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Parte 11

-Volvamos adentro, ¿quieres?-

Limpiamos, le quitamos las espinas a las estúpidas rosas y regamos lo demás. Ahora tocaba a mamá hacer no sé qué más. Tuvimos que ir arriba a ducharnos. No sé cómo pero Taehyung siempre terminaba lleno de lodo cada vez que hacía cosas de jardinería, parecía que era una regla o algo así.
Yo usé el cuarto de baño de mi habitación y él el del pasillo.
Salí envuelta en una toalla, Taehyung igual entró a mi habitación con una a la altura de su cintura. Buscamos qué ponernos juntos, sí, cosa de pareja.

-¿Agua fría o caliente?- le pregunté.

-Fría.-

-Hm, lo siento.-

-Hace calor así que está bien, Jae Bi.-

Elegí la ropa interior, blusa corta, shorts cortos y me dirigí al baño otra vez para dejar que Tae se vistiera ahí. No tardé mucho. Cuando salí nuevamente lo encontré poniéndose uno de sus overoles, pero aún le faltaba la playera.
Me senté a la orilla de la cama mientras cepillaba mi cabello mojado y miraba a Taehyung luchar con los botones de sus tirantes.

-¿Hay algo que quieras hacer hoy?-

-No quiero salir.- respondió.

-Lo sé.- le vi ponerse la playera y volvió con los tirantes. –Pero no significa que no podamos divertirnos aquí en casa.-

-Tampoco quiero bajar. Me quedaré aquí.-

Fruncí el ceño por eso. -¿Por qué?-

-Tú mamá.- me miró. –Me hará preguntas incómodas.-

Juro que intenté no reírme en su cara. –No te hará preguntas incómodas. Vamos.- me puse de pie y caminé hacia él. –Podemos ver un maratón de una serie o de películas, o...-

-¿Jugar a las escondidas?-

-Odio ese juego, cariño.-

-Lo sé, nunca me encuentras.-

-Más bien nunca te busco.-

Alcancé a darle un beso en los labios antes de dirigirme a la puerta. Le di una ligera mirada y le incité a que me siquiera. El chico suspiró y con bastante resignación tomó el valor para seguirme escaleras abajo. Me pareció extraño no escuchar a mamá en ningún lado.

-¿Se fue para siempre?-

-No seas tonto. Está afuera.- sí, la vi por la ventana de la estancia, al otro lado de la acera hablando con una mujer mayor. Anciana, más bien. –Creo que es la abuela de Mark.-

-Hay que dejarla afuera.-

-Deja de ser tan cobarde.- le di un leve codazo en las costillas. -¿Hacemos el maratón de películas?-

-En tu habitación.-

-No, aquí.-

-Tú aquí, yo arriba.-

-¿A qué le temes, Taehyung?- me burlé de él. -¿Crees que mamá va a ahorcarte o algo así?-

-Sí.-

-¿Por qué? Somos jóvenes y con una vida sexual activa, ¿y qué? Ella sabe que no soy virgen.- seguí vigilando a mi madre por la ventana. Noté que Tae se me quedó mirando, muy lindo.

-Jae Bi.-

Volví a mirarlo y le hice una mueca con la lengua. –Tonto. Vamos.-

Jalé de uno de sus tirantes y lo llevé a la cocina.
Sí, sé que asusté al chico inocente pero ya no me parecía tan divertido si iba a estar escapando de esa manera.

-No te dirá nada. Tú solo actúa natural, ¿de acuerdo?-

-¿Cómo soy natural, Jae Bi?-

Muy buena pregunta. –No sé, el adorable individuo que curiosea todo. Vamos, ayer no tuviste problemas, ¿o sí?-

Se encogió de hombros. –No, porque fue antes de...-

-Hola, chicos. ¿Tienen hambre?- mamá, tan sonriente y oportuna como siempre.

Me dio cierta gracia que Taehyung se quedara estático.

