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Capítulo siete: VII.

parejas: Louis Tomlinson/PMO (principal: louis tomlinson/harry styles)

advertencias: mismo tipo de advertencia aplicada en el último capítulo. es muy importante que si, tiene alguna relación con el tema de la enfermedad mental, vaya hacia abajo a la parte inferior para más detalles.



VII: Louis.

Louis pasa año nuevo en cama, Zayn apretado a su lado.

Su madre y sus hermanas no están en casa, por lo que dejan la ventana abierta, pasándose un porro. Zayn no dice mucho, sólo deja pasar el silencio entre ellos. Por primera vez en un mes, Louis se siente tranquilo. El silencio es una manta, que cubre hasta el entumecimiento que el aire frío sopla a través de su ventana.

Louis presiona la cara contra el brazo de Zayn, respirando profundamente mientras Zayn hace dibujos en el aire. Zayn huele a infancia, huele a lo simple que solía sentirse. Antes, cuando las cosas no eran tan complicadas y desastrosas, en la época en la que Louis no sabía cuán cruel es el mundo realmente.

Cuando Louis llora, como siempre lo hace hoy en día, Zayn no dice nada. Él sólo le permite a Louis enterrarse en su cabello mientras lo abraza por la cintura.

Ninguno de los dos se da cuenta de que el año nuevo llegó dos horas antes.

✖✖✖

Es final de enero cuando Louis se entera de que Harry está de regreso en la ciudad después de que su discográfica fracasó. Apaga su teléfono y lo esconde debajo de una pila de ropa sucia.

A Louis le dijeron en diciembre que Harry había comprado un billete de avión tan pronto como se enteró de la noticia, pero Louis le tuvo que rogar a Zayn que le dijeron que no regresara de LA. No podía permitirle a Harry dejar su contrato de grabación para ir a ver a Louis— especialmente cuando el pensamiento de verlo dejó a Louis mal del estómago. Harry había llamado y enviado mensajes, pero Louis no podía devolverle ni una sola llamada o mensaje. No podía verlo, no en ese entonces, y desde luego, no ahora. No mientras los recuerdos lo plagan— memorias de William quemando las postales de Harry, William sollozando en víspera de navidad después de haber mencionado demasiado a Harry. William siempre estuvo sospechando, siempre lo supo, incluso cuando Louis no se lo podía admitir a sí mismo. No puede ver la cara de Harry ahora, toda la culpa y los errores reflejándose en sus ojos.

Tres días después del regreso de Harry, Louis despierta con un golpe en la puerta. Está casi inconsciente cuando la suave voz de Harry se cuela por las rendijas. "Louis. Sé que no quiere verme, pero estoy aquí. Siento no haber estado aquí antes. Lo siento mucho. Louis, ¿puedo entrar? ¿Puedo verte? Mierda, Louis, lo siento malditamente. Siento mucho que ocurriera esto. voy a estar aquí, ¿de acuerdo? No voy a dejarte."

Louis se queda mirando la puerta cerrada, tratando de controlar su respiración. No está cerrada con llave, y Harry podría fácilmente abrirla, pero no lo hace. Louis permanece despierto, su espalda apoyada contra la pared sin dejar de mirar la puerta. Si escucha lo suficientemente cerca, puede oír la respiración de Harry al otro lado.

Pasan las horas y Louis no se mueve de donde está sentado, no mueve ninguna extremidad. Se siente ahí durante tres horas, mirando a la nada, sin pensar. Tres horas pasan hasta que la curiosidad puede más que él, sale de su cama y camina hacia la puerta. Cuando la abre, se sorprende al ver a Harry apoyado contra la pared frente a él, su cabeza cerca de su hombro, durmiendo.

Louis lo queda mirando, sintiendo la sangre acelerándose en sus venas y el color de vuelta en su piel. Trata de pensar, intenta procesar los sentimientos, pero está atascado. Traga, y sin darse cuenta, pasa a través de las largas piernas de Harry hasta deslizarse en la pared junto a él. Harry se despierta casi inmediatamente, sus ojos son turbios por un momento antes de que aterricen sobre Louis.

"Lou," dice, tan suave que apenas es audible. Es todo lo que Louis necesita antes de enterrar su cara en el hombro de Harry y ponerse a llorar.

El brazo de Harry serpentea alrededor de la cintura de Louis, acercándolo más. Louis sólo llora y llora, más fuerte de que lo está haciendo. Harry besa su cabeza, frota su costado y limpia las lágrimas con su pulgar. Louis no puede respirar, sofocado a través de sus propios sollozos y sus recuerdos y su corazón culpable. Louis no está seguro si se siente peor o mejor de lo que se ha sentido en dos meses.

Harry es el primero en decir algo, empujando su frente contra la sien de Louis y susurrando: "Lo siento," y luego. "No fue tu culpa."

Un sollozo ahogado escapa de la garganta de Louis, cuando dice, carraspeando. "Lo fue. Lo fue."

"No." Harry sacude su cabeza con vehemencia. "No lo fue. Lo prometo, no lo fue."

Louis pasa casi una hora envuelto en los brazos de Harry, pasando por un ciclo de incontrolables lamentos, para calmarse y tener hipo. Harry no dice una sola palabra, sólo continúa besando su cabello y frotando su costado mientras Louis permite que todas las emociones salgan.

Entonces, sin previo a viso, Louis silenciosamente se desenreda de Harry. Se pone de pie y regresa a su habitación, cerrando la puerta detrás de él sin mirar. Se pone de pie detrás de la puerta por una media hora hasta que escucha los pasos de Harry, yéndose.

Al día siguiente, por fin carga su teléfono para llamar a Zayn. Louis trata de decirle a Zayn que Harry no vaya otra vez, que no lo contacte. Le dice a Zayn que no estaría enojado si Harry se va otra vez, que es algo que debería haber hecho. Que no debe dejar que la desgracia de Louis lo detenga.

Una semana más tarde, se entera que Harry se ha ido a Tailandia.

✖✖✖


El invierno termina, las flores brotan y las aves regresan y Louis todavía siente como que está viviendo dentro de un sueño. Trata de llevar la rutina habitual, desde su casa a la tienda de flores en la que trabaja, ir a ver al Dr. Woodson y luego ir a ver fútbol con Perrie y Zayn, pero no es hasta que se detiene y se da cuenta, en la tranquilidad de su habitación, de que no estuvo presente en nada de ello. Que no era más que una cáscara vacía en piloto automático. Louis no está seguro a dónde va o cuándo sucede, sólo que esta es la norma ahora. Había tenido que ser de esta manera, al estar consciente solamente de una ansiedad tan espesa que siente una burbuja de veneno en su estómago, paralizado dentro de su propio tóxico cerebro.

Mirando hacia atrás, a los últimos cinco meses, todo carece de definición. Inicialmente, Louis estaba en este raro estado de saber que él no debería estar bien, pero aun pensando que lo estaba. Estaba funcionando bien, a veces, incluso, un poco —demasiado— bien. Podía hablar y comer y pensar, pero ahora cuando mira hacia atrás, no se siente real, no siente como si fueran sus recuerdos. La diferencia es que ahora Louis sabe que no estaba bien y que todavía no lo está.

Tiene su parte en la que se descompone, sin embargo, a veces ocurre en tramos de una semana de duración, en la que experimenta demasiadas cosas casi a diario. Eran cosas horribles, completas con ataques de ansiedad en toda regla, seguidas por rabietas de un niño de síes años de edad. Algo que comenzaría como un simple pensamiento que se extendía como una enfermedad y Louis observaba desde arriba horrorizado, separado de sí mismo. Una gran parte del tiempo, nunca se trató de una situación real. Siempre fue algún otro factor inmutable en su vida— la escuela, su consumidora soledad, el odio a sí mismo o en la desesperanzadora vida en la que él se estaba sometiendo. Encontró que sus pensamientos se desviaban hacia Harry con demasiada frecuencia, y eso sólo lo hacía sentir peor. Sólo le daban ganas de desgarrar su piel y arrancarse el pelo, porque, ¿qué clase de persona enferma piensa en Harry cuando debería estar pensando en William? Luego, se iba a encontrar a sí mismo en el suelo en alguna parte, desvaneciéndose en sollozos hasta que sentía que iba a estallar. No se necesitaría mucho tiempo para que su madre apareciera, acariciándole el cabello y murmurándole al oído, aunque Louis, por lo general, no podía oír lo que estaba diciendo sobre: "Fue mi culpa, todo es mi culpa," que repetía una y otra vez como un mantra. Si iba a la mañana siguiente, Louis s encontraría de nuevo en la consulta del Dr. Woodson, sentando en su silla mecedora acolchada, bebiendo té verde.

Louis todavía pasa mucho de su tiempo en su habitación, durmiendo y leyendo y escribiendo— pero, sobre todo, durmiendo. Su madre y amigos, e incluso, Lottie son geniales, siempre están ahí cuando él tiene que compartir el silencio con alguien. La mayoría de las veces, Louis no quiere hablar, no a la gente que no entiende. A penas conocían a William, en todo caso, y ninguno de ellos ha experimentado una pérdida ni la mita de grande. Tan duro como lo intentan, no lo entienden, no puede. Ellos no entienden lo que es vivir en un perpetuo estado de ira y dolor y confusión, sentir un dolor tan grande, de los que consumen, pero de ahí sólo pasar a sentirse inusualmente bien, todo al mismo tiempo. Odia saber que ellos están caminando sobre cáscaras de huevo alrededor de él, no queriendo decir algo equivocado que lo conduzca a su siguiente quiebre. Lo que no se dan cuenta, es que no funciona de esa manera. Becs y Maggie entienden la mayoría, pero están en Oxford y Louis no se atreve a llamar de nuevo la mayor parte del tiempo. Lo recuerdos son lo suficientemente duros, el fantasma de William corriendo por el campus o en la lástima que habita en los ojos de sus compañeros. Louis tiene un año más antes de entrar en una clínica para trabajar, pero no puede terminarlo. ¿Cómo se supone que iba a ser un médico, para ayudar a la gente, cuando él ni siquiera podía ayudar a su propio novio? Sus sueños y motivaciones murieron junto con William, y ahí estaba la tienda de flores, simple y poco exigente. No hay nadie a quien defraudar.

Todo el mundo sigue diciéndole que no tiene la culpa. Que era inevitable, que todo era una enfermedad mental de William, que, sin duda, no se habría matado con la ayuda adecuada. Louis lo entiende, sabe cómo funciona todo, era un estudiante de medicina por el amor de Dios. Debería haberlo sabido. Debería haber salido de su egoísta burbuja, haber roto las gruesas paredes y haberse dado cuenta. Ahí estaba estudiando en la universidad, sin embargo, estaba tan absorto en sí mismo que no podía ver lo que estaba justo en frente de él, compartiendo comidas y una cama con él. Por supuesto, Louis sabía que William tuvo problemas con demonios y problemas (issues) más grandes que él, pero mirando hacia atrás, Louis nunca lo tomó tan en serio como debería haberlo hecho. La mayoría de las veces que llamaría a William loco, hasta dejarlo cuando hizo las maletas. Hasta hubo una soga y la cara de William estaba azul. Louis debería haberlo sabido. Debería haber hecho algo. Deberían haber empujado más duro para conseguir ayuda, para ver a un terapeuta, adhiriéndose a sus medicinas. Debería haber sido más paciente, debería haber sido más comprensivo, en vez de estar molesto y frustrado. No debería haberlo dejado. Debería haberlo amado mejor, debería haber visto a través de él. Debería, debería, debería.

