Día de piscina
Narrador omnisciente:
Luego del incómodo momento que Tzuyu vivió con su nueva vecina esta no dudó en escabullirse en su habitación manteniendo las cortinas cerradas intentando no volver a toparse con esa extraña rubia. La castaña se quedó encerrada en su metro cuadrado, ni siquiera había puesto música extrañando por completo a sus padres, tan solo se recostó en su colchón revisando su teléfono sorprendiendose de que, la compañía de su internet ya hubiese llegado para arreglar el error de su hermana mayor. Matthew el padre de Tzuyu miraba a su esposa para luego posar sus ojos en Mina notando como su hija mayor seguía comiendo de su plato untando el contenido de este una gran cantidad de salsa de tomate ajena al hecho de que Tzuyu ni siquiera había salido de su cuarto. El hombre suspiró luego de haber comentado que sería una buena idea de que la pelinegra fuera a ver a la menor, pero cuando esta se negó rotundamente a llamar a Tzuyu él simplemente tomó la mejor decisión.
Era un poco extraño el hecho de que, como adultos no fuesen capaces de hablar con su propia hija, y no es que fuesen malos padres, porque no lo eran, simplemente conocían el carácter de Tzuyu, y lo que menos querían era discutir con ella. Así que Matthew llamó a Jihyo siendo consciente que ella era la única capaz de control a la bestia que tenía de hija. Una chica de cabello morado se adentró en el hogar de los Zhou con una bonita sonrisa, con calma saludó a todos los presentes para luego simplemente caminar hacía la habitación de su mejor amiga.
La primera sorpresa que Jihyo se llevó al girar la manilla fue el darse cuenta que esta se encontraba sin seguro. La coreana ya pensaba lo peor, se hizo una imagen mental de una Tzuyu fermentando bajo las sábanas con el cabello completamente aceitoso y el rostro demacrado, pero cuando abrió la puerta supo que había sucedido algo mucho peor; su vieja amiga había limpiado su habitación, ya no había más ropa regada por el suelo, su cama estaba completamente ordenada, los libros que tenía pareciera estar ordenados por títulos y el olor a desinfectante había penetrado sus fosas nasales dando entender que, el toc de su vieja amiga nuevamente había vuelto.
—Oh no... mi bebé, ¿Quién te lastimó?—exclamó Jihyo cerrando la puerta detrás de ella para caminar donde la alta castaña sorprendiendo a la misma—¿Quién fue el responsable de este gran cambio?—cuestionó tomando asiento mirando como Tzuyu simplemente fruncía el ceño quitándose sus audífonos para escuchar lo que sea que su amiga estaba comentando con tanta preocupación—cariño ¿Estás cerrando ciclos? ¿Por eso el cambio?
—¿De qué estas hablando?—preguntó Tzuyu confundida—¿Por qué me estas tocando? —cuestionó sintiendo cómo la pelimorada estaba tocando sus mejillas: prácticamente estaba estrujando su piel—no me toques—gruñó como siempre girando con fuerza su rostro. Cuando sus ojos se posaron en las facciones de Jihyo, los primeros segundos no había podido comprender que le sucedía, pero cuando la chica se puso de pie caminando hacía la ventana supo que las cosas se malinterpretaria—¡No abras la cortin...!—su exclamación murió al observar como, la pelimorada con bastante facilidad permitia que la luz solar ingresara en la habitación ajena.
Jihyo miró por sobre su hombro como Tzuyu se había puesto de pie corriendo hacía su dirección, confundida sintió las manos de la más alta rodeando su cintura queriendo de alguna forma el poder alejarla de la ventana, causando que, rapidamente girar su rostro para ver el exterior.
—Uy, no recordaba a Hyunah rubia y joven—comentó la pelimorada en el instante que observó cómo, desde la habitación de enfrente se veía una chica delgada con solo una ajustada ropa deportiva cubriendo su atractiva figura, ella saltaba la cuerda ajena al par de ojos que tenía detrás de ella—que buenas vistas, ¿Por qué te lo pierdes?—cuestionó confundida dando un paso hacía atrás girando su rostro para ver como Tzuyu no tardaba en volver a balanzarse contra su anatomía tomando con fuerza el borde de la cortina cerrando de esta para que la imagen de Sana no estuviese otra vez atormentando sus pensamientos—oh... ¿Todo bien?—cuestionó divertida—pareces asustada, ¿La nueva ya te intimidó?
—¿Ah? no, ¿Qué estás hablando? no quería que me llegará el sol—comentó Tzuyu cruzándose de brazos intentando demostrarse serena, pero solo logró causar la risa en la mayor—¿De que te ries? hablo en serio, el sol lastima mi piel.
Jihyo al escucharla rió con más fuerza a la vez que caminaba hacía la cama recostandose en esta, mirando de forma burlesca como Tzuyu había apoyado su espalda contra la pared intentando verse tranquila, pero era notorio el hecho de que estaba nerviosa.
—Bien—respondió sin más mirando hacía los lados intentando pensar en algo—¿No tienes calor?—cuestionó de repente, tomándose el atrevimiento de levantarse del colchón caminando en dirección del mueble de la castaña—deberíamos bañarnos, la piscina debe estar fresca—comentó abriendo uno de los cajones sacando su propio traje de baño para luego tomar el negro de Tzuyu—¿Haz hablado con Taehyung?—cuestionó recordando vagamente como el coreano intentaba tener una cita con la más alta, pero esta se negaba rotundamente a estar a solas con el pelinegro.
—Es un buen chico, pero no estoy interesada en eso—respondió Tzuyu caminando hacía la coreana, se conocían hace bastante tiempo, en realidad sus padres se habían conocido en la juventud, así que, prácticamente habían nacido juntas—además, sabes que no se me da bien el mentir así que lo haría sufrir a la larga... Mejor matar sus esperanzas de inmediato.
La castaña sin ningún tipo de pudor se quitó su camiseta y brasier manteniéndose a espaldas de la pelimorada, con calma envolvió la parte superior de su traje de baño sintiendo los dedos fríos de Jihyo rozando su piel intentando amarrar ambas puntas para que nada extraño quedase expuesto cuando estuviesen en el interior de la piscina, ambas comenzaron a desvestirse manteniéndose de espaldas-la única vez que Tzuyu se giró fue para ayudar a la contraria a que su traje de baño estuviera bien puesto-el resto de los minutos estuvieron en un completo silencio sintiéndose a gusto con la compañía de la otra. Cuando terminaron salieron de la habitación, la pelimorada se mantuvo hablando animadamente sobre su relación con Daniel mientras que Tzuyu simplemente fingía el estar escuchando, los ojos de la castaña se encontraron con los de Nayeon, ¿Es que ella no tiene casa? se cuestionó en sus pensamientos sintiéndose molesta por la forma en que la chica le había escaneado haciendo un sutil guiño para luego simplemente elevar sus pulgares dando su aprobación. Su hermana mayor apareció en su campo de visión, se veía sorprendida.
—¿Qué?—cuestionó Tzuyu de forma borde observando como Mina simplemente se encogía de hombros tomando asiento al lado de su novia dejando su brazo derecho puesto perezosamente sobre los hombros de Nayeon causando que esta, con comodidad se acostara sobre su pecho.
Jihyo rió entre dientes caminando por el corto pasillo para salir hacía la parte trasera de la casa mientras que la castaña le seguía el paso, entre sus manos llevaban una toalla cada una, Tzuyu estaba tan sumergida en que pasaría tiempo de calidad con su mejor amiga que, prácticamente había olvidado a su nueva vecina. Hasta ella misma se había sorprendido de su actitud, jamás nadie le había puesto tan nerviosa como lo logró aquella rubia con una simple mirada, aunque quería creer que esto era culpa de Hyunah, ella me hizo asustarme, pensó deseando creer aquello-si la mujer no hubiese insinuado que el amor llegaría, posiblemente ignoraría la presencia de la nueva inquilina- una parte de su interior le decía que no era así. Tzuyu salió sintiendo el corto césped acariciando la planta de sus pies, con los labios apretados observó como Jihyo, con bastante sutileza se lanzaba al agua perdiéndose en su interior para luego, con una total elegancia asomar su cabeza con sus palmas puesta en su húmedo cabello dejando este peinado hacía atrás.
Si Tzuyu fuese lesbiana, y Jihyo estuviese a sus alcances, lo más seguro que, ahora mismo estaría perdidamente enamorada de la pelimorada. La castaña dejó su toalla sobre uno de los asientos para luego simplemente cruzarse de brazos observando como la pelimorada se mantenía moviendo sus brazos para continuar en su sitio.
—¡Vamos Tzuyu!—la animó Jihyo elevando sus brazos para luego golpear con sus palmas la capa de agua queriendo empapar a la mencionada, pero esta simplemente retrocedió intentando ocultar su trabajo abdomen entre sus brazos—¡Ahora te haces la tímida!—ella estaba disfrutando bastante ver a la más alta completamente sonrojada.
Tzuyu elevó su dedo corazón, dando otro paso hacía atrás dispuesta en regresar a su habitación, pero se vio gratamente sorprendida de sentir unas frías palmas envolviéndose entre sus costillas y muslos alzando su cuerpo del suelo. Ella gritó aterrada, por acto reflejo comenzó a moverse aunque, ni siquiera tuvo tiempo de poder defenderse cuando ya había caído en el interior de la piscina. Su cuerpo se hundió por completo, el agua entró por su fosas nasales y garganta como si fuese oxígeno en vez de agua causando que, cuando tuvo la oportunidad de salir a la superficie comenzó a toser y estornudar escuchando de fondo como Jihyo se reía, siendo acompañada por la risa de Mina y las fuertes carcajadas de Nayeon.
Tzuyu agitó su cabeza alzando su mentón para ver a su hermana mayor riendo con sus dos manos puesta sobre su abdomen expuesto.
—¡Zhou!—gritó la castaña nadando hacía la orilla causando que, la pelinegra diera un paso hacía atrás para luego simplemente correr en dirección de su novia intentando cubrirse—¡Ven aquí cobarde!—se notaba lo enfada que estaba.
Cuando la castaña salió no dudó en correr tras su hermana. Mina al darse cuenta que Tzuyu no dudaría en tumbar a Nayeon prefirió huir por el largo pasillo de césped que daba hacía la parte principal de la casa. Sana en silencio veía desde su ventana como sus nuevas vecinas corrían en círculo alrededor de su hogar, una voz bastante aguda resonaba suplicando a que la otra la dejase en paz. La rubia rió llevando su dedo pulgar contra sus dientes mirando con fascinación como la bonita castaña que había visto en la mañana se movía con bastante agilidad queriendo atrapar a la pelinegra más baja, pero al parecer ninguna de las dos estaba dispuesta en darse por vencida. La mirada de Sana se fue en dirección de la piscina en el instante que sintió que alguien le veía, avergonzada no tardó en esconderse al percatarse de aquella pelimorada que le veía tan fijamente.
Tzuyu con bastante facilidad logró tumbar a su hermana lanzándose hacia su dirección, con fuerza envolvió sus brazos sobre sus piernas mandando el cuerpo delgado de la mayor contra el césped. Mina se quejó comenzado a moverse lanzando manotazos y patadas queriendo que la menor se alejase de su cuerpo, pero Tzuyu con brusquedad tomó sus tobillos y comenzó a arrastrarla hacia la piscina sin importarle el hecho de que seguía quejándose. Nayeon quiso interferir para salvar a su novia de las garras de la más alta, pero antes de tener siquiera la posibilidad de poder tocar a la castaña, ya se encontraba en el césped siendo arrastrada por Jihyo, quien, con bastante facilidad le había tumbado sosteniendo sus tobillos para llevarla en dirección de la piscina. Al final el Minayeon quedó en el interior del agua, una se quejaba por su labial corrido mientras que la otra simplemente intentaba quitarse el agua en el interior de sus oídos.
Tzuyu y Jihyo comenzaron a reír, ambas se miraron para luego elevar sus palmas chocando los cinco. La castaña y la pelimorada se quedaron viendo como Nayeon les insultaba estrujando su cabello mientras que Mina simplemente le veía con una boba sonrisa impregnada en sus facciones. Los ojos de la más alta se posaron en la coreana, la maldad brotó en ella con una rapidez que, Jihyo ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar antes estar en el aire sostenida por los brazos de la castaña. La pelimorada comenzó a gritar moviendo sus piernas con fuerza a la vez que, Tzuyu simplemente trotó hacia la piscina queriendo lanzarla, aunque calculó bastante mal a decir verdad, ya que, terminó en el interior igual de empapada que su acompañante.
Jihyo al salir hacia el exterior no dudó en golpear el hombro de la castaña causando que esta se quejase por la fuerza que ejerció contra su brazo desnudo. Tzuyu frunció el ceño mirando de manera ofendida a la coreana que simplemente tenía las cejas juntas observando su rostro demostrándose completamente a la defensiva, velozmente la contraria le devolvió el golpe escuchando como la muchacha le insultaba. No tardaron en comenzar a luchar intercambiando los golpes en sus brazos por el agua sobre sus rostros. El Minayeon en cambio simplemente les estaba observando desde una de las esquinas de la piscina intentando que el agua que ambas menores estaban salpicando hacia los lados no les llegara, Mina se encontraba con su espalda apoyada con el borde de piedra sintiendo el cuerpo de su novia adherido a su torso, Nayeon estaba con sus piernas envuelta en las caderas de su pareja mientras que sus brazos se hallaban alrededor de los hombros de la contraria.
Luego de un par de minutos más donde el agua estuvo salpicando hacía todas las direcciones, ambas adolescente terminaron completamente agotadas mirándose entre sí, las gotas se resbalaban por sus húmedos cabellos causando que, tuvieran que verse con sus párpados entrecerrados sintiendo como, hasta sus pestañas estaban empapadas. El Minayeon en cambio se miraron entre sí para luego volver a colocar toda su atención en las dos adolescentes.
—Jihyo tiene novio, ¿Verdad?—susurró Nayeon contra la oreja de su pareja mientras que su dedo pulgar se deslizaba provocativamente por el mentón contrario sintiendo como esta rapidamente asentía con su cabeza—lastima.
—Lastima—utilizó las mismas palabras dándole toda la razón, sintiéndose avergonzada ante la forma en que su novia había estrujado sus mejillas para luego plantar sus húmedos labios sobre sus cerezos.
Tzuyu arrugó el puente de su nariz asqueada por lo que había visto cuando posó sus ojos en su hermana, rápidamente tomó la decisión de nadar hacia el borde de la piscina apoyando sus codos sobre el borde de piedra, escuchando como Jihyo le seguía ganándose a su lado; ambas se quedaron mirando la entrada trasera del hogar Zhou.
—¿Haz hablado con Jeongyeon?—preguntó queriendo entablar un tema de conversación, siendo consciente que, la discusión entre la pelona y la castaña al parecer seguía vigente—tomaré tu silencio como un no—murmuró apoyando su mentón sobre su palma girando su rostro para ver como Tzuyu simplemente había suspirado arreglando su húmedo cabello para dejar su atractivo rostro completamente expuesto para esa mirada curiosa fija desde la casa de al lado.
Jihyo sonrió con cierta curiosidad posando su mirada en la misteriosa rubia quien les veía desde la ventana que daba a la habitación de la castaña, ¿Quien eres? pensó alzando una de sus cejas logrando que la desconocida se sonrojada escondiéndose nuevamente detrás de la cortina, adorable, pensó manteniendo sus comisuras alzadas.
—Jeongyeon es una idiota, siempre la he molestado con Jimin, no tenía por qué enojarse tanto—aclaró Tzuyu ignorando olímpicamente el hecho de que, la pelimorada ni siquiera le estaba mirando—a veces creo firmemente que le gusta—admitió girando su rostro para ver como Jihyo simplemente sacudía su cabeza en negación.
—Quizás en algún momento le pudo gustar, pero como ahora todo el mundo los molesta, solo siente repulsión por Jimin... y estoy casi segura que él siente lo mismo—aclaró Jihyo encogiéndose de hombros causando que, la castaña simplemente suspirara—tranquila, sabemos como es la pelona, se le pasará—le aclaró estirando su mano para darle un par de palmadas contra su hombro—aunque creo que es momento que dejemos el tema de Jimin de lado, no queremos que ella vuelva a cambiar.
Cuando la conocieron, Jeongyeon le gustaba mantener su cabello corto ya que largo solía incomodarle bastante, pero cuando unas chicas menores que ella comenzaron a llamarle con el estúpido apodo "oppa" ella se sintió lo suficientemente mal para querer remediar aquello, así que, desde ese día que ha intentado mantener su cabello lo más largo posible, para no ser confundida por un chico. Tzuyu suspiró asintiendo con su cabeza recordando ese horrible tiempo.
—Cuando le vea le pediré perdón—confesó la castaña para luego simplemente salir presionando sus palmas en el borde de las rocas apoyando todo su peso en estas extremidades. Con bastante facilidad salió de la piscina escuchando como el agua abandonaba su cuerpo—¿Irás donde Daniel?—cuestionó a la vez que caminaba hacía la silla tomando entre sus dedos su toalla para comenzar a secar su torso.
—Si... su hermano menor está de cumpleaños, no puedo faltar—admitió Jihyo saliendo de la piscina, dejando en exhibición su trabajo cuerpo mientras que el Minayeon estaba lo suficientemente entretenidas metiéndose las lenguas hasta la garganta como para tomarse la molestia de ver que estaba sucediendo a su alrededor—por cierto—se le acercó apoyando su húmeda palma sobre el hombro ajeno acercándose a la castaña para colocarse de puntillas intentando llegar a su oreja—la nueva vecina no te ha quitado los ojos de encima—susurró viendo con satisfacción como Tzuyu impulsivamente giraba su rostro hacía la derecha notando como, ahí no había nada—caiste.
—Te detesto—gruñó Tzuyu avergonzada empujando desde el estómago a la pelimorada para tener nuevamente su espacio personal.
Jihyo comenzó a reír observando como la castaña envolvía la toalla alrededor de su cintura caminando nuevamente hacia su hogar, quedando en evidencia lo furiosa y malhumorada que había quedado por su pésima broma, mientras que Sana, con mucho cuidado asomaba nuevamente su cabeza para ver por la ventana como la pelimorada seguía mirando hacía su dirección.
—¡¿Sana, te tomaste tu medicina?!—su madre cuestionó desde la primera planta provocando que, la mencionada no tardara en alejarse de la ventana para caminar hacia su mesita de noche tomando uno de los tantos frascos que tenía en su poder sintiendo como todos sus ánimos decayeron del solo hecho de pensar que tenía que seguir medicándose.
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