《chapter nine•Goldstein Sisters》
°~Regalo Navideño~°
《chapter nine•goldstein sisters》
《capítulo nueve•las hermanas goldstein》
ASIA SENTÍA COMO SU ESTÓMAGO DABA VUELTAS, eso la preocupó todo el camino pues le daba miedo el hecho de pensar en un embarazo ¿cómo se lo diría a su tía? Pero luego recapacitó y se dio cuenta de que era imposible porque habían pasado solo 24 horas desde que llegó a Nueva York, tenía que ser algo que le cayó mal en el estómago.
Se sentía un poco mejor gracias al té de su tía pero necesitaba descansar más si quería mejorarse pero también quería acompañar a Newt, se sentía confundida. Cuando estaba cerca su corazón palpitaba y sentía nervios, no sabía si sería capaz de dañarla pero a la vez sentía ganas de estar a junto a él, no se atrevía a leer su mente porque quería confiar en él por sí sola.
—¿Te sientes bien, Asia? Estás pálida —dijo Tina con preocupación, no se veía bien.
—Solo... estoy un poco mareada, deben ser las apariciones —explicó brevemente, no quería que Tina armara un escándalo o se preocupara de más.
—¿Segura? —insistió, de verdad que estaba preocupada.
—Sí, Tina, estoy segura —dijo Asia exhausta, le cansaba su insistencia.
Iban en camino al apartamento de Tina Goldstein pero el señor Kowalski no cooperaba mucho; se tambaleaba, hacía sonidos raros producto de la mordedura del murtlap, así que entre Newt y Tina lo sostenían para que caminaran bien pero eso no le impedía al chico Scamander observar a Asia.
Newt se sentía raro cuando estaba cerca de ella y no quería perder la oportunidad de acercársele pues eran iguales en lo que, hasta ahora, pudo ver. Una de las cosas que le atraía de Asia era lo bonita que era y no solo eso, había otras razones de las que podía hacer una lista:
°Su sonrisa, que hacía sonreír a los demás.
°Sus ojos verdes brillantes y atrayentes porque cuando lo miraba fijamente hacía al corazón de Newt palpitar.
°Su acento.
°Y su amor por los animales, ese detalle hizo que su corazón se conmoviera.
Era difícil encontrar a una persona que amara a los animales tanto como él lo hacía.
«¿Será acaso...? No, apenas la conozco. Pero admito que es la primera vez que siento algo así por una chica... no, no puede ser» pensó Newt, realmente estaba confundido.
Cuando menos lo esperó la voz de Tina se hizo escuchar.
—Aquí a la derecha —indicó la castaña mayor doblando a dicha dirección.
En cuanto Asia escuchó eso se alivió porque por fin descansaría.
Efectivamente, cruzaron a la derecha, el sonido de los autos en la calle distraía a la francesa pero lo que la devolvía a la realidad fue el hecho de que Goldstein los detuvo de manera repentina.
—Oigan, antes de entrar, no puedo llevar hombres al apartamento —advirtió la chica de cabello corto para que entendieran que no debían hacer ruido.
—El señor Kowalski y yo buscaremos hospedaje en otro lado —dijo Newt intentando escapar de esa situación, y no podía incluir a Rousseau pues no se conocían muy bien y sería indecoroso.
—Claro que no —negó Tina.
La mujer tomó a Jacob del brazo jalándolo, al mismo tiempo que a Asia.
—Con cuidado —volvió a hablar, señalando el camino.
Con mucho cuidado y mucha cautela procedieron a entrar en el edificio, justamente los tíos de Asia vivían ahí. Rousseau se sujetaba del brazo de Porpentina para no caerse gracias a su malestar mientras que el chico Scamander iba adelante con Jacob Kowalski, la chica ojiverde también observaba a Newt; sus ojos claros, cabello color bronce mezclado con oro, su timidez que lo hacía tierno, sí, se sentía atraída por él aunque fuese mayor que ella.
—¿Eres tú, Asia? —preguntó una voz familiar desde uno de los apartamentos, era la voz de una mujer adulta, tal vez la dueña del edificio.
Newt le susurró un "shh" al señor Kowalski para que no hiciera ninguna clase de ruido, y eso hizo.
—¡Sí, señora Esposito! —contestó la chica Rousseau tratando de que su voz no temblara, le asustaba que los descubrieran.
—¿Estás sola? —continuó con su cuestionario haciendo que ambas chicas, Asia y Tina, se miraran entre sí nerviosas así que la ojiverde decidió hablar.
—¡Siempre estoy sola, señora Esposito! —al decirlo, Asia bajó un poco el tono de su voz pues la hacía sentir mal..., sola.
La reacción de Newt fue mirar a la joven, sintió como su corazón apretaba por pena hacia ella. Para que no pensaran en eso o preguntaran, Porpentina los apresuró a llegar al apartamento.
Al abrir la puerta entraron primero Newt y Jacob seguidos por Tina y luego por Asia que todavía sentía su estómago revuelto, la radio estaba encendida de la cual sonaba una canción lenta, frente a la chimenea flotaban prendas de ropa colgadas en varillas de madera; en general se notaba que era un apartamento donde solo habitaban mujeres.
—Teeni... invitaste hombres —habló una voz femenina alegre y susurrante, casi parecía seductora, era Queenie una de las hermanas de Tina—. ¡Oh, Asia! ¿Eres tú? —la emoción en su voz se hizo notar en ella, no veía a su amiga desde hace un año.
—Sí, Queenie, soy yo —afirmó Asia incómoda a la vez que jugaba con sus múltiples anillos.