-Jung Bi, haremos un maratón de películas, ¿te unes?-

-Cielos, me encantaría pero acabo de hacer planes.-

¡Hey! -¿Planes? ¿Con quién?-

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-¿No te molesta que mamá tenga buenos amigos con los cuales salir y nosotros nos encontramos aquí viendo un maratón de Hechizada?-

Miré al chico meterse un enorme puño de palomitas a la boca. –No.-

-¿No extrañas a Jimin?-

-No lo sé, Jae Bi. ¿Tú sí?-

Ah, demonios. –No sé. Creo que solo... me preocupa. Últimamente ha tenido problemas por nuestra culpa.-

Noté que eso le hizo pensar. Dejó de mirar la televisión. Tuve que poner pausa un momento.

-Jae Bi.- primero dijo mi nombre, obteniendo toda mi debida atención, aunque solo me quedaba ver su bello perfil.

Vaciló y pensó demasiado... pero al final no dijo nada. No lo forcé que lo hiciera de todos modos. Quité el pausa de la serie y él continuó viéndola, y yo a él.
A veces quisiera leer la mente de Taehyung, que todavía sigue siendo tan misteriosa después de mucho tiempo. No es un completo extraño, claro que no, pero su mente ha vuelto a ser un misterio.

Tenía miedo de que llegara la noche. Tenía miedo de que llegara la hora de dormir. Creo que yo tenía miedo de esas voces más que Taehyung.
También suelo preguntarme cómo es escuchar esas voces. Qué es lo que dicen. Esto último no se lo pregunto a Taehyung por temor a la respuesta.

"Déjame salir".

No hay nadie encerrado.

"Jae Bi debería estar aquí".

Yo siempre estoy aquí.

Taehyung se quedó dormido en mi hombro. Apagué la televisión. Tuve que despertarlo, sin hacer mucho ruido. No era muy tarde pero sí estaba cansado. Le dije que fuera arriba y se recostara, que yo iría después de limpiar un poco.
Obedeció... medio muerto del sueño pero no tropezó en las escaleras al menos.
Puse en orden los cojines, regresé el bol de palomitas y los vasos a la cocina.

Estaba a punto de irme cuando miré las notas del refrigerador sin querer. Una lista de compras y un horario de medicación. Las pastillas de mamá. Supuse que serían esas que usa para dormir.
Toma dos cada noche y despierta entre las seis y diez horas.
Me sentí mal por pensar en Taehyung.

Subí después de dejar todo en orden. Se supone que mamá ya no tardaba en llegar pero decidí subir con Taehyung y recostarme con él aunque no tuviese del todo sueño. No sé por qué quise verlo dormir, pero eso hice.
Me di cuenta que se dejó el overol y ni se molestó en atinar la cabeza en la almohada. Solo se tiró boca abajo y lo dejó a la suerte. Reí por eso, pero tuve que interrumpirle.

-Cariño, estás en mi espacio.- le di unas palmadas en el trasero. Tardó en reaccionar. –Solo muévete a la izquierda.- y lo hizo al fin.

-Jae Bi... no quiero dormir.- murmuró, difícilmente pude escucharlo pero le entendí. Tenía sus ojos cerrados aún. –Pero estoy cansado.-

-No hay problema, Taehyung.-

-No quiero escuchar... digo, no quiero despertarte.-

Demonios. Otra vez vino esa idea a mi cabeza.
Sí, pensé en las pastillas de mamá pero era un riesgo, o no tenía idea pero sé que era una locura.

-Taehyung.- dije su nombre al momento de tocar su espalda. Me incliné hacia adelante para acércame a su rostro, para hablar más bajo. –Esas voces... no son fantasmas.-

-Lo sé.-

Dormido pero aún responde.

Comencé a sentir escalofríos. Como esa corriente o toque brusco en la espalda. Maldita sea, tenía qué preguntar.

-Y... ¿qué es lo dicen? ¿Puedes entenderlas?-

Esperé un corto rato a que respondiera. Por la espera creí que ya se había quedado completamente dormido, pero no fue así.

-Dicen... que no debo decir nada.-

-Taehyung...-

-Nada, Jae Bi.-

-Taehyung... esto me duele.-

-Lo sé... y lo siento.-

...

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