《chapter eighteen•uncomfortable》
《chapter eighteen•uncomfortable》
《capítulo diesiocho•incómodo》
PARA CUANDO SALIERON DE LA MALETA ya la noche había cubierto el cielo de Nueva York permitiendo que las luces de los edificios y casas brillaran de sobremanera en las calles, estaban en la azotea de un edificio y Asia se hubiese detenido a mirar de no ser porque al salir de la maleta de Newt se encontró con su primo mirándola como si le exigiera una explicación de todo.
Y vaya que se la debía...
—Colin, puedo explicarlo —comenzó la muchacha esperando total comprensión de parte de su primo. Cuando Newt y Tina salieron detrás de ella se extrañaron al ver a Becca y Colin ahí presentes, en realidad el magizoólogo no conocía al primo de la francesa, por lo tanto, sus sentidos se pusieron alerta al ver una cara desconocida, ya estaba teniendo suficiente de extraños por este viaje—. Espera, ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás con mi tía?
—Eso debo preguntarlo yo, prima, ¿Por qué cuando te encuentro estás escapando de las instalaciones de la MACUSA? —el pelinegro se cruzó de brazos mostrándose hasta cierto punto enfadado.
Los demás se quedaron estáticos e incómodos ante el reclamo del jóven Stanford, Newt pasó su mirada en las Goldstein mayores deseando que alguna le diera una respuesta pero fue Queenie la que se dirigió a él susurrando.
—Él es Colin, primo de Asia, son contemporáneos pero con la diferencia que él se crió aquí en Estados Unidos —le explicó brevemente la rubia, el mayor asintió comprendiendo la información.
Jacob, que también logró escucharla por la cercanía, abrió los ojos sorprendido ante la revelación; la verdad es que el par de primos no sé parecían en nada físicamente, solo en el tono de la piel, su acento también evidenciaba que ambos eran de continentes distintos.
—Prométeme que no le dirás nada a mi tía, se pondrá como loca si se entera —al mostrarse reacio a colaborar Asia lo miró con ojos suplicantes así que no le quedó de otra que aceptar, entonces recordó que no habían hecho las presentaciones adecuadas—. Umm, él es mi primo, Colin. Colin, ellos son Newt y Jacob.
—Un placer —respondió el muchacho de manera forzada, en su cabeza empezaba a formarse la idea de que fueron ellos quienes estaban influenciando a su prima, además ¿Qué hacían dos hombres adultos con una muchacha de diecisiete años?
Todos podían notar que Colin no se sentía cómodo con ellos, su lenguaje corporal era muy evidente pues se cerraba completamente. Cuando le devolvieron el saludo, por alguna razón Asia empezó a escuchar distintas voces en su mente que hablaban distintas cosas pero lograban abrumarla, llevó sus manos a su cabeza empezando a sentirse mareada.
—Asia, ¿Te encuentras bien? —le preguntó Tina con preocupación al verla en mal estado.
Pero pronto comprendió que ya podía usar nuevamente su magia lo cual la desconcertó, ¿Acaso aquella runa que había visto tenía que ver en la anulación de sus poderes? No estaba segura pero todo apuntaba a que sí pues en el momento en que volvió a levantar su escudo mental, Queenie sin medir sus palabras le avisó que ya no podía escuchar sus pensamientos.
—¿Qué dijiste? —la confesión la dejó de piedra, no se había percatado que dentro de la MACUSA cualquiera que tuviera los mismos dones que la hermana Goldstein del medio podría saber todo lo que su mente ocultaba. Sus pulsaciones incrementaron su ritmo a la vez que su pecho se oprimía.
—Perdona, no puedo evitarlo. Además tu mente es muy ruidosa —expresó apenada.
Los pensamientos de Asia empezaron a correr sin parar preguntándose que tanto sabía, se sentía sudar y su respiración poco a poco se volvía más pesada así que se apartó del grupo para tratar de poner orden a sus ideas. Nadie se sintió lo suficientemente valiente como para interrumpir su linea de pensamiento, por eso le dieron su espacio para que pudiera respirar y calmarse un poco.
Newt sintiéndose todavía incómodo por la presencia de Colin, se apartó igual que la francesa para planear su siguiente movimiento, aún faltaba por encontrar a su demiguise así que tenía que pensar muy bien cómo encontrarlo.
