¿Alguna vez han tenido un sueño que sienten que es muy real?

Usualmente cuando era niño siempre tenía sueños así, pero esta vez fue diferente... por la noche soñé con Marinette.

Hace bastante que no soñaba algo, podría incluso decir que hace meses y no es como que le tomara mucha importancia.

En mi sueño, Marinette estaba abrazando sus rodillas, sentada en el piso de una habitación. Todo estaba oscuro y ella no hacía nada más que estar ahí con su rostro oculto.

Por más que intentaba acercarme... no podía. Cada vez se alejaba más de mi y mi corazón latía con mucha fuerza. La desesperación me atrapó por completo cuando alzó la cabeza y extendió su mano hacia mi mientras lloraba...

Sus mejillas estaban llenas de lágrimas y eso me quemaba horriblemente en el pecho.

Desperté sudado y alterado, porque no pude alcanzarla por más que corriera hacia ella.

No pude dormir más e intenté olvidarme de esa pesadilla hasta que mamá fue a "despertarme" para que tomara desayuno antes de irme al instituto.

-Hey viejo.- la voz de Nino me hizo alzar la vista y lo saludé con mi puño como de costumbre.- traes una cara de muerte, ¿acaso saliste sin mi anoche?,¿te fuiste de fiesta?

-Nada de eso.- me reí mientras íbamos a la par hacia dentro del edificio.- solo no pude dormir bien.

-¿Qué te pasó ayer?.- preguntó viendo su celular un momento.- no viniste y se me hizo eterno el día.

-En realidad si vine, pero me fui.- respondí y se detuvo viéndome extrañado, yo por mi lado hice un ademán de seguir caminando.

-¿Cómo así?, ¿por qué te fuiste?.- parpadeó un par de veces, realmente no quería tener esta conversación ahora con Nino.

-Tuve un inconveniente, nada más.

Entramos al salón y busqué con la mirada a Marinette enseguida, pero entre que la buscaba... los ojos de mis compañeros se posaron en mi como si hubiera cometido algún crimen.

-¿Soy yo o te están mirando?.- cuestionó mi mejor amigo por lo bajo y me encogí de hombros despreocupado.

-Son ideas tuyas.- respondí.

Me adentré acomodando mi bolso en mi hombro y cuando vi a Marinette en la última mesa me acerqué a ella rápidamente.

Podía sentir como los ojos de todos me seguían, pero realmente me importaba muy poco lo que pensaran.

-Buenos días.- musité a Marinette al momento de estar frente a su mesa.

Ella estaba dibujando en su cuaderno con la capucha puesta. Detuvo su acción y me agaché apoyando mis brazos en el borde de la mesa para verla hacia arriba.

Sus ojos azules se conectaron con los míos unos segundos y creo que le sorprendió verme ya que no dijo nada.

-¿Cómo dormiste?.- pregunté más animado y comenzó a jugar con el lápiz en su mano.

Me miró con extrañeza.

-Hey, Adrien.- la voz de Nino me sobresaltó.- ¿qué haces a...?.- su pregunta quedó en el aire y me puse de pie. Lo miré a mi costado y este veía a Marinette con una media sonrisa.- hola, ¿quién es ella?.- me preguntó codeandome.

-Ella es Marinette.- presenté y bajé un poco la voz al ver que se estaba incomodando.- Hey, Marinette... .- la llamé pero no alzó la vista.- ¿recuerdas que te hablé de Nino?

-Creo que no es muy comunicativa.- me hizo girar rodeando uno de sus brazos en mi cuello.- ¿es compañera nueva?.- musitó.

Ahora realmente podía notar que no era el único ciego... Nino al parecer no la conocía y tampoco se había percatado de ella antes. Con la diferencia de Kim y los demás, Nino no estaba fingiendo que no la veía, además que lo conocía muy bien.

Nino es mi mejor amigo de la infancia, nuestras madres se conocen desde el instituto y él recién en séptimo año entró en mi clase. Quizás era más "normal" que no se percatara de Marinette, aunque eso me hace sentir aún más idiota siendo de que yo entré aquí antes.

-No realmente.- susurré más para mi mismo sintiendo tristeza y él tenía una expresión de no comprender que pasaba.

Nos giró a ambos e iba a decir algo pero Alix lo llamó.

-Un gusto saludarte, Marinette.- comentó y palmeó mi hombro yendo hacia delante otra vez.

Me quedé quieto esperando alguna reacción de parte de Marinette, pero muy en el fondo sabía que ella no diría nada.

Moví un banco de adelante junto una silla y la puse al lado de la de ella. Tomé asiento apoyando mi cabeza en mi brazo para verla mientras dibujaba.

-¿Por qué te sientas aquí?.- la oí por lo bajo casi sin expresión.

-Porque soy un chico malo que quiere sentarse en la última fila.- respondí sonriente y se detuvo abruptamente para luego girar su rostro hacia mi.

Frunció el ceño en mi dirección y reí por lo bajo subiendo mi mano para tocar su nariz con mi dedo. Su expresión se relajó un poco y sentí que me faltó el aire un momento.

-Tienes un serio problema con mi espacio personal.

-Es posible, pero tienes que admitir que no te desagrada que lo invada.- abrió un poco su boca y bufó dando un manotazo a mi mano.

¿Qué acababa de hacer?, ¿acaso le estaba coqueteando?

Me golpeé mentalmente unas seis veces y una ola de nervios me invadió en el pecho.

-Qui-quise decir...

-Dejame sola.- fue lo único que dijo antes de voltearse otra vez.

-Marinette... oye... .- suspiré al no recibir respuesta.

