«Total Eclipse of the Heart»
<<Eclipse total del corazón >>
Once upon a time there was light in my life
But now there's only love in the dark
Nothing I can say a total eclipse of the heart
-Date la vuelta-
Cada cierto tiempo, me siento un poco sola,y tú nunca estás por aquí.-Date la vuelta-Cada cierto tiempo, me siento un poco cansada de escuchar el sonido de mis lágrimas.-Date la vuelta-Cada cierto tiempo me pongo un poco nerviosa,porque los mejores años de mi vida han pasado.-Date la vuelta-Cada cierto tiempo me aterrorizo un poco,y entonces veo la mirada en tus ojos.-Date la vuelta, ojos brillantes-Cada cierto tiempo, me derrumbo.-Date la vuelta, ojos brillantes-Cada cierto tiempo, me derrumbo.
Érase una vez en la que había luz en mi vida,pero ahora solo hay amor en la oscuridad,nada que pueda decir, un eclipse total del corazón.
La luna ha estado asociada durante mucho tiempo con la fantasía y la mitología; y a lo largo de la historia se han contado historias sobre ella, con numerosos individuos conectados con ella. En la antigua Grecia, había una diosa asociada a la luna, la diosa griega Selene. En la antigüedad, Selene también se representaba a menudo montada en un toro o en un carro plateado tirado por dos caballos alados. Esta carroza era utilizada por la diosa griega de la luna, cuando cada noche atravesaba el cielo, tal como lo hacía su hermano Helios durante el día. En la antigua Grecia, la luna era relativamente importante, ya que el paso del tiempo sería medido por ella; los meses de la antigua Grecia se componían de 3 períodos de diez días basados en las fases de las lunas. También se pensaba que la luna producía el rocío necesario para nutrir a las plantas y a los animales.
[...]
La pelirroja caminaba— en un bosque, estaba asustada, pues el sitio estaba totalmente rodeado de una especie de niebla totalmente blanca, como la —pálida luna que esa noche la alumbraba. Solo la luna le daba luz y claridad. La pelirroja por inercia y curiosidad siguió un camino de flores de lirios. Por lo que jane había leído en sus infinitas cantidades de libros, era que; los griegos solían decir que el primer lirio blanco nació de la leche materna de Hera. Esta flor estaba asociada a la feminidad de la diosa que era protectora de la familia. —Después lo que hizo es asociar esta flor a la caridad, piedad e inocencia, que se asocian a la Virgen. Y una vez lo confirmo, pues se lo pregunto a la misma Hera, — está por supuesto confirmó su teoría, alagando la feminidad en cómo se veía representada.
Cuando la pelirroja dejo de caminar a través de los lirios blancos, pudo distinguir una figura, — era la de una mujer, cuando pudo observar más de cerca, pudo apreciar que aquella mujer era de tez morena, esta llevaba un vestido largo de color lila con una diadema que posaba sobre su cabeza, su cabello era totalmente blanco, y brillaba tanto como la propia luna. En ese— momento jane se acercó a ella, esta le dio una sonrisa. Y le pidió que se acercara.
—Jane, querida, estás aquí. —Habla la mujer con mucha alegría.
—Tía Selene. ¿Eres tú verdad?
—Por supuesto que soy yo. —Asintió la Diosa.
— Y mama. ¿Como esta? —Pregunto la pelirroja con emoción
—Ella está bien. Pero recuerda, por más real que yo sea, estoy dentro de tu sueño. Son ordenes de tu padre, el me pidió como regalo a la hora de tu nacimiento, que cada noche de tu vida, velara cada uno de tus sueños, mi pequeña. Como haz crecido tanto, aún recuerdo la última vez que te vi.
—Yo también te he echado de menos tía Selene. —Ambas toman asiento en una pequeña roca posada frente a un gran lago, podría decirse que es infinito.
— Este es el lago infinito, supongo que haz leído un poco sobre el. ¿No es así? —Pregunta la Diosa de ojos color lila.
