Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Esto es al revés

—Así que tu eres la famosa Marinette. —Alya sonreía ampliamente mientras se ponía de pie y rodeaba la mesa del comedor. —Nino me ha hablado mucho de ti.

—Alya, ya te dije que es algo tímida. —Nino arregló su gorra y su novia rodó los ojos.

—Bueno, me alegro de conocerte y espero podamos ser amigas. —acomodó los lentes sobre su nariz y yo le di un empujón leve en el brazo a Marinette.

—Y-yo... Espero llevarnos bien. —bajó la cabeza e iba a interferir, pero Alya se me adelantó.

—Hey chica, nunca bajes la cabeza ante los desconocidos. —tomó su mentón y la vio a los ojos. —las personas te pisotean, sólo si tu les das el poder de hacerlo. —sonreí por sus palabras, por eso me caía bien Alya. —y quítate esa capucha, —bajó su gorro. Pude ver el miedo en los ojos de Marinette, pero no duró mucho. —tu cabello es muy bonito como para ocultarlo de esa forma.

—Cariño, la comida... —habló Nino y ella se dirigió con él.

Tomé la mano de Marinette y nos alejé un poco de la mesa para hablar con ella.

—No es necesario que te descubras. —susurré tomando la prenda, dispuesto a ponerla nuevamente sobre su cabeza, pero detuvo mis manos a la brevedad. —¿qué pasa?

—Estoy bien así. —sonrió. —me tomó por sorpresa, pero aún así no me siento incómoda. ¿Crees que le he caído bien a Alya? —sonreí de lado y peiné su flequillo con mis dedos.

—Creo abiertamente que si no hubiera sido así, ella misma te lo diría. —pensó unos segundos y luego simplemente asintió.

Nos sentamos junto a Nino y Alya para almorzar.

Con el paso del tiempo logré que Marinette saliera del salón a esta hora, pero hoy fue la primera vez que Nino dijo que comieramos con su novia. Él era consciente que Marinette era algo "tímida" y por eso había preferido no ponerla incomoda con más personas antes.

Todo resultó bien y a pesar de que ella no habló mucho, me sentía feliz de que compartiera pequeñas cosas en los temas que hablábamos. Alya era una buena persona y se notaba aún más al no excluir a Marinette de nosotros.

—¿Te gustaría ir al cine entonces? —preguntó Alya. —sería entretenido y más si tengo una amiga con quien compartir.

Hey. —se quejó mi mejor amigo y solté una carcajada por su cara. —¿y yo estoy pintado?

—Tú no eres chica y Brid está muy ocupada con sus clases.

—¿Quién es Brid? —preguntó Marinette y me crucé de brazos echándome hacia atrás en el asiento.

—Mi mejor amiga. Un día te la presentaré y podríamos salir las tres, ¿te apetece? —sonrió arrimandose a ella. —una salida de chicas no vendría nada mal. —yo me acerqué a Nino.

—Creo que sobramos en la mesa.

—Déjalas. —murmuré sin dejar de ver la sonrisa de Marinette y la ilusión en sus ojos.

§§§

Conducía más entusiasmado de lo habitual con Love Is On The Radio de McFly sonando en la radio, mi banda favorita en pocas palabras.

Hacía la batería con mis dedos sobre el volante, sin dejar de cantar y Marinette veía por la ventana del copiloto.

—¿A dónde vamos? —preguntó y me encogí de hombros sin dejar de cantar. —Adrien. —habló más seria. —estás castigado.

—Corrección, el castigo ya acabó. Era sólo una semana de castigo, y hace mucho que no vamos al mirador. —le sonreí y abrió la boca para luego cerrarla negando con la cabeza. —¿qué?, perdón por querer pasar momentos a solas contigo.

—¡Adrien! —alegó y me solté a reír.

—No eres la única que es directa con lo que piensa, señorita. —subí el volumen de la música.

Cuando llegamos, bajé rápidamente para acercarme al barandal frente a nosotros, dejando la puerta abierta para que se oyera la música pasando. Apoyé mis dos manos en la madera y tomé aire de manera profunda, sin despegar mis ojos de la ciudad a la distancia.

—Estás algo raro. —la voz de ella a mi lado me hizo voltear. —o sea, siempre eres raro, pero ahora más de lo habitual. —ni ella pudo aguantar la risa.

—¿Sigues molesta conmigo por lo de la cena? —negó con la cabeza y apoyé mi codo volteando mi cuerpo en su dirección.

—Se que sólo quieres ayudarme y realmente siento un peso menos sobre mi. Tu papá dijo que se encargaría de todo. —sonrió con algo de pena.

—Me siento mejor ahora que me dices eso. —guardamos silencio por un momento. —así que una salida de chicas. —la molesté y me empujó con ambas manos.

—Cállate. Alya es muy convincente con lo que habla.

—Me alegra que te llevaras bien con ella. Ahora puedes decir abiertamente que tu servidor no es tu único amigo. —hice una reverencia exagerada y la miré ligeramente hacia arriba.

Su rostro se veía pleno, pero no duró mucho... Luego de unos segundos se apoyó en la baranda y yo me enderece observando su espalda.

—¿Aún te gusto? —su pregunta fue como un balde de agua fría. Los nervios me abordaron y creo que cualquiera se sentiría como yo si le hacen esa pregunta. Guardé silencio sin moverme de atrás, podía ver como frotaba sus manos frente a ella. —no te lo tomes a mal... Es sólo que tengo curiosidad. Creo que somos buenos amigos, al menos gracias a ti se lo que es tener uno y no quisiera perder eso por malos entendidos. Alya y yo estuvimos hablando, le pregunté algunas cosas y mencionó que los amigos no se besan como tal... Entonces pienso que yo te he besado y...

—¿Crees que dejaré de ser tu amigo porque me gustas?

—No... Se que no es así, estoy divagando. —cubrió su rostro con ambas manos y di un paso hacia ella. —no es lo que quiero decirte. Me refiero a que...

—¿Qué? —di otro paso más con el corazón golpeando cada vez más fuerte en mi pecho.

—¡Es sobre lo que te dije esta mañana!, ¡sólo salió!, ¡y no se porqué razón! —estiré mi mano y alcancé uno de sus hombros, ella dio un pequeño salto por la impresión. Hice que se volteara y me viera a la cara.

—Marinette, te quiero. —confesé lo más sincero que podía. —tampoco se la razón, pero lo hago. Creo que eso es lo mejor de todo. —su rostro se puso rojo.

—¿Y qué es querer?

—Todo lo que hemos estado viviendo hasta ahora supongo. No puedo responder con exactitud eso porque no es algo que sintiera antes con otra persona, —tomé una de sus mejillas con mi mano y me acerqué más hacia ella —pero te quiero más de lo que puedo confesarte.

—Quiero ser más que una amiga que te gusta. —puso su mano sobre la mía. —quiero...

—¿Puedo ser tu novio?

—Esto no es igual a como lo leí. —se soltó a reír.

—Rompamos los esteriotipos sobre las relaciones humanas.

—Eso suena a algo que yo diría. —no pude evitar soltar una carcajada y es que tenía toda la razón. —entonces, ¿quieres ser mi novio?

—Quiero ser todo para ti. —musite. —quiero aprender contigo todo lo que que conlleva un noviazgo y todo lo que implica decir "las palabras". —su cuerpo se apego al mío en el momento que su espalda tocó la baranda del mirador.

—¿Cuáles serían... ? —no pude contener más mis impulsos y la besé. Lo mejor de todo es que ella me correspondió por completo.

La calidez entre los dos no podría describirla aunque quisiera y es que esta vez puedo decir que estaba besando a mi novia. Me sentía tan hermosamente feliz que pareciera que en cualquier momento estallarían fuegos artificiales en el cielo.

—¿Puedo abrazarte?, ¿Puedo besarte hasta quedarme sin aire? —susurré sobre su boca y rodeó mi cuello con sus brazos. —debes ser consciente que ahora no podrás tenerme por mucho tiempo lejos de ti.

—¿Cuál es la diferencia realmente? —sonrió. —si desde que nos conocimos no me haz dejado tranquila un sólo día. —tomé su cintura y la alcé sentandola sobre la madera a su espalda. Quedó casi a mi misma altura o quizás un poco más arriba de mi.

—Que ahora no es necesario contenerme de besarte o tomar tu mano cuando quiera. Ahora puedo decirte te quiero hasta que te aburras de mi.

—Te quiero... Te quiero, te quiero y te quiero mil veces. —se inclinó lo suficiente para robarme un beso. —Suena extraño, incluso puedo decir que demasiado empalagoso.

—Me gusta lo empalagoso si se trata de ti, princesa. Así que puedes decirlo cuantas veces quieras, mira que yo feliz de oírte. —me observó en silencio y dirigió su dedo índice a mi boca, como si la estudiara de alguna forma. —¿qué haces ahora, bichito raro?

—Mirarte.

—¿Y qué miras?

—Tu boca... Me gusta. —fue inevitable sonrojarme por eso, pero no le daría el gusto de verlo.

—¿Quieres probarla otra vez?

Lejos de la reacción que esperaba, sólo nos quedamos mirando por una eternidad.

¿Alguna vez han conectado con una persona?, yo creo que lo que tenía con Marinette era una conexión tan mágica, que nunca podría vivirla otra vez en mi vida.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro