Estamos de regreso a casa, apenas paso por la puerta y distingo al niño en la sala. EunHo viene corriendo a mí con una sonrisa, lo cargo llenándolo de besos y abrazándolo con fuerza. TaeHyung se acerca comprobando que esté bien. Es en ese momento que noto a la pareja en la sala junto a mi madre.

—Appa, la abuela me llevó a comer helado—sonríe el niño inocente de todo.

—¿Enserio? —Tae mira a su madre no muy contento.

Con la mirada le indico a mamá que se lleve a los niños, todos nos dejan a solas con aquellos dos seres tan detestables en este mundo. Casi me da algo creyendo que EunHo estaba en otra parte y en otra situación.

—¿Por qué tanto alboroto? —se incorpora la mujer del sofá—El niño estaba con sus abuelos, más seguro no puede estar.

—¿Sabes lo preocupados que estábamos AeRin y yo? —TaeHyung está tan molesto que lo miro, su mandíbula está tensa, su voz suena más profunda—No, claro, tú no piensas siquiera.

—TaeHyung, cuida tu manera de hablarle a tu madre—reprocha su padre metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón al levantarse.

—Quiero que ambos se vayan del pueblo, ya he dejado muy en claro que no venderemos nada de la abuela.

—¿Crees que me llevé a EunHo por interés? —su madre luce indignada y no dudo en responder ante eso.

—La verdad, sí—coloco mis manos en mi cintura—Tenemos muchas cosas en mente como para preocuparnos por ustedes, de hecho, desde que llegaron sólo han perjudicado nuestra tranquilidad—me atrevo a decir.

—No los quiero cerca de mis hijos.

Su padre sonríe divertido y niega con la cabeza sin creer lo que escucha.

—Ambos están exagerando, tienen que calmarse, hablan como si hubiéramos secuestrado al niño...

—Pusimos una advertencia en la policía—indico.

—Dios mío—la mujer rueda los ojos— ¿Qué clase de padres son? No sean tan dramáticos.

—¡Tiene cinco años! Tenemos todo el maldito derecho de ser dramáticos—TaeHyung avanza un paso y lo detengo tomando su mano—Quiero que se vayan, no quiero volver a verlos.

—TaeHyung, cielo, no puedes rechazarnos ver a nuestro nieto...

—EunHo no es el único niño en esta familia—habla entre dientes, sus ojos lanzan cuchillos invisibles a ambos, en especial a su madre—Desde el momento que me casé los otros tres niños de allá arriba también son tus nietos—respira profundo señalando la puerta—Lárgate.

—¡TaeHyung!

—¡Es mi casa! —levanta la voz ante su padre—Mi casa, mi techo, mis reglas y en mis reglas dice que ustedes dos no pueden estar aquí, si vuelvo a verlos cerca de mis hijos llamaré a la policía.

—¿Estás disfrutando esto? —su madre me mira con una sonrisa falsa—Has envenenado la mente de mi hijo, que buena mujer y madre eres, señorita Song.

—Kim, mi apellido de casada es Kim, el niño que ustedes se llevaron sin consentimiento de sus padres tiene el apellido Kim—imito su sonrisa, estoy cansada de esta mujer—Y puedo asegurarle que soy mejor madre de lo que usted pudo ser—apenas digo eso y el impacto llega a mi mejilla.

"¿Acaba de golpearme?"

—¿Cómo te atreves a decirme eso? —toco mi mejilla—Eres una maldita vividora, no mereces nada de esto, debiste quedarte con tu carga en Seúl y buscar otro hombre.

TaeHyung pasa a mi lado y toma a su madre del brazo arrastrándola a la puerta. Su padre intenta impedirlo, pero es inútil, los sigo afuera sintiendo el ardor en mi mejilla. Detengo a Tae colocando mi mano sobre la suya.

—¿Sabe qué? Quizás mi problema es tener un pasado pesado desde tan joven pero nunca abandoné a mis hijos—levanta su mano y la detengo—Me parece descarado que hable sobre ser una aprovechada cuando usted y su esposo vinieron creyendo que tendrían algo aquí en el pueblo—aprieto mi mano en su muñeca quizás lastimándola—Entre ambas creo que usted es peor persona, señora.

