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Afortunados




Jungkook frunció su ceño mientras observaba la prenda que tenía en sus manos. Habían muchas cosas que no entendía de la ropa infantil, en realidad era que no entendía la finalidad de tantas capas o brillos por todos lados. Bufó maldiciendo bajito a sus padres por comprarle ropas tan extrañas a su pequeña hija, pero tampoco podía culparlos ya que ellos siempre habían querido una niña dentro de la familia y ahora que tenían a Heejin volcaban todo su amor de abuelos en la integrante más pequeña del clan Jeon-Kim.

—¿Que tal si sólo es ropa común y corriente de esas normales que solemos ponerte con papá?

La bebé lo miró con sus ojos grandes, balbuceó muchas palabras juntas siendo besada inmediatamente en sus mejillas por Jungkook.

—¿Que voy a hacer contigo? Eres tan linda —resopló completamente enamorado de su pequeña bebé. —Bien, será una camiseta y un pantalón cómodo.

Jungkook la tomó en brazos y juntos salieron de la habitación matrimonial para atravesar el pasillo y meterse a la habitación de la pequeña de la casa, aunque la mayoría del tiempo dormía en la cama de sus padres ella tenía su propio lugar lleno de peluches, cuentos y un enorme armario en donde se encontraba la cantidad de ropa más grande que una bebé podía aspirar a tener.

—Un día de estos no aceptaremos más regalos de los abuelos —Jungkook la meció lentamente mientras la acomodaba en su cadera —¿que opinas tú? Yo sinceramente creo que exageran —el hombre soltó una risotada al ver todos los conjuntos de ropa apilados, luego los abrigos y vestidos que estaban colgados de manera ordenada haciendo un lindo arcoíris de colores dentro del armario.

Buscando algo más apropiado para el día es que Jungkook tomó una camiseta roja con lunares blancos que sabía era la preferida de su marido, luego un pantalón ligero color negro que tenía pequeñas mariposas como estampado. Conforme con la elección Jungkook llevó a la bebé hasta la cuna corral que estaba en medio de la habitación y la dejó allí.

—Mhm si, creo que es hora de un baño, entonces tomarás esto —Jungkook le entregó su juguete favorito y dejó otros más alrededor de ella —vengo ahora ¿si? Sólo iré a regular el agua. —Miró a su pequeña y deseó que su hijo mayor estuviera en casa para que se quedara con ella unos minutos mientras él preparaba el baño, pero no era la ocasión entonces él debía ser rápido.

Prácticamente corrió hasta el baño para poner la bañera celeste sobre la tina y luego accionar los botones para regular el agua. Volvió a la habitación de su hija y buscó dentro del armario un par de toallas. Con todo eso en sus manos volvió al baño y dejó todo en orden.

Cuando iba de vuelta a la habitación de Heejin miró la hora en su celular y sonrió de inmediato al darse cuenta que solo quedaban veinte minutos para que su esposo y su hijo mayor llegaran a casa y se sentía realmente realizado por tener todo bajo control, aún estando al cuidado de una niña de casi dos años.

Una niña que había llegado a llenar de mucho más amor la vida que llevaba compartiendo por tantos años con Jin y su hijo mayor Hoseok y sí, las cosas habían sido difíciles en los primeros tiempos, incluso cuando ya llevaban varios años casados, pero aún así y a pesar del día a día ellos podían decir que tenían un matrimonio sólido y lleno de amor.

Jungkook llevó a su niña hasta la bañera y luego de revisar el agua la sentó sobre esta y Heejin de inmediato comenzó a chapotear tirándole agua a su padre en el proceso.

Jungkook se echó a reír secando su rostro con una de sus manos ya que la que tenía libre sostenía a Heejin. Estaba tomando todas las precauciones necesarias para mantener a su bebé a salvo. Cómo padre primerizo le había costado mucho adaptarse a la idea de cuidar de una personita tan pequeña, aunque ya había tenido una gran práctica con Hoseok, su primer hijo, pero la situación había sido completamente distinta ya que Jungkook había conocido a Hobi cuando este tenía 3 años de edad.

En cambio Heejin había llegado a sus brazos seis meses antes gracias a la adopción, habían estado en contacto con ella desde su primer mes de vida visitándola tanto como fuera posible y es así como luego de varios meses de espera la niña llegó a su hogar.

—Apá.

—¿Si bebé?

—Hobi.

Jungkook sonrió —¿Quieres ver a tu hermano, princesa?

