- Oye, despierta dormilona - sentí que me daban un beso en las dos mejillas a la vez.

Abrí mis ojos, si es ese tal Cedric de nuevo, me va a escuchar.

- Mmm.. ¿Fred? ¿George? - pronuncio somnolienta, me siento mejor y me empiezo a estirar para que se me quite la pereza. - ¿Qué pasó?

- Te di un beso y caíste desmayada de la emoción - me dijo Fred. ESPERA, ¿QUÉ?

- ¿QUÉ? - mi cara se tornó cómo un tomate, que vergüenza.

- No es cierto, cálmate. No te pongas tan nerviosa - Me dijo George entre risas.

- Los voy a matar, Weasleys - dije levantándome del pasto, intenté caminar pero al parecer todavía tenia un pie dormido y por poco caigo de no haber sido por los gemelos. - Oops, gracias chicos. Perdón, seguro me quedé dormida sin darme cuenta, estaba muy cansada.

- Linda trenza - me dijo George aguantando la risa. Lo miré confundida, Fred hizo aparecer un espejo y.. ¡Por las barbas de Merlín!.

- ¿Cómo es que estoy tan despeinada? Ahhh - pronuncié intentando arreglar mi cabello deshaciendo la trenza.

- Déjame ayudarte, Scar - dice George y saca su varita. Oh no, no, no, no. Antes de que pudiera alegar alguna palabra, George le lanza un hechizo a mi cabello, lo que hace que lo vuelva muy esponjoso, cómo si me hubiera caído un rayo. - Oops..

- ¡GEORGE WEASLEY! - miré horrorizada mi cabello, saqué mi linda varita y apunté sobre la cabeza de George e hice que le cayera un gran chorro de agua. Ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar.

- ¡Señores Weasley, señorita Vittore! - ohhh rayos. Una Minerva McGonagall se acercaba molesta. - Cinco puntos menos, a cada uno. Por provocar alteraciones en el orden.

¿Qué? Miré a mi alrededor y estaba atardeciendo, los alumnos que estaban en el lugar reían sin parar y hacían todo tipo de comentarios. Ohh, ya entiendo.

- Perdón - dijimos los tres agachando la cabeza.

- Les sugiero que vayan a su sala común y se limpien ese desastre - nos ordenó para luego irse caminando con la cabeza en alto.

- Ouch - dije para luego reir.

- Bien jugado, Scarlett - George me miró con ojos de chinito, analizándome. - Pero ahora no podrás escapar.

Dicho esto intentó cargarme en sus hombros cómo un bulto, pero yo corrí. Y olvidando justamente lo que nos había dicho McGonagall, lancé otro hechizo de agua que accidentalmente le cayó a Fred.

- ¡Vittore! - escuché a McGonagall a lo lejos.

Genial. Ahora tengo a dos gemelos Weasley vengativos tras de mi y a una directora más molesta.

Estaba escapando de George, me giré y había perdido de vista a Fred, lo cual no me favorecía exactamente.

Siento que me alzan de repente y lo siguiente que veo es la espalda de un pelirrojo y el pasto verde, luego siento que me tratan cómo un bulto de papas y me acomodan en sus hombros.

- Te tengo, pequeña damisela escurridiza - me dice Fred girándose para verme, mi cabeza está ahora en su hombro así que no tuvo que esforzarse mucho, nuestras caras estaban un poco cerca.

- ¡Suéltame, Fred! - grité moviéndome de un lado a otro para que me liberara, lo cual no hizo en ningún momento. Estaba empezando a mojar mi uniforme, debido a la humedad que quedaba en el de Fred después de mi hechizo.

 - Vayámonos, Feorge - dijo George dándole una palmada en el hombro a Fred, para que luego salieran corriendo.

Ay, no. Me estaba empezando a marear, estaba sobre los hombros de un chico que no paraba de correr, y no estaba exactamente bien acomodada en sus hombros

Luego de un rato pude escuchar cómo Fred le decia a George "Cárgala, me cansé". Lo que significaba... ohh, no!

Mientras corríamos, en un rápido movimiento, Fred me bajó de sus hombros y me lanzó hacia George, solté un mini grito porque pensé que iba a caer e iba a ser el final de mi pobre columna vertebral. Pero no fue así, George me recibió en el aire, y me cargó cómo una novia recién casada.

Ahora podía ver qué camino estaban tomando, íbamos a la sala común de Gryffindor.

Faltaba poco, ¿En qué momento subimos tantos pisos?. Pude ver cómo Fred tomaba ventaja, pronunciaba la contraseña a la señora gorda y para cuando llegué con George, la puerta ya estaba abierta.

Llegamos a la sala común, no estaba muy habitada por los estudiantes, estaba casi sola. George me aventó al medio de un sillón. Agradecí que por fin me bajaran, pero maldije el buen relleno del sillón, porque medio reboté. Los gemelos se sentaron de un brinco en cada lado, y me hicieron rebotar más alto. Ahora si que tenia más nauseas.

- ¿Disfrutaste del viaje? - me dijo Fred agitado.

- No tanto, ahora tengo nauseas - admití, dejando caer mi cabeza en el espaldar del sillón.

- De acuerdo, nos vemos en una hora.. -dijo George.

- O menos. Así que vamos a bañarnos, y tu arregla esa melena de león - continuó Fred.

Qué gracioso. Ja, ja. Los chicos se fueron a sus cuartos así que yo fui al mio.

Decidí por ponerme unos pantalones largos de pijama, que son color rojo, y una blusita blanca también para dormir, así que fui a bañarme.

Después de estar vestida, me puse la túnica porque tenia frio y eso me abrigaba bastante.

En cuanto mi pelo.. No podia ser tan positiva como con lo demás. Ya no está esponjado, pero tiene muchos nudos que se notan a simple vista, así que me aplico dos tratamientos para que me ayuden a solucionar ese problema. Mientras van tomando efecto, tomo un libro y un peine para bajar ya a la sala común.

- Llegas un poco tarde, cara de moco - me dice George. Ruedo los ojos.

Los chicos están vestidos con una pijama que parece ser de Gryffindor. Me estremezco un poco al notar como una brisa fría pasa sobre mí.

- Oigan, traigo un libro, ¿Quieren qu.. - me interrumpe el hecho de que una prenda de vestir cae sobre mi cara. 

- Friolenta - escucho la ronca voz de Harry Styles a lo lejos. Me quito lo que tengo en la cara y miro que está bajando las escaleras del dormitorio de los chicos. Me pongo a observar qué fue lo que me lanzó y es su abrigo, el que da más calidez.

- Oh! Gracias, Hazz. ¿Pero cómo fue que..? - me quedé mirándolo confusa.

- Te conozco - alzó sus hombros.

- ¿Tenias frío? - dicen los gemelos al unísono. Asiento con la cabeza. Ya que estamos sentados en el piso, Harry viene y se acuesta en mis piernas.

- Cómo decía. Tengo un libro muggle, ¿Quieren leerlo conmigo? - pregunto enseñando la portada del libro, El nombre del viento.

- ¿El nombre del viento? Él no tiene nombre, es..

-  Ridículo, todos lo saben - termina George.

- Mala jugada, amigos - dice Harry. Mi ceño está fruncido. - Tranquila, puedes leerme el libro a mi, cómo siempre.

Harry me regala una sonrisa dulce así que eso calma un poco mi enojo. No podían juzgar a un libro por su portada y mucho menos por su nombre.

- Bien - decido olvidar todo eso y abro mi libro favorito. - La ciudad se llamaba Hallowfell, paramos unos días allí porque había un buen taller, y..

Continué leyendo el capitulo en el que había quedado, es un libro bastante extenso así que espero poder terminarlo antes de las vacaciones de navidad.

Harry se habia quedado dormido, lucía tan angelical, aparté ese mechón ruloso que siempre se hacia un lugar en su frente.

Qué día más agotador.