Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Única y especial

Marinette no dejaba de llorar y ya no estaba seguro del porqué.

Estábamos acostados sobre su cama y no la soltaba. Mis brazos la envolvían por completo y ella solo daba saltos por el incontrolable llanto.

-Oye... estoy aquí contigo.- hablé por lo bajo besando su cabeza a la vez que acariciaba su espalda con una de mis manos.- no te dejaré sola...

-N-no debiste venir.- su voz entrecortada me hacía sentir una angustia enorme.- eres un idiota.- cerré mis ojos y la abracé aún más fuerte.

-Lo sé... soy un idiota, pero no puedo evitar serlo si se trata de ti.- murmuré.

Cuando se tranquilizó un poco pude preguntarle más cosas sobre ella. Después de todo ya no venía al caso que intentase ocultarme algo.

Si no mal entendí... la madre de Marinette se fue de aquí cuando ella tenía doce años y desde entonces no la ha vuelto a ver. Cuando cumplió quince años su padre comenzó a exigirle dinero... con un trabajo que le sería "fácil" según él, ella no quería y al darse cuenta que no podía negarse a lo que su padre le ordenó, buscó un trabajo comenzando a costear el instituto a escondidas, a la vez que le daba parte del dinero, fingiendo así que era una... acompañante.

No me contó detalles en específico de como la trataba su padre, aunque no necesitaba que me lo dijera para hacerme una idea.

Pensaba en cómo era posible que su madre la dejara en manos de este tipo y que simplemente se largara como si nada, dejándola completamente desprotegida. Dios... tan solo imaginar todo lo que pudo pasar desde que tenía doce años e incluso antes, me traía un dolor muy fuerte en el pecho.

-¿Por qué no me dijiste antes?.- pregunté por lo bajo viendo el techo de su habitación.

Se reincorporó e hice lo mismo. Me dio la espalda y me quedé observandola en silencio.

-¿Para qué?

-Para ayudarte...

-Nadie puede ayudarme.- me interrumpió y limpió sus mejillas con ambas manos sin verme.- además no tengo que decírtelo...

-Claro que tienes que hacerlo.- hice que se volteara tomando su brazo. Sus ojos se abrieron un poco más y observé con tristeza su rostro con un evidente golpe.- dijimos que siempre nos hablaríamos con la verdad. Marinette entiende de una vez que ya no estás sola, yo estoy aquí para ti y eso jamás cambiará.

Sus labios informaron una fina línea y alcé mi mano para acariciar su mejilla amoratada.

-¿Por qué?, ¿por qué haces esto?.- musitó con los ojos cristalizados.- ¿por qué viniste a mi casa?, ¿por qué me dices todo esto?.- su voz se oyó cada vez más desesperada .- no entiendo porque siempre que estoy mal apareces... no entiendo porque siempre estás para decirme las palabras correctas y no entiendo porque después de saber todo esto aún no te vas.

-Porque eres asombrosa, Marinette.- me acerqué más a ella y tomé su rostro con ambas manos.- porque no quiero que estés triste, no quiero que sufras por cosas que no son tu culpa... porque cuando vi a esa chica invisible, me llenaste de colores esa tarde en el parque y todo cobró sentido para mi. Me dijiste que querías tener un amigo... alguien que esté para ti siempre y yo te necesito a ti. ¿Qué está mal en eso?.- le sonreí.

-Mi padre es una persona peligrosa... y se relaciona con gente peligrosa.

-Denuncialo.- respondí y sus ojos se llenaron de miedo.- puedes hacerlo... Marinette, él no puede obligarte a hacer nada que no quieras y mucho menos puede ponerte un dedo encima.

-No puedo hacer eso.- se soltó de mi agarre poniéndose de pie frente a mi.- no sabes lo que dices... es mejor que te vayas y no me hables otra vez. Olvida todo lo que te dije y todo lo que viste hasta ahora.- movió su cabeza repetidas veces de un lado a otro

Tras oír lo que decía me levanté viéndola con el ceño fruncido, ¿me está diciendo que la deje sola y que haga como si nada?

-No puedes estar hablando en serio.- evitó mirarme.

-Vete y no me hables nunca más.

-Marinette... ven conmigo.- hablé por lo bajo.- puedes quedarte conmigo en mi casa... mis padres lo entenderán y estoy seguro que...

Volvió a verme y abrió su boca un segundo pero con rapidez me dio otra vez la espalda.

-Dije que te fueras... no necesito de tu ayuda y mucho menos necesito de ti.

Sus palabras me dolieron... dolieron de una forma tan desgarradora que incluso sentí que me faltó el aire unos segundos que aparecieron una eternidad.

-Marinette, por favor ven conmigo.- repetí por lo bajo.

No quería dejarla aquí sola con ese tipo y tenía la esperanza de que aceptaría, pero no hacía nada. Volvió a poner su capucha sobre su cabeza.

-No vuelvas a esta casa y no me dirijas la palabra otra vez.

Eso fue lo único que dijo y yo... yo... ¿qué más podía hacer?

No puedo sacarla a rastras de su casa y definitivamente no puedo obligarla a que denuncie a su padre por maltrato... entre otras cosas.

Tragué con dificultad y la abracé unos segundos por detrás. Sus hombros se tensaron al sentirme al instante.

-Si me necesitas... no importa la hora ni el lugar, yo estaré para ti.- respiré su aroma casi por instinto y con lentitud me alejé.- si algo sucede llámame.

○○○

No tuve más opción que volver a casa. Le expliqué a mamá todo lo que pasó y algunas cosas que Marinette me contó.

Ella realmente estaba tan preocupada como yo, pero me dijo que necesitábamos pruebas para poder hacer algo y si Marinette no cooperaba con eso sería casi imposible.

El día se hizo eterno para mi y no sabía que hacer. Intenté pensar en ideas para poder ayudar a quien consideraba una persona muy importante para mí, pero no encontraba nada.

No quise ni siquiera bajar a comer y luego de que acabara la cena subió mamá dejándome un poco en el velador al lado de mi cama. Me comentó que discutió el tema con papá y que él igual compartía el mismo pesar por la situación.


Ahora estaba viendo el techo de mi habitación y hace unos minutos Plagg apareció para hacerme compañía. El ronroneo de mi gato calmaba un poco el miedo que sentía de que algo le pasara a Marinette por la noche o mañana o los siguientes días.

Solté una gran cantidad de aire y sus palabras resonaron en mi cabeza.

"No necesito de tu ayuda y mucho menos necesito se ti."

¿Realmente es lo que ella siente?, ¿qué tanto le molesta mi presencia?, ¿en algún momento ella me ha visto como un amigo de verdad o solo como alguien odioso?

Sentía tanta tristeza de pensar que todo lo que creí que podría estar avanzando con nuestra amistad fuese solo un espejismo que yo mismo hice.

No me di cuenta en que momento papá había entrado a mi habitación. Me senté sobre la cama apoyando mi espalda en el respaldo y él sonrió de lado tomando lugar al lado mío.

Los ojos de papá me estudiaron detenidamente y yo intentaba inútilmente esconder el golpe de mi ojo y labio.

-Espero que tu compañero quedara peor.- soltó de repente y me sorprendí un poco.

-¿Cómo?.- cuestioné y soltó una risa negando con la cabeza.

-Nada.- respondió y creo que notó mi preocupación.- descuida... no haré un escándalo en tu instituto.- Plagg se acercó al regazo de papá y se quedó ahí ronroneando.- solo porque tu madre me lo pidió.- agregó.

-Gracias... .- miré mis manos un momento.- de verdad que no fue por querer... me refiero a que tenía motivos y... .- alzó su mano para que guardara silencio y así lo hice.

-Adrien, está bien. Las peleas son parte de crecer y si dices que tenías un motivo para hacerlo, te creo.- guardó silencio y pasó su mano suavemente por mi gato.

Papá era un hombre con las palabras precisas y no solía irse por las ramas jamás. Siempre era directo y eso me agradaba la mayoría de las veces, todos lo respetaban porque no se mordía la lengua cuando creía que algo era injusto.

-Si quieres que ayudemos a tu novia, no  tenemos inconveniente.- tragué con dificultad al oírlo.- prefiero que esté aquí que con aquel hombre que dijo tu madre.

-¿Lo dices en serio?.- asintió y extendió su mano para revolver mi cabello.- pero... ¿por qué?.- hizo una media sonrisa y pensó un segundo sus palabras.

-Ella te defendió aquella vez echándose la culpa. Esas cosas no las hace cualquier persona... es especial. Me recordó a tu madre un poco cuando comenzamos a salir.- ahora sonrío completamente con nostalgia.

-Pero Marinette... ella no es mi novia.- respondí viendo hacia mi costado con vergüenza.

-¿Y que esperas para que lo sea?.- casi me atraganto con mi propia saliva.- oh vamos, eres mi hijo Adrien y andas últimamente en las nubes. No puedes negar que sea por esa niña.

-Claro que no lo niego, pe-pero no es lo que piensas... es que ella me preocupa y... .- me miró severamente.

-Nunca te engañes a ti mismo. Te lo digo por experiencia propia... casi pierdo a tu madre por no querer aceptar lo que sentía.- se puso de pie y sacudió sus pantalones que quedaron con pelos de gato.- ayuda a esa niña y luego dile lo que sientes. Lo peor que puede pasar es que no sienta lo mismo, pero nunca lo sabrás si no lo haces.

-Marinette no es como las demás personas que he conocido.

-Con mayor razón.- se inclinó y dejó un beso en mi cabeza.- tu la conoces mejor que nadie... quizás no puedan ser algo más por el momento debido a las circunstancias, pero no te rindas. Además, me agrada más que esa chica llamada Lila.- contuve una risa y negué con la cabeza al saber que mi madre le había contado sobre ella.

Papá salió y cerró la puerta detrás de él. Tomé a Plagg y lo acerqué frente a mi tocando su nariz con la mía.

-No rendirme.- musité viendo sus felinos ojos.- ¿qué debo hacer exactamente?.- le pregunté al gato.- ¿debo ir por ella?, ¿la llamo?.- suspiré y pasó su áspera lengua por mi nariz haciéndome sonreír.- ¿y si la secuestro?.- negué con la cabeza y me puse de pie yendo a ver a Bernardo.

Sentía que mi pez me daba mejores consejos que mi gato.

-Ella dijo que no quería que me acercara otra vez.- toqué la pecera con mi dedo y Bernardo nadó en círculos.- ¿debo hacerle caso?, pero no quiero estar lejos de ella... mucho menos después de saber todo lo que ocurre o al menos una parte.

Bernardo me miró unos segundos y volvió a nadar alejándose de mi.

Tomé mi móvil y decidido marqué su número. Creo que llamé más de cuatro veces hasta que sentí que respiraban del otro lado.

Con algo de nervios me acerqué a la ventana viendo hacia afuera.

-Se que no querías que te hablara más, pero... soy muy terco y lo sabes. No puedo simplemente dejarte como pretendes, Marinette y mucho menos después de saber todo lo que me contaste. Quiero ayudarte... necesito ayudar y necesito estar contigo.

Lo único que oía era su respiración del otro lado de la línea.

-Si no quieres decir algo está bien... no te obligaré a nada que no quieras, me basta con oír tu respiración para saber que estás bien.

-¿Has soñado alguna vez que puedes volar sobre las nubes?

Presioné más el teléfono al escuchar su voz por fin. Se oía muy bajo como si intentase que no la descubrieran.

-Si... pero siempre me he caído y despierto de golpe.- me senté a los pies de mi cama esperando que siguiera hablando.

-Tuve un sueño así hace unos minutos... si te preguntas acaso si me despertaste la respuesta es muy obvia.

-Lo siento, no quise...

-Estabas en mi sueño y no caía... no caía porque volabas a mi lado sujetando mi mano.

Otra vez silencio entre los dos. Quería verla decir como había sido su sueño conmigo y admito que sentía un cosquilleo en mi pecho en cada respiro que captaba por la bocina del móvil.

-¿Qué crees que significa eso?.- musité.- me refiero al sueño...

-Que debo pedirte disculpas...

-No creo que eso tenga lógica.- solté una risa.

-Los sueños no tienen lógica, pero quería usarlo de excusa para disculparme por si te traté mal en la mañana. Me habías dicho que puedo ser muy fría para decir las cosas y no me doy cuenta cuando lo hago.

-Eso quiere decir que... ¿aún podemos ser... amigos?.- me recosté hacia atrás en la cama y cerré mis ojos con fuerza.

-Yo... no quiero que te involucres con lo que te conté y no quiero que vuelvas aquí a mi casa.

-Haré lo me pidas, pero no es lo que quiero saber.- suspiré viendo el techo imaginando sus ojos azules verme fijamente.- quiero saber si puedo seguir a tu lado... si puedo seguir fastidiandote  como hasta ahora.- sonreí en breve.

-Creo que aunque dijera que no lo seguirías haciendo.

-Parece que me conoces muy bien.- la oí reír por lo bajo y me faltó el aire unos segundos.- Me gusta cuando ríes...

-Pero si solo es una risa...

-Tu risa es única para mi.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro