Capitulo 35
Los días habían pasado y Hermione me había dado los detalles de lo que había pasado con Quirrell, las pistas que tenían y el porqué sospechaban.
Era sorprendente como este trío de pequeños chicos de once años solamente habían descubierto lo que Quirrell planeaba, lo único en lo que se equivocaron fue en quien lo había hecho todo.
Me entró mucha ira cuando supe que el descerebrado ese había dejado entrar al trol al castillo, ¡Casi muero por su culpa!. Y también me enteré de que la noche que fui en busca de los chicos Neville Longottom estaba petrificado en la sala común, ¡Y yo ni lo había visto!, me sentí un poco mal al saber que pude hacer que volviera a la normalidad si es que lo hubiera visto.
Los últimos exámenes del año habían pasado y con ellos mis buenas calificaciones, McGonagall me había felicitado privadamente por mi desempeño y mi increíble interés en su asignatura.
Con respecto al montón de cosas que había visto en el espejo, no lo había pensado mucho, lo dejé estar por un par de días y decidí que hablaría con Dumbledore sobre lo que vi y porqué lo vi.
Me encontraba con Niall, Lee y Louis en la cuarta planta hablando animosamente, era nuestro último día en Hogwarts así que hablábamos de lo que esperábamos hacer en vacaciones y de que nos deberíamos ver en el transcurso ellas, para divertirnos y hacer muchas cosas, además le prometimos a Lee que se daría un paseo por el mundo muggle a nuestro modo.
- Disculpen si me la llevo - giré mi cabeza hacia Fred, quien sin preguntar me tomó de la mano y me jaló hasta que llegamos a un pequeño cuarto en la planta de abajo, creo que estábamos en la galería de armaduras. Lo miré confundida, sonrió - No podía esperar para darle una despedida privada a mi chica favorita.
Y me besó. Desgraciadamente yo le seguí el beso, sus labios se movían diferente a la última vez, cómo con más.. experiencia. ¿Pero que digo? ¡Es Fred!
Con toda mi fuerza de voluntad lo alejé lentamente de mí, me miraba confundido a pesar de aún tener sus manos sosteniendo mi rostro.
- ¿Qué pasa?
- "¿Que pasa?" - dije irónica - Oh, ¿en serio?. Fred, no.. yo, estoy confundida. Un segundo somos mejores amigos y al otro me besas y me coqueteas, ¿Acaso crees que soy una otra de tus zorritas? - me di cuenta de lo que dije - Bueno, no debí usar esa palabra exactamente, ¡pero sabes a lo que me refiero! No puedo permitir que hayan más altos y bajos en esta extraña relación.
Se quedó callado mirándome.
- Escucha, sólo.. no soy la chica con mejores experiencias en el amor y relaciones pero sí estoy segura de lo que quiero si es que voy a estar con alguien, y no es estar disponible cuando a él le venga en gana de que quiere estar conmigo - dije con firmeza - Así que, por favor, si quieres estar conmigo sólo te pido que seas claro y decidido, si quieres algo conmigo debes comprometerte. Y si crees que no puedes con eso.. vamos a ser amigos y haré cómo que nada de esto ha pasado, pero no volverás a hacer cosas como estas, dónde sólo soy.. para un rato.
Hubo unos minutos más de silencio, al ver que no respondía salí de aquel lugar, algo dentro de mí deseaba seguir ahí con él y que de verdad se hubiera decidido por mí, pero mi otra parte me decía a gritos que no me iba a dejar tratar así por ningún hombre. Sé que Cedric fue el primer chico con el que tuve una mala experiencia, y no será el último, así que tengo que elegir muy bien y hacerme valer.
- ¡Hey! - choqué con un chico alto, miré hacia arriba. Era Hazz, pero aún así seguí derecho, el pequeño dramita de Fred había abierto mi apetito y faltaba poco para el último banquete del año en Hogwarts - Oye, oye, oye - me tomó del brazo impidiéndome seguir - ¿Que pasa?
- Larga historia - dije suspirando, me miró inconforme -.. Que te contaré obviamente después de un largo baño caliente en casa - sonreí inocente, Hazz bufó y mi estomago igual. Tomé su mano y lo empujé conmigo hacia el gran comedor.
Todos estaban en sus lugares, la cena estaba por empezar y el lugar entero se encontraba decorado con los colores de Slytherin, verde y plata, al parecer era para celebrar el triunfo de la casa al ganar la copa durante siete años seguidos, ¿Cómo lo hacen? No me agrada, ya que con cada copa que ganaban parecía que les subía 10 centímetros más el ego.
Una gran gran bandera, que cubría la pared detrás de la Mesa Alta, la de los maestros y director, mostraba la serpiente de Slytherin. Genial, tenia que ver ese símbolo durante mi apetitosa cena.
Minutos después de mi llegada apareció Harry, cuando entró se produjo un súbito murmullo y todas las casas comenzaron a hablar al mismo tiempo. Se sentó incómodamente en una silla, entre Ron y Hermione, quienes estaban frente a mi, parecía que quería hacer caso omiso al hecho de que todos se ponían de pie para mirarlo. Pobrecillo.
Le lancé una servilleta echa bolita para llamar su atención, levantó su mirada confundido.