¿Qué demonios estoy haciendo?, la incomodé y ahora no me habla.

¡Eres un idiota, Adrien!

○○○

La mañana pasó rápido. Creo que nunca antes no había prestado atención en tantas materias como hoy. Marinette no dijo ni media palabra y evitó cualquier contacto conmigo, incluso cuando sacaba el cuaderno correspondiente.

Tocaron el timbre para almorzar, todos salieron del salón. Nino me llamó pero le dije que se adelantara.

Me puse de pie y al ver que ella no se movía, me ganó el querer preguntar.

-¿No irás a comer?.- no hubo respuesta nuevamente.- oye... .- miré un momento hacia la salida y me agaché frente a su escritorio viéndola hacia arriba.- lo siento si dije algo tonto... casi siempre digo estupideces sin darme cuenta y...

-Gracias.- la oí de repente y abrí un poco más mis ojos.

-¿Qué?, ¿por qué?

-Por sentarte conmigo.- subió un poco su manga cubriendo sus dedos y tomé su mano sobre la superficie... estaba fría.

-Me gustó sentarme contigo... fue un poco silencioso, pero me gustó.

Por inercia comencé a acariciar sus dedos y me concentré en su mano. Era pequeña y suave, calzaba justo con la mía, como si hubiera sido...

-No quiero que tengas problemas.- soltó.

-Me da igual lo que digan los demás. Ya te lo había dicho.- formó una fina línea en sus labios y subí mi otra mano para quitar su capucha, pero me detuvo soltandose de mi agarre y tomando así con sus dos manos la mía.

-No hagas eso... aquí en la escuela no quiero que me vean.

-¿Cuál es el problema?, yo ya te he visto y...

-No me gusta que me miren.

-¿Ni siquiera yo?.- apretó un poco mi mano.

-Tú... no eres como los demás.

Esas palabras no se porque me hicieron  feliz. De alguna manera me sentí especial para ella, aunque no lo dijera e incluso aunque ni se acercara a parecerse lo que quiso decir, pero me gustaba al menos esa "fantasía".

Mordí mi labio inferior e hice que se levantara.

-¿Qué haces?.- la arrastré conmigo, pero me detuvo en la puerta.

-Vamos a comer, tengo hambre y quiero que me acompañes.- parpadeó varias veces antes de responder.

-No tengo hambre... nunca salgo de aquí a esta hora.- hice un puchero frente a ella.

-Por favor.- supliqué.- no quiero estar solo.

Aunque en realidad era para que comiera algo.

-Pe-pero... está tu amigo y...

-Él de seguro está con su novia.- me excusé.- no quiero estar de violinista entre ambos.- no se veía convencida.- entonces me quedaré aquí contigo y me moriré de hambre toda la tarde.

Quizás la culpa le haga...

-Pues que idiota.- respondió y quedé con las palabras en la boca.

Estas perdiendo la batalla otra vez, Adrien.

-Hagamos algo... si me acompañas ahora.- pensé un momento que diría.- esta tarde vamos a mi casa y te dejo ver a Plagg.

Se quedó en silencio como si analizara la propuesta y suspiró bajando la mirada.

-No es justo que uses a tu gato para tu beneficio.- hizo un ligero puchero que no había visto antes en ella y sonreí arrastrándola hacia afuera al asumir que su respuesta era afirmativa.

Marinette ralentizó mi paso y miraba el piso en todo momento, su mano apretaba la mía con fuerza. Estábamos por llegar al comedor cuando alguien se interpuso en nuestro camino.

-Buenos días, mi amor.- apareció Lila frente a mi sonriente y su rostro cambió drásticamente al bajar sus ojos a mi mano sujeta a la de Marinette.- ¿Se puede saber que haces de la mano con esta?

-Lo siento, Lila. Pero no tengo tiempo para oír tus melodramas.- iba a rodearla, pero sujetó mi brazo.

-Pero quería hablar contigo algo importante.- afinó su voz y suspiré.- ¿o es que no puedes regalarle un poco de tiempo a tu novia?.- resaltó la última palabra y sentí como el agarre de Marinette se aflojaba, tuvo la intención de irse y la sujeté nuevamente impidiendoselo.

-Lila... .- quité mi brazo de su agarre y la miré fijamente.- ya hablamos lo que teníamos que hablar. No tengo nada más que discutir contigo y ya deja de una vez decir que seguimos siendo novios.- no esperé que dijera nada más y seguí caminando.

Oí como soltaba un grito irritada a mis espaldas y rodé los ojos.

-Ella es tu novia... .- la voz de Marinette hizo que me detuviera y le sonreí al momento que sus ojos se enfocaron en los míos.

-No. Lila no es mi novia... salimos un tiempo nada más. Realmente nunca fue nada serio.- respondí y vi el menú de hoy al momento de voltearme hacia la entrada del comedor.

-Pero ustedes se bes...

-¡Mira!, ¡hoy hay la colación sorpresa!

-¡Adrien!.- busqué con la mirada a Nino y lo encontré sentado en una mesa al lado de una chica morena de gafas.- ¡hey, bro!, ¡ven!

-Marinette... ¿quieres comer con Nino también?.- suspiró y se soltó de mi.

-Lo siento... y-yo... debo irme.- se giró y se fue tan rápido que quedé con mi mano estirada hacia ella al intentar alcanzarla.

Las imágenes de mi pesadilla de la mañana vinieron a mi cabeza. No pude alcanzarla... no debía alcanzarla. Al menos no ahora.

Una pregunta nació en mi en este momento...

¿Cuándo podría alcanzarla?