-¿Ya me dirás para que me llamaste?.- pregunté cruzándome de brazos, viendo como mi mejor amigo llevaba una papa a su boca.

Hizo un gesto de estar comiendo y luego sacudió sus manos cerrando sus ojos.

-¿Acaso no puedo salir con mi mejor amigo?.- cuestionó y fruncí el ceño.

-Si tu eres el que me abandonó por tu novia.- respondí e hizo una actuación bastante mala de que le dolía el pecho.

-Me lastimas, viejo.- lloriqueó y rodé los ojos aguantando la risa por su actitud.

-Nino, ya dime... no es que no quiera verte, es solo que no quiero molestarte si estás con esa chica.

-Esa chica se llama Alya y aún no te has dado el tiempo de conocerla.- suspiré y comencé a jugar con la bombilla de mi soda.- Alya quiere conocer a quien ha sido mi hermano de otros padres desde que tengo memoria.- solté una carcajada y nos quedamos viendo un momento.

-Bien, salgamos uno de estos días luego de clases o este fin de semana que viene.- me encogí de hombros y extendió su puño hacia mi. Hicimos nuestro saludo y luego se puso serio aclarando su garganta.

Nino pocas veces en la vida se ponía serio, la mayoría del tiempo siempre andaba bromeando por todo y sonriendo.

-Adrien, quiero preguntarte algo.- me mantuve en silencio esperando a que prosiguiera.- Algo sobre la chica del otro día en clases... la que me presentaste como Marinette.

Sentí como mi corazón comenzaba a latir con un poco más de fuerza y miré a Nino con extrañeza.

-¿Qué pasa con ella?.- cuestioné.

-Es que... quiero empezar todo en orden.- puso las manos sobre la mesa.- cuando la vi el otro día, pensé que era una compañera nueva... pero luego de que te dejé ahí con ella, ¿recuerdas que me llamaron los demás?.- asentí en silencio y sentí que se puso un poco nervioso.- tu me conoces y sabes que yo no juzgo a nadie sin conocerlo...

-¿A que quieres llegar con eso?, ¿qué tiene que ver Marinette?

-¿Qué tan estrecha es tu relación con ella?

Tomé el puente de mi nariz y respiré profundo porque no estaba comprendiendo a que quería llegar Nino con todo esto.

-Somos amigos, ¿por qué?

-¿Estás seguro?

-¡Habla de una vez Lahiffe!, ¡ya me estás desesperando!

-Lo siento, lo siento.- tomó aire.- Kim y los demás me dijeron que no me acercara a ella y que hiciera como que no existiese porque es una mala influencia y todos se irán en mi contra e incluso los de otros salones.

-¿Cómo?, ¿por qué?

-Se me hacía raro que me dijeran eso de la nada y lógicamente no les haría caso ya que no la conozco. También dijeron que si tu no te alejabas de ella, todos dejarían de hablarte...

No entendía nada. Nino solo me estaba dando rompecabezas sin sentido.

-Nino, ¿tu sabes que Marinette ha estado en nuestra clase desde que estaba en cuarto?.- abrió más sus ojos y levemente la boca.

-¿Lo estás diciendo en serio?, todo tiene más sentido entonces...

-¿Qué tiene más sentido?

-Kim me dijo que "las sombras nunca dejan de ser sombras a pesar de los años que pasen"... y que la razón por la que la ignoran es porque... .- bajó la voz y se acercó un poco más sobre la mesa hacia mi.- dijeron que ella es... es una acompañante.- no comprendía y creo que se dio cuenta porque volvió a hablar.- Adrien, por eso te pregunto que relación tienes con ella... porque dicen que es prostituta.

Me puse de pie golpeando la mesa con ambas manos. Varios clientes del lugar se voltearon a verme y me importó muy poco lo que pensaran.

La sangre comenzó a quemarme por dentro, cerré mis puños sobre la mesa y los ojos de Nino se veían sorprendidos en todo momento.

-¡¿Qué mierda es lo que dijiste?!.- al instante me tomó del brazo haciéndome sentar otra vez.

-Baja la voz.- me solté de él.- y no te enojes conmigo porque no es algo que yo dijese. Te lo estoy contando porque también estoy molesto, porque eres mi mejor amigo y porque noté que le tienes aprecio a esa chica.

-Ella no es... ella no es eso.- mi respiración se agitó un poco.

-Viejo, yo no la conozco realmente... pero es lo que me dijeron. No es que les crea, pero si mal no entendí hace mucho que no le hablan y por un motivo ha de ser, ¿no?

-Quizás para ellos sea lo que dices, pero estoy seguro que Marinette no es una "acompañante" de nada.

-¿Cómo estás tan seguro?.- preguntó cruzando sus brazos e hice lo mismo viendo la mesa.- ¿hace cuánto la conoces?

Realmente no la conocía más profundo, pero... me niego a creer que ella sea lo que dicen los demás. Pero viéndolo desde otro punto de vista tiene más sentido el hecho de que la ignoren.

Imágenes de Marinette vinieron a mi cabeza una y otra vez.

Si es que lo fuera, no dejaría de hablarle de todos modos, pero no me agradaba para nada que hablaran así de ella y mucho menos que por ese motivo la borraran del mapa como si nada.

Ellos me van a oír. Cada uno de ellos me va a oír.

-Créeme cuando te digo esto, Nino. Marinette es de las personas más puras que he conocido aunque por fuera se muestre sombría e insensible.

-Te creo. Si tu estás seguro de eso, entonces yo también.- empujó mi hombro en breve.- pero fuera de eso, todo está mal... ¿cómo es posible que nadie le hable?, esto es inhumano.- frunció el ceño viendo sus manos.- de verdad que no logro entenderlo.

-Llegaré al fondo de esto... eso te lo juro.- nos mantuvimos callados unos segundos.

Le conté a Nino como conocí a Marinette o más bien el como noté su presencia. Básicamente creo que le agradó con la poca información que le di de ella, omití cosas que estoy seguro que a ella no le gustaría que dijera y luego de seguir conversando con él unas horas más, lo fui a dejar a su casa.

Básicamente Nino me dijo que me apoyaría en todo y que le daba lo mismo si nuestros compañeros dejaban de hablarle e incluso que quería conocer a Marinette más, ya que éramos compañeros y de paso se sintió tan idiota como yo por no haberla notado antes. Dijo que le debía una disculpa enorme.

Ya era de noche y mamá me llamó preguntando si estaba bien, entre otras cosas. Le dije que pronto llegaría a casa.

Necesitaba pensar todo lo que hablé con Nino y sumergirme un poco en mi mismo para ordenar mi mente. Conduje hacia el mirador y bajé del auto viendo la ciudad iluminada a lo lejos.

Hacia frío, pero por muy raro que fuera no me molestaba. Luego de varios minutos dando vueltas en muchas cosas sentí mi celular vibrar.

Princesa:
Gracias por pasarme los deberes... buenas noches, que descanses.

Una sonrisa curvó mis labios a penas leí su mensaje e iba a teclear, pero quería escuchar su voz. Marqué su número y luego de tres pitidos sentí su respiración del otro lado de la línea.

-¿Bu-ueno?

Susurró y miré el cielo estrellado sin dejar de sonreír.

-Hola...

-¿Ocurrió algo?

-No realmente, es que como me escribiste... .- mis ojos se enfocaron en la luna.- bueno en realidad quería oírte.

-Pero nos vimos en la tarde...

- ¿Puedes ver la luna?.- musité oyendo como si se pusiera de pie y luego como una ventana se abría.

-Si... puedo verla ahora. ¿Estás fuera de casa?

-¿Cómo lo sabes?

-Porque se escucha algo de viento.

-Estoy en el mirador.- guardó silencio.- necesitaba pensar algunas cosas y no encontré mejor lugar para hacerlo que aquí.

-Entiendo... bueno, entonces te dejo seguir pensando y...

-Estaba pensando en ti.- la interrumpí conteniendo el aire en mis pulmones.

¿Qué demonios estoy haciendo?

-¿En mi?, ¿qué cosa?

-Que yo... Marinette... mañana después de clases quiero que hagamos algo.

-¿Algo cómo qué?

-Cuando llegue mañana lo sabrás.- podía imaginar como fruncia el ceño.

-Bien... cabe mencionar que mi memoria es bastante buena para ser sincera.- se oyeron pisadas fuertes y luego la ventana cerrarse.- debo irme, nos vemos mañana.

-Está bien... buenas noches bichito raro.

-No me digas así.

-Claro, bichito.- solté una risa y colgó la llamada.

Me mantuve viendo la pantalla de mi celular por varios segundos y tecleé un mensaje para ella.

-Nos vemos mañana... descansa...

Princesa:
Lo que tu digas...

Apareció el "escribiendo..."  unos segundos y me quedé expectante a lo que diría, pero al final solo se desconectó. Con un poco de tristeza guardé el celular en mi bolsillo y cuando subí al auto otra vez para irme a casa este vibró.

Creo que nunca antes había tomado tan rápido mi celular.

Princesa:
Eres la primera persona que no son mis padres con quien hablo por celular.
Gracias.

-"Y tu la primera persona que acelera mi corazón."

Cada letra de ese mensaje lo borré en cada segundo que pasaba.