Las hermanas mayores se acercaron a Becca para interrogarla.
—¿Cómo nos encontraron? ¿Alguien te avisó? —Porpentina fue la primera en atreverse a hablar, la menor negó.
—No, de hecho fue Colin el que nos llevó con Queenie, dijo que había tenido una visión sobre Asia en problemas y luego aparecimos frente a tí —se dirigió por último a la rubia, explicando de manera corta lo que había pasado.
—¿Cómo que una visión? —se entrometió Kowalski cada vez más sorprendido por lo que descubría de sus nuevos amigos.
—Puedo tener visiones acerca de cosas que suceden en el presente, no pasa tan a menudo pero sucede. Desde hace un tiempo no puedo ver nada de lo que ocurre con mi prima pero hoy, casualmente, pude hacerlo —explicó Colin conservando su postura rígida, no le generaba confianza tener que revelar sus habilidades heredadas, a la única persona externa a la que se lo había revelado era Becca porque confiaba en que sabía guardar un secreto.
—Tal vez sea por la barrera que levanta en su mente, yo tampoco había podido leer su mente desde la muerte de sus padres así que tuvo que ser en ese momento cuando todo empezó —razonó la legeremante, concordando con el muchacho Stanford que ya sabía desde antes la capacidad innata de la Goldstein rubia para leer mentes.
Pero Queenie no era tonta, había escuchado la mayoría de los pensamientos de la francesa aunque no se atrevería jamás a divulgarlo sin su consentimiento; no sin antes hablar largo y tendido con la menor. Los problemas familiares que la rodeaban no podía seguirlos callando, debía alzar la voz si quería tener una buena vida y salir adelante.
Y entonces un foquito se encendió en su cabeza; su bella mirada se intercaló entre Asia Rousseau y Newt Scamander, y viceversa. Nadie se dió cuenta pues estaban concentrados en su conversación. Ahora todo estaba un poco más claro, Newt era todo lo que Asia necesitaba en su vida: alguien con sus mismos gustos, que compartiera su pasión por los animales, el joven sería como una brisa fresca en una calurosa tarde de verano para la menor. Y si ella tuviera que hacer de cupido, lo haría con mucho gusto.
Al cabo de un rato todos se separaron por pares: Queenie entró en la caseta donde criaban palomas junto a Jacob comentando viejas anécdotas sobre su abuelo y su crianza de lechuzas, Becca y Colin se apartaron de los demás pues el pelinegro necesitaba una explicación de lo sucedido después de prometer no delatarlos.
Asia, por su parte, ya estaba más calmada y, aunque no se sintiera cómoda mirando a la cara a Newt después de ver lo que vieron en aquella sala, se acercó a él al verlo tan pensativo y perdido en el horizonte.
Por ahora su plan era fingir demencia.
—¿Estás bien? Te ves preocupado —mencionó cautelosa mientras sus pies la asentaban firmemente en el borde del edificio junto al mayor
—Es solo que aún falta encontrar a Dougal pero no sé... Me siento perdido —al ver la mirada de extrañeza que la de ojos verdes le dió supo que tuvo que explicarse mejor—. Dougal es mi demiguise.
Inconscientemente ella sonrió con ternura, era un bonito nombre para un demiguise.
—¿Tú... Estás bien? —la pregunta quebró la poca estabilidad que la muchacha había ganado hasta ese momento.
—Yo... Yo no... —soltó una débil risa incomoda e inmediatamente Newt trató de enmendar su error.
—Perdón no quise incomodarte, es solo que... Bueno, me preocupas —su tono de voz disminuyó a lo último pero sus palabras derrocharon sinceridad.
La ojiverde expresó su sorpresa al mirarlo con los ojos más abiertos de lo normal, la tomó fuera de base que le confesara su preocupación después de haber visto ese recuerdo cuando estuvo a punto de morir.
Que Newt le dijera que se preocupaba por ella presionó un interruptor en su cerebro que la obligó a hablar.
