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Parte 5

Volvimos a casa debido al hambre de Tae. Aún era temprano, ambos nos moríamos de sueño, pero no sé por qué seguíamos con esto como si fuese lo más normal. La mañana era aburrida.
Preparamos, o más bien, experimentamos con tortillas francesas, mi especialidad y la única cosa que no quemo a la hora de cocinar.
Nos sentamos juntos en la barra de desayuno, en silencio. Taehyung comía tan tranquilo, lo habitual cuando come tan absorbido en la comida. Yo solo lo miro, con mi mentón a merced de mi mano, codo a la mesa, parpadeando tan pesadamente. Apenas probé de mi plato, al final tuve que darle mi sobra a Taehyung.

Él come tan normal, sin problemas. Ama comer y ser alimentado.
Le encanta jugar y sonreír, pero como he dicho antes, su energía hasta ahora solo eso le ha quitado.

-Taehyung.- llamé por su nombre para tener su atención. Apenas dio el último bocado antes de mirarme. –Esas voces...- y yo no me atrevía a mirarlo. -¿Qué es lo que dicen?-

Traté de sonar lo más casual posible, un poco curiosa. Él vaciló, tragando por completo lo que tenía en su boca y luego soltó el tenedor, para luego esconder sus manos bajo la mesa y encogerse de hombros.

-No lo sé.- dijo.

-Hm.- asentí. -¿Y... las has escuchado antes? Me refiero, ¿antes de conocerme?-

-Jae Bi.-

-Tú sabes que esto no es normal.-

-Pero Jae Bi...-

-Estoy preocupada.-

-No lo estés, tal vez esto es...-

-¿Tú imaginación?-

Eso no fue exactamente lo que quería decir. Yo quería decir la palabra correcta. En verdad quería, maldita sea.

-Tal vez solo sea eso.- dijo, en su completa e irresistible inocencia. –Ya estoy lleno, ¿quieres hacer algo?-

Dormir. –No sé, ¿qué hay de ti?-

-Hm, jugaré con Jungkook en línea, ¿eso está bien?-

-¿No crees que es muy temprano para jugar?-

-No hay mucho que pueda hacer, Jae Bi.- dicho esto se puso de pie. –Hoy ayudaré a Kihyun pero eso es en la noche.-

-Lo sé, lo sé.-

Acto seguido caminó detrás de mí y se dirigió a la estancia.

-¿Qué acaso Jungkook no tiene nada qué hacer tampoco?- le grité pero no me respondió.

Ok, aquí estábamos otra vez, con la energía en cero, con platos que lavar y otras cosas que limpiar. Bien, eso fue lo primero que hice.
Me parecía interesante la vida independiente a la que me tuve que acostumbrar tan deprisa. Jung Bi, la bella mujer que me dio la vida era la encargada de la limpieza en casa, bueno, eso debido a su obsesión con la limpieza, pero se entiende mi punto. Ya hace tiempo que no estoy con ella y papá igual desde que está en servicio otra vez. Había pensado un par de veces que dejé a mi mamá sola y nunca me pregunté cómo se había sentido ella al respecto. Cuando hablamos solemos hacerlo normalmente, como lo habitual de una madre y su hija que ocasionalmente tienen tiempo de comer juntas.
La última vez que almorzamos lo primero que me preguntó era si Taehyung comía bien. Claro que come bien, yo soy quien lo alimenta.
En fin, a veces extraño la comida de mamá. No ha sido fácil, pero todo ha estado bien desde los últimos dos añitos... excepto por el tema principal, claro.

Terminé de ordenar la cocina, me dirigí a la estancia dónde se supone está Taehyung, y sí, ahí estaba, pero dormido. Sentado en el suelo con la espalda en sofá y con el cuello hacia atrás. Reí por lo bajo porque podía jurar que simulaba un desmayo.

-Kim Taehyung.- me senté a su lado en el sofá, pasé mi mano peinando su cabello y eso le hizo despertar de golpe.

-Jae Bi.- rápido volteó a verme. –Ah, necesito hacer otra cosa para mantenerme despierto.-

-Ve a la cama a dormir, Taehyung. Ambos estamos cansados.-

-Pero yo estoy asustado.- replicó. Se apoyó en el sofá para luego sentarse correctamente a mi lado. –Salgamos a algún sitio.- me dijo.