Antes de que pueda tocarme con su otra mano retrocedo y mi mano impacta en su mejilla. TaeHyung me hace retroceder tomando mi mano.

—No quiero volver a verlos aquí y es la última vez que lo digo—el chico jala de mí llevándonos adentro de la casa.

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No es común que haya silencio en la casa, pero desde el inconveniente con los padres de TaeHyung ese silencio está presente. Mi madre prepara la cena abajo, Tae me ayuda con los niños que toman un baño y luego se visten. YuLi me mira fijamente en el espejo mientras desenredo su cabello mojado, respiro profundo sabiendo que quiere decirme algo.

—¿Qué quieres, YuLi? —me rindo mirándola.

Ella sonríe un poco cruzándose de brazos.

—¿Ves que se siente bien golpear a alguien que te molesta? —ante eso detengo lo que estoy haciendo, ¡¿Enserio me viene a decir eso?! —No puedes andar golpeando a todo el mundo, señora Kim—imita mi voz— ¿Qué dirán las personas?

—¿Sabes que puedo castigarte por una semana si sigues burlándote de mí?

Su sonrisa se desvanece en segundos.

—Lo siento.

Desenredo su cabello por completo usando el secador luego, TaeHyung ayuda a SeJoo a colocarse otra camisa, EunHo se sube a la espalda de su padre sacándole una sonrisa, lo veo salir con niños, pero al mismo tiempo veo a SoYi con su cabello suelto, Yeontan viene con ella en sus brazos.

—Lo siento—digo a YuLi una vez termino con su cabello, acaricio su mejilla mirando sus ojos oscuros—Está mal lo que hice, tienes razón, hablaremos luego de eso, ¿De acuerdo?

—Tranquila, omma—me abraza—A todos nos pasa.

—Ve con tu abuela, debe necesitar ayuda en la cocina.

Ella asiente dejándome a solas con su hermana. SoYi deja a Yeontan en una de las camas tomando asiento en la de EunHo, me acerco sentándome a su lado notando su semblante triste, incluso sus ojos lo dicen.

—¿Qué sucede, cielo? —acaricio su cabello.

Su mirada se cristaliza y en segundos contiene las lágrimas preocupándome.

—Creo que...nunca fui la indicada para SooBin—fuerza una sonrisa que parece más una mueca.

—Oh, cielo, ¿Qué ocurrió? —la abrazo entendiendo su tristeza, SoYi me abraza dejando salir las lágrimas, acaricio su espalda besando su cabeza—Shh, tranquila.

—Estaba hablando con otra chica, lo vi, ella lo besó, omma—su voz se quiebra más con lo último. La mantengo entre mis brazos consolándola, un corazón roto siempre duele y más cuando es la primera vez—Appa tenía razón, es un error.

—SoYi—aparto las lágrimas de sus mejillas—Tienes quince años y tienes mucha vida por delante, conocerás a muchos chicos, unos idiotas y otros que valen la pena tener—miro sus ojos—Esto no es el fin del mundo, ¿De acuerdo?

Ella asiente, pero hace un puchero conteniendo su llanto, la abrazo de nuevo dejando que llore, mi pequeña estaba sufriendo su primer corazón roto. Me duele verla así, pero al mismo tiempo esto es parte de la vida, SoYi se había ilusionado mucho con ese chico.

TaeHyung está en el marco de la puerta, por un momento creo que va a decirle a SoYi que eso sucedía por confiarse tan rápido, pero tiene otra actitud, viene hacia nosotras sentándose del lado de SoYi. Ella limpia sus mejillas sorbiendo su nariz, lo mira esperando su regaño.

—No sabes lo mucho que me duele ver a mi princesa así—seca sus lágrimas— ¿Quieres que vaya a asesinarlo por hacer llorar a mi linda SoYi?

—Appa... —SoYi está tan sensible que llora por cualquier cosa—Lo siento, tenías razón.

—Shh, tranquila—la abraza—Hay chicos imbéciles que no saben apreciar a las chicas como tú—besa su frente—No llores por él, respira, cielo.

Acaricio la espalda de SoYi, pero luego entre su padre y yo la abrazamos consolándola. Sin duda alguna había sido un día muy agotador.