Taehyung, el mejor cupido de su generación.
Parte I
Era tarde, tan tarde mientras Taehyung pasaba de nube en nube buscando entre las personas que caminaban bajo él al hombre que debía ayudar. Su seleccionado número 10.
Era 14 de febrero, el día más ajetreado para ellos, los cupidos, y Taehyung creía humildemente que era el mejor de su generación, incluso que algunos que tenían más años trabajando en la unión de parejas de todo el mundo, pero no podía decir aquello ya que sería una tremenda falta de respeto y él era un amante de las normas.
Si seguía las normas entonces nada podía salir mal.
—¿Dónde estás guapo? —Tae usó sus dos manos para mover la esponjosa nube y así tener una mejor vista. Llevaba al menos dos horas buscando al hombre, con un suspiro se giró, se acostó sobre su espalda y cerró sus ojos ante la comodidad que encontró.
Abrió sus ojos nuevamente y buscó el papel que tenía guardado entre sus escuálidas ropas, y no es como si necesitara mucho para estar en el cielo, la temperatura era la ideal, pero a Taehyung no le gustaba andar desnudo como a sus otros compañeros. Todavía recordaba amargamente el día que se había caído desde una nube y desnudo quedó en medio de la playa, por suerte no había nadie en el lugar y es que ningún humano podía verlo. Entonces su magia tenía que hacerse toda desde la nube o ser lo suficientemente sigiloso para que ningún humano pudiera detectarlo si es que llegaba a poner sus pies sobre el cemento.
Leyó de nuevo la pequeña ficha.
1. Nombre: Kim Seokjin.
2. Edad: 30 años.
3. Estado Civil: Viudo.
4. Ocupación: Bombero.
Había una fotografía bastante nítida y es que la organización de los cupidos en la que él trabajaba era la mejor y su sistema de rastreo ganaba premios todos los años. Miró la fotografía nuevamente, algo dentro de él se sentía extraño cada vez que recorría las facciones de su seleccionado, pero como ángel del amor que era no podía ver con otros ojos a aquellos humanos. La labor de él era ayudarlo y nada más.
Taehyung suspiró y dejó la fotografía entre sus dedos, luego deslizó su mirada por las otras nubes observando a sus compañeros trabajar y como todos los días buscó a su mentor.
Taehyung era el mejor cupido de su generación pero también era un gran admirador de su maestro y mentor Kim Namjoon, un hombre maravilloso que le enseñó todo lo que sabía desde que había sido trasladado hasta ese lugar para hacer uno de los mejores trabajos que podías aspirar después de la muerte o al menos eso era lo que todos decían.
—¿Todo está bien Taehyung?
Ni siquiera se había dado cuenta de que su mentor estaba al lado de él y tartamudeo como siempre le ocurría cuando Namjoon estaba cerca. Se sentía como un tonto ya que el hombre era la inteligencia en ese lugar, miembro del consejo y además era el esposo de quien custodiaba a los ángeles de la muerte... Eso era un poco aterrador.
Aún así su mentor era el mejor ángel del amor del cielo.
—Si… Todo está en orden —mordió su labio fuerte y luego miró de soslayo hacia la nube siguiente en donde uno de sus amigos miraba fijamente hacia abajo, Taehyung rogaba porque no se cayera otra vez ya que Jungkook solía distraerse y ya tenía al menos tres amonestaciones por poner en peligro el trabajo de todos los cupidos.
—No sabes mentir. Dime qué es lo que te tiene tan preocupado —Namjoon miró la hoja que tenía entre sus manos el chiquillo inquieto que era su estudiante y la tomó entre sus largos dedos —oh ya veo, ¿algún problema con tu seleccionado?
—Mhm, un poquito —sus dedos se entrelazaron —hace dos horas que lo perdí y tengo hasta las ocho para poder flecharlo. Tengo miedo de fallar.
—¿Cuando has fallado?
—Nunca —murmuró tímido ante los ojos amables de su mentor.
—Entonces lo encontrarás y lo ayudarás. Eres uno de los mejores Tae.
Los ojitos de Taehyung se abrieron grandes y brillantes —¿Yo?
—Si, eres bondadoso y siempre buscas lo mejor para tu seleccionado. Puedo asegurarte que todos tus enlazados viven una vida tranquila y amorosa gracias a ti.
Esa era la mejor parte de su trabajo y aunque no lo podía ver ya que estaba completamente prohibido para cupidos normales como él rastrear a las parejas enlazadas, Taehyung sabía en el fondo de su ser que así era, que su magia y el amor hacían que sus seleccionados fueran eternamente felices y que también lo serían en todas sus vidas futuras.
—Gracias —susurró sin dejar de ver el rostro de su mentor.
—¿Quieres que te ayude a encontrarlo?
Las mejillas de Taehyung se pusieron del mismo color que tenía su cabello y sin pensarlo demasiado asintió. —Como en los viejos tiempos.
—Así es.
Taehyung se arrodilló sobre su nube y miró hacia donde estaba el enorme edificio en donde su seleccionado trabajaba, según su reporte Kim Seokjin debía estar en aquel lugar, pero por más que miraba el hombre no daba señales de vida.
—Se supone que su turno terminaba hace dos horas pero no ha salido del lugar.
—Bueno su trabajo es algo incierto, quizá salió a alguna emergencia, ya sabes que los humanos suelen necesitar la ayuda de otros algunas veces.
—Si —Tae dijo convencido. Él era de los pocos cupidos que alguna vez había sido humano y que estaba enterado de aquello. Otros de sus compañeros simplemente habían llegado allí y no tenían recuerdos de nada más. Taehyung tampoco los tenía, pero una vez había logrado leer su expediente gracias a una apuesta que había hecho con Jungkook y ahí pudo saber a ciencia cierta que él había tenido una vida pasada. Incluso había estado casado lo cual era tan extraño porque él era joven cuando había muerto. De todas formas Taehyung prefería no indagar más en aquello —solo espero que esté bien, su trabajo es demandante y creo que soy su última opción de tener una pareja.
—¿Porque lo elegiste?
—Es viudo, lo he estado observando y es muy solitario, sufre por esa pérdida, ve videos y fotografías de un álbum morado muy bonito que tiene en un armario café —Tae arrugó su nariz —no es muy lindo ese mueble la verdad. Mhm, de todas formas siento que él no puede avanzar y no me gusta que así sea... Hay algo en él que me hace sentir triste cada vez que lo veo revisar esas fotografías.
Namjoon se rio bajito por la verborrea de su estudiante y luego preguntó un tanto preocupado: —¿Viste las fotografías?
—Uh no, la verdad es que no. Eso es algo íntimo de él, yo solo quiero ayudarlo a que supere esa pérdida y su alma gemela está cerca de él.
—Mhm, ¿estás seguro que es su alma gemela?
Taehyung asintió de inmediato y miró hacia el edificio nuevamente —son afines, tienen varias cosas en común y sus vidas son solitarias. Deben estar juntos. Afirmó.
Namjoon no dijo nada más y miró hacia la calle, tenía una vaga idea de donde podría estar el seleccionado de su estudiante pero no podía decir nada. No delante de él.
—Date un descanso, llévate a Jungkook por favor, no queremos que vuelva a caer y al parecer es lo que está por suceder.
Taehyung miró horrorizado hacia la nube cercana y de un salto se deslizó, pero luego volvió porque todavía tenía en su mano la fotografía de su seleccionado. Se acercó a su mentor y se la entregó. Namjoon la tomó aunque no necesitaba verla, conocía muy bien a Kim Seokjin, después de todo había sido su seleccionado mucho tiempo atrás, un tiempo en donde él se había encargado de enlazarlo con su alma gemela, había costado mucho ya que su pareja destinada no creía demasiado en el amor, pero aún así lo había logrado gracias también a la persistencia de Seokjin, lamentablemente su enlace se había roto tiempo después y desde ese momento que Namjoon se había encargado de cuidar de cierto modo a Seokjin.
Se deslizó por las nubes hasta que llegó al cementerio local, pudo divisar rápidamente al hombre de cabellos negros de rodillas frente a una tumba. Y es que el hombre visitaba ese lugar varias veces a la semana. Namjoon estaba aliviado que Taehyung no fuera tan curioso, que no sintiera tanto interés por su seleccionado más allá de lo que había averiguado. Porqué de otra manera Kim Taehyung, el cupido más importante de su generación se daría cuenta que el enlace que quería lograr jamás llegaría a buen destino porque Kim Seokjin solo había tenido una alma gemela en toda su existencia y era tragicómico que su destinado en todas sus vidas le estuviera buscando una pareja.