No tendría que haber estado pensando en Harry.

El funeral fue lo peor. William no había salido ante sus padres, lo que significaba que Louis tuvo que sentarse un par de bancos de la parte delantera. Al dar sus condolencias obligatorias, los padres de William le estrecharon la mano como si fuera cualquier otro compañero de su universidad. Su familia, Zayn, Niall y Liam, todos vinieron de apoyo, pero se sentaron en la parte de atrás y se fueron temprano para evitar cualquier tipo de sospecha. Todos ellos le dijeron que les dijera a los padres de William la verdad, pero no pudo. Si William no quería que supieran una parte tan crucial de su vida cuando estaba vivo, no tenían derecho a saber ahora.

Louis observó mientras todos iban hacia los padres de William y sus amigos de infancia con simpatía. Louis miraba desde la parte posterior con Becs y Maggie, pensando en cómo ninguno de ellos tuvo idea. No pasaron todos los días durante tres años con él. No estaba ahí para verlo reír, o cuando se rompía. No sabían todos los lados de su bella y mezclada alma. Ellos sólo vieron lo que querían ver, lo que él quería que vieran. Louis lo conocía mejor que los cientos de personas ahí, sin embargo, fue empujado atrás como alguien insignificante. Eso le hizo sentirse peor, como el mayor idiota del mundo por querer la atención sobre su novio muerto.

Entonces, eso fue todo. Louis empacó sus cosas y volvió a Doncaster, los padres de William de nuevo a Sussex. Ahora, todo lo que Louis ha dejado de William son un par de camisetas viejas, un gato y demasiados recuerdos.

Han pasado cinco meses, y mientras extraña a William más de lo que puede manejar, trata de no odiarse a sí mismo por extrañar a Harry también. han pasado cuatro meses desde que se fue a Asia y Louis no ha sabido nada de él desde entonces.

Sabe que no puede estar enojado, que le pidió a Harry que se fuera, después de todo. Sin embargo, sólo cuando Louis le había dicho que no viniera al funeral, se encontró triste al saber que Harry lo escuchó. No se refería a eso como una prueba, sólo estaba confundido y todavía lo está. Además, ¿quién es él para preguntarle a Harry si podía estar ahí, sosteniendo su mano, cuando han estado separados durante tanto tiempo? A pesar de que han pasado cuatro meses de silencio ahora, y sólo porque Louis le pidió que se fuera, no quiere decir que no quisiera saber de él en lo absoluto. No tiene idea de dónde o qué está haciendo Harry. Es demasiado orgulloso para preguntarle a cualquiera de los muchachos, y tampoco ellos lo mencionan.

Agosto llega, Louis se da cuenta de un agradable cambio. Tal vez sea el verano en pleno apogeo, el sol brillante y las noches cálidas, pero Louis siente algo dentro de él levantarse y expandirse. Tiene su propia casa, un acogedor flat a sólo unas cuadras de su mamá. Tiene más turnos en la tienda de flores, es ascendido, y pasa más tiempo con los chicos ahora que han terminado con la universidad. Sus sesiones de terapia se mueven de una vez por semana a una vez cada dos semanas, y mientras William sigue siendo un elemento permanente en su mente, los débiles pensamientos que vienen junto a él son pocos y distantes entre sí.

A Louis le encanta trabajar en la tienda de flores. Tan pronto cuando él pone un pie dentro de ésta, se siente relajado al instante, sus sentidos llenos de colores y aromas y belleza. No hay duda de que ha habido factores que juegan un papel en su manera de sanarse, sus amigos y familiares y la terapia, la escritura y unirse a un equipo de fútbol de la comunidad. Sin embargo, tan tonto como pueda parecer, estar rodeado de flores ha tocado y hecho un lugar profundo dentro de él que ha sido ignorado desde hace tiempo.

Las cenas los viernes en la noche en casa de Zayn y Perrie se han convertido en una especie de tradición en los últimos meses. Inicialmente, Louis no aportaría mucho más que su aburrida persona, murmurando y vacilando unos instantes sin pensar, empujando la comida en su plato. Poco a poco, Louis se movió desde comprar postres en alguna tienda, para intentar hacer sus propias galletas de chocolate, que madas, a una ensalada casera. No es mucho, pero es un comienzo. Mientras se siente tonto, como un niño que lleva a su casa un pedazo de papel garabateado para colgar en la nevera, también se siente realizado. Puede que no sea un médico, pero Louis está tomando pasos de bebé.

Zayn y Perrie, ambos son profesores, cosa que Louis encuentra lindo y nauseabundo. Hablan mucho acerca de sus estudiantes, pero a Louis no le importa. Le gustan los niños, pero es incluso aún mejor, le gusta que esto sea tan opuesto a cualquier cosa en su vida, por lo que proporciona una distracción perfecta. Por lo general, se las arreglan para sacar algunos puntos destacados de la, bastante tediosa, vida semanal de Louis, antes de que les recuerde algo que algunos de sus estudiantes han hecho, y estén de vuelta hablando de ello.

Hoy, sin embargo, cuando Louis está comiendo un poco de su brownie, dice con tanta naturalidad como le es posible. "Así que, está este chico que ha estado entrando a la tienda con bastante regularidad."

Tanto Zayn como Perrie dejan su tenedor y lo miran de forma simultáneamente, como si sólo les hubiese dicho que fue testigo de un asesinato. Una vez que el minutero pasa de las tres y un cuarto sobre ellos, Perrie dice: "¿Y?"

"Y," Louis se encoge, de repente, avergonzado, desviando la mirada de ella. "Y, no sé. Está bastante en forma. De unos treinta años, supongo. Viste con trajes elegantes y todo. Llegó hace unas semanas para comprarle flores a su madre, y charlamos. Ha ido de nuevo, un poco."

"¿Qué es un poco?" Zayn le pregunta.

"¿Como, dos veces a la semana?" Louis retiene la parte en la que no siempre se va con flores.

"Hm," Perrie dice y Louis mira hacia arriba para verlos intercambiando miradas. No puede decir si son de sospecha, o están tratando de mantener el entusiasmo. "¿No está casado?"

"No, él—" Louis se muerde el labio inferior, mirando fijamente su brownie. Se sonroja y dice: "No, en realidad— de hecho, me invitó a salir, en una cita hoy."

Esta vez, cuando dejan caer sus cubiertos hay un ruido metálico fuerte contra la cerámica. "¿Una cita?" Perrie repite, su voz repentinamente aguda. Louis mira hacia arriba, ella está radiante, rebotando en la silla. Ella lo mira por unos segundos antes de levantarse y atacarlo con abrazo y chillidos. Louis siente que sus mejillas están mucho más rojas. Cuando mira a Zayn, sin embargo, su cara cae, de repente, inseguro. "Quiero decir— ¿Es una buena cosa? ¿Cómo te sientes? ¿Dijiste que sí?"

Louis no puede decir que no esperaba esto. "Le dije que lo pensaría."

"¿Crees que es una buena idea?"

Louis pincha su brownie y dice: "No sé. ¿Creen que sea una buena idea?"

Perrie inhala, intercambiando otra mirada con Zayn. Louis espera mientras tienen una conversación en silencio. Odia cuando hacen eso. con el tiempo, Perrie se gira a él, sus ojos mirándolo con cuidado. "En última instancia, sabes que es tú decisión, pero personalmente no veo el daño en ello. Creo que sería bueno para ti, incluso si no va a ninguna parte. Sólo salir con alguien nuevo, ya sabes. Tener un poco de diversión."

Louis mira Zayn, con curiosidad.

Zayn suspira, encogiéndose de hombros, incómodo. "Haz lo que sea que te haga feliz, Lou. Te lo mereces."

Louis remata el resto de su brownie, dándole vueltas y vueltas en su cabeza. No tiene idea de lo que lo pueda hacer feliz.

Al día siguiente, Louis está en el medio de la organización de un ramo de boda cuando su jefa, Liz, interrumpe su concentración con, "Tu hombre está aquí."

La cabeza de Louis se levanta inmediatamente, mirando alrededor de la tienda hasta que ve a Michael por los frigoríficos cerca de la parte delantera de la tienda, mirando un poco —demasiado— fijamente la gama de rosas dentro. Louis no puede evitar cómo una sonrisa tira de sus labios, pero pronto se da cuenta e intenta ocultarlo de los ojos de Liz. Por la forma en la que le está sonriendo, Louis piensa que la vio de todos modos.

"Vamos," ella dice, espantándolo con las dos manos.

Louis suspira, escabulléndose como si estuviera caminando a través de la tienda para que Micheal piense que siempre lo hace. No lo hace, y Liz sabe que no lo hace, pero a veces Louis es un dramático.

"Me gusta todo el enfoque de sutileza," Louis dice encima del hombro de Michael.

Michael se gira hacia él, fingiendo sorpresa con una mano sobre su pecho. Michael es también dramático, esa es la razón por la que Louis piensa que se llevaron tan bien. "No sé de lo que estás hablando."

"¿Has venido a mirar las rosas, o has venido por otra cita de nuevo?"

"Wow, alguien está un poco absorto en sí mismo."

Louis coloca sus manos en sus caderas e inclina la barbilla hacia arriba, adoptando una pose. "Y dime que tú no lo estarías."

"Wow, acabas de abrir mis ojos," dice secamente. "Tienes razón, Louis. ¿Cómo he llegado a merecer tal bendición?"

Louis quita las manos de sus caderas, y guiña. "Debes haber hecho algo bien."

Michael rueda los ojos, riendo con buen humor. "Acabo de preguntarte ayer," dice. "¿Por qué te invitaría a salir de nuevo? Valoro mi orgullo al menos un poco, ya sabes."

"Michael, estoy decepcionado. Sólo pasamos por esto. las cosas buenas requieren un trabajo duro. ¿Tus padres alguna vez te dijeron una cosa o dos acerca de la perseverancia?" Hace un gesto de desaprobación.

En lugar de responder, Michael abre la nevera y saca una sola rosa roja. La sostiene hacia Louis, sus cejas levantados y las comisuras de sus labios en una sonrisa sugerente. "No, pero ellos me enseñaron una cosa o dos acerca de ser caballero."

"¿Es una cosa ser caballero incluso si soy un chico?" Louis le pregunta, realmente curioso.

Mike tira de la rosa a su pecho, protegiéndola de Louis mientras lo queda mirando fijamente.

Louis se ríe y extiende su mano, para que se la dé. "Está bien, ¡dame eso! Iré a una cita contigo," Louis levanta una mano para decir otra cosa, y continúa: "Pero sólo bebidas casuales, ¿bien? Ninguna de esas cenas de lujo, que los hombres de negocios están propensos a tener."

