Presagio
Puedo decir que enfocarme en una sola cosa me ayudaba a no pensar mucho en mi dolencia con el piano, incluso, podría decir que ni siquiera pasaba por mi mente. Era consciente que en algún momento debería hacerle frente y superarlo, pero todo sería a su tiempo.
Todo fue "normal" por un mes. Mis padres volvieron a ser los de siempre, Marinette y yo convivíamos juntos sin el mayor problema, el instituto era más agradable después del accidente, al igual que nuestros compañeros, quienes poco a poco se fueron acostumbrando a la presencia de mi novia en su totalidad, no puedo decir que Marinette fuera el centro de atención y mucho menos que se relacionara con todos, pero al menos hablaba y se notaba el cambio en mejorar, Nino y Alya eran de mucha ayuda.
No había visto a Bridgette desde su presentación en el teatro, intercambiamos algunos mensajes, pero nada más que eso y me sentía extraño... No quería pensar que algo malo había pasado entre los dos, es sólo que sentía que un muro se construyó entre nosotros cuando le dije directamente que tenía novia.
No es que creyera necesario confesarle o más bien, comentarle que tenía novia, es sólo que... Nos llevamos muy bien, más que bien y, entre ser "sólo amigos que se llevan bien" y "algo más que amigos", hay una fina línea que no había que cruzar. Así que era mejor aclararlo.
Es increíble como en un abrir y cerrar de ojos todo cambia. A principio de año lo único que tenía en mente era disfrutar lo más que podía mi tiempo libre, ir a las fiestas de Kim, aunque no fuese muy fanático de ellas, salir con Nino y jugar los fines de semana en la consola, prestar la menos atención a las clases porque me iría bien en los exámenes de todas formas, pelear con mamá sobre los calcetines en el suelo y hacerle una base con ruedas a la pecera de Bernardo, así podría pasearlo.
Jamás se me pasaría por la cabeza que Marinette, una chica totalmente invisible para el instituto y también para mi en su momento, ahora estaría aferrándose a mi como si no hubiera un mañana.
No lograba entenderlo, ¿por qué lloraba por ese despreciable?
Ese hombre lo único que había hecho por ella había sido lastimarla, tanto física y psicológicamente. A mis ojos él no merecía una sola lágrima de Marinette, pero de todas formas se las estaba dando, quizás soy un insensible o quizás el rencor que yo le tengo sobrepasa el de ella, no lo sé.
No puedo ponerme en sus zapatos aunque lo intente, y es que imaginar que mi padre me hiriera de la misma forma, no lograba hacerlo.
—Sé que no lo entiendes, pero es mi padre. —susurró contra mi pecho de manera tan rota, incluso yo sentí un nudo en mi garganta al oírla. —pudo echarme a la calle y no lo hizo.
Me mantuve en silencio. No sabía que decirle, no sabía cómo actuar y mucho menos sabía si era bueno seguir dentro de aquella sala de hospital.
—¿Vamos afuera? —asintió separándose de mi. Secó sus lágrimas con ambas manos e insegura se acercó al hombre postrado, lo observó por varios minutos, hasta que optó por estirar su mano hacia la suya, y no logrando alcanzarla se dio vuelta hacia mi dirección nuevamente.
—El teniente Roger seguro querrá hablar conmigo.
Marinette me rodeó, no me miró y antes de seguirla le di un último vistazo a su padre.
Resulta que el hombre estuvo desde nuestro accidente hospitalizado con un nombre falso, al parecer un "desconocido" se lo encontró tirado en la calle y llamó a emergencias. Varios golpes en el cuerpo y uno casi letal en la cabeza hizo que lo mantuvieran en un coma inducido, habían pocas probabilidades de que se recuperara y aunque así fuera, lo más probable es que fuese encarcelado por tráfico (entre otros delitos), según lo que me contó mi padre, las cosas se veían muy mal para él si lo encontraban.
—Marinette, espera. ¿Qué harás ahora? —se detuvo y su cabeza bajó un poco antes de voltearse.
—No lo sé, seguir trabajando... supongo. Acabar el instituto y rezar porque no me lleven al ser menor aún.
—No me refería a eso... Más bien a que tu madre puede firmar un poder para dejar a mis padres como tus tutores.
—No, eso sí que no. No pienso seguir siendo una carga para tus padres y cuando pueda me iré...
—Oye, oye, calma tu tren. —sostuve sus hombros y la hice verme. —creí que eso ya lo habíamos conversado y que...
—¿Y qué?, ¿qué todo estaría bien?, ¿qué podría vivir contigo y tus padres? —la confusión se apoderó de mi, sobretodo al oír su tono igual de frío que la primera vez que nos vimos. —no funcionará.
—¿Qué? —mis manos la sostuvieron con un poco más de fuerza y temblaron sin mucho control.
—Que lo he estado pensando... Y yo... Creo que no te quiero como mi novio. —miró hacia su costado. —no sabía cómo decírtelo.
—Hablaremos en la casa. —ignoré todo lo que dijo y tomé su mano arrastrandola fuera del hospital.
El camino a casa fue puro silencio y ella se mantuvo lo suficientemente lejos de mí como para hacerme sentir ajeno y destrozado. Intenté tomar su mano durante el trayecto en el taxi, pero la quitó al instante, así que no insistí a pesar de lo mucho que me quemara su actitud.
Al entrar en la casa subió casi corriendo hacia su habitación, pude darme cuenta en cosa de segundos que no había nadie o de seguro mi madre ya nos hubiese recibido, subí tras Marinette y golpeé su puerta dos veces.
—No quiero hablar.
—Tenemos que hablar, Marinette. —apoyé mi frente en la puerta y toqué otra vez. —¿por qué dijiste eso? Al menos deberías explicarme.
—Porque es así, las relaciones terminan y los sentimientos también.
—¿Acaso eso lo googleaste también? —abrió la puerta de golpe y me tropecé al estar apoyado.
—No, te lo digo en serio. Me iré de aquí.
—No puedo creerte. —avancé a paso lento hasta sentarme en su cama. —nos queremos, los dos lo dijimos y estamos seguros de eso. No hay mentiras entre los dos. —cruzó sus brazos dándome la espalda.
—Me disculpare con tus padres por causarles molestias y espero puedan tenerme aquí un tiempo más, al menos hasta que encuentre un lugar seguro.
—¿Por qué quieres lastimarme así, bicho? —se giró con el ceño fruncido y alcé una ceja.
—¡Yo no quiero lastimarte!, ¡sólo te digo la verdad! —acabé por levantarme y me acerqué rápidamente hasta quedar a unos dos metros de distancia. Sus ojos y los míos se mantuvieron fijamente, y cuando tuve toda su atención alcé mi mano frente a ella, la cual comenzó a temblar instantáneamente.
—¿Es la culpa? —sus azules permanecieron en mi mano. —¿ver a tu padre te recordó la culpa que sientes por el accidente?, ¿por eso quieres irte?, ¿por eso quieres dejar de ser mi novia? —su respiración se hizo pesada y la mía no le perdía el paso. —no me mientas, Marinette. Además, lo haces fatal.
—No puedo con esto. —cubrió su rostro con ambas manos. —de verdad, lo único que quiero es desaparecer. Desde que nos conocimos sólo te he traído problemas, y quiero...
—Marinette, tienes dieciséis. ¿Puedes dejarle tu carga a los demás por una vez en tu vida?, ¿puedes ser feliz e inconsciente como todo adolescente inmaduro junto conmigo?
—¡No es fácil!
Quité sus manos y la besé con fuerza, no demoró en corresponderme. Mi corazón quería escapar de mi pecho cuando retrocedió cerrando la puerta con su espalda de paso.
—¿Ya estás mejor? —pregunté intentando controlar mi respiración.
—Perdóname, lo siento... Si te quiero. Te quiero más de lo que te he dicho y no quiero lastimarte. Adrien, te... —rodeó mi cuello con sus brazos y me devolvió el beso.
—Estamos juntos en esto, no te olvides de eso. Ya no pienses en el accidente, no pienses en tu padre ni en que debes trabajar para tener dinero. Sé que es difícil, pero me estoy ofreciendo como tu salvavidas, bichito raro. —acaricié su sien con suavidad.
—Yo también quiero ser el tuyo, pero no me dejas. Desapareces y sé que te duele no poder tocar el piano.
—Una amiga me está ayudando con eso, así que no te preocupes.
—De todas formas no quiero que evites decirme las cosas para no lastimarme.
—Está bien, pero ya no vuelvas a decir que no quieres ser mi novia.
El sonido de mi celular interrumpió nuestro momento, tomamos algo de distancia y lo saqué de mi bolsillo viendo extrañado la pantalla. El contacto de Bridgette aparecía llamando y no sé porqué una sensación de pesar invadió mi pecho, como si algo fuera a pasar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro