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Cita

Narrador omnisciente;

La mañana de Tzuyu había transcurrido con bastante rapidez, al despertar lo primero que hizo fue ir al baño encargándose de sus necesidades básicas para luego volver a su habitación donde se vistió con lo que primero encontró, de manera impulsiva caminó hacia la ventana mientras que, entre sus palmas sostenía la toalla intentando secar su cabello, se detuvo al llegar a su destino, con cierta curiosidad observó cómo, desde el hogar ajeno se podía apreciar gran parte de la zona confort de Sana, aunque no quedaba rastro aparente de que ella estuviese rondando por esas cuatro paredes así retrocedió. 

La castaña desayunó con rapidez ignorando casi por completo la presencia de Nayeon que estaba frente a ella, como era de esperarse la coreana comenzó a molestarla para luego pasar a bombardearla en preguntas comprometedoras que ella no respondió-no le daría el gusto a la joven Im a saber lo que había sucedido-, pero como ella la ignoraba solo empeoró la atención que la más baja le estaba constantemente brindando; como era de esperarse Nayeon terminó por sacarla de sus casillas, así que se puso de pie dejando el plato a medio terminar, para luego caminar hacía la puerta. Tzuyu se despidió de sus padres cuando escuchó el claxon del auto de Jihyo sonando desde la calle, velozmente se deslizó por el umbral de la puerta observando como su mejor amiga apoyaba su brazo en el borde de la puerta aunque su atención se fijó en cómo Jeongyeon sacó su cabeza por la ventana de los asientos atrás, haciéndole una señal con sus manos para se apurara. 

EL viaje fue tranquilo, aunque en más de una ocasión Jeongyeon bromeó respecto a Sana y la falsa relación que ella tenía con la chica, pero como era de esperarse Tzuyu la silenciaba lo suficientemente rápido para que la estupidez no continuará deslizándose por sus labios, permitiendo que la peliazul ahora molestase a Jihyo logrando que solo el joven Daniel se avergonzara por sus palabras. Cuando llegaron, Tzuyu caminó hacia la única clase que compartía con Jihyo, mientras que Jeongyeon prácticamente arrastró al silencioso Daniel, para no estar sola. 

Ahora se encontraba en medio de su clase de educación física, jadeante la muchacha apoyó sus palmas contra sus rodillas manteniéndose en esa posición mientras que podía sentir como el sudor se deslizaba por su cuello acomodándose sobre los huecos de su clavículas ante el largo trote que había hecho alrededor de la institución; al parecer había sido la primera en llegar, así que luego de recomponerse no dudó en caminar hacia las gradas donde tomó asiento en el primer escalón de madera. Tzuyu relamió sus labios arreglando su cabello para tomarlo en una coleta alta permitiendo que su mayor complejidad quedase expuesta-no le gustaba usar coletas porque sus orejas se veían más grande de lo que eran, y la gente solía molestarla por eso-, pero el calor era lo suficientemente sofocante para tomarse la valentía en dejar su cuello y su rostro libre de mechones de cabellos. 

La castaña jadeó apoyando su espalda contra el borde del escalón siguiente al suyo, en silencio observó como Taehyung apareció en su campo de visión con unos pantalones cortos que le quedaban igual de grande que su camiseta, pero no dijo nada al respecto porque toda su atención se había ido directamente a su cabeza notando como, al tener el cabello ligeramente largo se había hecho una cómica coleta-aunque más parecía estos amarres que se les hace a las bolsas de basura-, rió entre dientes mientras que observaba como el chico se sentaba a su lado entregando su botella; él prefería que ella se hidratara primero, era adorable. Tzuyu agradeció con una tímida sonrisa provocando que el coreano sonriera en grande orgulloso por su pequeña acción, en silencio el muchacho se cruzó de brazos observando el lugar para luego posar sus ojos en la más alta notando como ella bebía con tranquilidad.

—Me gusta como te queda—comentó el coreano apuntando su coleta alta—eres bonita, no deberías ocultarlo con tu cabello—aclaró encogiéndose de hombros mientras que estiraba su mano aceptando nuevamente su botella a la vez que escuchaba como la chica susurraba ese adorable "gracias".

A cada pocos minutos los demás estudiantes comenzaron a llegar, como también la presencia de aquella rubia que llevaba días rodando en su cabeza. Tzuyu dejó de escuchar las palabras de Taehyung para centrarse plenamente en la forma en que Sana caminaba con unos bonitos pantalones cortos adheridos a sus caderas acompañada por una camiseta negra, llevaba el cabello amarrado en una alta coleta, y a diferencia de ella, se veía bastante bien, así que inevitablemente más de alguno no dejaba de verle. La japonesa caminó por el largo gimnasio y a pesar que la castaña le estaba siguiendo con la mirada en ningún momento hicieron contacto visual, y muy internamente Tzuyu agradecia que aquello no hubiese ocurrido, Sana caminó en dirección del jadeante Mark que se encontraba tirado en el suelo intentando recuperar el aliento, con calma la rubia se arrodilló a su lado entregando de manera preocupada una botella de agua provocando que Tzuyu no fuese capaz de quitarle los ojos de encima sintiéndose molesta por saber que el muchacho no tardaría en dañarla como lo había hecho con las anteriores chicas que mostraron interés en él. Rápidamente una sudorosa Momo invadió su campo de visión, con calma la chica se acercó a la parejita tomando asiento al lado de la rubia, ante el cansancio la chica apoyó su mejilla contra el hombro de Sana, y a pesar que era bastante desagradable el sudor que las personas desprendian la japonesa no se veía afectada por eso, en realidad sonrió comenzando a hablar de manera animada con ambos chicos. 

La piel de Tzuyu se erizó por completo en el momento que sintió los cálidos dedos de Taehyung deslizándose por su nuca moviendo de manera circular por sobre el hueso de su columna vertebral, y creyó que sentir su tacto sería lo suficientemente incómodo para repelerlo y volver a poner toda su atención en su profesor que no tardaría en llegar con el resto del grupo, pero su corazón sufrió un caliente latigazo que la hizo sentirse pequeña e indefensa ante la forma en que Sana había atrapado su mirada con aquellos hipnotizantes ojos avellanas; la rubia se quedó sentada en el suelo con sus palmas posadas sobre sus muslos y sus ojos fijos en el rostro de la castaña ignorando olímpicamente la conversación que tenían animadamente Momo y Mark. Tzuyu tragó saliva girando su rostro para ver como Taehyung le había sonreído deslizando esta vez su pulgar hacia su mentón, manteniéndose en todo momento con una mirada inquisidora, como si estuviese esperando una respuesta por su parte. 

Tzuyu relamió sus labios mientras que Taehyung se quitaba su graciosa coleta dejando su cabello al aire libre, permitiendo que sus rizos quedaran aún más marcados ante el sudor que se deslizaba por su cuero cabelludo. La mirada de la muchacha volvió a estar posada en Sana, percatandose como la chica había fruncido el ceño justo en el momento que el coreano había presionado su palma sobre su hombro derecho deslizando su antebrazo hasta tocar con sus dedos su brazo izquierdo. Tzuyu sintió como el cálido aliento del coreano chocaba contra su mentón cerca de su oído, así que supuso que le había dicho algo que, ella realmente no logró escuchar al estar pendiente de aquella rubia de personalidad tosca y actitud maleducada.

—C~Claro—respondió la castaña ante el manojo de nervios que estaba hecha por la incómoda y sofocación que estaba viviendo por la presencia del coreano y la rubia. De manera improvista sintió los labios del Taehyung chocando contra la comisura de sus labios provocando que, de manera instantánea volviera a colocar toda su atención en Sana notando como ella había apretado los labios para luego simplemente girar su rostro posando sus ojos en otra dirección.

Tzuyu apretó sus puños ante la indiferencia por parte de la rubia, ni siquiera debería importarte, pensó girando su rostro para ver como los bonitos ojos de Taehyung brillante ante la emoción, y no pudo evitar sentir lástima ante la carencia de emoción por su parte.

—Pasaré por ti a las ocho—avisó mientras que presionaba sus palmas a cada lado de sus mejillas, permitiendo que sus ojos se quedaran fijo en sus facciones, mirándola con un cariño y adoración que no pudo evitar el entreabrir sus labios para declinar la oferta sintiéndose culpable por estar ilusionando de esa manera al muchacho, pero antes de poder siquiera tener la oportunidad de hacerlo él se puso de pie al oír el sonido del silbato indicando que debían correr hacia el medio del gimnasio.

Tzuyu no podía creer que realmente se estuviera arreglando para la ocasión; luego de que sus clases finalizarán no volvió a ver a Sana ni mucho menos a Taehyung y eso la tranquilizó bastante. Las cosas habían cambiado para ella, sin la presencia de la rubia posiblemente no estaría tan nerviosa por la cita con el coreano, quizás hasta estaría entusiasmada con la idea de estar a solas con él porque a fin y al cabo le agrada Taehyung, y no le molestaría el tener algo con el muchacho, obviamente lo dejaría antes de tener algún tipo de sentimiento más allá de lo pasajero por él, pero ahora que la rubia estaba lentamente adentrándose en su vida, y ella no era capaz realmente de detenerla sentía que todo se había complicado gradualmente. La castaña suspiró a la vez que se veía frente al gran espejo que tenía en su habitación, en silencio terminó de deslizar la plancha por su cabello observando lo bien que le quedaba el cabello lacio- no era por ser egocéntrica, pero ella creía firmemente que todo le quedaba bien-. Tzuyu sonrió mirando detalladamente cómo iba vestida; llevaba unos pantalones negros con rayas blancas bastante holgados, y una camiseta blanca, era algo casual para el gusto de la castaña, pero se veía bien, se sentía satisfecha.

El timbre sonó, causando que Tzuyu rapidamente terminara de alistarse ignorando por completo aquella rubia que le veía desde su habitación con el pequeño frasco en sus manos. Sana suspiró en el momento que observó como la castaña huía de su zona confort, en silencio cerró la cortinas para luego simplemente darle la espalda colocando toda su atención en el pequeño frasco que sostenía en una de sus palmas, en algún momento dejaran de hacer efecto, pensó siendo consciente que le aterraba que ese momento llegase a suceder, porque no estaba preparada para volver a vivirlo, y sabia casi a la perfección que esta vez no sería tan fuerte; mentalmente no lo sería. Los bonitos ojos avellanas que Sana poseía rapidamente se llenaron de lágrimas al recordar lo boba que fue al olvidar el hecho de que ella no era normal, jamás sería como esa tal Jihyo o el tonto chico de sonrisa cuadrada que constantemente se llevaba la atención de su peculiar vecina con un mal carácter, no eres como ellos, se recordó a la vez que abría el frasco con sus manos temblorosas sacando una de las pastillas rojas para llevarla contra sus labios sintiendo el amargo de esta envolviendo sus papilas gustativas.

Para la suerte de Taehyung, Tzuyu apareció interponiéndose entre él y el canoso hombre impidiendo que fuese devorado vorazmente en preguntas por parte del intimidante señor Zhou quien seguía viéndolo como un león ve a su presa antes de atacar directo a la yugular. El pelinegro sonrió nervioso mientras que la castaña rapidamente presionaba sus palmas contra sus hombros y lo obligaba a girarse alejándose de toda posibilidad de tener una incómoda conversación con su padre, porque no era necesario-realmente no lo era-. Ante su forma de actuar el coreano no le quedó de otra que soltar ese fuerte "La traeré antes de la doce señor Zhou" siendo consciente que debía ganar de alguna manera puntos con aquel hombre cascarrabia.

Al llegar al vehículo de Taehyung, el chico no dudó en abrir la puerta del copiloto usando el viejo truco de conquista, obviamente aquel movimiento no pasó desapercibido para la castaña que estaba viendo detenidamente cada acción que él cometía, aunque no dijo nada al respecto para no arruinar la salida;  ella simplemente sonrió y se metió observando como el pelinegro cerraba la puerta para luego trotar alrededor de está intentando acortar lo más posible el tiempo que no estaba a su lado. Al entrar Taehyung presionó sus palmas contra el volante mientras que sus ojos estaban fijos en Tzuyu.

—T~Te ves... tu, te ves fantástica—halagó sintiendo su palmas sudar alrededor del cuero del volante logrando que los nervios emanaran por sus poros. Tzuyu al escucharlo simplemente sonrió en forma de agradecimiento—...—rió de manera impulsiva, a la vez que agachaba su cabeza dándole un aspecto adorable—lo siento, tu presencia me coloca de los nervios.

—No te preocupes—Tzuyu rapidamente intentó aligerar el ambiente con aquella respuesta, mientras que, con calma se colocaba el cinturón de seguridad deslizando el material por su pecho para terminar enganchando este en el costado de su cadera—¿Dónde me llevarás?—preguntó posando por unos segundos la vista fuera del vehículo para luego volver a colocar toda su atención en el muchacho siendo consciente que, estaba por comenzar su cita con él.

El pelinegro al escucharla sonrió mientras que encendía el motor.

—Sorpresa—canturreó el coreano manteniéndose bastante animado para el gusto de la muchacha.

¿Este era el momento donde Tzuyu debía admitir que odiaba las sorpresas?. La castaña sonrió con falsedad para luego simplemente cruzarse de brazos observando como el chico comenzaba a manejar alejándose de su villa, ella no quería actuar de manera irrespetuosa con el coreano, pero si él no le decía en los próximo minutos a dónde se dirigían posiblemente sacaría lo peor de su personalidad. Taehyung con calma estiró uno de sus brazos encendiendo la radio, la música sonó por los parlantes, pero estaba a un volumen considerablemente bajo, así que si querían conversar lo podrían hacer sin mayores complicaciones. Al parecer el joven Kim entiendo la indirecta en su silencio, ya que entreabrió sus labios en el momento que se detuvo frente al semáforo en rojo.

—Compre un par de pizzas—confesó apuntando con su pulgar hacia los asientos traseros mientras que sus ojos seguían estando fijos en la forma en que Tzuyu le veía—estamos por llegar.

Y no, Kim Taehyung no entendió la indirecta de su silencio. Luego de unos minutos el pelinegro se metió por las calles más alejada del bullicio de la ciudad, con curiosidad la castaña se inclinó en su asiento observando el lugar en penumbras, por muy extraño que pareciera no estaba asustada, quizás se debía a que conocía al coreano para saber que, ni siquiera era capaz de matar un insecto sin gritar como la nena que era, o porque sabía que él la amaba lo suficiente para saber que no sería capaz de herirla. Tzuyu posó sus palmas sobre sus muslos al mismo tiempo en que él detenía el vehículo frente a un edificio con las puertas rayadas con pinturas callejeras indescifrables.

—Ven—el chico habló saliendo del vehículo sin antes llevarse consigo las pizzas. En silencio el muchacho rodeó su auto abriendo la puerta de la castaña para ayudarla a salir—se que te gustará—y él se veía bastante seguro de si mismo y esa la desconcertó. Con rapidez ambos caminaron hacia la puerta, Taehyung sacó una llave de su bolsillo y la metió en la cerradura girando su muñeca para desbloquear la puerta —adelante—comentó haciendo una ademan con su mano libre. 

Tzuyu ingresó sintiéndose nerviosa ante la oscuridad del lugar.

—¿Q~Qué es este sitio?—preguntó la castaña escuchando como la puerta se cerraba detrás suya, para luego oír como Taehyung caminaba por la habitación.

—Posiblemente tu nuevo lugar favorito—admitió Taehyung enciendo el interruptor. Tzuyu cerró sus párpados ante la sorpresiva luz que lastimó su retina, aunque rapidamente se acostumbró a esta, observando el lugar completamente fascinada—como tu motocicleta está estropeada, pensé que te gustaría arreglarla—confesó llevando sus dedos a su nuca en una actitud de inseguridad total—hablé con el novio de mi hermano, y me dijo que no le importaba ayudarte con tu moto... supongo que entre motociclistas se entienden—aclaró encogiendose de hombros, como si no fuese la gran cosa para él lo que acababa de hacer.

Tzuyu entreabrió sus labios, era una maravilla, el lugar por completo estaba adornado con sus propios gustos-se sentía en el paraíso-. Emocionada la castaña caminó hacia las motos que estaban en el lugar, atemorizada por no querer estropear nada deslizó sus dedos por la pintura brillante en ellas sintiéndose como una niña pequeña en un parque de diversiones. Taehyung sonrió caminando hacia el pequeño comedor improvisado, con calma el chico sacó un par de platos  para recalentar lo que había comprado mientras que oía las exclamaciones de sorpresa por parte de su acompañante.

—No esperaba esto—confesó Tzuyu mirando con cariño cada modelo que estaba en el interior del local. Emocionada giró su rostro observando como el coreano simplemente se mantenía con las comisuras alzadas demostrándose bastante alegre por su felicidad—Tae...—a duras penas se alejó de las motocicletas para caminar hacia el mencionado notando como este giraba su torso. Ahora se sentía avergonzada; él había sido un príncipe con ella, y nunca se lo agradeció—gracias—susurró presionando su palma contra el hombro del pelinegro—de verdad gracias.

Taehyung llevó su palma contra sus dedos que seguían estando posados en su propio hombro.

—No agradezcas—comentó entrelazando sus dedos con los de la chica para luego simplemente llevar aquella extremidad hacia sus labios besando sus nudillos—solo quiero verte feliz, y las motocicletas logran mi objetivo—aclaró encogiéndose de hombros—¿Pizza?—preguntó girando su torso para tomar el plato recién calentado. 

Fue bastante agradable las horas en que estuvo con Taehyung; comieron pizza hasta que sintieron que los pantalones estuvieron por reventar, rieron ante las ocurrencia de ambas partes para finalizar conociendo una parte del chico que jamás pensó que poseía-se enteró que le gustaba el teatro, él prefería mil veces pasar las tardes con su perro que salir con sus amigos, también le gustan los videojuegos y le tiene un pavor muy grande al mar-. Tzuyu no pensó que se divertiría con él, no la malinterpreten, siempre se llevó bien con el muchacho, y la incomodidad muy pocas veces estaba presente cuando estaban a solas, pero lo esencial es que se llevaban bien.

Taehyung se detuvo frente al hogar de los Zhou, el chico sonrió mirando detenidamente como ella lo veía, y lo inevitable sucedió. El pelinegro se inclinó temiendo que ella lo rechazara como había ocurrido anteriormente, pero para su sorpresa Tzuyu se había inclinado demostrando que la idea de que aquello ocurriese no le desagradaba para nada; sus narices se rozaron mientras que se veían a los ojos, permitiendo que el temor y la inseguridad quedase reflejado en ambas miradas. Luego de unos minutos el coreano tomó las riendas de la situación y realizó lo que tanto había añorado hacer, presionó con emoción sus labios sobre los cerezos ajenos sintiendo como la castaña posaba sus palmas sobre sus hombros-pero en vez de alejarlo lo estaba aceptando-, el chico suspiró entreabriendo sus labios mientras que los nervios la atacaban ante la forma en que su corazón latía en el interior de su caja torácica.

Luego de unos segundos, ambos se separaron.

—Tzuyu...—susurró Taehyung con sus labios enrojecidos y adoloridos ante la fuerza y emoción con las que se habían beso.

La mencionada se aterró al ver lo alegre que él estaba.

—Adiós—y huyó como la cobarde que era trotando hacia su hogar para luego simplemente cerrar la puerta detrás suya, sintiendo como su corazón se había acelerado, está mal, pensó siendo consciente que no podía tener sentimientos por él.

Rápidamente subió las escaleras agradeciendo el hecho de que sus padres no le hubiesen preguntado como le había ido. En silencio se encerró en su habitación, caminó en el interior hacia la ventana queriendo tomar aire fresco; debía aclarar sus pensamientos. La castaña apoyó sus palmas contra el borde de madera observando el panorama, pero el hogar de Sana llamó su atención, preocupada observó como la rubia pasaba sus palmas por sus mejillas enrojecidas para luego simplemente posar sus ojos en su dirección. Por segunda vez Tzuyu se paralizó mientras que observaba como ella se levantaba de su cama caminando hacia su dirección, la castaña entreabrió sus labios queriendo hablar, pero antes de tener siquiera oportunidad, la rubia había tomado las cortinas para luego cerrarla, dejando en evidencia el hecho de que no quería conversar. Tzuyu apretó sus labios dando un paso hacia atrás, no iba a meterse, porque sabía que Sana en vez de agradecer por el interés que demostraba tener, simplemente la trataría con bastante frialdad.

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