La Goldstein mayor quería presentarles a su hermana pero la suave y pequeña voz de Roxanne Goldstein, la última de las tres, llamó la atención de todos los presentes desde detrás de uno de los muros.
—¿Dijiste "Asia", hermana? —una cabellera marrón chocolate se movió dejando ver a su dueña quien portó una sonrisa cuando vio a la chica de ojos verdes— Asia...
La susodicha agitó la mano derecha con una pequeña sonrisa amable, con todo eso Newt no pudo evitar pensar que se conocieron gracias al destino. O tal vez solo fue casualidad. Antes de que siguieran ignorándolos, Tina decidió hablar.
—Señores, ellas son mis hermanas —las presentó quitándose su sombrero y su abrigo para colocarlos en el perchero de la entrada, se oía cansada— ¿Por qué no te vistes, Queenie?
—Uh, claro —la rubia Goldstein alzó su varita y lanzó un hechizo para que su vestido se deslizara en su cuerpo.
Scamander no estaba muy al pendiente de la conversación ya que miraba por la ventana vigilando si los siguieron pero no divisó nada ni a nadie. Por otro lado, Jacob en cuanto vio a Queenie quedó fascinado por su belleza, por sus ojos y por su voz... su voz era como escuchar cascabeles en Navidad o como escuchar a los ángeles cantar, su corazón latió como nunca antes lo hizo con otra mujer.
Asia se sentó en el sofá de la sala por los constantes mareos e inmediatamente Roxanne se le acercó.
—¿Te sientes mal, Asia?
La razón de que estuviera preocupada tanto por la de ojos verdes era simple, Roxanne estaba enamorada de Asia desde que la conoció; no era lesbiana sino bisexual o sea que le gustan tanto hombres como mujeres. La única que sabía de sus hermanas era Queenie sólo porque leyó su mente.
—Espero que el baño siga en el mismo sitio —trató de aligerar el ambiente en un tono vocal bajo para que solo la escuchara Roxanne.
—Sí, ¿Por...? —las ganas de vomitar dominaron a la chica francesa interrumpiendo a la Goldstein menor a mitad de la oración.
Todos vieron a la chica Rousseau correr más adentro del apartamento dejando a la mayoría preocupados, Tina le hizo señas a la menor de sus hermanas ordenándole que fuera con ella para que se asegurara de que estuviese bien y por supuesto que no protestó. Un hecho que dejó al descubierto sus habilidades fue cuando Asia salió corriendo en dirección al baño, su cabello se tornó de un color diferente revelando cuando preocupada estaba por su amiga y eso no pasó desapercibido por Newt Scamander.
—¿Es... metamorfómaga? —se atrevió a preguntar con curiosidad, Roxanne lo miró y asintió.
—Así es —miró a su hermana mayor pidiéndole permiso de contar más y ella solo se encogió de hombros— Desde que nací puedo cambiar mi cuerpo a voluntad. Con permiso.
La menor siguió el mismo camino que su contemporánea haciendo caso a la orden de su hermana.
Newt también miró a la bruja francesa correr al baño y su cara se desfiguró en preocupación mas no quiso demostrarlo, Queenie acomodó bien los hombros de su vestido y conociendo los pensamientos del joven decidió cambiar el tema.
—¿Y entonces? —indagó la rubia suavemente refiriéndose a qué se debían las visitas— ¿Quiénes son?
—Él es el señor Scamander y cometió una grave violación al Estatuto Nacional del Secreto —contaba Tina mientras se cambiaba el calzado y para no caerse se apoyó en el arco que daba al comedor justo donde estaba Queenie.
—¿Es un criminal?
—Ajá y el señor Kowalski es un no-mago.
—¿Un no-mago? ¿En qué te metiste? —le susurró Queenie, ella temía por su hermana, a que sucediera algo peor a lo que pasó la última vez.
—Está enfermo, larga historia. El señor Scamander perdió algo y Asia y yo lo vamos a ayudar a encontrarlo —explicó la de cabello marrón.
En ese momento Kowalski se sentó de golpe en el mismo sofá en el que Asia se había sentado, dicho objeto rechinó robando la atención de los tres magos presentes.
—¡Oh! Tiene que sentarte, cielo. No ha comido nada en todo el día —exclamó la hermana del medio mientras se acercaba a él—. Ay, que feo; no le dieron el dinero para su panadería ¿Haces pan, cielo?
Jacob quedó atónito, ¿cómo sabía lo que pensaba? Por alguna extraña razón sonrió atontado y asintió.
—Me encanta cocinar —sonrió Queenie.
Scamander se acercó y preguntó:— ¿Es una legeremante?
—Sí pero me cuesta trabajo con tu gente: británicos, por el acento —respondió explicando como sucedía con ella. Volvió a hablar con una sonrisa— Asia también lee la mente.
La mujer rubia señaló con su mano a la susodicha quien se apoyaba justamente en el arco de la puerta; ya había vomitado y se sentía mejor, a su lado estaba Roxanne.
—Gracias por decirlo, Queenie, ya no es un secreto —dijo Asia sarcástica.
—Como tú dices: "Si yo caigo, tú caes" —se señaló a ella y a la castaña respectivamente con una sonrisa traviesa.
No hizo falta usar sus poderes para sentir la mirada de Newt sobre ella, estaba sorprendido.
—¿Es... cierto? —preguntó Newt encontrándose nervioso, no sabía cómo dirigirse a ella.
—Si —respondió tímida.
Los pensamientos del de ojos avellana volaron, ¿Qué secretos guardaría ese bonito rostro?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro