Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Soltando las culpas

Era de madrugada. Desperté de golpe y no pude seguir durmiendo.

En la oscuridad de mi habitación intentaba reprimir todos los sentimientos encontrados que tenía o mejor dicho... Todos aquellos sentimientos que creía haber sepultado hace dos años.

Tristeza... Creo que hace mucho no sentía eso.

Mis ojos se humedecierom de la nada y una presión invadió mi pecho al momento en que imágenes de hace algunos años atrás venían a mi mente.

Me puse de pie y en silencio salí de mi habitación hacia la última puerta del pasillo. Fue como si alguien me llamara, así que mis pies se movieron por sí solos en esa dirección.

Aquella puerta era un pequeño cuarto donde guardabamos algunas cosas, como las tiendas de acampar, ropa de invierno, entre otras... Como también el piano de mi abuela y un que otro diploma o trofeo mío que arrumbé hace dos años.

Abrí la puerta y encendí la luz, observando así el gran instrumento que tenía una carpa negra y empolvada cubriendolo.

Un sentimiento de pena me arribó al momento de descubrirlo y tomar asiento frente a él. Pasé mis dedos por las frías teclas sin producir un sonido y suspiré cerrando mis ojos.

—De seguro estás decepcionada de mi... .— musité dejando escapar un quejido sin querer.

°°°

—Adrien, por favor... Cariño, debes comer algo.— la voz de mamá me hizo abrir los ojos, pero no despegué mi frente del borde del piano. — llevas dos días aquí encerrado.— sentí sus manos frotar mis hombros con suavidad.

No respondí. No salían las palabras de mi garganta... ¿Qué era esto?, ¿por qué estaba de este modo?

Desde esa madrugada no he salido de este cuarto y mucho menos he respondido a las palabras de mamá.

Miserable es poco para como me sentía... ¿Por qué?, ¿a qué se debió este momento depresivo?, ¿siempre he sido así?

No recuerdo alguna vez haberme sentido de este modo antes.

¿Por qué ahora?

—¿Qué puedo hacer para que me digas algo?. — la voz de mamá sonó tan triste y dolida, pero no podía hacer nada.— ¿pasó algo con Marinette?

¿Marinette?, no... Con ella no ha pasado nada realmente. Solo me hizo sacar algo que ni yo mismo entendía... Algo que ni yo sabía que estaba guardado en mi en realidad.

—Adrien... .— esa era la voz de papá.— hijo.— su voz sonaba preocupada como pocas veces la he oído. Sentí su mano sobre mí cabeza.— sabes que puedes decirnos lo que sea que te tiene de este modo... Pero responde por favor. Tu madre y yo estamos preocupados.

Guardaron silencio por varios minutos hasta que papá habló nuevamente.

—¿Quieres que llamemos a Nino?

—¿Llamamos a Marinette?— cuestionó mamá.

¿Marinette?... Marinette... La imagen de ella vino a mi cabeza y su expresión del otro día al verme llorar se sumó de paso.

No quería que me viera como ahora. Definitivamente no debían llamarla, así que hice el esfuerzo para que las palabras emergieran de mi boca.

—Estoy bien.— musité. Mi garganta estaba seca. — no la llamen.

No podía ver las expresiones de mis padres, pero sabía que estaban aliviados o eso sentía.

El maullido de Plagg llegó a mis oídos. Pude percibir como se subía al asiento en el que estaba y comenzaba a frotarse contra mi repetidas veces.

Me ergui sintiendo un dolor en mi espalda, seguramente por haber estado mucho tiempo en la misma posición. Giré lentamente y miré al suelo los pies de mis padres en mi dirección.

—Cariño. — mamá se agachó buscando mi mirada y solté las lágrimas cuando tomó mi mejilla apartando mi cabello.

—¿Crees que ella está decepcionada de mí?— Pregunté y mi voz se quebró.

—¿Quién?

—La abuela... Porque no pude seguir tocando el piano como a ella tanto le gustaba.— mamá miró hacia arriba seguramente a mí padre. Siempre se hablaban con miradas.

—Oh, mi amor... La abuela jamás estará decepcionada de ti.— mamá me abrazó y me solté a llorar sobre su hombro con fuerza.— tranquilo, saca todo lo que tienes dentro y no dejes una sola lágrima.

°°°

Estábamos en completo silencio los tres en la mesa.

Mamá hizo el almuerzo luego de que conversáramos toda la mañana. Me contó muchas cosas que desconocía sobre mi niñez y pude reflexionar bastante.

—Nino llamó preguntando por ti ayer. — dijo papá y alcé la cabeza. — le dijimos que no te habías sentido muy bien y que faltarías a clases, pero que no se preocupara... Que cualquier cosa le llamaríamos.— asentí lentamente.

—Lo siento... No quería preocuparlos.

—Adrien, está bien. No tienes que decir nada. — bajé la cabeza. — pero si necesitas decir algo... Lo que sea, por favor hablalo con nosotros. Somos tus padres y siempre estaremos aquí para ti.

Siendo sincero, agradecía tener a mis padres conmigo. Estoy seguro que si no fuera por ellos, yo sería un completo desastre de persona.

Acordamos en que hoy en la tarde no faltara a clases para no perder todo el día. Así que luego de comer, fui a ducharme y tomé todas mis cosas saliendo de casa.

Subí a mi auto y antes de encenderlo miré mi celular con culpa al notar las llamadas perdidas de Nino.

No tenía llamadas de Marinette, pero si varios mensajes.

Princesa:
Lo siento... No quise decir algo malo. Descansa y nos vemos mañana.

Ese era de hace dos días, de la última vez que nos vimos.

Princesa:
Buenos días... ¿Cómo estás?
Voy camino al instituto.

Princesa:
No viniste.
Quería enseñarte algo, pero mañana puedo hacerlo.

Princesa:
Me tocó hacer turno de tarde/noche en la pizzería.
¿Estás por ahí?
Puedo conseguirte un descuento en una pizza familiar si te apetece :)

Princesa:
Ya llegué a casa.
Lo bueno es que no hay nadie.

Princesa:
Buenas noches... Descansa.

Princesa:
No puedo dormir.
¿Tu estás dormido?

Princesa:
Estuve leyendo algunas cosas en Internet.
¿Sabías que si miras tu reflejo en el espejo por mucho tiempo comienzas a tener alucinaciones?
Yo no tenía idea, pero siempre tuve el temor de que mi reflejo hiciera algo que yo no.

Esos mensajes eran de antes de ayer...

Princesa:
Buenos días. Ya voy al instituto... Espero verte hoy.

Princesa:
Nino me dijo que no te sentías bien, así que faltarías a clases.
¿Tienes fiebre?, ¿te duele el estómago?, ¿Fuiste al doctor?
Te dije que lo del corazón es peligroso... Espero te mejores.

Princesa:
Lila entró al salón a la hora de almuerzo y me dijo algunas cosas. Creo que no le caigo bien.
¿Yo te hago daño?

Princesa:
Nino me pidió que viera su ensayo ahora al salir de clases.

Princesa:
Realmente son buenos ahora que los oí mejor y pensar que no quería venir, pero Nino insistió.
Ese chico Luka me compró un helado.

Princesa:
¿Crees poder tomar un helado conmigo?

Princesa:
Buenas noches...
Te extraño.

No terminé de leer todos los mensajes y arranqué el auto de una.

—Soy un idiota...

Debí tomar mi celular aunque sea un momento y responderle. Me escribió todos los días, mientras yo estaba deprimido en mi casa sin hacer nada.

Faltaban diez minutos para que la campana sonara cuando llegué al instituto. Bajé del auto y me dirigí rapidemte hacia la entrada, buscando con la mirada a Marinette por si estaba fuera, y efectivamente estaba ahí.

Sonreí y apuré el paso hacia ella, pero me detuve al momento de ver que abrazaba a Luka con fuerza.

¿Por qué demonios se abrazan?, ¿y por qué demonios en vez de irme me acerco más a ellos?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro