puerta sosteniendo velozmente su antebrazo deteniendo a la muchacha de su vano intento por huir de su mirada, ¿Acaso él no se daba cuenta que no lo quería cerca? su mente en esos instantes estaba lo suficientemente inestable como para tener que enfrentarse a él. La castaña giró su rostro observandolo por sobre su hombro, notó sus ojos angustiados acompañados por ese conocido brillo de preocupación, y a pesar que quería oirlo, no podía, porque la culpa la carcomía y la castigaba, así que quería huir y esconderse, solo para pensar que todo estaba bien—¿Podemos hablar?—cuestionó manteniendo aun su mano envuelta en la extremidad ajena—sabes que tenemos que hablar lo que sucedió—Tzuyu lo tenía claro, pero el hecho de ser consciente no significaba que realmente quería enfrentar ese tema. Por impulso la adolescente dio un paso hacia atrás—Tzu...

Y sí, él quería insistir con el tema porque no le gustaba el sentir esa indiferencia por parte de la castaña, se habían correspondido, merecía el tener por lo menos una conversación al respecto, pero para la suerte de la taiwanesa, Jihyo y Jeongyeon aparecieron siendo la peliazul la primera que posó sus dedos sobre la muñeca del coreano indicando de esa forma que soltara a Tzuyu, que no les engañe el hecho de que el último tiempo se estaban juntando con él, para Yoo aún el joven Kim era considerado el "Don heterosexual" así que su preferencia era notoria; protegería a Tzuyu de cualquier idiota que intentara tocarla, y como no, Jihyo había prometido que cuidaría de su mejor amiga, así que eso estaba haciendo, y no le importaba el pasar por encima de Taehyung si con eso iba a lograr su cometido.

—Un paso hacía atrás Tae—ordenó la pelimorada posando sus delgadas palmas sobre el pecho del mencionado dándole un ligero, pero firme empujón que lo hizo dar un paso hacia atrás—Tzuyu no se siente bien, así que no te pongas hostigoso—le aclaró deseando que sus palabras fueran suficientes para que el chico comprendiera; le caía bien, así que no quería cambiar su forma de verlo por una estúpida actitud de su parte.

—Tengo que hablar con ella—aclaró el pelinegro llevando instintivamente su mano en dirección de Tzuyu, pero velozmente Jeongyeon le dio un manotazo impidiendo que él tuviese oportunidad de tocar el brazo de la castaña.

—Para hablar no tienes necesidad de tocarla—y como no, Yoo logró incomodar al pelinegro lo suficientemente rápido para que este sintiera vergüenza por sus propias acciones—sabes perfectamente por lo que pasó, no puedes ser tan imbécil de actuar como un simio—estaba molesta, y no le importa el no saber qué problema o que diferencia Tzuyu tuvo con el muchacho; si debía colocar a Tae en su sitio, lo haría sin pensarlo—ahora... si quieres hablar con ella, espera, y será mejor que no hagas nada estúpido porque me verás molesta.

—Jeong...

—Calla tu, que luego te tocara—aclaró la peliazul posando sus ojos en la más alta causando que está simplemente apretara sus labios sabiendo a la perfección que si hablaba sacaría el peor lado de su mejor amiga—que no te engañe las cosas Taehyung, me caes bien, pero siempre preferiré a Tzuyu—y no tenía problema en admitir lo que pensaba logrando que el chico suspirara posando sus ojos en la castaña.

El pelinegro terminó por elevar sus manos indicando que se daba por vencido. 

Minutos después de esa incómoda conversación que Tzuyu presenció siendo la protagonista y la raíz del problema-o eso creía ella-, ahora las tres chicas se encontraban en el baño de damas del tercer piso, aquel era el más alejado de todos así que por lo general siempre estaba vacío. La castaña se sentó en el borde del lavamanos cruzando sus brazos por debajo de sus pechos mirando en silencio las lineas del suelo intentando de forma vaga el poder distraerse, porque la manera en que sus amigas le estaban viendo la hacía sentirse lo suficientemente pequeña y avergonzada que no era realmente capaz de sostenerle la mirada. Jeongyeon suspiró dando un par de pasos hacia atrás apoyando su espalda contra la pared mientras que Jihyo con los labios apretados observaba a la peliazul para luego centrarse por completo en la menor del grupo.

—¿Me puedes explicar que sucedió con Taehyung?—no era el momento, ni tenían el tiempo suficiente como para poder vagar antes de llegar a la respuesta que realmente querían oír, así que Park fue tajante deseando que Tzuyu se sincerara con ella.

—Ayer...—la suave voz de la castaña rompió el silencio que se había formado luego de que Jihyo hubiese callado causando que ambas chicas posaran sus orbes en la taiwanesa notando como la adolescente agachaba su cabeza haciendo un gran esfuerzo por no llorar—ayer lo besé.

—¿Tu hiciste qué?—cuestionó Jeongyeon sorprendida. Por impulso la peliazul se acercó donde estaba la pelimorada—¿Qué mierda estab... ¡Auch!—se quejó llevando su palma contra su brazo cuando sintió el fuerte manotazo que Jihyo le brindó sin ninguna explicación de por medio. Maldita, pensó mientras que seguía acariciando esa zona observando atentamente cómo su acompañante con suavidad se acercaba a la más alta posando sus palmas sobre las mejillas de la chica.

—¿Por qué lo hiciste?—preguntó notando como la muchacha se encogía de hombros como si aquello fuese suficiente respuesta para dejarla tranquila—tu no haces las cosas por qué sí... siempre hay un motivo de por medio—aclaró; conocía a la perfección la forma en que Tzuyu actuaba. De las tres ella era la que más se pensaba las cosas antes de realizarlas, así que no iba a creer en esa vana acción de su parte—¿Qué te llevó a que lo hicieras?

—Nunca va a despertar—respondió Tzuyu mientras que giraba su rostro perdiendo velozmente el contacto de las palmas de Jihyo con su piel—y si lo hace, me odiará...—en un principio ninguna de las dos chicas había comprendido a qué se refería, pero realmente no tardaron en entender de quien en específico estaba hablando—sé que fue estúpido, pero pensé... yo pensé que si lo besaba iba poder tener algo de normalidad en mi vida.

—¿Me estas diciendo que pensabas que el ponerle los cuernos a Sana te traería normalidad a tu vida?—cuestionó Jeongyeon incrédula. A pesar que a simple vista parecía que estaba actuando de forma borde con Tzuyu, realmente quería entender sus acciones para poder ayudarla, pero rápidamente Jihyo se giró haciéndole una señal con su mano para que saliera del baño—...—se iba a negar, al igual que ella tenía el mismo derecho de escuchar las palabras de la menor del grupo, pero la pelimorada dio un paso hacía su dirección—bien, estaré cuidando la puerta—obedientemente abandonó la habitación.

Tzuyu relamió sus labios tomando asiento en el suelo apoyando su cabeza contra el borde del lavamanos mientras que abrazaba sus piernas; si era sincera estaba agotada, ¿Por qué las cosas no mejoran? y ese era uno de los más grandes cuestionamientos que no abandonaban su cabeza, ¿Por qué? ¿Por qué? siempre la misma maldita duda sin respuesta. Con cuidado Jihyo se sentó a su lado manteniéndose en un completo silencio, esperando con suma paciencia a que la castaña diera el siguiente paso: obviamente no iba presionarla, le daría su tiempo hasta que se sintiera cómoda para hablar de una buena vez bien el tema.

—Su corazón se detuvo y yo en vez de aceptarlo simplemente obligué a su doctor a que la reanimara—confesó apoyando su mentón sobre sus rodillas mientras que en un completo silencio las lágrimas descendían—ella no quería vivir—murmuró sintiendo esa conocida espina clavaba en su corazón que tanto daño le estaba causando—pero yo fui lo suficientemente egoísta para obligarla a mantenerse a mi lado a pesar que ella no lo quería—una gran parte de ella comenzaba a odiar la decisión que había tomado, porque era consciente que Sana había tenido su oportunidad de descansar, y ella cruelmente se la arrebató por estar pensando en sus propios sentimientos y no en los de su novia.

—Ella te am...

—Todo el puto mundo me dice la misma basura—gruñó logrando silenciar a la pelimorada. Con fuerza y dejando en evidencia sus ojos irritados ante el llanto observó la sorpresa plasmada en las facciones de la muchacha—si tanto me amaba, ¿Por qué mierda me dejó?—técnicamente no la había dejado, pero el testamento había dado su veredicto, y la chica quería morir por ende ya no quería estar en el mismo espacio y tiempo que ella—y~yo estaba luchando... ¿Por qué ella no luchó conmigo? ¿Por qué Jihyo? ¿Por qué no lo hizo?—cuestionó empujando sus brazos antes de que la mencionada tuviera tiempo de abrazarla; no quería la piedad de nadie, quería que la odiaran de la misma forma en que ella comenzaba a odiarse—no puedo más.

—Tzuyu.. yo sé que es difícil—aclaró la pelimorada mientras veía como la chica se colocaba de pie. 