—Sí, tú me has regalado un libro sobre los paisajes de las deidades. Amo ese libro, es uno de mis favoritos tía Selene. Leí que este lago, posee el poder de concederle el mayor deseo a una persona, si lo desea con todo su corazón. Lo malo es que el deseo solo dura unos minutos, es como una especie de ilusión momentánea.
—Exactamente. Este lago es engañoso, tiene algo que atrae a las personas, hasta a los mismos dioses como; tu madre Afrodita, tu padre Hades, Zeus, Atenea, Poseidón, Hestia, Artemisa, y muchos más, este lago también en el mundo de los magos, allá a donde tu madre te envió, es conocido como el lago de la lágrima infinita, no sé porque se le atribuye, o se le conoce con ese nombre en el mundo mágico. Pero bueno, ellos son algo demasiado distintos a nosotros, tienen creencias muy extrañas.
—Si, en verdad que sí, de hecho estoy comprometida con un mago, sangre pura. Es muy cariñoso, amable y respetuoso. En verdad lo amo. —Soltó una leve sonrisa al recordar a Evan.
—Lo sé, ese chico en verdad te ama, escucharas y vieras como le pide a la luna, cada noche por ti, que vele por cada uno de tus sueños. No tengo duda que tendrán una familia muy unida. —Hablo felizmente la morena.
—Tampoco lo dudo.
—Solo te advierto algo, si en verdad lo amas, jamás dejes que tu padre lo conozca. Porque en todos lo milenios que llevo conociendo a Hades, es capaz de asesinarlo, si aún no lo ha hecho es porque afrodita se lo impide. —Jane le dio una mirada asustada. —Pero tranquila, Hades te ama, eres su único y más preciado tesoro, jamás haría algo para dañarte, o algo que te haga sufrir, te lo aseguro. Su amor hacia ti es uno de los más puros, al igual que Poseidón ama a su hija. —Aseguró Selene.
—Mama y papa nunca se amaron ¿Verdad? —Indago la pelirroja.
—No, jamás lo hicieron, y supongo que has de saberlo, pues siempre viven en una discusión. Pero el único vínculo que algunas veces hace que ambos estén unidos, o de acuerdo en algo, eres tú, velan por tu protección. No hay ni un momento en donde ambos no coincidan en enviar a algún guardián protector para que te cuide.
—Jamás lo dudare tía Selene. —Sonrió Jane.
—Hubo una vez, cuando apenas eras una niña, tenías dos años, estabas sola en la habitación, en casa de tus padres adoptivos. Ese día Afrodita y Hades discutían, Zeus y Atenea trataban de calmarlos.
Flashback
—Si por tu culpa, estúpido, e insensato ser del más allá, a mi hija, le sucede algo. Arderas en tu propio infierno. —Replicó una iracunda Afrodita.
—Te recuerdo perra enferma, que Venus también es mi hija. —Hades molesto, remarco la palabra hija.
—Pero yo fui quien la llevó dentro de mí, así que es más mía que tuya, estúpido. —Ironizo la pelirroja.
—Te comento que fui yo quien introdujo su...—Hades estaba a punto de decir una barbaridad, cuando al salón entraron Zeus y Atenea, seguidos de Selene, Artemisa y Poseidón. Quienes los dos últimos estaban tratando de contener las carcajadas.
—Sí, sí, ya nos quedó claro cómo se crean los bebés. —Interrumpió Atenea. — ¿No pueden verse sin que se quieran matar? —Preguntó con frustración esta.
—Ella es la retrasada loca que empezó a discutir. —Señaló Hades hacia la Diosa del amor.
—Ja. —Rio con sarcasmo la nombrada. — ¿Yo? ¿Estás seguro que soy yo la retrasada? —Se burló afrodita.
—Aquí vamos de nuevo. —Dijo Selene con voz cansada.
—Esto se pone cada vez mejor. —Le susurro Artemisa a Poseidón y Selene. Poseidón casi se ahoga en su propia saliva por tratar de no reír.