"Nunca lo haría," jadea, fingiendo estar ofendido sobre esa suposición.

"Todo lo que una dama quiere son algunos cócteles."

"Entonces, la dama conseguirá sus cócteles." Michael realmente se inclina, sosteniendo la rosa hacia Louis.

Louis intenta mantener la compostura mientras se inclina también y acepta la flor, pero se ríe todo el proceso. Está seguro que la gente que está viendo se preguntan por qué están actuando como completos locos —Liz lo está, sin duda— pero Louis se siente un poco vertiginoso con la atención. Louis la admira antes de sostenerla hacia su nariz para olerla. "Vas a tener que comprar esto, ya sabes."

"Tan romántico."

Louis guiña.

Michael compra la rosa y se la devuelve unas pocas horas más tarde, cuando Louis está cerrando la tienda. No lleva su habitual traje, lleva jeans ajustados negros y una camisa de color beige, un chaleco con cuello.

Louis dice, "Oh, eres un hipster."

Michael frunce el ceño, casi haciendo pucheros. "Tengo casi treinta y tres años de edad. No puedo ser un hispter."

"¡Mira tus zapatos! Son zapatos de última moda."

"¿Qué?" dice a la defensiva. "¡Son zapatos de vestir!"

"Son vintage. ¿Son flores impresas en ellos?"

"Eres horrible, ¿bien?" Dice, sin duda, ahora haciendo pucheros como un niño de tres años de edad en medio de la acera. "Traté de verme bien y sólo te estás burlando de mí."

Louis intenta regresar el puchero, pero rompe en una sonrisa. Sin darse cuenta, va por un abrazo, sus brazos alrededor de su cintura. "Lo siento, Michael. Sólo estaba bromeando. Te ves muy guapo." Antes de alejarse, murmura un rápido, "Para ser un hipster de treinta años de edad."

Esta vez, Michael se ríe, golpeando su brazo. "Eres un trato real, ¿lo sabías? Creo que ya lamento haberte invitado a salir."

Louis bate sus pestañas hacia él. "No, no lo haces."

Michael se las arregla para mantener una cara seria por no más de medio segundo antes de que se ría de nuevo, sólo un hoyuelo en su desaliñada mejilla. Louis tiene que decirlo, un hombre de negocios o un hipster, Michael está extremadamente bien para tener treinta y tres. Louis está seguro de que se verá mucho mejor desnudo. "Hola," Michael dice, después de que se han estado sonriendo tontamente el uno al otro por un tiempo.

"Huelo a flores." Louis dice.

"Mi favorito. ¿Qué se puede esperar de un tipo que está, habitualmente, en una tienda de flores?"

"Creí que venías por mí," Louis dice sin vergüenza. Tomándole el pelo parcialmente.

Michael resopla. "Oh, por favor, Louis, basta de ti mismo. ¿Es tan difícil creer que una persona con clase, no-hipster en mediana edad, como yo, sólo podría tener una afinidad por las caras, aunque hermosas plantas?"

Louis rueda los ojos, y esta vez él es el que golpea el brazo de Michael. La respuesta de Michael se presenta en forma de una sonrisa y su brazo sobre el hombro de Louis. Louis siente el calor en sus mejillas, pero da la bienvenida al contacto apoyándose ligeramente en él a medida que empiezan a caminar por la calle hacia su auto.

Michael escucha su deseo por ir por algunas copas, pero todavía lo lleva a un salón elegante, con poca luz y grandes cabinas circulares, y peceras sobre la mesa. Louis ordena su prometido cóctel de diez euros y Michael pide una cerveza. "El hombre de un hombre," comenta Louis, sonriendo una vez que la camarera se aleja.

Michael mueve sus cejas. "Lo sabes."

Una vez que la camarera vuelve con sus bebidas, Michael toma un sorbo antes de decir: "Entonces, dime acerca de ti, Louis."

Louis tira de su cara. "Dios, odio esa pregunta, tanto. Es tan— vaga. Y perezosa. Hay demasiada presión sobre mí ahora."

Michael toma una respiración profunda, disparándole una mirada. "¿Qué fue lo que dijiste antes? ¿Perseverancia?"

Louis sonríe con dulzura sobre su Daiquiri.

"¿Qué hay de la tienda de flores, entonces? ¿Siempre quisiste ser un florista? ¿Mientras los otros chicos estaban jugando con camiones monstruos y barro, tú estabas recogiendo flores y arreglándolas para colocarlas en la mesa de la cocina?"

Louis inclina su cabeza, riendo con inquietud. Sabe que es probable que no haya ninguna intención o ganas de juzgarlo detrás de sus palabras. Se da cuenta de que es natura para iniciar una pequeña charla, especialmente cuando esa es la forma en la que se conocieron, pero Louis no puede evitar la pequeña punzada de vergüenza que se arrastra en sus venas. Le encanta su trabajo, pero cuando gente importante, en trajes que cuestan el doble que su sueldo, entran en la tienda, una pequeña parte de Louis siempre se pregunta si están mirándolo en menos. Se pregunta si para ellos es un don nadie con ninguna motivación en la vida, alguien que apenas terminó la secundaria, y pasará el resto de su vida vendiendo flores para vivir. Sabe que eso es ridículo, e incluso un poco narcisista, porque cuando mira a Liz, ciertamente no piensa eso. es sólo que pasó tantos años soñando con terminar la escuela de medicina, vivir en una fabulosa casa e ir de vacaciones exóticas con su marido y tres niños. Ahora tiene la mitad de un título, un montón de deudas, un pequeño flat en Doncaster y un exnovio muerto; le resulta un poco difícil hacerle frente. No puede imaginar lo que su yo adolescente se le ocurriría si se entera de que dejó la escuela de medicina en Oxford para vender plantas. "Estaba en la escuela de medicina. En Oxford. Como que simplemente me encontré en la tienda, y ha sido— ha sido bueno."

Michael parpadea hacia él con asombro, sus cejas tan arriba que casi tocan el nacimiento de su cabello. "¿Medicina en Oxford? Wow. Eso es— wow, Louis. Eso es realmente impresionante."

Louis fuerza una sonrisa, moviendo sus dedos en el aire para un efecto dramático. "Sorpresa," ofrece, sin convicción.

"¿Qué hiciste—? Quiero decir—"

"¿Por qué vendo plantas en vez de tener una carrera respetable?" Louis dice, terminando por él.

"Eso no es lo que iba a decir," Michael dice. "Sucede que creo que ser un florista es una carrera admirable. Logras hacer que las cosas bellas sean aún más hermosas. La gente va hacia ti en sus días más felices de sus vidas, e inmediatamente, por la pérdida y el confort. (Comfort). Eso dice algo."

Louis se encoge de hombros. "Que se lo digan a la montaña de préstamos estudiantiles." Se ríe, en un intento de aligerar el ambiente tan pronto cuando se da cuenta de su error. Louis no está exactamente bien versado sobre el funcionamiento de las primeras citas, ya que, técnicamente, no ha estado en una adecuada hasta ahora, pero imagina que es una decepción completa dentro de los primeros diez minutos, no es muy atractivo, con exactitud.

"Oh, Dios, no me lo recuerdes." Michael se encoge como si estuviera experimentando recuerdos de un periodo muy oscuro. "Acabo de terminar de pagar la mía."

"¿No trabajas en una agencia de publicidad?" Louis pregunta. Cuando Michael asiente con la cabeza, Louis dice: "Tal vez no deberías haber comprado tantos trajes y tantos zapatos gays."

Michael se burla. "Viniendo del tipo que está bebiendo un daiquiri de color rosa."

"Por suerte para mí, soy gay, por lo que me está permitido."

Michael se desplaza más en la mesa, inclinándose hacia Louis y susurrando, imitando u secreto. "En caso de que no hayas recibido la nota, soy hay también."

Louis mueve su bebida hacia él, y dice: "Entonces, abraza esos zapatos gays, Michael. Abrázalos."

"Maldita sea, ¡lo haré!" dice, golpeando su vaso hacia abajo contra la mesa. Un poco de cervza salpica sobre el borde, y se echan a reír como niños en edad escolar. Louis no se ha sentido tan ridículo o vertiginoso en mucho, mucho tiempo.

Sólo está feliz que logró pasar ese tipo de preguntas. También tiene la sensación de que traer a la conversación a su exnovio muerto en las primeras citas es un mal paso, en general.

Son casi las diez en el momento en el que salen y cuando Michael lo deja en su casa, Louis no está ni siquiera pensando cuando le pregunta: "¿Quieres entrar?"

Michael sonríe, Louis lo imita y cuando apaga el auto, Louis puede sentir el latido de su corazón en sus oídos.

"¿Podemos jugar damas?" Michael pregunta.

Louis ríe, rodando los ojos mientras baja del auto. "Sí, vamos a jugar damas." Dice, distraídamente. Michael siguiéndolo de cerca. Louis mueve su mano en sus bolsillos traseros en busca de sus llaves, manos temblorosas.

Dentro de su flat, Louis apenas se saca los zapatos antes de que Michael lo tenga contra la puerta, besándolo con fuerza.

Las manos de Louis encuentran su camino a su cabello, cuerpos presionados juntos y le devuelve el beso.

✖✖✖


"Así que, ¿dormí con él?"

Louis observa mientras Zayn y Perrie cambian una mirada desde el otro lado del sofá. Zayn habla primero, sin convicción, diciendo, "Bueno, eso es, um. Bueno, ¿inesperado?"

Perrie rueda los ojos, y lo golpea en el brazo. "¿Cómo fue?" Ella pregunta, chillando detrás de sus dedos.

"Bueno," Louis dice, reprimiendo una sonrisa.

"¿Bueno?" repite. "¿Cómo te sientes?"

Louis se detiene a reflexionar sobre ello durante un minuto, luego dice: "Como que acabo de tener sexo por primera vez en un año."

Ella resopla, "Vamos, Lou, una chica necesita detalles."

"Zayn no, gracias."

Ella lo golpea en el brazo una vez más. "Entonces, vete, idiota. Quiero escucharlo."

Zayn va a hacer precisamente eso, pero Louis lo detiene rápidamente, diciendo: "No voy a decirte los detalles. Está en forma, y es aún mejor desnudo. Fue bueno, eso es todo."

"¿Se quedó la noche?"

Louis vacila. "Sí, pero—"

"¡Oh, por Dios!" Ella chilla. Esta vez golpeando más fuerte el brazo de Louis por el entusiasmo.

"Perrie," dice, advirtiéndole y al instante se detiene, mordiendo su sonrisa y mirándolo con una cara seria. "Él trató de llamarme cinco veces."

"¿Por qué no—?" Ella se detiene, mirando por encima de su expresión. "Louis," ella dice, suspirando tristemente.

"Simplemente no puedo," dice. "Me siento culpable."

"Amor," ella se mueve hacia abajo en el sofá, hacia él, envolviendo un brazo alrededor de su hombro y abrazándolo cerca. "Está bien si no estás listo, peor no hay razón para que te sientas culpable, ¿bien? Ya casi ha pasado un año. Estoy segura de que William no estaría enojado, querría que siguieras y seas feliz."

Hasta hace dos meses, Louis estaba seguro de que William querría que fuera miserable y estuviera solo por el resto de su vida, como que Louis estaba seguro de que se lo merecía. Ahora, se encoge de hombros y dice: "Tal vez," Perrie le frota el hombro, sus dedos calmándolo, alrededor de su cuello. "Todavía no creo— no puedo en este momento."

"Está bien, y eso es totalmente razonable. Pero no puedes ignorar al pobre tipo. Tienes que hablar con él."

Louis suspira, odiándola porque tiene razón.

Para el viernes, se pasea alrededor de ello, sin embargo, hay tres nuevas llamadas y dos mensajes, todos quedan sin respuesta. Louis sabe que está siendo un completo idiota, pero nunca ha tenido que rechazar a alguien usando la tarjeta de exnovio muerto antes. No sabe cómo se supone que debe decirlo sin lloriquear.

Michael está esperando afuera cuando Louis cierra la tienda. Él se lo esperaba, sabía que era el último paso inevitable antes de que Michel se diera por vencido. Louis gasta un poco más de tiempo cerrando, usando los pocos momentos adicionales para tomar una respiración profunda y ganar compostura. Con el tiempo, Louis se vuelve para mirar a Michael. "Hola."

"Hola," regresa de donde está apoyado en la pared, con las manos enterradas en el interior de los bolsillos de su abrigo.

Ellos continúan mirándose, el uno al otro, el aire tenso, espeso, entre ellos. Louis realmente no quiere hacer esto.

Michael suspira, pasándose la mano por el cabello. "¿Por qué me has estado ignorando?"

Porque eso es lo que mejor hago, Louis piensa, peor lo que dice es: "Lo siento."

"Creí que tuvimos una buena noche. ¿Es porque me quedé? ¿Fue incómodo? Podrías haberme dicho que me fuera."

Louis niega con la cabeza. "No, eso no es todo." Inicialmente había entrado en pánico ante la idea de Michael pasando la noche, pero acabó apreciándolo. A él le gustaba la sensación de un cuerpo cálido durmiendo junto a él además de su gato. Le gustaba la compañía, el contacto de la piel cálida. A la noche siguiente, su cama había parecido demasiado grande, demasiada fría, y s dio cuenta que había olvidado lo mucho que le gustaba dormir con alguien a su lado. Lo extrañaba tanto que si todo lo que Michael quiere es compartir una cama, Louis podría ser eso. tiene la sensación de que ese no es el caso, sin embargo.

"Entonces, ¿qué, Louis?"

Louis toma una respiración profunda, mirando a la calle, a su alrededor. Está tranquilo, a excepción de algunos otros proveedores cerrando sus tiendas. Él no está particularmente aficionado por tener esta conversación aquí, pero desde que ha estado haciéndole caso omiso a Michael durante la semana pasada, no está seguro de que tenga otra elección. Al llevar su atención de nuevo a Michael, está parpadeando hacia él con impaciencia. "Tengo un novio muerto," es lo que Louis termina diciendo. No necesita ver la expresión de asombro en la cara de Michael para saber que podría haberlo dicho de otra manera.

"Quiero decir," Louis suspira, frotando su hombro, "mi novio, desde hace tres años, se suicidó en diciembre."

Michael se queda en silencio durante un minuto, abriendo y cerrando la boca antes de finalmente decir: "Mierda."

"Sí," Louis dice, arrastrando los pies por el suelo. Casi tan incómodo como él pensó que sería, pero al menos, él no está en lágrimas.

"Dios, Louis. Estoy tan— lo siento mucho. Wow."

Louis se encoge de hombros, mirando hacia abajo, las grietas de la acera. "Está bien. Gracias."

Caen en silencio, y tarda un minuto que Louis se da cuenta de que tal vez, 'mi novio murió' no es una explicación suficiente, aunque desearía que lo fuera. "Mira, yo— pensé que estaba bien. Y me gustabas, y quería ver cómo iba a ir. Dame una oportunidad. Quiero decir, todavía me gustas, pero— yo sólo. No debería haber dormido contigo, eso es mi culpa. Lo siento. Fui egoísta."

Michael suspira, y cuando Louis mira hacia arriba, está mirando hacia el suelo, concentrado, su labio entre sus dientes. Louis todavía se siente como un gran idiota. Cuando Michael mira hacia arriba, encontrándose con la mirada de Louis, obliga una pequeña sonrisa. "Gracias por decirme. Es decir, lo entiendo. No me lo puedo imaginar."

"No estoy listo."

"Eso es— Eso es justo." Asiente con la cabeza, saliendo de la pared. "No puedo decir que no estoy decepcionado, pero lo entiendo."

"Lo siento." Louis dice en voz baja.

"No lo estés." Michael se acerca a él, extendiendo sus brazos, con duda.

Louis se ríe y se mete en el abrazo, envolviendo sus brazos alrededor de su cintura, descansando su cabeza sobre su pecho. Desea este tipo de abrazos y compartir cama es todo lo que podrían hacer— está bien, y tal vez, ocasionalmente follar. "Hey, si en seis meses o en un año aún estás soltero, ¿llámame?" Louis ofrece cuando se sueltan, sonriendo.

"Oh, cuenta con ello."

Louis se ríe en voz baja, una extraña tristeza en su estómago. Él realmente llamará al Michael elegante, y en cualquier otro momento o lugar, Louis quería darse un tiro. Sería una locura no hacerlo. Sólo se siente un poco demasiado vacío y demasiado culpable. Sabe que todavía tiene que sanarse, y aprender aún más. Louis tiene que saber que no va a cometer los mismos errores, quiere saber que es capaz de amar correctamente antes de permitir que alguien lo ame.

"Deja que te lleve a casa."

Louis asiente con la cabeza, aceptando su oferta a medida que avanzan hacia su auto, aparcado cerca.

Ellos no hablan hasta que están frente al edificio de Louis. "Lo siento de nuevo," Louis dice, sus dedos sobre el mango de la puerta.

"Está bien, estoy seguro de que voy a sobrevivir. Sólo dame un par de episodios de EastEnders." Suelta una sonrisa, y Louis se ríe.

"Está bien," Louis abre la puerta y justo antes de que salga, añade: "No tengas miedo de comprar flores."

Michael sonríe y asiente con la cabeza, sosteniendo su mano en despedida. "Anotado."

"Adiós, Michael," dice, cerrando la puerta detrás de él.

Esa noche, sostiene a Rascal aún más cerca de lo normal.

✖✖✖  

Es a finales de noviembre cuando Louis comprueba su correo para ver una carta escrita a mano mezclada entre billetes y cupones. Está dirigida desde Camboya y Louis sabe inmediatamente.

No es la postal habitual, y Louis puede sentir el espesor de la carta llena de páginas. Louis no está seguro de por qué lo hace, pero entra en pánico y la deja enterrada en el fondo de la pila de basura. Ha estado esperando desde enero para saber de Harry, y ahora que está aquí, sin embargo, Louis tiene miedo.

Lo deja durante una semana, sintiéndose muy consciente cada vez que pasa por ahí, como si estuviera provocándolo para que la abriera. Con el tiempo, no puede aguantar más y se sirve una copa de vino antes de sentarse en el sofá. Se siente pesado en su regazo y Louis no entiende a qué tiene tanto miedo.

Toma una respiración profunda, y la rasga para abrirla en un solo movimiento. Hay una docena de fotos cayendo, pero Louis las deja esparcidas por el suelo, sólo está interesado en las dos páginas cubiertas de un escrito familiar de Harry.



Hola, Lou

Consideré no escribir esto. ni siquiera estoy seguro de que quieras saber de mí. Mi predicción es que no, no quieres, pero pensé que le darías una oportunidad de todos modos. Me tomó dos meses tener el valor para escribir esto. bueno, técnicamente, más como desde marzo. Soy un cobarde, sin embargo, ¿qué puedo decir?

Espero que estés bien. No puedo decir lo culpable que me he sentido desde que llegué a ese avión el año pasado. No se sentía correcto en el momento, y, sin duda, no se siente mejor ahora. No debería haber hecho eso, no debería haberte escuchado, pero en ese momento, pensé que estaba respetando tus deseos. Debería haber regresado de LA desde el segundo en el que lo oí, y debería haberme quedado. No debería haber permanecido en silencio durante los últimos nueve meses. En ese momento pensé que era lo mejor para ti, pero ahora veo que estaba siendo egoísta. Se trataba de mí. Siempre estaba tan concentrado en cómo había sido tratado injustamente, que tan pronto cuando estabas más herido que yo, me asusté. No sabía cómo lidiar con ello, por lo que escapé. Escapé, como siempre lo hago, patético y roto con el rabo entre las piernas. Y, lo siento, Lou. Lo siento mucho. Siento que tengamos que seguir pidiéndonos perdón. ¿Por qué no podemos hacer las cosas bien? ¿Por qué tenemos decepcionarnos el uno del otro? ¿Por qué seguimos volviendo? Si no quieres tener nada que ver conmigo, entenderé completamente. Siéntete libre de matar este papel y alejarte de mí para siempre. Finalmente, poner punto final a todo esto. Nunca hemos sido buenos en hacer eso.

Si todavía estás leyendo esto, supongo que no estás lo suficientemente enojado como para romper el papel todavía, así que puede ser que también rellene con lo que he estado haciendo. Empecé en Tailandia. Estuve ahí durante los primeros nueves meses, la mayoría vagando alrededor de la playa. Trabajé en algunas partes por aquí y allá, di clases de inglés. Fue más que nada por una casa y comida, pero todo es tan barato aquí que me las arreglé con todo lo que tengo. Me encantó ahí. Hice algunos amigos, pasé algún tiempo en un centro de rehabilitación para elefantes, hice una amiga llamada Molly :) Me fui la semana pasada y ahora estoy en Camboya. Ha sido un placer. Relajante, terapéutico. Se podría decir que ahora estoy bastante espiritual. Probablemente te reirías y me llamarías un vagabundo, hippie si ves cómo me visto. Tan tonto como es, creo que lo necesito.

Aparte de mí, realmente espero que lo estés haciendo bien, Louis. Sé que va a cumplirse un año. He pensado mucho en ti, a veces, más de lo que quisiera admitir. Te vas a reír, pero debo decirte que, a menudo, mientras estoy haciendo mis meditaciones, envío pensamientos positivos al universo para ti. A veces, sólo le pido a Dios, dependiendo de cómo me sienta ese día. No sé si eso hace algo, pero vale la pena hacerlo.

Si todo esto llega demasiado tarde, lo entiendo. Sólo sé que he pensado en ti, y que lo siento. Si no es así, no me opondría a que me enviaras una carta. Debería estar aquí por un tiempo, sin embargo, así que sólo tendrías que enviarla a esta misma dirección.

Te extraño.

Con amor, Harry.

notas: (Pasado) enfermedad mental, suicidio.

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