—N~Nunca le dije lo importante que era para mí—confesó llevando sus palmas contra sus caderas comenzando a dar vueltas por la pequeña habitación sintiendo las fuertes punzadas en su cabeza por culpa del llanto anterior—nunca le dije lo maravillosa que se veía patinando—en cualquier momento perdería el control y eso Jihyo lo tenía más que claro—jamás le confesé que su sonrisa me encantaba—llevó uno de sus puños contra sus ojos restregando sus nudillos por sobre sus párpados y debajo de sus ojeras haciendo todo lo posible para retener las lágrimas que seguían con su descenso—e~estúpidamente me quedé con el hecho de que le amaba, pero nunca le expliqué el por qué lo hacía.

—Tzu...

—¡No!—aclaró con la voz rota—n~no digas mi nombre—ella realmente lo que quería decir es que no dijera su nombre si iba a comentar algo en contra de sus propias palabras, pero el dolor y la angustia por las cantidad de recuerdos que abrumaban su mente la obligaron a soltar lo primero que pensó—necesito ver a mi novia—confesó a la vez que se acercaba hacia el lavamanos tomando su pequeño bolso para luego simplemente caminar hacia la salida dejando a la aturdida pelimorada en el interior. 

Con fuerza la taiwanesa abrió la puerta observando como Jeongyeon daba un paso hacia atrás sorprendida ante la ausencia de la madera que estaba sosteniendo su espalda. Con bastante facilidad Tzuyu presionó sus palmas sobre los omóplatos ajenos dándole un sutil empujón para moverla de su sitio indicando de esa manera que no se interpusiera en su paso. Yoo frunció el ceño comenzando a seguir a la adolescente cuando se percató que la chica estaba huyendo hacia las escaleras. 

—¡¿Tzuyu?! ¡¿Qué vas hacer?!—cuestionó a la vez que comenzaba a bajar cada peldaño notando como la castaña arreglaba su bolso nuevamente sobre su hombro—¡Tzuyu!—y a pesar que trató de detenerla, una delicada mano tomó su brazo causando que toda posibilidad de alcanzar a la menciona se desvaneciera entre sus dedos.

—¡Eh Jeongyeon! Te estaba buscando—la voz de JooHyun la hizo morder su lengua—¿Me haces un favor?—frustrada la mencionada apretó sus labios posando sus ojos en la forma en que la castaña desaparecía por el primer piso, para luego simplemente centrarse en la más baja; sabía a la perfección que no le convenía tener a la delegada en su contra así que simplemente suspiró asintiendo con su cabeza.

La castaña caminó con rapidez por el pasillo, con bastante facilidad esquivó a cada estudiante que pasaba por su lado teniendo la intención de huir lo más rápido posible hacia el exterior. Con el corazón agitado y las evidentes ganas de llorar que aún estaba presente la chica alzó su mentón topándose directamente con Mark quien estaba en medio del lugar ocupando el espacio completo de la única zona donde podía escaparse. Tzuyu caminó intentando ignorar la presencia del muchacho; realmente no tenía tiempo, ni ganas de enfrentarse al chico, porque sabía que si lo hacía perdería el control y una gran oportunidad de ver a su pareja, pero para la castaña las cosas por lo general eran un completo fiasco, y hoy en particular no iba hacer la excepción. 

Tzuyu se detuvo de golpe cuando uno de los amigos de Mark agarró su brazo, ¿Qué manía tienen con tocar su cuerpo? comenzaba a odiar con bastante vehemencia que las personas se tomaran el atrevimiento de posar sus dedos sobre su piel expuesta. 

—Pero bueno... ¿A quien tenemos aquí?—el alto muchacho envolvió su brazo sobre su hombro obligando a la castaña a que su anatomía estuviese adhería a su torso. Bien, era un hecho que los hombres la incomodaban lo suficiente para hacerla sentirse pequeña, pero la molestia que cargaba encima era un más fuerte que ese sentimiento de inferioridad, así que reaccionó—woow, tiene carácter—comentó divertido luego de que la taiwanesa se hubiese liberado de su tacto dando un paso hacia delante.

—Vamos Mark, golpéame—gruñió causando que el mencionado simplemente se quedara petrificado en su sitio dejando en evidencia lo sorprendido que había quedado ante sus agresivas palabras—¿Eso querías, no? golpéame de una maldita vez—ella solo quería poder liberarse de uno de sus problemas, pero el mencionado solo se quedó quieto—¿No quieres? bien, entonces deja de joderme.

Jackson agarró el brazo de Mark antes de que el chico hubiese reaccionado yendo detrás de la taiwanesa, y a pesar que el chico se había molestado bastante por la mano que sostuvo su brazo, de todas formas su fuerza no podía ser comparada con la de su mejor amigo, así que aceptó el hecho de que la castaña nuevamente lo había humillado en publico. Tzuyu abrió las puertas con violencia saliendo con el corazón agitado mientras que uno que otro estudiante curioso posaba sus ojos en su espalda observando la forma en que la chica encorvaba sus hombros presionando sus palmas contra sus rodillas tomando grandes bocanadas de aire; aunque no lo había admitido estaba haciendo un gran esfuerzo por no romperse ahí mismo. Se quedó en esa posición durante unos segundos, para luego armarse de valor y emprender su camino en dirección de su verdadero destino.

Tzuyu caminó en dirección del hospital, como su padre le había ido a dejar no tenía su motocicleta consigo, y no estaba de humor como para pedirle el favor a Jihyo-ni mucho menos oír un reproche de su parte-, así que optó por usar sus pies. Si ya en un medio de transporte se demoraba alrededor de cuarenta a una hora llegar a su destino, a pie se demoró casi dos horas en llegar. Con el evidente cansancio reflejado en sus facciones, y el sudor deslizándose por su frente llegando hasta la quijada, la chica saludó a las mujeres en recepción, para luego seguir de largo. Sus manos sudaban alrededor de la pequeña caja de chocolate que había comprado en la tienda de siempre, si se lo preguntaban no tenía ni la menor idea del por qué lo hizo, quizás fue por culpa, quizás por impulso, quizás su parte ingenua seguía estando presente y creía que Sana estaba siendo consciente de lo que pasaba a su lado, o quizás, solo quizás, creía torpemente que el chocolate podría solucionar los problemas que seguian estando arraigados en su vida.

La taiwanesa se adentró en la habitación de Sana notando la ausencia de los padres de la chica, en silencio caminó hacia el sofá dejando su bolso en uno de los asientos, para luego caminar hacia la pequeña mesa donde terminó por dejar la cajita de chocolates. Tzuyu se sentó en la silla de siempre mirando con los ojos envueltos por las lágrimas como su novia seguia estando en la misma posición de siempre con su pecho subiendo y bajando ante el sonido de la máquina que seguía estando conectada en su boca siendo la única responsable de que la chica estuviese con vida. La castaña por impulso estiró su mano tomando entre sus dedos la palma ajena, fría, pensó mientras que el vello de su nuca se erizaba ante el drástico cambio de temperatura en sus yemas por culpa de la extremidad ajena.

—Si existe la posibilidad de que me estés escuchando, quiero decirte algo—comentó con su voz prácticamente ahogada por las ganas incontrolables que tenía por sollozar—hice una estupidez, amor—sí, se lo iba a confesar porque no podía vivir con el sentimiento de culpa que cargaba sobre sus hombros—t~te engañé...—susurró llevando su mano libre contra sus facciones mientras que sus hombros se encorvaba comenzando a llorar frente a la ex rubia—l~lo besé Sana... y no valió pena, no lo hizo—admitió agitando su cabeza en negación—una parte de mi quiere olvidarte, porque ya no puedo vivir con esto... no soy fuerte, no lo soy.

Los señores Minatozaki dejaron la puerta entreabierta cuando escucharon la confesión de la taiwanesa, ambos adultos se quedaron en silencio mirándose entre sí siendo más que conscientes que su mayor temor se estaba haciendo realidad.

—...—guardó silencio limpiando sus mejillas calientes haciendo un vano intentando por mantener la calma mientras que se daba cuenta que su novia no tenía ninguna reacción por sus palabras—p~pero la otra parte te ama lo suficiente para seguir aquí, esperándote—confesó a la vez que su pulgar se movía sobre la palma de su pareja deseando sentir o por lo menos oír una respuesta por parte de la ex rubia—te echo de menos—admitió agachando su cabeza para ver sus propias rodillas intentando el sumergir sus pensamientos en recuerdos que jamás volverán—eres el hogar que extraño, eres mi zona segura, mi refugio—murmuró con el corazón apretado sintiendo como la garganta se contraía provocando un horrible dolor que llegaba hasta sus tímpanos—nunca supe que necesitaba oir tu voz para estar tranquila, no lo noté Sana, y ahora no puedo hacer nada para poder dar marcha atrás.

