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Parte 3

Salí de la cama en cualquier momento. Las dos de la tarde y el cuerpo inerte de Taehyung me decía que aún no era su hora para levantarse. Eso significaba que una vez más le tocaba quedarse despierto otra noche. Toda la noche. Al menos yo ya estaba en mis cortas vacaciones, podría quedarme con él sin culpa, por ahora.

-Taehyung, a levantarse.- palmeé su trasero y continué peinando mi cabello en una cola de caballo. Por supuesto que ignoró todo de mí por completo. –Prepararé el almuerzo.-

Busqué otro cambio en mi mueble de ropa y me vestí a tiempo parcial hasta que vi a mi chico especial ya sentado y tallándose la cara con toda la pereza del mundo. Cuando lo vi me acerqué a su lado de la cama y me senté en la orilla.

-¿Ya estás bien?- pregunté mientras acaricié su espalda.

Asintió y me sonrió entre sus ojos cerrados. –Ahora tengo hambre.-

-Entonces arriba, tú sabes hacer mejor el arroz que yo.-

Cocinar juntos, comer juntos, ver televisión juntos. Muchas cosas que hacíamos juntos día a día.
Esa tarde consistió en eso y una y que otra charla sobre, no sé, Jungkook, nuestros amigos y mi trabajo. No es fácil para mí ignorar el tema importante del cual me enteré esa mañana, pero definitivamente no miraba a Taehyung de otra manera. Aunque siga pensando en ello como si fuese a ser un problema enorme más adelante. Conociendo a este chico... podría ser posible. Conociéndome a mí.

-¿Vas a ir al club?-

Asintió ante mi pregunta. –Quiero ir. ¿Iremos?-

-Claro.- buena invitación. -¿Cuándo fue la última vez que fui contigo?-

El club de jazz de Kihyun. Sí, ahora Kihyun era el dueño, por lo que hubo algunos cambios.
Comida, bebidas, música en vivo, buen ambiente. No era uno de esos lugares populares donde había chicas guapas y los chicos hacían fila para entrar, lo que le gustaba a Taehyung era que no era muy concurrido pero tampoco vacío. Taehyung comenzó a trabajar ahí como mesero hace unos meses cuando Kihyun se volvió el dueño. A veces mi hombre también se encargaba de la música en vivo, todo era genial respecto a ese club, porque fue donde mi chico especial perdió su miedo a los demás.
El buen Kihyun se volvió uno de sus mejores amigos, solo en ausencias de Jungkook, así que a Tae le gustaba ir también para verlo y hablar un poco con él.

Salimos esa noche como a las 7, apenas el oscurecer. Taehyung condujo, por cortesía mía.
Para entrar hay que bajar por unas cortas escaleras. El chico tomó mi mano y bajó primero precaviendo mi caminar, muy caballeroso. Hoy quiso usar su muy peculiar cubre boca. Eso... a veces le gusta usarlo y a veces no, ahora solo era cuestión de gusto.

-Hey, Bi.-

Apenas el lugar iba cobrando vida. Vimos a Kihyun acomodando las sillas y rápidamente Taehyung comenzó a ayudarlo.

-¿Cómo estás?- me acerqué al castaño y le di una palmada en el hombro para saludar.

-Normal, supongo...- sonreía. -¿Qué hay de ti?-

Hice una mueca de conformidad. –No me quejo. ¿Has visto a Jimin?-

-¿Jimin? No lo he visto desde que le quitaron el yeso del brazo. Hace... ¿dos semanas?-

Claro, Jimin y su hueso roto. Larga historia, eso dicen.

-Igual yo.- respondí.

-¿Quieres sentarte?- acercó una silla para mí, en mi mesa favorita. Seguí su gesto y le regalé una pequeña sonrisa agradeciéndole. –Voy a encender las luces del escenario, ahora vuelvo.-

Busqué a Tae con la mirada, le vi terminando con las últimas sillas luego caminando hacia mí. Tomó asiento en la mesa, a mi lado. Nuestras manos comenzaron a jugar levemente sobre la mesa, solo porque sí. Solo para distraernos.

-¿Llamaste a Jimin?- preguntó.

-¿Hm? No.- negué. –Tú fuiste el último que habló con él.-

-Dice que está triste, Jae Bi.-

-¿Por qué?-

-O tal vez... enojado.- suele vacilar cuando habla conmigo, cuando no me mira. -Con la persona que le rompió el brazo.-

Tuve entendido antes que fue Yoongi, pero nunca me interesó saber la historia en realidad.

-Uhm, ¿quieres que lo llame?-

Me respondió con una encogida de hombros. –Si eso está bien...-

-Tráeme una soda, lo llamaré.- le di una sonrisa reconfortante junto a un pellizco en la oreja. Rápidamente se levantó para cumplir mi petición, y mientras yo comencé a buscar el nombre de contacto de Jimin en mi teléfono.

Para ser sincera, no tenía ganas de llamarlo, así que le envié un mensaje rápido. Uno corto, con mensaje claro y con una petición de todo corazón, lo clásico de mí.
"Trae tu trasero al club", los mensajes anteriores eran iguales.

-¿Soda de dieta?- Kihyun trajo mi bebida en lugar de Taehyung.