Heejin miró el agua con espuma y luego de nuevo a su papá —Hobi —repitió.

—Lo sé, yo también quiero verlo. Vamos a darle muchos besos y abrazos cuando lo veamos.

Heejin chapoteo mientras reía y Jungkook suspiró profundamente con cariño hacia la niña tan bonita que había elegido que ellos se convirtieran en sus padres.

Esa había sido una linda sorpresa ya que muchos meses luego de que ellos la visitaran y la vieran crecer, la niña se habituó a ellos y los esperaba según le decían las cuidadoras, ellos al principio no lo creían porque Heejin era tan pequeña, pero un día Jin había ido solo a verla y la niña, luego de darle un abrazo se había quedado en la puerta esperando por los otros integrantes de la familia, entonces esa había sido una de las tantas razones por la cual aquella dulce bebé sería parte de la familia.

—Creo que es hora de salir. —Jungkook tomó la toalla gigante y se acercó hasta la tina, su pequeña de inmediato frunció su ceño y se alejó del extremo de la bañera para no ser sacada. —Hee, hace mal estar tanto rato en el agua, ya sabes lo que pasa si te quedas.

Ella lo miró con sus ojos enormes y brillantes pero no se puso de pie a pesar de que su padre había estirado sus brazos.

—Vamos corazón.

Jungkook tomó la toalla y escondió su cabeza detrás de esta, él tenía varios trucos con los niños, bueno, eso resultaba en el hospital cuando tenía que inyectarlos o darles medicina, pero en casa era diferente ya que su pequeña era un poco testaruda y de no ser que todos ellos sabían que la niña era adoptada, bien su tozudez podría haber sido heredada de Jin, así como los ojos grande su brillantes podrían haber sido el toque de Jungkook.

Pero ese no era el caso y ellos amaban a la niña como fuera y aprendían día a día un poco más de ella.

—¿Dónde está apá?

Heejin pegó un grito y luego rio fuerte —¡Aquí, aquí!

Jungkook sonrió y bajó la toalla hasta sus ojos y los dejó al descubierto. —¿Dónde está apá? —repitió y recibió en respuesta una carcajada.

—Estoy aquí ¿cierto?

Finalmente y luego de varios minutos de juego Jungkook pudo sacar a su niña del agua. La llevó hasta la habitación y la secó cuidadosamente para ponerle su pañal y luego vestirla, peinó sus cabellos castaños con el cepillo preferido de Heejin que era de un oso blanco que tenía las pestañas color púrpura, era una baratija que Hoseok había encontrado en un mercado al que solían ir los fines de semana y que su niña había amado desde que había caído en sus pequeñas manos.

—Estás lista señorita Jeon. —Jungkook la tomó en brazos y caminó con ella hasta la sala justo en el momento que el resto de su familia hacía ingreso al hogar.

Los ruidos lo hicieron sonreír, su esposo Jin y su hijo mayor Hoseok siempre eran así, conversaban mucho y reían también por lo que esa tarde de viernes no era diferente a otras en su hogar.

—Y es aquí en donde están las otras dos partes de mi corazón.

Jungkook sonrió y recibió un cálido beso en los labios de su marido, su hermoso marido que todavía le quitaba el aliento cada vez que lo veía.

—Hola amor, ¿que tal estuvo tu día?

—Fatal, hoy había vacunación ¿recuerdas que te lo había dicho —Jin arrugó su nariz cuando su esposo asintió. Miró a su hija y le tiró un beso con su mano a su pequeña hija que ya tenía sus brazos estirados esperando por él —en un segundo cariño, debo ir a la ducha primero. No queremos que nadie se enferme.

Canturreando una canción es que su esposo se alejó por el pasillo y Jungkook miró hacia la entrada esperando por su hijo.

—¡Oye Hobi! —gritó tratando de ver donde estaba el chico —aquí hay una señorita que quiere verte.

Heejin tenía sus ojos enormes mientras escuchaba unos ruidos bajitos venir del piso, entonces la niña pegó un salto cuando detrás del sillón apareció su hermano con sus manos alzadas como si fuera un gran oso y gruñó para ella y su padre.

Jungkook se hizo el sorprendido y aún con Heejin en brazos comenzó a correr con ella escapando del “oso”. La niña reía cada vez más fuerte contagiando así a su hermano que luego de dos vueltas al sofá grande se cansó y se tiró sobre este luciendo miserable.

—¿Cómo estuvieron tus clases campeón?