—Ok, ya vasta. Me tienen arto. —Dijo Zeus sentándose en un lugar de la gran mesa, la cual era atribuida sólo para las Deidades del gran olimpo. —Me harta tener que escuchar a mi hermano y a mi hija pelear y querer matarse cada vez que se ven. —Repuso el Dios del Gran olimpo.
— ¿Qué es lo que sucede ahora para que estén discutiendo? —Cuestiono Atenea tomando asiento en un extremo de la sala, en un sofá blanco como la misma nieve, decorado con pequeños detalles dorados, con marfil y plata en ellos. — ¿Qué esperan, Una invitación para que hablen? —Pregunto la Diosa de la sabiduría. Dicho eso ambos comenzaron a hablar como locos.
—Uno a la vez. —Dijo con cansancio Zeus. —Afrodita, habla tú, por favor.
—El idiota de tu hermano, le dijo a Medusa en donde estaba mi hija. —Todos en la habitación abrieron los ojos como platos.
—Nuestra hija. —Formuló Hades.
— ¿Estás loco verdad? —Soltó Artemisa con furia, sacando su arco y flecha, apuntándole a este con ellos.
—Déjenme explicar lo que sucedió en verdad. —Rio con cierto nerviosismo apartando la flecha de Artemisa con su mano. —No a la violencia. Eres cazadora, no asesina. Ese es mi trabajo.
—Explica, antes de que una de mis flechas llegue hasta tu parte más íntima, y así jamás puedas tener más hijos, desgraciado. —Artemisa dejó de apuntarle al corazón, y le apuntó a sus partes bajas, Hades por inercia se tapó con ambas manos. Poseidón reía ante tal acción, Afrodita lo miraba con gracia. Atenea estaba riendo, pero a la vez preocupada por la pequeña Venus. Selene caminaba con mucho nerviosismo de un lado a otro por toda la habitación. Zeus estaba con una mano posada en su cara, y el codo arriba de la mesa, observando la escena con su típica cara, sin expresión alguna.
—Basta ya, esto es algo serio, Medusa no tardará en ir a asesinar a la pequeña Venus. —Replicó con nerviosismo Selene. —Artemisa, baja el arco y flecha. Muerto Hades no nos sirve de nada. —La nombrada hizo caso omiso y bajó su arma. No sin antes darle con el filo del arco a Hades en su entrepierna. A lo que este cayó al piso retorciéndose de dolor.
—Te lo mereces, por dejar a mi sobrina expuesta. Estúpido.
—Ya, ahora, Hades ¿hace exactamente cuándo hablaste con Medusa? —Preguntó con angustia Zeus.
—Hoy por la mañana. —Respondió con dolor en su voz.
—Artemisa, envía algunos de los animales más salvajes que puedas controlar directo a la mansión de la familia Holbein. Y ve con ellos. —Ordenó Zeus, la nombrada asintió y desapareció en un abrir y cerrar de ojos. —Selene, habla con las ninfas, pide que monten una protección en las afueras de la mansión. Poseidón, hay un pequeño lago cerca de Holbein Menor. Aparece allá y protege a la familia adoptiva de la pequeña venus. Atenea quédate con Afrodita y Hades. Yo iré hasta allá a ponerle fin a esa perra.
— ¡NO! —Aclama una molesta Afrodita. —Yo iré por mi hija, y seré yo personalmente la que asesine a Medusa si le llega a tocar aunque sea un cabello a mi hija.
—En ese caso, yo iré con esta enferma. En parte todo esto es por mi culpa, fui yo quien reveló dónde estaba. —Se levantó Hades del suelo.
—Para aclarar. ¿Por qué demonios le dijiste a Medusa donde esta Venus? —Pregunta Atenea.