-Si es de dieta te asesino.- le vi tomar asiento después de dejar el vaso con la pajilla justo frente a mí.

Como próximo acto sacó un cigarrillo de quién sabe dónde y lo encendió, soplando el humo después de un largo sorbo de aire. Me le quedé mirando con poca gracia.

-¿Quieres?- me ofreció el cigarrillo.

-No, gracias, mi hombre no me deja fumar.- eso le hizo reír. -¿Tú cuando comenzaste?-

-No lo sé, no hace mucho. Es... relajante.- soltó otra bocanada de humo.

-Lo entiendo, deja de presumir.-

En pocos minutos los clientes habituales comenzaron a llegar, la música a llenar el espacio y los recorridos de mi hombre a colorear los caminos del club. A mí solo me tocaba llenarme de sodas y si quería comida gratis la tenía gracias a Tae.
Kihyun atendía el bar mientras Tae tomaba órdenes de las mesas y las entregaba. El cubre boca en su cara solo cubría su mentón porque necesitaba mostrar una bella sonrisa al momento de atender. Una bella sonrisa tímida.

Ahí yo veía a un chico normal.

"-No queríamos que lo trataras diferente.-"

"-Jae Bi... hay alguien en el departamento.-"

-Ya traje mi trasero al club, ¿ahora qué quieres?-

¡Hey! Miren quién llegó. Tan lindo y amargado ocupó el asiento frente a mí.

-Park Jimin, te he dicho antes que ese color no te queda. Pareces un muñeco.- rubio como los muñecos para niñas.

-Vete a la mierda, Bi.-

-¿Mal día?- ni me interesaba tanto su mal humor.

-Mala noche.- comentó. Se dejó caer en el respaldo y al mismo tiempo hizo un ademán llamando a otro mesero. -¿Hace cuando no me invitaban, eh?-

-¿Qué hay que invitarte a cada rato? Es público, puedes venir cuando quieras.-

-Una cerveza.- le dijo al mesero, luego volvió a mí, con una leve sonrisa torcida. –Tienes razón.-

-¿Cómo está tu brazo? ¿Ya te puedes masturbar a gusto?-

Volvió a reír por lo bajo. Me alegró que no estuviese del todo molesto como para no sonreír. Quería verlo de un buen humor después de tantos días sin saber de él.

-¿Cómo estás, Bi?- preguntó y me encogí de hombros.

-No me quejo. Acompaño a mi hombre en mi primer día de vacaciones.-

-¿Vacaciones? Eso está bien.-

-Sí.- lo normal. -¿Qué hay de ti?- inicié otra conversación. -¿Por qué tan afligido?-

-Ah, conocí una chica la semana pasada.- hizo una mueca al beber de su cerveza recién entregada.

-¿Mal partido?-

-Está loca. Guapa pero loca.-

Reí un poco. –No quisiera saber qué era lo que pensabas de mí.-

-No, es que...- se acomodó en el asiento, con una sonrisa en su rostro con ganas de bromear. –Ella estaba bien, es solo que el sexo.... Cielos.- abrió los ojos al mismo tiempo de esa última palabra. –Dime tú.- me señaló. -¿Qué es lo más extraño que te ha pasado durante el sexo?-

-Hm...- ni siquiera tardé en pensarlo. –Taehyung me estornudó en la cara, eso creo.- lo normal una vez más.

Eso le hizo reír por supuesto. –Vaya, ahora no me siento tan mal. ¿Se detuvo?-

-Ah, no, sí, se detuvo. Se disculpó y me preguntó si podía continuar. Ya te lo imaginarás.-

-No jodas.-

-Bien, ya te hice reír, ahora dime tú cuál es tu punto.-

-Bueno, a mí no me estornudó en la cara, qué asco.- le mostré el dedo del medio. –La cosa es que ella hacía caras extrañas, Dios, fue como si le estuviese haciendo un exorcismo.- comencé a reír. –Bizcos y en blanco y esos gritos aterradores, juro que tuve pesadillas. Torturé a esa mujer o qué sé yo.-

-¿Podemos cambiar de tema mejor?- noté a Taehyung caminar hacia nosotros detrás de Jimin. –Tengo que reclamarte sobre una gran mancha que dejaste en mi sofá.-

-Yo no fui, fue tu hombrecito.-

Hm, parecía sincero. Ni siquiera fingió inocencia o demencia.

Justamente llegó Tae con su amigo. –Pues alguno tendrá que pagármelas, estoy muy molesta.- y... se dio la vuelta. –Taehyung, ven aquí.-

-Fue Jimin.-

-Eres un hijo de puta, ¿para esto me llaman?-

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

-Jae Bi... ¿escuchaste eso?-

3:35 AM: Taehyung me despertó a mitad de la noche. Otra vez, juró haber escuchado voces en el apartamento.

-No hay nadie, cariño. ¿Los escuchaste aquí en la habitación, o allá en la...?-

-Allá. Ya no quiero dormir.-

-Cierra los ojos.- acaricié su mejilla. –No es nada, ¿sí?-

Mi alarma interna me decía lo contrario obviamente.

-Está bien, Jae Bi.-

...

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