Namjoon se lamentaba por el accidente trágico que había sufrido Taehyung siendo tan joven y no había podido evitarlo porque ese era su destino, había estado escrito desde siempre y ahora él se pasaba sus días cuidándolo y tratando de que no se enterara de que Kim Seokjin era su esposo cuando era humano. Y era difícil, justamente Taehyung había seleccionado a Seokjin entre miles de personas, miles de hombres y Namjoon sabía que era porque en el fondo sus almas estaban conectadas, aún viviendo en lugares diferentes, aún en sus universos paralelos sus almas clamaban por el otro.
Pero habían reglas que cumplir y una de esas era que los cupidos no tuvieran relación alguna con sus seleccionados, no podían verse frente a frente porque la locura de ver a un ángel del amor en la Tierra podía originar un tremendo problema para la agencia de cupidos, entonces todos ellos debían trabajar a distancia, pero Namjoon estaba seguro que de alguna u otra manera las almas de Seokjin y Taehyung se encontrarían.
Y él no quería pensar en las consecuencias de aquello.
Con pesar observó como el seleccionado de Taehyung lloraba en silencio mientras acariciaba la tumba en la que descansaba su más grande amor.
Namjoon se levantó de su sitio odiando la idea que se había instalado en su cabeza ya que sabía que no dejaría de pensar en como juntar a Taehyung y a Seokjin aunque fuera una sola vez y de la única manera en que los ángeles podían tener contacto con los humanos sin llegar a ser desterrados del cielo. Era una locura y habrían terribles consecuencias, pero el alma de Seokjin sufría y mientras más tiempo Taehyung pasara cerca de Seokjin, su alma también comenzaría a sufrir.
Él debía hacer algo.
• ° • ° •
Seokjin limpió sus lágrimas y se mantuvo frente a la tumba de color gris azulado que había escogido para su esposo. Era hermosa y brillante, así como lo había sido su compañero, un hombre increíble que lo había acompañado por cinco años antes de que un accidente automovilístico lo arrancara de su vida.
El hombre desganado se levantó de su sitio y suspiró levemente, se acercó al frío cemento sin dejar de mirar la fotografía que había puesto allí ese día y que era su preferida.
—Te amo bebé —susurró para luego alejarse del lugar.
Sus días de San Valentín eran siempre de esa manera, dependiendo del día él se levantaba a tomar un solitario y escueto desayuno, luego iría al trabajo para pasar un par de horas allí, si tenía suerte habría una que otra emergencia y así su día tendría algo de sentido. Luego iría al cementerio para llorarle a su amor que ya no estaba junto a él, y no es como si a Seokjin le gustara sufrir por su esposo fallecido, pero era inevitable porque cada vez que recordaba a su Taehyung el dolor en su pecho se intensificaba y él solo podía llorar por su ausencia. Luego de todo eso él volvía a casa, miraba su álbum de fotografías, ese mismo que su esposo había elegido para ellos y rememoraba la felicidad que había alcanzado junto a ese tierno chico de ojos marrones gentiles y cálidos.
Seokjin salió del cementerio y se subió a su vehículo, manejó sin prisa hasta su pequeña casa. Cuando estuvo dentro se sentó en su sofá y se quedó mirando hacia la pared más cercana. Las lágrimas amenazaron con bajar nuevamente entonces él decidió que ya no quería eso, la tristeza lo estaba consumiendo y lo sabía, tenía a todo sus familiares y amigos preocupados. Debía avanzar sin él, debía aceptar que nunca más tendría la oportunidad de verlo, ni de tocarlo, debía aprender de una vez a vivir solo del recuerdo de quien había sido la persona más importante en su vida, el hombre por el cual luchó para que lo mirara, por el que pasó noches enteras ideando la mejor manera para conquistarlo, para atraerlo y cuando finalmente lo hizo, cuando Taehyung le sonrió esa tarde de fines de junio para luego besarlo fue el día en que la vida de Seokjin comenzaba. Ese fue el día en que terminó por enamorarse de aquel muchacho tierno e inteligente que le hizo ver el mundo de otra manera.
Y Seokjin estaba seguro que jamás conocería a nadie como Taehyung.
Él debía hacer algo para avanzar y a la vez dejar de sufrir.
Seokjin se puso de pie y buscó en su baño aquel frasco de pastillas que no había tenido el valor de tomar antes. Volvió al sofá y se quedó allí mirando hacia la pared.
Él debía tomar una decisión.
• ° • ° •
—¡¿Estás loco?! Si nos descubren serás tú quien de la cara.
Jungkook se rio y miró hacia ambos lados de la calle —maldición Tete, se te ven las alas —el rubio rodó los ojos hacia su amigo —mira ahí está su casa, vamos a averiguar porque se te perdió. Quizá ya encontró compañía y estás aquí todo preocupado.
Taehyung rodó sus ojos y negó —no lo creo, el dolor que siente su corazón puedo percibirlo aún a la distancia, su alma está incompleta. Él está sufriendo —dijo preocupado tocando a la vez su pecho que no dejaba de doler y molestar cada vez que tomaba una respiración.
—Eso es triste, deprimente y raro porque no deberías sentirlo.
—Lo sé, por eso debo actuar, está sufriendo y solo yo puedo ayudarlo—Tae corrió detrás de su amigo y se pararon justo frente a la casa de su seleccionado, estaba oscureciendo y solo quedaban dos horas para enlazarlo.
—Dijiste que su alma gemela vendría a verlo ¿no?
—Uh si, eso dijeron ayer. Cervezas y películas de acción.
—Eso es bueno entonces. Vamos —Jungkook vio una entrada lateral a la casa del seleccionado de Taehyung y se metió de inmediato siendo seguido por este. —Que bueno que no tenga perro, no me gusta hacerlos dormir.
—A mi tampoco pero solo es un efecto de un par de horas.
Ambos entraron a la cocina poco iluminada y sin hacer ruido se deslizaron hasta la sala en donde el seleccionado de Taehyung dormía en posición fetal sobre el sofá sosteniendo y álbum de fotografías de color morado.
—Es triste —Jungkook dijo con su mano en el pecho —nadie debería pasar este día tan memorable solo. Hay que hacer algo por él, además de que es demasiado atractivo para la soltería.
—Oye —Tae se cruzó de brazos —no digas esas cosas, nosotros no podemos ver de esa manera a los seleccionados, además que él es mi seleccionado, no el tuyo.
Jungkook se encogió de hombros y rodeó el sofá —¿deberíamos dormirlo más profundamente?
—No pareciera que fuera a despertar —susurró Taehyung viendo las lágrimas secas sobre la mejilla de su seleccionado. Se acercó y pasó sus dedos por sobre la suave piel e inmediatamente quitó sus dedos porque sintió una rara descarga eléctrica lo cual era sumamente extraño porque los seres mágicos como él no sentían ese tipo de cosas. Eso era de los humanos.
—¿Que fue eso? —Jungkook también rodeó el sofá y miró a su amigo con sus ojos enormes —¿estás sintiendo?
Taehyung lo miró asustado y comenzó a retroceder, no avanzó mucho ya que chocó contra un mueble. Se giró de inmediato y abrió sus ojos tan grandes que pensó que se saldrían de sus cuencas.
Ahí en ese feo mueble habían muchas fotografías y Taehyung sintió su interior alborotarse mientras tomaba un pesado marco de fotos y lo acercaba para verlo mejor. Sus ojos se aguaron sin saber bien porque y de pronto comenzó a llorar.
Jungkook se llevó una mano hasta su boca tan sorprendido mientras veía a Taehyung llorar.
Todo era extraño y Jungkook comenzó a tener miedo, los ángeles no lloraban, ellos solo estaban en el cielo para ayudar a las almas solitarias a encontrar su otra mitad, su complemento para poder vivir en amor y tranquilidad por el resto de sus días. Taehyung era un ángel del amor pero todo indicaba y según lo que él había leído en el manual oculto de cupidos que le había robado a Namjoon, era que el alma de Taehyung todavía recordaba su yo humano, lo que había sido en la época que había vivido en la Tierra.
—¿Tete? —las alas de Jungkook se agitaron por el miedo que sintió de pronto.
—Yo soy por quien llora —Taehyung se giró para observar al hombre que dormía aún —fui su esposo y morí. Lo tuve que dejar en este mundo cuando él no estaba preparado para dejarme ir... Yo estoy aquí —susurró mostrando la fotografía.
Las lágrimas seguían cayendo sobre sus mejillas, Tae dejó la fotografía sobre el mueble y se llevó una mano hasta su pecho. Le dolía tanto que comenzó a asustarse.
Nada tenía sentido, era tan raro que lo hayan dejado ser el ángel de Seokjin cuando habían sido esposos, incluso su rostro en su vida pasada era prácticamente igual al de la actualidad, y eso solo le decía que Seokjin jamás debía verlo.
—Se está despertando, tenemos que irnos —Jungkook se alejó del sofá y tomó de las ropas a su compañero y amigo —¡Tete! —dijo para sacar a Taehyung de su estado de letargo.
—No puedo irme sin enlazarlo —su voz sonó tan triste que se sorprendió de que así fuera. —No puedo dejar que siga sufriendo.