—No lo he hecho con intención. Iba caminando por los pasillos y me encontré con una chica, parecía una Musa, de esas que ayudan a vestirlas. Y me preguntó que cómo estaba la pequeña Venus. A lo que le respondí con cordialidad, que estaba bien, en Inglaterra, el mundo de los magos, en la mansión Holbein menor. Pero cuando se dio la vuelta pude ver que de su cabello sobresalía una serpiente. Allí intente ir tras ella, pero era tarde, había desaparecido. —Explicó el dios del inframundo.
—Ahora, soy yo la que pregunta ¿Cómo es que Medusa entró al palacio? Si está custodiado con protección de Oro y Diamante. —Habla la Diosa del amor y la belleza.
—No lo sé. Alguien de aquí tuvo que haberla ayudado. Pero ¿Quién? —Cuestiono Atenea. Hades y Afrodita le dieron una fugaz mirada a Zeus. Este rápidamente hablo.
—Ni lo piensen. No fui yo. —Se defendió el gran Dios del Olimpo.
—Si no fuiste tú. Entonces ¿Quién le dio el paso a Medusa? —Habló la primogénita de este.
—Está bien. Lo admito fui yo, pero solo porque tenía que hacer un trato con ella. Tenía que pedirle alianza entre sus cazadoras. Estamos en una posible guerra contra los titanes. Necesitamos más de una alianza.
—Hermano. Ella, en esta guerra, ya tiene un bando. Y es obvio que no está con nosotros. Y ahora por tu haberla invitado mi hija corre riesgo y el palacio también. Hay que reforzar la protección del Olimpo. Y hay que irla a detener.
—En eso concuerdo con Hades. —Afrodita rueda los ojos.
—Ella, ya está cerca. —La voz de Atenea era totalmente de temor. Sus ojos se tornaron de una azul oscuro. Afrodita se acercó a ella rápidamente.
— ¿Qué ves? Atenea. —La sujetó por la espalda. La mirada de atenea se oscureció.
—Ella está cerca, puedo ver a través de sus ojos. Está permitiendo que lo haga. Me está dejando ver lo que piensa también. Afrodita, la va a matar, sus pensamientos son muy sádicos. Piensa entregársela a Cronos en bandeja de plata.
—Tengo que ir por mi hija. —Habló rápidamente Afrodita.
—Yo voy contigo. —La siguió Hades. Antes de salir por la gran puerta dorada miró a su hermano.
—Vayan, yo me quedaré con Atenea. —Dicho eso, ambos Dioses salieron por la gran puerta dorada.
—Eres demasiado estúpido. ¿Lo sabías? —Indago Afrodita, mientras se dirigían al portal que los trasladaba a la mansión Holbein Menor. Ese portal lo crearon Hades y Zeus para así poder en casos de emergencia llegar de una vez al mundo de los magos.
—Desde que nos conocemos me lo recuerdas a diario.
—Es algo común en mí. —Se encoge de hombros la pelirroja.
— ¿Quién se imaginaría que, estarías con tu propio tío?—Ironizó con burla Hades.
—Cállate. —Reprocho la Diosa. —Tú me sedujiste y me llevaste a la cama. Suerte que Zeus no te mato.
—No, tú fuiste la que me sedujo. —Ataco Hades.
—No lo creo. ¿Qué clase de hombre se acuesta con su propia sobrina? —Contraataca ella.
—Yo. —Contesta orgulloso.
—Sí, tú. Pero no te satisficiste lo suficiente, porque te buscaste a otra Diosa. O me equivoco. —Dijo Afrodita.
—No te equivocas. Perséfone es ahora la Diosa del inframundo.
—Sí, me lo han dicho.
—Pero siempre habrá algo que me ate a ti, de alguna u otra manera.
—Sí, eso lo tengo claro. Es la pequeña Venus.
—No, aparte de ella. Hay algo que siempre va a impedir que te odie.
—Ay por favor. ¿Que sería eso que nos une?
—Que fui yo la primera persona con la que estuviste.
—Eso no es verdad.
—Sí, lo es.
—Mira. —Señalo el portal. —Los demás están allí. —Dicho eso, entro en el portal desapareciendo en el. Hades la siguió. De un momento a otro estaban en una sala de estar. Donde se encontraban Selene y los Holbein.
