«En cualquier sitio »

La mitología griega nos cuenta, que por aquél entonces, en los tiempos más lejanos, existían tres sexos: lo masculino, el cual era representado por el sol, lo femenino por la madre tierra, y lo que intercedía entre ellos dos era la luna. ∆•

Juntos eran arrogantes y fuertes y jamás prestaron atención a las duras críticas de los otros Dioses.

«La Diosa «Afrodita», ella es la diosa del amor, el deseo y la belleza. «Afrodita» es hija del dios Zeus y de la Oceanía Dione. Se dice que Afrodita nació de la espuma del mar, cuando la sangre de Urano cayó sobre la tierra y el mar tras la amputación cometida por su propio hijo Crono.»

Castillo de Hogwarts, colegio de magia y hechicería ∆
«12:00 am de la madrugada»

La noche aún era joven, la mayoría de los estudiantes del colegio Hogwarts, estaba disfrutando del gran baile. Jane y Evan —bailaban alegremente, la cena no había sido muy incómoda como todos los presentes pensaron, —los Slytherins en la cena, se dedicaron a ignorar las idioteces —que decía Sirius Black, el primo de Narcissa y Bellatrix, y las indirectas que Marlene McKinnon le lanzaba a Jane.

El gran reloj estaba por marcar la medianoche. Había aun parejas bailando, unas afuera disfrutando de las gran vista —que ofrecía la hermosa noche, en las escaleras había chicas llorando porque sus citas las habían dejado plantadas, había otros grupos divirtiéndose, riendo, cantando, en fin.— Esa noche estaba siendo muy especial para unos, para otros no tanto. Lucius Malfoy junto con Evan tuvieron que llevar a Avery hasta la sala de Slytherin, porque el chico estaba totalmente ebrio, para Jane, Narcissa y Bellatrix el camino estaba siendo muy muy gracioso, —es raro que hasta a Bellatrix se esté riendo, porque todo el mundo sabe que ella es una amargada de primera. Mientras estaban de camino a las mazamorras, Avery sólo balbuceaba cosas graciosas y sin sentido.

— Evan cariño...— Avery comenzó a tocar coqueta mente la cara de Evan, el cual soltó una carcajada. —Deja a Jane, casate conmigo, vivamos juntos en una casa en la playa. ¡Si!— ninguno paraba de reír — ¡Tu!— señalo a Lucius. — Eres idéntico a un personaje de un libro para niños que le leí a mi hermana. Se llamaba... Ricitos de oro por su larga cabellera rubia.

—Ay ya, callate de una vez.— Dijo un furioso Lucius.

—Ay por merlín.— Jane soltó una carcajada.

—Vamos Lucius, el chico no sabe lo que dice, esta ebrio.—Le regaño Narcissa, reprimiendo una risa.

—Esto dará mucho de que hablar mañana.—Comentó Evan.

Minutos después, luego de una larga caminata hacia las mazamorras llegaron, al decir la contraseña se les accedió el paso a la sala común de Slytherin, esta estaba totalmente vacía, subieron las escaleras y se adentraron a uno de los pasillos que daba a las habitaciones de los chicos. Cuando estaban llegando a la puerta con el nombre de Avery y otros tres chicos, se percataron de que esta tenía seguro.

—no abre. Avery ¿Tienes la llave?—Pregunta un irritado Lucius.

—No sean idiotas, tienen magia. Usen el cerebro.—Dijo Jane. —susurro un pequeño conjuro.—Aberto—La puerta se abrió rápidamente.

— Ya se porque estas en Ravenclaw y no en Slytherin. —Sonríe Evan.

Cuando entraron, y las luces se entendieron notaron que la habitación estaba hecha un desastre en su totalidad, había retratos rotos, fotografías rotas por a la mitad y una cantidad determinada de cartas fuera de sus sobres.

—¿Qué ha pasado aquí?—Susurro Bellatrix entrando por completo a la habitación.  

Una vez que dejaron a Avery en su cama, este se quedó totalmente dormido con la mitad de su cuerpo cubierto con una manta,y a la orilla de la cama. Los adolescentes se dedicaron a recorrer la habitación.

—Miren.—Jane tomo una carta abierta que estaba en el escritorio. Jane se la extendió a su prometido.