- ¡Hey, relájate, sólo son unos chismosos! - le susurré, ya que en ese preciso instante Dumbledore se había levantado de su asiento. Harry asintió algo inseguro.
- ¡Otro año se va!... - dijo con alegría el papá Noel - Y voy a fastidiarlos con la charla de un viejo, antes de que puedan empezar con la deliciosa cena que se les ha preparado. ¡Qué año hemos tenido! Esperamos que sus cabezas estén un poquito más llenas que cuando llegaron... Ahora tienen todo el verano para dejarlas bonitas y vacías antes de que comience el próximo año... Bien, tengo entendido que hay que entregar la copa de la casa y los puntos ganados son los siguientes: en cuarto lugar, Gryffindor, con trescientos doce puntos; en tercer lugar, Hufflepuff, con trescientos cincuenta y dos; Ravenclaw tiene cuatrocientos veintiséis, y Slytherin, cuatrocientos setenta y dos.
Ouch, ¿Tan mal nos fue?. No pensé que todos mis puntos perdidos se notaran tanto. Quiero decir sí, era una buena alumna y tenia muchos conocimientos, pero no podía evitar ser bromista y mucho menos cuando me junto con los Weasley.
Casi se aturden mis oídos debido al gran estallido de aplausos y gritos que surgieron en la mesa de Slyhterin, aplaudí amargamente.
- Sí, sí, bien hecho, Slytherin —dijo Dumbledore sobre el ruido que poco a poco se fue apagando - Sin embargo, los hechos recientes deben ser tenidos en cuenta.
¿Qué? Ouhh, esto se pone interesante, JIJIJI.
- Así que - continuó Barbitas - tengo algunos puntos de última hora para ser agregados. Permítanme ver. Sí... Primero, para el señor Ronald Weasley... - Miré a Ron, no sé si lucia más rojo su cabello o su rostro - .. por ser el mejor jugador de ajedrez que Hogwarts haya visto en muchos años, premio a la casa Gryffindor con cincuenta puntos.
¡Genial! Pasamos a Hufflepuff. Ahora que si mis oídos se habían aturdido debido al estruendo de mi casa, sólo pude ver a Ron sonreír tímidamente.
- Segundo... a la señorita Hermione Granger... por el uso de la fría lógica al enfrentarse con el fuego, premio a la casa Gryffindor con cincuenta puntos.
NO ME LO CREO. ¡ESA ES MI HERMIONE, CARAJO!
Aplaudí con gran energía y una gran sonrisa en mis labios, pude divisar cómo Hermione enterró la cara entre los brazos. ¿Acaso estaba llorando? Ay, esta chica, por Dios y Merlín. La emoción me ganó tanto cómo para contar.
- Tercero... al señor Harry Potter... - continuó. El lugar se encontraba en un silencio matador - ... por todo su temple y sobresaliente valor, premio a la casa Gryffindor con sesenta puntos.
El ruido fue mundial, creo que lo escucharon hasta en América latina . Pero valía la pena.
Si a Hermione le había dado cincuenta puntos y a Harry sesenta, eso nos daba.. eh.. no sé pero creo que estábamos igual que Slytherin, según lo que escuché entre los gritos. Aún así no podíamos ganar a menos de que tuviéramos otro punto.
La sala entró en silencio después de que Dumbledore alzara su brazo.
- Hay muchos tipos de valentía - dijo sonriendo - Hay que tener un gran coraje para enfrentar a nuestros enemigos, pero hace falta el mismo valor para hacerlo con los amigos. Por lo tanto, premio con diez puntos al señor Neville Longbottom.
Antes de que la sala se llenara de gritos porque probablemente así sería, Dumbledore subió nuevamente su mano y se mantuvo el silencio.
- Calma, por favor - dijo paciente - Aún me falta por premiar a una quinta persona - ¿Quién sería? - Scarlett Vittore... - mi cara no pudo haber estado más roja que la de Ron, ¿Pero qué carajos? ¿Porqué yo? ¡Si no he hecho nada, literal! - Por ir más allá y guiarse de ese sexto sentido, el cual la llevó a salvar a sus amigos de un gran peligro, le otorgo a Gryffindor.. - un silencio de suspenso se hizo en el lugar -.. Quince puntos para compensar su esfuerzo.
¿Pero queee? ¿En serio, Dumbledore?. Bueno, no importa, ¡Amo a ese viejo loco!
Un brusco movimiento me sacó de mis pensamientos, Hazz se había lanzado de mi lado para abrazarme, le respondí el abrazo aún algo atónica, le devolví la sonrisa a Hermione quien me miraba con felicidad.
- Por lo tanto - habló el viejito que más amo a través del bullicio del lugar, ya que Hufflepuff y Ravenclaff celebraban con alegría la derrota de Slytherin - habrá que poner al tanto a las banderas de nuestra decoración.
Y de un aplauso, los colores verde y plata pertenecientes a la serpiente fueron reemplazados por un rojo vivo a juego con el amarillo, acompañados de un grande y poderoso león.
Esta sin duda alguna sería una noche para recordar por todos los alumnos de Hogwarts, incluidos los caras largas de Slytherin que seguro tendrán un sabor muy amargo en sus venenosas lenguas el resto de las vacaciones.
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