— ¿Dónde está mi hija? —Pregunto Hades.
—Está en su habitación. Arriba. —Contestó la señora Holbein.
—Iré con ella. —Hablo Afrodita. —Artemisa. Acompáñame. —La Diosa de la casa asintió, y ambas se dirigieron a la habitación de la Pequeña Venus.
Pasaron tres horas y nada. Medusa no hizo presencia alguna, entonces dentro de la mansión aparecieron Zeus y Atenea, quien sin pensarlo se dirigió a donde estaban las otras dos Diosas. Al llegar les contó que todo había sido una trampa, que Medusa se metió dentro de los pensamientos de Atenea, y puso falsos recuerdos. Zeus y Atenea fueron hasta el escondite donde estaba Medusa, la encontraron, pero no estaba sola, tenía a más de un cazador junto a ella. Y ambos tuvieron que pelear, mataron a todos sus cazadores, y Atenea le cortó una de las serpientes a medusa.
Los únicos que la podían ver sin quedar como piedra eran todas las Deidades del olimpo, porque Zeus y Hera habían lanzado un fuerte hechizo protector y así cuando tuvieran que enfrentarse a ella pudieran pelear con toda valentía, y sin miedo a ser convertidos en piedra. Zeus también repartió el hechizo entre sus guerreros y cazadores. Y la Diosa Perséfone y Afrodita le lanzaron una maldición a Medusa, la cual decía que ella solo convertiría en piedra a quien tocara una serpiente en especial. Así las personas, los guerreros y cazadores perdieron el miedo de ella. Pues ya no los podía convertir en piedra. Pero esa maldición no tardó mucho en ser desecha, pues el titán Cronos y su esposa, revirtieron la maldición, y quien viera a los ojos a Medusa no solo quedaría como una piedra, sino que moriría.
Fin flashback
—Desde ese día, jamás has estado desprotegida. —Aseguró Selene. Jane iba a preguntar algo, pero fue detenida por Selene. —Ya es hora de que despiertes.
— ¿Todo esto es real?
—Por supuesto que es real querida. Solo que lo sueñas. Me explico. Yo puedo irrumpir en tus sueños. Y aquí estoy, todo lo que te he contado es totalmente real, solo que no pude contarlo en persona. Por eso te lo cuento por tus sueños. Bueno, ya es hora de que despiertes. Se te hará tarde para estudiar. —Jane asintió levemente. Y sus párpados comenzaron a cerrarse levemente.
[...]
Esa misma mañana, Jane hizo como de costumbre su rutina mañanera, aun pensaba en todo lo que la Diosa Selene le había contado a través de su sueño, nada le pareció raro, o fuera de lo normal, pues conocía perfectamente a su madre. Aunque no la veía tan seguido, Jane era su hija, y como la pelirroja era una diosa al igual que sus padres. Muchas personas se preguntaran porque Jane en su totalidad es una Diosa y no una semidiosa. Pues bueno, la respuesta es; porque sus padres, Afrodita y Hades, son Dioses del Olimpo. No es considerada semidiosa porque, el termino semidiós, se usa para describir la figura mitológica de un humano que es descendiente de un dios y un mortal.
Lo mismo sucede con Andreanne, es hija de Atenea y Poseidón, ambos son Dioses, por lo tanto ella es al igual que Jane Diosa en su totalidad.
[...]
Luego de su sueño, y charla con la Diosa de la Luna Jane se sentía algo extraña, pues quería estar sola. Ese día Evan había enfermado, tenía una leve alergia. Y para no contagiar a la pelirroja se mantuvo encerrado dentro de su habitación. Ella solo fue a visitarlo por la mañana. Y paso todo el día,luego de sus clases sentada sola frente al lago negro. Estaba tan serena, no es que no amara pasar tiempo con Evan, pero por primera vez desde que estaban juntos, ella estaba sola, y no se sentía para nada incómoda. Su paz no duró mucho, porque escucho pasos acercándose.