—Es la letra de su padre. —Explico Evan, todos le dieron miradas de «¿Cómo demonios lo sabes?»—Mi padre trabaja en el ministerio de magia con el suyo.—Todos soltaron un «Ah» comprendiendo.

—Qué dice la carta?—Preguntan con curiosidad Bellatrix y Lucius

—Bella, no podemos ser entrometidos— Les regaña Narcissa.

—Solo veremos, nadie se enterara, ni siquiera que estuvimos aquí. —Dice Lucius. Todos toman asientos por toda la habitación y prestaron atención a lo que Evan iba a leer.

—Veamos que dice esta carta.—Evan tomo la carta y se puso cómodo, Jane se sentó a su lado. Evan comenzó a leer.

«Hijo, de verdad no sé como me pudiste, nos pudiste hacer esta fatalidad a tu madre y a mi, nos has decepcionado, has deshonrado a tu madre a mi y a la familia, nos has hecho pasar la mayor vergüenza, eres una maldita vergüenza para la familia, para el apellido Avery, no lo mereces, escogiste lo equivocado. Estoy muy decepcionado de ti, no mereces seguir siendo mí hijo. Como puede ser posible, que me pagarás de esta manera luego de que diera todo por hacerte un HOMBRE de bien, y me pagas con que te gustan los hombres ¡ mi hijo es gay! Eso jamás, de ahora en adelante si quieres pisar de nuevo esta casa, más vale que seas un hombre.»

Anthonue Avery

Todos estaban perplejos con lo que Evan acababa de leer, no podían creer las horripilantes cosas que el padre de Avery le había dicho, sólo por ser diferente.

—Y...Yo no se que decir.—Susurro Jane. Evan solo la abraza.

—Jamas imagine eso. Me sorprende demasiado.—Comenta un triste Evan.
—Nadie se puede enterar de esto.—Dice Narcissa.—Ni siquiera él.—Señala a Avery.

Acto seguido todos salen silenciosamente de la habitación. Lucius y Narcissa se fueron al gran comedor, Bellatrix se fue a buscar a su prometido y Jane y Evan salieron de la sala común y en vez de bajar al baile, donde había mucho ruido, decidieron subir a la torre de astronomía.

Se acercaron a admirar detenidamente el paisaje que la gran noche les regalaba. El cielo estaba repleto de estrellas, las que iluminaban hermosamente el lago negro, el cual se podía apreciar desde la torre de astronomía. La luna iluminaba el hermoso rostro de Jane. Evan no dejaba de mirarla y pensaba en lo afortunado que él era en tener a una grandiosa chica como ella a su lado, que lo aceptaba como era con sus defectos, ideales y su manera de ser.

—Cada vez falta menos tiempo para que te conviertas en la futura señora Rosier.—Dijo en un leve susurro, abrazando a Jane. Esta solo sonrió alegremente.

—Yo ya quiero que ese día llegue.—Sonríe la pelirroja. —Pero aún falta mucho cariño. Yo apenas estoy en mi cuarto año y tu en quinto año.—Se volteo lentamente para quedar frente a él.—Pero aun así te amo mucho, y quiero que mis días junto a ti duren para siempre, daría todo por ti.

—Jane, tu para mi, eres lo mas sagrado, especial y único que tengo en mi vida, yo por ti daría mi vida. Le daría mi vida por ti hasta a el propio señor tenebroso, solo para que tu estés a salvo.

—Evan Rosier, yo iría y estaría en cualquier sitio por ti, eres y siempre seras mi primer amor, todo esto suena tan cursi dicho de mi parte, pero es la verdad.

Evan toma las mejillas de Jane y le da un lento beso, lleno de amor, suena muy cliché, pero el aura que desprendía de ambos estaba cargada de el amor mas fiel, puro y sagrado que se pudiera ver.

Pero algunas veces, por más puro y fuerte que un amor sea, siempre hay alguien que no esta contento con las uniones, Jane jamás debió dejar su pureza, y menos por un humano ordinario....

Hola hermosas lectoras, aqui esta por fin un capítulo algo largo, no es mucho, pero me he esforzado mucho en escribir este capítulo. Esperó que lo disfruten. Recuerden comentar su parte favorita de este capitulo. Besos y abrazos a todas y todos ♥♥♥