—Bien —se encogió de hombros —lo normal, pero hay algo que debo enseñarte papá.

—¿Que es? —Jungkook se sentó en el sofá y de inmediato Heejin pidió bajarse para luego llegar hasta la caja de juguetes que tenían en la sala.

—Esto —el chico buscó dentro de su mochila y con una sonrisa tímida le entregó a su padre el examen tan difícil que había tenido dos días antes y por el cual había estado estudiando junto a él.

—Wow —Jungkook no estaba sorprendido en lo absoluto cuando vio la máxima calificación en la parte superior de la hoja. Su Hobi era muy inteligente, incluso si habían materias que eran difíciles para él, su niño siempre se esforzaba al máximo haciendo que su pecho se inflara por ser el padre de un chico tan increíble como Hoseok. —esta es una muy buena calificación, felicidades y puedes elegir lo que quieras hacer este fin de semana tal y como lo acordamos.

Hoseok asintió mirando a su hermana, luego sonrió cuando ella corrió hacia él con un juguete en sus manos —Hee, ¿me extrañaste?

—Hobi —dijo ella a cambio haciendo que el chico sonriera de inmediato. Luego se acercó lo suficiente para darle un beso en su abultada mejilla.

—Esta calificación se va al refrigerador, aunque hijo quiero que sepas que aunque hubiese sido una calificación más baja que esta de todas maneras estaría orgulloso de ti.

Hoseok asintió lentamente viendo a su papá —tu me ayudaste, por eso me fue bien.

—Eso no es tan cierto —dijo Jin entrando a la sala luego de su ducha rápida y de inmediato tomó a su pequeña en brazos para luego besarla en sus mejillas haciéndola reír. Luego de que Heejin se calmara Jin la recostó en su cadera y miró a su hijo mayor —tu esfuerzo es lo que te llevó a obtener esa calificación, bebé.

—¡Eso es cierto! —dijo Jungkook mientras se dirigía al comedor.

Jin estuvo de acuerdo —Hobi, ve a cambiarte el uniforme y luego vuelves para que cenemos.

El niño se levantó de inmediato —¿puedo usar mi teléfono antes de la cena?

—Solo un rato, ya sabes las reglas.

—¡Pero hoy es viernes!

—Y es nuestro día en familia también, corazón.

El chico asintió de mala gana y Jin lo dejó ir porque estaba realmente cansado, ese día había sido uno de los pesados en el hospital.

Caminó con la niña hasta la cocina y se acercó a su esposo para acariciar el cabello de este mientras preparaba la cena de su pequeña.

—¿Cómo estuvo tu día, cariño?

Jungkook resopló —bien, cansador, la señorita solo quiso jugar desde que abrió sus ojos en la mañana.

Jin miró a su hija y le dio un beso en el cabello. Ella se acurrucó en su hombro por lo que él comenzó a darle pequeños golpecitos en su espalda. Luego miró a su esposo y le sonrió —eres el mejor padre que podría haber elegido para nuestros hijos, bebé.

—¿Cierto? Jamás encontrarías a alguien mejor calificado de que yo.

—Bobo.

Jungkook amó la sonrisa que brotó de los labios de su esposo, siempre le sorprendía que ese maravilloso hombre lo hubiese elegido a él y que se hubiese quedado a su lado incluso cuando las cosas habían sido difíciles.

¿Pero de ese se trataba el amor, no? No era una cuestión de aguantar hasta más no poder, sino que era el hecho de quedarse al lado de tu pareja para construir lo que se había anhelado, aún si el camino se volvía difícil en algún momento. Ese era el compromiso máximo que podía hacer.

Y Jin jamás lo había decepcionado en el pasado cuando todo había sido difícil. Ambos se habían acompañado en sus momentos más difíciles.

—¿Que quieres cenar? —Jungkook abrió la olla pequeña de su hija y metió varios trozos pequeños de zanahorias.

Jin ladeó su cabeza y se encogió de hombros —no quiero cocinar, deberíamos pedir comida a domicilio.

—¿De nuevo?

Jin hizo una mueca —estoy realmente cansado esta noche, bebé.

—Está bien, lo entiendo —Jungkook tapó la olla y cuando Heejin se puso inquieta fue dejada en el piso y los tres salieron de la cocina. La niña corrió de nuevo hasta su caja de juguetes y Jungkook aprovechó la oportunidad de abrazar a su esposo.

Apoyó su mentón en el hombro ajeno y pasó sus manos por la pequeña cintura de Jin. Dejó un beso en su cuello y sonrió cuando su esposo cerró sus ojos dejándose mimar. Le dio otro beso más pero esta vez en la oreja.

—Kookie, bebé —murmuró Jin dejándose besar.

—Solo es un beso, te extrañé hoy.

Jin de rio bajito —eso es exactamente lo que yo siento cuando sales a trabajar en esos turnos eternos.

—Lo sé, pero me gusta trabajar en esa área, sé que los turnos son un asco, sobre todo los de noche pero es lo que elegí, cariño.

Jin apretó las manos de su esposo sobre las suyas y dijo bajito. —No quiero discutir sobre eso, no hoy Kookie.

Jungkook entendió y suspiró abrazando un poco
más fuerte el cuerpo de su compañero. Olió ese perfume que lo volvía loco y se aferró a la imponente espalda de su esposo como si tuviera miedo de que se escapara de su lado.

—Te amo.

Jin, que todavía tenía sus ojos cerrados sonrió. —Yo también te amo mucho mucho, bebé.

Jungkook cerró sus ojos también, solo unos segundos, ya que la pequeña destructora estaba jugando en la sala con sus juguetes y debía supervisarla, pero a la vez quería disfrutar un poco más de su esposo ya que cada vez tenían menos momentos para estar a solas, eran prácticamente momentos robados pero que valían la pena al cien por ciento.

—Haré la cena —Jin bostezó mientras de giraba y veía a su esposo a los ojos. Pasaban los años y seguía creyendo que Jungkook era el hombre más atractivo que había visto en su vida.

—Yo la hago, de todos modos ya estoy haciendo la cena de Hee.

Jin negó con su cabeza haciendo que su cabello rubio se meciera con el movimiento —hoy trabajaste mucho acá en casa.

—Tengo mucha energía, amor.

Jin rodeó con sus brazos el cuello de Jungkook y sonrió sintiéndose amado de todas las maneras posibles por ese hombre que lo miraba con tanto amor, con tanto cariño y que no solo se lo decía, sino que cada día se lo demostraba con hechos, día a día seguía conquistandolo haciendo que Jin se sintiera realmente afortunado de tener el amor de Jeon Jungkook.

—Haces que la paternidad se sienta tan liviana, sin demasiadas complicaciones... Ya sabes, yo tuve que criar prácticamente solo a Hobi, entonces siempre tuve esa sensación, cuando estaba solo lidiando con mi situación, de que era difícil, que ser papá no era tan maravilloso como lo mostraban en la televisión, pero tú haces que todo esto realmente sea maravilloso, me estás enseñando a disfrutarla y esa es una de las miles de cosas que amo de ti. —Jin dejó un beso en los labios ajenos y sonrió —después de tantos años sigues enseñándome cosas... ¿no crees que es algo increíble? Me siento el hombre más afortunado del mundo.

Jungkook parpadeó un par de veces, su boca abierta ante la sinceridad de su esposo. La mayoría del tiempo era él quien decía todas esas cosas, era él quien le decía todo el tiempo lo feliz que era por tenerlo en su vida. Feliz del hijo que habían criado juntos y de la familia que estaba construyendo día a día.

Enfocándose en su hermoso esposo es que Jungkook solo respondió con un largo beso que hizo que su corazón latiera más rápido mientras la felicidad recorría cada parte de él.

Solo segundos estuvieron con sus labios juntos ya que Heejin tiró del pantalón de Jungkook pidiendo subir a los brazos de su padre.

Jungkook la tomó enseguida y besó su mejilla, también lo hizo Jin y la niña los abrazó a ambos haciéndolos reír.

Pronto Hoseok salió de su habitación y observó la bonita escena familiar, quizás otro niño de su edad podría haberse puesto celoso, después de todo él había sido hijo único hasta la llegada de Heejin, pero no era el caso de Hoseok, él estaba realmente feliz de la familia que tenía porque sus padres no hacían distinciones entre él y su hermana.

Se acercó sin dudar y rodeó con sus brazos los cuerpos de sus padres, ellos inmediatamente lo rodearon en un abrazo de a cuatro.

Jungkook sonrió y miró a Jin, ellos se miraron por largos segundos sin decir nada ya que ellos sabían que tenían a la familia que ambos habían soñado, una llena de respeto y amor infinito que cada día se hacía más y más fuerte.


🌸🌸

Por si alguien se pregunta, sí, esta familia es la de mi libro
Déjame Amarte.

Tengan una linda semana ❤️

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