Parte 16
Cerebro en blanco. Detesto cuando ya no tengo planes y nada qué hacer. No sé si asegurar que esto fue en vano; no encontré a Jimin, pero al menos confirmé un par de cosas.
Creí que con eso bastaría por ahora, estoy segura que algo se me ocurriría más adelante. Llegó la hora de volver a casa.
Muerta de sueño y hambre, llegué al vecindario, todo normal. Las luces en la casa estaban encendidas a pesar de ser la hora de dormir de mi madre. Ni sé a qué jodida hora llegué pero sí sé que muy tarde. Pensé que Taehyung podría ya estar dormido, pero me equivoqué.
Entré sin cuidado, poniendo el cerrojo y arrojando mis llaves en el mueve de la entrada. En cuanto me doy la vuelta me doy cuenta del hombre perfecto parado frente a mí, me detuve por ende y seguí su mirada. ¿Qué...? Ni siquiera me miraba a los ojos sino a... más abajo.
-Estás embarazada.-
-¿Qué? ¡No!-
¿Qué rayos fue eso? Esto no es normal.
No sé qué estaba pasando. Taehyung en cualquier momento quiso acercar su mano para tocarme el abdomen, yo lo evité dándole un manotazo y pasando de él después.
-No me toques. ¿Qué te pasa?-
¿Embarazo? ¿Quién le metió esa absurda idea en la cabeza?
Entré a la cocina encontrándome con mi madre, quien, al verme, comenzó a ahogarse con su té helado. Ahí mi sospecha.
-Llegaste.- dijo, limpiándose una gota en la esquina de su labio.
Me crucé de brazos y la miré con mi notoria seriedad. Taehyung entró detrás de mí y eso llevó a mamá a actuar, tan improvisado pero creíble.
-¿Cómo te fue con el ginecólogo?- preguntó desviando la mirada de Tae.
-Bien, supongo.- ni siquiera fingí. Seguidamente volteé con mi hombre para aclarar lo siguiente. –No estoy embarazada, deja de mirarme las tripas.-
-¿Entonces por qué fuiste?-
Rodé los ojos y volví a fulminar a mamá. –Ya sabes, chequeos de rutina. ¿Podemos dejar de hablar de esto? Estoy cansada.-
-Jae Bi.-
-No estoy embarazada. Largo.-
Ni siquiera sé por qué lo corrí de la cocina, pero él muy obediente cumplió mi orden. Ah, y siguiendo la idea del cansancio, caí rendida en la silla frente a mamá.
-¿Por qué le dijiste eso?- le reprendí.
-Fue lo primero que se me ocurrió. Ya vi tus píldoras.- me señaló y yo hice una mueca.
-Es lo que uso. Sabes que soy alérgica al...-
-No me digas. Ya, ya pasó.-
Ah, esta mujer. –Ni siquiera sé por qué hablamos de esto.- mejor opté por levantarme e irme.
Pero ella pronto me detuvo. –Tal vez podamos hablar de lo que ustedes dos hicieron en mi sillón hace unas noches.-
-Tal vez lo mismo que hicieron tú y papá en mí cama una tarde cuando yo volvía del instituto.-
La pausa instantánea y la mirada de rinoceronte en cautela a continuación.
-Hora de dormir.-
Y yo gané. –Buenas noches.-
...
Subí sin prisa al piso de arriba. Creí que tenía hambre pero era más el cansancio, demonios, ahora solo quería tomar un baño, acostarme y caer en el bendito coma efímero en la comodidad de mi almohada. Pero antes...
-¿Le dijiste a mamá de nuestra travesura en el...? ¿Taehyung?- hm, creí que estaría en la habitación. –Kim Taehyung.- y no está en mi cuarto de baño.
Bueno, no le tomé tanta importancia. La ducha primero.
Agua caliente a pesar de ser verano. Me desvestí y entré a la regadera. Demonios que necesitaba esto. Aquel masaje de sensaciones relajantes. Aquella auto-terapia mientras el agua caía sobre mí. Estúpido día de mierda.
No sé por qué mi toalla no estaba aquí colgada así que usé la de Taehyung.