—No estoy bien, para nada. Mi vida dió un completo giró hace años y parece que cada vez que intento ponerme de pie la vida me arrastra hasta el fondo como una ola agresiva —su voz poco a poco se quebraba, Scamander la escuchaba atentamente sintiendo que si ella se ponía a llorar él también lo haría—. Lo juro, Newt, te juro que lo estoy intentando pero simplemente no puedo, intento solucionarlo pero todo empeora cada vez más y yo-
De repente las palabras se atraparon en su garganta cortando su habla, las perlas saladas se acumulaban en sus brillantes ojos verdes opacando la luz de alivio momentáneo que sintió cuando se libraron de la MACUSA para dar paso al dolor. Una sensación de vergüenza se adueñó de ella lo que la llevó a cubrir su rostro con sus palmas, no toleraba la incomodidad de ser observada mientras lloraba.
El de ojos claros extendió su mano izquierda para tomar las de Asia y descubrir su rostro, su intención era acercarla a él y limpiar su rostro —por primera vez dejándose llevar por sus impulsos con ella— pero la imprudente presencia de Porpentina Goldstein obligó a los jóvenes a actuar como si nada hubiese pasado.
La de cabello corto llegó al lado de Newt preguntando sobre lo que le faltaba por atrapar, sin darse cuenta al parecer que había interrumpido un momento entre Asia y él, lo cuál lo fastidio de sobremanera. (N/A: ¿Enserio, Tina? ¿No tenías nada mejor que hacer? 🙄)
—Ya solo falta uno: Dougal, mi demiguise.
—¿Dougal? —inquirió con gracia, no había escuchado ese nombre en un animal antes.
—El problema es que es... Es invisible —continuó ignorando su pregunta— pero al rato se... —trató de expresarse moviendo la mano.
Ella lo miró incrédula:— ¿Y como se atrapa algo-? —Scamander no la dejó terminar.
—Con mucha dificultad.
La mayor de las tres hermanas soltó una risa pero luego su semblante cambió al recordar algo que podía ser de ayuda, para todo esto Asia les había dado la espalda no queriendo ser vista con los ojos rojos e hinchados de llorar pero también molesta por la intromisión de Goldstein.
—Gnarlak —murmuró Tina acercándose más a Newt.
—¿Disculpe? —preguntó Newt sin entender sus palabras, no sabía qué significaba.
—Gnarlak —repitió como si fuera obvio—. Era un informante mío cuando era aurora, además traficaba animales mágicos —eso llamó la atención de la francesa que empezó a prestar atención aun de espaldas.
—¿Cree que le interesarían las huellas de patas?
—Le interesa cualquier cosa que le deje dinero.
Sin haberlo conocido, Asia había decidido que el tar Gnarlak le caía pésimo solo por traficar animales, ¿Quién se creía para hacer eso?
Pero apartando su nuevo odio por el ex-informante de Tina, la mente de Asia empezó a razonar dándose cuenta de que ahora los sentimientos que tenía estaban cambiando, nuevas sensaciones se metían bajo su piel y en su corazón cuando se trataba de Newt pero no estaba cien porciento segura de si era bueno o no pues nunca había sentido cosas así por nadie más. Pero si debía ser sincera, amaba la agradable sensación que tomaba lugar en su corazón cuando Scamander la miraba, tal vez estaba loca por pensar siendo que apenas se habían conocido pero era una extraña conexión que nunca había establecido antes.
Tal vez podría sonar egoísta pero deseaba que Newt centrara su atención en ella y no en otra mujer, quería que él tuviera ojos solo para ella.
En el rato que estuvieron dentro de la maleta, el jóven magizoólogo se había encargado de revisar que no tuviera ningún daño físico y le había preguntado si necesitaba algo, en esos momentos el muchacho la había tomado de los brazos con delicadeza y acariciado por encima de la tela que los cubría. A pesar de no sentir su toque directo en su piel logró enviarle sensaciones placenteras a su corazón que avivaba la emoción que comenzaba a sentir por él.
Ella jamás dejaría que un hombre extraño la tocara sin su permiso aunque fuese su hombro pero con Newt era diferente; comenzaba a sentir la imperiosa necesidad de abrazarlo, pues su subconsciente tenía la idea de que así se irían todos sus malestares.
Sí, definitivamente el corazón de Asia había cambiado y al igual que una brújula apuntaba al norte siempre, la brújula de su corazón apuntaba a Newt Scamander. Pero tenía miedo de que solo fuese ella haciéndose ilusiones y esperanzas dónde no las había.
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