Fruncí el ceño. –Estoy cansada.-

-¿Sabes a dónde quiero ir?- dijo entusiasmado.

-Ya sé a dónde pero dijiste que querías esperar a Jungkook.-

-Jungkook no vendrá este verano.-

Eso no lo sabía. -¿En serio? ¿Entonces por qué no vas con Kihyun?-

-Es un hombre ocupado. Y mi novia también pero ahora está de vacaciones.- me miró de manera insinuante, por ello tuve que fulminarle.

-Tú sabes que no me gustan los parques acuáticos.-

-Tú sabes que no me gustan los decorados de nuestra habitación, sin embargo están ahí.-

Bien, el hombre quería discutir, por supuesto no le iba a dar ese privilegio.
Me acerqué a dejarle un beso en los labios prosiguiendo a ponerme de pie.

-Ya veremos eso, cariño.- palmeé su cabeza.

-Nuestra cama tiene flores.-

-No te quejas de eso cuando lo único que haces ahí es dormir y...-

-No te gustan las flores, Jae Bi.- interrumpió. –A mí sí, pero, ¿no estaría mejor otro diseño?-

Hice una mueca. –Si quieres ir de compras también dile a Kihyun.- caminé hacia la habitación, dando por terminada la conversación.

-¡Espera!- le escuché desde la estancia. –Se acabó el papel higiénico.-

-Sí, cómo no.- entré al cuarto de baño. Bueno, el chico no mentía.

Tuve que buscar en las gavetas debajo del lavamanos. Solo quedaba un rollo, lo tomé como recordatorio para la próxima salida de compras. Listo.
Me pareció que eso era lo último que tenía que hacer antes de caer rendida en mi suave y linda cama. Demonios, tuve que recostarme y cerrar los ojos para descansar un poco, no quería dormir pero fue inevitable no cometer el delito.

Creo que solo fueron unos minutos que perdí el conocimiento. Desperté después cuando sentí el peso de Taehyung sobre mí. Su cabeza en mi pecho, todo sobre mí como si no fuese el doble de pesado que yo. Y es que se dejó caer, obviamente tuve que quejarme.

-No duermas.- me dijo.

-La vida se trata de dormir, Taehyung.- acaricié su cabello. –Es en lo único que pienso desde que... comenzaste a desvelarte.-

-Lo siento.-

-Hm, no es tú culpa.- o eso creo.

-Jae Bi.- habló después de un largo rato. -¿Crees que me esté volviendo loco?-

La esquizofrenia no es locura. Tú trauma nunca lo fue tampoco.

-A mí me estás volviendo loca.- bromeé sin gracia. Me moví para quitármelo de encima y cuando lo logré ahora yo me recosté en su pecho, eso era lo mejor.

-Lo siento.- dijo.

Ah, no tenía por qué disculparse, ¿verdad? Nunca será su culpa. No me gusta que se disculpe. Para mí el mundo tenía que disculparse con Taehyung.

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Me senté sobre él, con las rodillas a cada lado de él, con mis manos en su pecho, recorrí hasta llegar a sus hombros y los masajeé un poco. Taehyung cerró los ojos y soltó un leve gemido.

-Si estás cansado, Taehyung...-

-No quiero dormir.- me interrumpió, creo que ya le gusta hacer eso.

Bien, nunca era difícil que mi hombre obedeciera una orden, está era la primera vez que se aferraba a una idea bastante personal.

-¿A qué le temes?- me incliné lo suficiente para besar sus labios una vez.

Él volvió a besarme. –No lo sé, Jae Bi.-

-Entonces duerme.-

-No quiero.-

-¿Entonces qué es lo que quieres?- subí el tono de molestia.

-No quiero escucharlos, es aterrador.-

-¿A quién no quieres escuchar?-

Como lo esperé, no dijo nada. Solo se quedó mirándome, por tal tuve que apartarme, me senté en la orilla de la cama dándole la espalda, con la idea de rehacer mi peinado mientras dejamos el silencio en la habitación invadirnos otra vez.

-Voy a hablar con tu doctor.- le dije al mismo tiempo de ponerme de pie.

-Jae Bi.-

-Lo voy a hacer.-

Busqué salir pero próximamente Taehyung brincó de la cama y me sostuvo de la muñeca.

-¿Qué vas a decirle?- preguntó. Reconocí esa expresión.

De verdad estaba asustado.

...

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