Entré a la habitación de nuevo y no vi señales de él. Cerré la puerta mientras buscaba qué ponerme para dormir. Solo alcancé a agarrar mi ropa interior cuando el chico desaparecido apareció entrando por la puerta.
-¿Dónde estabas?- pregunté. Él se quedó parado en el marco de la puerta.
-Me escondí.-
Bien...
-¿Por qué?-
-Porque ya no quiero estar aquí, Jae Bi.-
Eso es nuevo. Dejé de hacer lo que estaba haciendo y, mirándolo, caminé hacia él. Cuidando de mi toalla, no lo olvido.
-¿Quieres irte?-
Asintió. –Quiero volver a nuestro departamento.-
No estuve segura si preguntarle la razón. ¿Habría qué hacerlo? Tal vez solo ya está cansado de estar aquí, eso supuse.
-Hm, ¿qué tal en un par de días más?-
Que yo haya ido hoy a Hongdae no había arreglado nada, mis problemas y preocupaciones seguían ahí. No quiero arriesgarme a nada. No quiero arriesgar a Taehyung a que, tal vez caminando por ahí o en nuestro edificio, aquello patanes lo encuentren. Yo quiero caminar por las calles sin sentirme tan insegura. Sin tener miedo a nadie, como antes.
-¿Un par de días?-
No sé si dejar caer mi toalla para convencerlo sea buena idea.
-Solo un par, ¿sí?- sonreí. –Hazlo por mamá.-
-Creo que por ella también me quiero ir.-
Reí por lo bajo y le di un golpe en el hombro por el comentario. –Ya olvida.-
-Me hizo preguntas incómodas. Dijiste que no lo haría pero lo hizo.-
-¿Qué... qué clase de preguntas?- Taehyung solo parpadeó. Bien, no quiero darme ideas. –No, no me digas mejor.-
-¿Entonces mañana podemos hacer algo juntos?-
-Seguro.- afirmé. -¿Cómo qué?-
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Otra noche que Taehyung no me despierta. ¿Las voces habrán disminuido? Aunque no creo que eso signifique mucho para tal afirmación. Pero me ha parecido extraño. Tan extraño como las cosas que hace.
Desperté. Normalmente suelo encontrarme con la nuca de mi hombre a centímetros de mi nariz en las mañanas, pero esta vez él no se encontraba en la cama sino de pie a mitad de la habitación. Semidesnudo, mirando en dirección a la puerta entreabierta.
Me le quedé mirando por largo rato hasta que me preocupé.
-¿Taehyung?- ah, me pareció un alivio que volteara al instante. -¿Qué haces?-
-Escuché que alguien llegó.- señaló la puerta. –Y huelo el desayuno.-
De acuerdo, eso no es grave.
-¿Y por qué no bajas?-
Vaciló un poco. –No lo sé. Quise hacerlo pero me detuve.-
-Oh...- me levanté de la cama. Caminé al cuarto de baño por consiguiente.
Taehyung me siguió en mi rutina del espejo pero solo para mirarme. –Jae Bi, ¿tuviste una pesadilla?-
-No lo creo.- lo recordaría.
-¿Estás segura?-
-¿Por qué lo preguntas?-
-Por nada.- dicho esto salió con normalidad.
La palabra "extraño" volvió a resonar en mi cabeza al notar la repentina ausencia de Taehyung en el segundo.
Sé que ambos solemos actuar extraños de vez en cuando, pero a veces Taehyung es impredecible, entonces no sé qué pensar en alguno de los casos.
Cuando volví a la habitación lo encontré mirando por la ventana. Eso no me pareció extraño ya que afuera en nuestro jardín estaba Max recorriendo y olfateando todo. Cuando Mark apareció, Taehyung cerró las cortinas.
-Algún día tendré un perro.-
-Sí, sigue soñando con eso.-
-Jae Bi, uno pequeño, ¿tal vez?-
-No.-
Es adorable ver su ceño fruncido aun sabiendo que está molesto. -Te arrepentirás.-
-No eres bueno amenazándome, cariño.-
-Te causaré dolor.-
-¿Qué...?-
Impredecible.
...
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