—Pero miren quien está aquí. —Esa voz la conocía a la perfección. Era la de Sirius Black, el hermano de Regulus, y primo de Bellatrix y Narcissa. — ¿Dónde está tu séquito? ¿Se cansaron de ti y de tu tonto prometido? —Preguntó con ironía.
—Lo mismo debería de preguntarte yo a ti Black. ¿Dónde están los imbéciles de tus amigos? ¿Se obstinaron de ti, vieron que no servías para nada más que fastidiara y hacerles pasar malos ratos que te dejaron? —Contraataco la pelirroja.
—No, mis amigos si me quieren. No como los tuyos, que son amigos por conveniencia, y están a tu lado porque tu padre es un hombre con gran relación en el Ministerio, tanto de Londres como de Grecia. ¿O estoy en lo contrario?
—Tu. —Se levantó del suelo donde se encontraba sentada. —No sabes nada, nada Black, así que es mejor que te mantengas al margen, y no te metas donde tu presencia no es bien recibida. Porque podrías pagar muy caro, tú y tus entrometidos amigos. No sabes la cantidad de influencias que tiene mi padre en ambos Ministerios, y para que sepas es embajador del Ministerio Griego, lo que hace que tenga poder y mucho. Así que para la próxima mantén cerrada tu maldita boca, porque si no, tu, tus amigos y familia. Arderán en el mismo y propio infierno. —Soltó con furia, se apresuró a tomar sus cosas y dejarlo con la palabra en la boca.
Luego de esa pequeña discusión con el traidor a la sangre de los Black, Jane decidió despejar su mente. Y se fue directo a la torre de astronomía. Pues hoy habría un eclipse total.
—Estás esperando el eclipse. —Aseguro una voz.
— ¿Cómo sabías que estaba aquí?
—Amas las estrellas y todo lo relacionado con la astronomía. Podría decirse que te conozco bien.
—Tu nombre proviene de una. Bellatrix es la tercera estrella más brillante de la constelación de Orión con magnitud aparente +1,64; define el «hombro izquierdo» del mítico cazador.
—Si, al igual que el de mi primo Regulus. Regulus o Régulo es el nombre de la estrella más brillante de la constelación de Leo. Es una de las cuatro «estrellas reales» mesopotámicas, junto a Aldebarán (α Tauri), Antares (α Scorpii) y Fomalhaut (α Piscis Austrini).
—También te gusta la astronomía Bella.
—Sí, es una de mis materias favoritas.
Ambas se quedaron observando el cielo, que poco a poco a poco fue dejando ver el hermoso eclipse.
Hola lectoras y lectores hermosos, bueno aquí está el capítulo de hoy, me he esforzado por hacerlo lo más largo posible. Y en verdad espero que les guste, y lo disfruten. Personalmente amé este capítulo, y me divertí demasiado escribiéndolo. Espero que se diviertan ustedes leyéndolo.
Aclaraciones: Vemos en este capítulo que los padres de Jane, los padres reales, son Hades, el dios del Inframundo y los muertos, y Afrodita, la diosa de la belleza. Estos dos personajes; Afrodita y Hades, en la mitología griega, no tiene absolutamente nada en común, pero me gustó la idea de darle unión, y que compartieran algo más que el lazo de sobrina y tío. Sí, porque si investigamos bien, en la mitología griega, Hades es hermano de Zeus, y Afrodita es hija nacida de Zeus, por lo que los convierte en tío y sobrina. Ese sería el mismo caso de la Diosa Atenea y el Dios Poseidón, pero aja, esos serán detalles que se irán explicando por sí solos a medida que transcurra la historia.
A mi imaginación, quise poner a la diosa Selene, morena, sé que ella en la mitología griega es muy blanca o una tez muy pálida. Pero le quise dar un cambio. Lo mismo pasó con Atenea, esta diosa en mi novela será representada con tez morena.
Los quiero, espero que lo disfruten. Besos y abrazos.
Att: Mariah
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