—Yo lo haré, debes dejarlo Tae... Quizá su alma sufre porque estás cerca, debes romper todo tipo de unión.
Taehyung asintió haciendo pucheros mientras más lágrimas bajaban por sus mejillas —me duele que sufra, desde que lo seleccioné que siento este peso dentro de mi y siempre creí que era porque así es como nosotros nos sentimos cuando ayudamos a los humanos, pero le pregunté a Jackson, también a Junho y ellos dijeron que no sentían nada de eso, que solo sentían satisfacción cuando sus seleccionados eran enlazados. —Taehyung miró a Jungkook y parpadeó muchas veces —¿debería enlazarlo a otro hombre cierto?
—Es nuestro trabajo Tete.
—Hace un rato creía lo mismo, pero ahora me siento extraño... Siento como si me estuvieran picando miles de abejitas por dentro, ¿que significa eso?
Jungkook negó muchas veces —no lo sé, pero creo que deberíamos irnos antes que despierte, mira, se está moviendo.
Taehyung miró el cuerpo de Seokjin pero era extraño, se estaba moviendo muy rápido mientras que de su boca salía una espuma blanca. Ambos ángeles alcanzaron a correr antes de que la puerta de entrada se abriera de golpe y muchas personas llenaran el lugar.
Lo último que escuchó el cupido de cabello rojo vibrantes fueron llantos de un hombre que hablaba sobre una carta de despedida y sobredosis.
Luego de eso todo se volvió oscuridad para el ángel del amor, el mejor de su generación.
•
° • ° •
Seokjin miró a su alrededor, el lugar era extraño, estaba un poco oscuro y el hombre frente a él se veía serio y molesto.
—¿Recuerdas tus últimos momentos en la Tierra?
Él asintió —suicidio.
—Bien, si, tienes razón, aquellos que atentan contra su vida recuerdan su paso por la Tierra a diferencia de quienes mueren de manera abrupta. Todo bien entonces, tu trabajo de ahora en más será transitar en el mundo de los vivos buscando a quienes estén dando sus últimos suspiros de vida.
Seokjin arrugó su ceño —¿que significa eso?
—De ahora en más serás un ángel de la muerte, muy pronto tendrás hermosas alas negras y una lista enorme, te digo enseguida que es más la gente que muere a la que nace. Te doy la bienvenida a este lugar que todos llaman infierno pero que yo llamo hogar, mi nombre es Yoongi y seré tu mentor.
Los ojos rasgados de Seokjin se abrieron grandes y lo hicieron un poco más cuando una luz enceguecedora hizo que tuviera que cerrar sus ojos.
—Min Yoongi —llamó el extraño hombre vestido con ropas blancas.
—No me jodas, ¡que diablos haces aquí! Te aburriste de jugar a las casitas con los otros perdedores de allá arriba —dijo burlón el hombre vestido completamente de negro.
—Vengo por él.
Seokjin sintió la mirada de ellos dos sobre él y dio un paso atrás un tanto asustado.
—¿Y que te hace creer que te lo voy a ceder?
—Lo harás porque es sumamente necesario. Es un código 345.
Yoongi rodó sus ojos —malditos ángeles rosados.
—Hey, ya hemos hablado de esto Min, sin discriminaciones, ni ofensas.
El mencionado volvió a rodar sus ojos y luego miró a quien supuestamente iba a ser su estudiante y alzó sus dos manos rendido ante el ángel vestido de blanco.
—Rápido.
Namjoon sonrió y se acercó hasta el hombre de negro, acarició lentamente su mejilla y luego dejó un beso corto en sus labios —gracias cariño, no llegues tarde a cenar, haré tu plato preferido.
Seokjin no entendía nada y tenía miedo de preguntar. Miró por última vez al hombre de negro y se sorprendió al ver sus facciones mucho más relajadas y un brillo particular en sus ojos.
Enamorado. El hombre se veía satisfecho lo cual era algo que no se esperaba.
Amor entre un ángel blanco y otro negro era algo sorprendente la verdad.
—Disculpa por eso —Namjoon abrió una puerta enorme y pesada y luego la luz llegó hasta Seokjin quien tuvo que tapar sus ojos. —Llevamos prácticamente una eternidad casados. Es muy divertido también trabajar en partes diferentes, es parte del encanto de esto.
Jin asintió mirando más allá y sus ojos se ampliaron. Nubes blancas y rosadas adornaban todo el lugar y desde donde él estaba parado junto al ángel blanco pudo apreciar a los demás ángeles viniendo de aquí para allá, algunos desnudos y otros con túnicas blancas sobre sus cuerpos.
—Este es el cielo y solo vienes de visita, tu lugar estará abajo junto a mi esposo. Trabajarás y aprenderás de él.
—¿Que hago aquí? —dijo mientras buscaba entre las nubes.
Hasta el momento habían pocas variaciones a lo que todo el mundo decía de lo que había luego de la muerte, el cielo y el infierno existía pero al parecer no de la manera en la que se creía.
Era todo más amigable de lo que se creía.
—Ya lo verás. Ven, acompañame.
Seokjin lo siguió hasta una puerta verde grande y luego de atravesarla observó un enorme jardín lleno de las más lindas y coloridas flores que hubiese visto alguna vez.
Asombrado Seokjin entró y en algún momento se distrajo y cuando miró a su izquierda el ángel alto de cabello gris ya no estaba a su lado, por más que lo buscó en ese enorme jardín no pudo encontrarlo por lo que comenzó a caminar sin rumbo conocido, no sentía miedo, solo la enorme necesidad de saber si podría encontrar a quien estaba buscando y la razón del porque él estaba en ese lugar.
Había alguien a la orilla de una hermosa fuente de agua, tenía el cabello rojizo vibrante y como estaba de espalda no podía apreciar su rostro, aún así caminó hacia él y se paró justo detrás.
—Uhm, hola, creo que me perdí y la verdad es que no sé donde estoy.
Seokjin dio un paso atrás mientras el hombre se ponía de pie y luego su vista se nubló y solo pudo ver a su fallecido esposo Taehyung, tenía otro color de cabello y su piel era ligeramente más oscura, pero aún así era él, era su chico bonito, el hombre que lo había hecho feliz mientras estuvieron juntos y por el cual había sufrido como nunca antes lo había hecho.
—¿Que haces aquí Jinnie? —Tae mordió su labio tembloroso, ya no habían lágrimas en sus ojos pero si la enorme tristeza de ver a Seokjin en ese lugar ya que eso solo significaba que ahora todos sus seres queridos estaban llorando por su partida —¿Porque lo hiciste?
—Ya no podía vivir sin ti —Seokjin estiró sus manos y acarició el rostro ajeno. Sus manos temblaban mientras deslizaba sus dedos por la nariz de Taehyung, luego por sus cejas y finalmente por sus labios —sé que fue una decisión un tanto cuestionable pero yo ya no podía vivir así. No era yo.
Taehyung cerró sus ojos dejándose tocar, había tenido una charla un tanto difícil con los miembros del consejo ya que luego de la muerte de Seokjin debían tratar varios temas importantes como por ejemplo el decidir si devolver a Taehyung los recuerdos que tenía junto a Seokjin, como así también debían votar si ambos debían juntarse en el cielo.
Gracias a los altos ángeles del cielo Taehyung pudo recuperar sus recuerdos y darse cuenta que realmente su alma estaba incompleta, aún en ese lugar, aún en el cielo en donde todos obtenían la paz deseada luego de morir. Taehyung comprendió que su amor por Seokjin siempre estuvo allí, en su preocupación al seleccionarlo para enlazarlo, en el dolor de su pecho cada vez que perdía de vista a Seokjin.
Había estado allí frente a sus ojos y él no se había dado cuenta.
Sus ojos se alzaron hasta los marrones brillantes y sin esperar demasiado juntó sus labios con los ajenos. Sus brazos rodearon el cuello ajeno. Sonrió en el beso, ante la comodidad y el conocimiento pleno de esos labios que envolvían de la mejor manera los suyos.
—Te amo Seokjin y ahora estaremos juntos por toda una eternidad.
Seokjin sonrió complacido —esas son las mejores palabras que he escuchado en mi vida.
Taehyung se rio bajito, emocionado con millones de mariposas tigres recorriendo su interior. — Bienvenido al cielo esposo mío.
Seokjin sonrió y abrazó aún más fuerte el cuerpo envuelto en capas y capas de tela blanca amando cada uno de los detalles en este.
Y aunque sabía que dejaba un enorme dolor en la Tierra, él no podía estar más satisfecho por su decisión ya que estaba completo nuevamente.
Una nueva etapa comenzaba para él y ahora sí tendría toda la eternidad para pasarla junto a su gran amor, el hombre de su vida, Kim Taehyung quien también era el mejor cupido de su generación.
• ° • ° •
Feliz día 💕
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