Tzuyu realmente aún no había terminado de confesar todo lo que estaba pensando, aun no acababa de explicar el cómo se sentía, pero la puerta se abrió provocando que ella guardara silencio girando su rostro para ver tanto a Jicheol como a Yubin de pie, mirándola en silencio, dejando en evidencia que estaban preocupados, pero no molestos, así que ella dedujo que no habían escuchado su infidelidad.

—Tu padre te esta esperando en el estacionamiento—avisó el mayor mientras que escondía sus puños en el interior de sus bolsillos—vamos Tzuyu, te acompaño—y esas palabras fueron suficiente para que la mencionara comprendiera que él había escuchado por completo su confesión así que estaba al tanto de lo que había hecho. 

La taiwanesa caminó en compañía del señor Minatozaki mientras que el bolso que trajo consigo colgaba sobre sus hombros: en silencio la chica se mantuvo mirando el suelo intentando no tropezar con sus propios pies.

—No quiero que te atormentes por lo que pasó—Jicheol rompió el silencio que les envolvía provocando que la castaña alzara su mirada para ver su perfil notando lo calmado que estaba—como humanos buscamos a las personas que nos hacen sentir cómodos y tranquilos... estabas sufriendo Tzuyu, y buscaste la forma de apaciguar ese dolor—aclaró encogiéndose de hombros; si la taiwanesa era sincera no se esperaba esa respuesta por su parte. Con cuidado el adulto posó su palma sobre sus hombros dándole pequeños golpes en esa zona—Sana entenderá el por qué, así que deja de culparte.

—¿U~Usted me perdonó?

El adulto sonrió deteniéndose en medio del pasillo, con calma giró sobre sus propios talones mirando durante los primeros segundos en un completo silencio como Tzuyu jugueteaba con sus propios pulgares.

—Si lo hubieses hecho cuando Sana comenzó con las quimioterapias... creeme, no permitiría que volvieras a verla—confesó provocando que Tzuyu apretara sus labios temerosa por sus palabras—pero lo hiciste después de saber que ella no quería vivir, así que lo entiendo—aclaró—aunque, que te quede claro, si vuelve a pasar no te dejaré estar cerca de mi hija—como padre debía amenazar a la chica a pesar que sabía que las posibilidad de que volviera a ocurrir era prácticamente nulas.

—No volverá a pasar—aclaró Tzuyu sonando bastante firme en sus palabras, porque estaba siendo sincera.

—Lo sé. 

Ambos salieron al estacionamiento del hospital. Tzuyu se paralizó en el momento que su padre se acercó agarrando su brazo con fuerza para comenzar a arrastrarla en contra de su voluntad hacia su auto manteniendo aun en todo momento su uniforme de policía, dejando harto que desear de su comportamiento ético.

—Se acabó Tzuyu, olvidate de ver nuevamente a Sana—gruñó el hombre mientras que seguía su camino. La mencionada entreabrió sus labios jadeando ante el dolor que le estaba causando sus dedos hundidos en su piel—¿Cómo se te ocurre faltar? tu futuro es más importante que esa estúpida relación—aclaró a la vez que abría la puerta sintiendo como la mencionada se intentaba zafar de su tacto—Estas siendo caprichosa. 

—¡Y tu estas siendo un imbécil!—bramó la adolescente recibiendo por primera vez en su vida una fuerte bofetada por parte de su progenitor que la hizo dar un par de pasos hacía atrás hasta terminar por trastabillar adhiriendo su trasero contra el frío suelo de concreto.

—¡Eh!—Jicheol alzó la voz corriendo en dirección de la adolescente, con fuerza empuñó sus manos sobre la camiseta del padre de Tzuyu estampando su espalda contra el vehículo—¡¿Qué mierda haces?!—gruñó utilizando toda su fuerza para mantener al mayor en su sitio—¿Golpear a tu hija? ¿Así te vas a comportar?—y la furia desprendía tanto por sus ojos como por su boca—en vez de pegarle, deberías estar agradecido de que tu hija no esta enferma—aclaró mientras que contraía sus brazos para luego simplemente volver a estirarlos estampando de esa forma otra vez la espalda de Matthew contra su propio vehículo. 

—No te me...

—¡Me meto todo lo que yo quiera!—aclaró el adulto—y te romperé los dedos si vuelves a tocarla—amenazó soltando su prenda. Con calma se acercó a Tzuyu presionando sus palmas sobre los hombros de la chica, elevando a la pobre con bastante facilidad del suelo—ven.

Y Matthew no fue capaz de interferir, el hombre se quedó ahí, quieto, observando como el contrario abrazaba a su hija y la volvía a ingresar en el hospital.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro