Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo veintitrés: Caótico

Caos: deriva del griego, exactamente de la palabra "khaos", que era utilizada para referirse a un "abismo profundo y oscuro". La idea de caos alude a la falta de orden, a la desorganización o al desconcierto. Algo que es un caos carece de estructura, de lógica o de criterios que le permitan una disposición adecuada.

Las cosas sucedieron de esta forma: una vez que Jeno y Hendery parecían haberse reconciliado, el mayor decidió regresar a Macao un par de semanas para poder estar con su familia y de paso calmar toda su mente después de casi haber muerto. Claro que ahora tenía estrictamente vigilado el consumo de alcohol y antihistamínicos. Hendery no se quejó en absoluto.

Luego estaba Jeno, quien había hablado con sus padres y de alguna forma los convenció de que necesitaba regresar a terapia. Así que ahora Jeno una vez a la semana volvía al mismo consultorio que conocía de memoria.

En cuanto Hendery regresó las cosas parecían viento en popa. Hendery también visitaba un psiquiatra y ahora parecía mucho más relajado, el chico fue muy específico en evitar los medicamentos. Debido al incidente en la universidad le excusaron las evaluaciones perdidas y ahora todo estaba en orden.

Shotaro no podía estar más feliz de que todos sus amigos realmente se encontraban en el mejor punto de sus vidas. Lucas se veía también mucho más animado después de una larga plática con el pelirosa que llevó a Kun a aparecerse en su apartamento, con cara de estrés y un par de bolsas de frituras.

—Aún no terminan, huh.

—Ni de cerca.

Habían pasado una linda tarde entre bromas. Se les unió Jaemin luego de haber regresado del taller donde había llevado su motocicleta a revisión. Y por último Jeno quien llegó cargando un pastel con la excusa de que había que celebrar el regreso de Hendery al país... sin Hendery.

Shotaro no pudo evitar notar que se habían unido más como grupo. Incluso Jaemin que aún no era formalmente presentado a todos como tal. En su defensa, no había tenido la oportunidad.

—Bueno, por fin hoy todos pueden reunirse, así que los veo a las siete en mi casa. Quien no llegue es hombre muerto. Puro refresquito, ya saben —dijo Jeno presionando el botón de enviar. El audio no tardó en ser respondido con más mensajes.

Shotaro negó peinando su cabello frente al espejo. Hizo una mueca al ver que éste caía liso una vez más sobre sus ojos.

—Esto es inútil —se quejó dejándose caer sobre la cama de Jeno. Jeno resopló.

—Eres un quejumbroso —le dijo tomando el protector térmico para cabello y agitándolo un poco. Encendió la plancha para cabello, conectándola—. A ver, párate y levanta tu cabeza.

Shotaro obedeció levantándose de mala gana y levantando el mentón para que su cabeza quedara recta frente a Jeno. Su mejor amigo era considerablemente más alto así que no vio la necesidad.

—Quédate quieto —le dijo tomando un peine con una colilla larga y delgada y comenzaba a esparcir el producto sobre su cabello.

Shotaro apretó los ojos y los labios, sintiendo el líquido frío y pegajoso. No dijo nada y solo se dejó hacer.

—Te juro que si haces alguna de tus bromitas te aviento por la ventana —dijo de repente cuando Jeno peinaba parte de su cabello sobre su nuca.

—¿Confías en mi o no, Osaki? —preguntó deteniéndose un momento.

Shotaro soltó una risa—. ¿Realmente quieres que responda?

Jeno le dio un puntapié en el trasero. Shotaro se quejó llevando su mano a la zona golpeada soltando un pequeño alarido de dolor.

—Chistoso —murmuró Jeno antes de continuar con su trabajo. No le faltaba tanto por lo que al poco tiempo ya estaba listo.

—Hace calor —el mayor peinaba algunos cuantos cabellos en su frente, se veía muy concentrado.

—Usé una plancha, creo que tiene sentido, Taro —obvió con sarcasmo.

—Espero no hayas quemado mi cabello.

—Debería haberlo hecho, así seguías quejándote y llorando —Jeno desconectó la plancha, ofendido—. Anda, mírate.

Finalmente Shotaro tuvo la oportunidad de verse y el resultado era más que agradable. Su cabello estaba ondulado y acomodado elegantemente. No se veía liso y soso como siempre.

—Jeno, eres un genio —exclamó acercándose más al espejo y admirarse a sí mismo.

—Ya lo sé, ahora ayúdame a mi —dijo Jeno lanzándole el mismo peine, pero ahora en vez de un protector le lanzó spray.

Shotaro sentó a Jeno en la silla de su escritorio y se puso manos a la obra. Pasaron un tiempo en silencio, Jeno dándole instrucciones de vez cuando. Hasta que Jeno no se aguantó.

—¿Estás nervioso? Ya sabes, finalmente Jaemin va a conocer a todos y todo eso. En situaciones más óptimas, claro —sonrió. Habían conocido a Jaemin en el hospital, pero no es como que fuera el mejor momento para pasar con todos y decirles "te presento a mi novio. Muy guapo, ¿no es cierto?"

—Algo, me da más miedo que empiecen a decir estupideces y cosas que me vayan a dejar en ridículo. Como suelen hacer —le dedicó una mirada pesada cargada de reproche.

—Es mi trabajo como tu mejor amigo, no voy a disculparme por eso —hizo un puchero cruzándose de brazos.

—Sí, sí. Ya quedaste —dijo apartándose. Jeno se levantó y se miró al espejo. Sonrió satisfecho.

—Excelente, ahora hay que preparar las cosas —ambos salieron de la habitación y se pusieron a llenar el refrigerador con sodas, comida congelada y un helado que Shotaro había insistido en comprar.

—Muy bien, creo que eso es todo —dijo Shotaro guardando la última caja de nuggets de pollo.

—Genial, ¿y ahora qué? —preguntó el pelirrojo cerrando la puerta del aparato, recargándose en este.

—No lo sé, ¿quieres ver algo?

Cuando Shotaro se refería a ver algo pensó en todo menos en eso. Jeno reía llevándose algunas palomitas a la boca.

—¿No podías poner Shrek y reírnos de las escenas que son meme? —chilló tapándose en rostro con las manos— Jeno, esto es asqueroso.

Jeno era fan de las películas gore, por lo tanto la sangre y los cuerpos desmembrados no era algo que al pelirrojo le molestara. Sin embargo, Shotaro no era un gran entusiasta de estas por lo que estaba sufriendo mucho.

—No es para tanto, solo es sangre —señaló la televisión.

—Es horroroso —la cara de asco en su rostro era tan evidente. Jeno solo atinaba a burlarse.

—Ajá. Llorón —se resignó el mayor y pausó la película—. Apenas venía lo bueno.

Shotaro asintió escéptico acomodándose mejor en el sillón ahora que la película no se reproducía. Podía estar tranquilo sin miedo a que alguna mano o pierna brutalmente cortada saltara a escena.

—Oye, ¿invitaste a Sungchan? —preguntó de la nada, claramente tomando por sorpresa a Jeno quien había parado de sonreír y ahora se veía incómodo.

—Pues solo lo mandé al grupo donde, entiendes, estamos todos. ¿Debí avisarles por separado?

A decir verdad a Shotaro le daba igual si el chico se aparecía o no. Si lo hacía bien y si no tampoco era culpa de nadie mas que de Sungchan. Lo que sí sabía es que debía dejar de evitar y huir de la presencia del chico. Al final compartían el mismo grupo de amigos y algunas vivencias en conjunto. Ya no eran adolescentes, podía lidiar con una relación (quizás no tan relación) fallida.

—No, no, está bien. Igual no creo que venga. Solo es para mentalizarme —se encogió de hombros. Jeno asintió dudoso.

—¿Sólo es eso? ¿No te preocupa que conozca a Jaemin o algo así? —demonios, a Jeno no podía ocultarle nada.

—Supongo. Pero no tiene cinco años y fue él quien me dejó en claro lo que realmente pensaba. Creo que podrá superarlo y no hacer un escándalo —Jeno asintió en acuerdo.

—Es solo que... —miró hacia un lado— por experiencia te digo que dejar cosas inconclusas con alguien solo trae problemas para la nueva persona.

—Es que yo sí le di un final. Terminé todo en cuanto sentí que me perjudicaría.

—Bueno, ¿pero te has puesto a pensar en que quizás para él no fue así? No lo sé, se ha mantenido tan callado que está comenzando a asustarme, incluso a mí. Piensa en eso

—Prefiero no pensar en Sungchan, muchas gracias —dijo levantándose del sofá. El celular de Shotaro indicó un mensaje—. ¿Puedes ver quién es?

Jeno levantó el aparato y lo desbloqueó sin problema alguno. Rodó los ojos al ver le nombre de Jaemin y mil corazones al lado de este. Shotaro regresó con el bowl de palomitas lleno de nuevo. Se llevó varias a la boca mirando a Jeno hacer muecas al celular.

—¿Quién es?

—Es tu novio. Dios, me dan asco —se rió lanzándole el teléfono—. Dice que ya llegó.

—Uh, maravilloso —se levantó para hurgar en las cosas de Jeno.

—Están en la cocina, genio —señaló el lugar.

Shotaro tomó las llaves y se apresuró a abrirle a Jaemin.

Al parecer todos temían de la furia de Jeno o simplemente estaban demasiado entusiasmados por olvidarse de sus clases un momento y demás cosas que los tenían con sus cabezas pegadas a libros de teoría y tic por los talleres que tenían que cubrir. Los que estaban por graduarse la estaban teniendo más difícil. Alrededor de las siete ya estaban todos tocando desquiciadamente el timbre de la casa de Jeno.

Shotaro abrió la puerta haciendo tambalear tanto a Yuta como Mark que estaban pegados a la puerta como si intentaran derribarla o atravesarla. Saludaron siendo seguidos por Kun y Lucas y finalmente Hendery quien, pensando que era Jeno quien había abierto, se recargó en el marco de la puerta e hizo una bomba de chicle que le explotó en la nariz.

—Muy seductor, eh —se burló.

—Miy sidictir —imitó sus gestos entrando con molestia—. Cállate, sushi.

Shotaro se rió haciéndose a un lado. Asomó la cabeza, pero nadie más parecía estar ahí. Comenzó a cerrar la puerta, sin embargo un grito le detuvo—. ¡Espera!

Sungchan corrió a la entrada quitándose la chaqueta que cubría sus hombros. Shotaro reprimió el impulso de azotar la puerta o de simplemente alejarse y dejar que el menor entrara por sí solo. Volvió a abrir la puerta de par en par. Sungchan respiraba agitado.

—Gracias por no cerrarla en mi cara —dijo sosteniéndose del marco tratando de parecer más casual.

El japonés le dedicó una media sonrisa—. No es nada, pasa.

Sungchan se adentró cuando todos ya se estaban acomodando. Shotaro caminó detrás del alto cuerpo de Sungchan y se apresuró a acomodarse cerca de Jaemin. Este lo rodeó con un brazo casualmente a lo que él respondió con un beso en la mejilla.

Todo estaba aconteciendo tan normal que comenzaba a ser sospechoso. Mientras Kun y Mark bailaban en el centro haciendo movimientos extraños y graciosos a los que Yuta reía muy animadamente y Lucas imitaba a un lado. Sungchan miraba la televisión ya que estaban pasando Duro de Matar y al parecer las películas de machos sobrevaloradas eran lo suyo. Por otro lado, arrancándole una risa, Jeno coqueteando descaradamente con Hendery.

—Esto es interesante —murmuró Jaemin contra su oído haciéndole dar un suave brinco.

—Dales un tiempo, te acostumbrarás. Son buenas personas —arrugó la nariz con diversión ganándose un beso por parte de Jaemin en esta.

—¡Muy bien! Eso es suficiente —dijo Lucas parando la música, captando la atención de todos los presentes—. Además de que estamos aquí para celebrar que Hendery no está muerto también estamos aquí por el maravilloso chisme —levantó los brazos y todos los presentes aplaudieron riendo o soltando vítores—. Ya nos habíamos tardado, pero es momento de que sea introducido el más reciente integrante del grupo —se giró a la pareja—. Osaki Shotaro, haznos los honores por favor.

Ese era el tipo de cosas por las que Shotaro estaba asustado. Aunque su novio se veía genuinamente divertido aun así no podía evitar sentirse avergonzado. Sus amigos simplemente no tenían filtros.

Shotaro miró al pelinegro. Esto solo le sonrió y asintió.

—Gente, les presento a Na Jaemin —tomó su mano y observó el perfil definido de su novio. Su corazón se derritió entero—. Y bueno, es mi novio y todo eso.

La estancia se quedó en silencio un momento mirando la terrible presentación de Shotaro.

—¡Es su novio y todo eso! —gritó Hendery al fondo provocando que todos volvieran a exclamar con entusiasmo.

Shotaro comenzó a reír totalmente apenado. Se llevó una mano a los ojos, tratando de controlar las ganas de arrinconarse. Aún no se acostumbraba del todo al ser el centro de atención.

—Hey, lo hiciste excelente —le dijo Jaemin bajando su mano, entrelazando sus dedos—. No dijiste nada que no fuera cierto.

—No supe qué más agregar —se encogió de hombros.

—Claro y conciso. Así estuvo bien —Jaemin se inclinó y capturó sus labios guiándolo en un beso suave, pero largo.

—Este es un grupo cristiano, no sean atascados —Shotaro soltó una risa entre el beso provocando que se separaran.

—Na Jaemin, es momento de tu iniciación.

—Oh no, nada de eso. Por estupideces cómo está alguien termina herido siempre —Shotaro se paró frente a su novio quien levantó los brazos, estirándose claramente presumiendo.

—Tranquilo, Taro —besó su mejilla y se acercó a Yuta, Mark y Lucas quienes parecían especialmente interesados en su nueva carnada—. ¿Qué tienen para mi?

A Shotaro le hubiera encantado decir que las cosas no se tornaron raras y asquerosas, pero teniendo en cuenta que estaba rodeado de puros hombres no tenía mucho en su defensa. El único que parecía igual de sensato y disgustado por sus actitudes era Kun quien básicamente se mantuvo observando con el corazón en la boca todo el proceso, previniendo daños físicos en los chicos.

Ahora Jaemin estaba lleno de mostaza, crema batida y glitter. Shotaro simplemente no entendía de donde demonios había salido el glitter. Yuta no estaba mejor y Lucas menos. Los menos sucios eran Hendery y Jeno que habían recibido los salpicones de todas las mezclas extrañas mientras alentaban las tonterías. El único que le daba competencia a Jaemin era Mark quien, en señal de compañerismo o la bro culture como a Kun le gustaba llamarlo, secundó al pelinegro.

Por otro lado, Sungchan solo reía y aportaba en ocasiones a la conversación claramente separado de todos. Shotaro podía entender que quizás se sentía ligeramente segregado ya que era el que menos había estado conviviendo últimamente. Lo pensó un momento antes de acercarse.

—¿No te unes a ellos? —preguntó cruzándose de brazos parándose a un lado del más alto. Sungchan le dio una mirada de reojo antes de negar llevando el vaso de plástico a sus labios.

—Nah, no tengo ganas de ensuciarme hoy —respondió dándole un trago a su bebida, frunciendo su nariz en una mueca de disgusto algo adorable.

—¿Ah sí? ¿Y eso? —dijo con suspicacia, alzando una ceja incrédulo.

—Ya sabes, la chaqueta es nueva. Me la regaló —se detuvo de golpe—... bueno eso no importa. El punto es que quiero mantenerme decente al menos un par de horas.

Shotaro asintió entendiendo el punto. Sungchan se veía sumamente tenso y eso estaba comenzando a incomodar el ambiente alrededor de ellos, haciéndolo sentir inseguro.

—Pensé que vendrías con Liz. Oí que regresaste con ella —okay, mal punto de inicio. La verdad es que estaba entrando en pánico.

Sungchan sonrió ladinamente como si acabara de recordar algo vergonzoso de sí mismo o lo que dijo Shotaro hubiera sido ironía pura.

—Digamos que eso también ya terminó —Shotaro miraba a sus amigos haciendo bullicio en el comedor, cruzando miradas con Jaemin quien al parecer disfrutaba de sus nuevas amistades. Este le preguntó silenciosamente si todo estaba bien. Shotaro afirmó moviendo la cabeza muy ligeramente. Su atención volvió al castaño.

—¿La dejaste o te dejó? —intentó sonar burlón y calmado. Sungchan soltó una carcajada cargada de una exhalación.

—Ella a mi. Apuesto que fue sumamente satisfactorio para ella —finalmente miró a Shotaro.

—Bueno, habrá tenido sus razones —agregó distraídamente—. Oh, mierda, lo siento.

—No, está bien —el coreano hizo un extraño ruido con su boca, aspirando aire entre sus dientes—. Me lo merezco.

—Aún así no creo que-

—¿Puedo preguntarte algo? —soltó Sungchan de la nada girando por completo su cuerpo en su dirección. Shotaro, extrañado, imitó su acción.

—Am, sí claro, supongo que puedes.

Sungchan realmente parecía estar dudando. Cuando Shotaro creyó que ya no iba a preguntar nada Sungchan inició.

—Es solo que —paró por un segundo a lo que Shotaro dedujo que estaba buscando la forma de hacer la pregunta— cuando tú terminaste conmigo me dijiste que no te buscara hasta que no estuviera seguro de lo que realmente quería.

No, no eso. No de nuevo.

—No, tú no puedes... —las palabras de Shotaro se perdieron por el lugar sin saber cómo expresarlas.

—¿Por qué estás con él? —soltó sin apuros y tapujos. Sungchan ya no estaba tratando de ser suave. Eso enfureció a Shotaro.

—Porque quiero estar con él. Yo quiero a Jaemin —musitó en voz baja para evitar llamar la atención o armar un escándalo. Solo eran dos personas teniendo una conversación—. Y sé lo que te dije, pero resulta Sungchan que yo también me cansé de esperar a que decidieras.

—Eso no es justo, simplemente hiciste lo que te plació. Hablaste por hablar.

—¿Injusto? Cuando yo quería estar contigo tú no estabas disponible para mi, ¿ahora yo debo estarlo para ti cuando estoy perfectamente bien con alguien que me hace feliz? —se cruzó de brazos dando un paso atrás, claramente enojado. Sungchan tenía las cejas fruncidas en una expresión de molestia— Maldita sea, creí que ya habíamos pasado de esto.

—Puede que tú sí, pero yo soy el que tiene que ver a la persona de la que está ridículamente enamorado con alguien más —Shotaro se congeló en su lugar, sintiendo un escalofrío recorrerle entero.

—¿Qué?

—Soy yo el que te tiene que ver como le sonríes y lo besas —Sungchan enunciaba con furia cruda—, yo debo verte soñar despierto y escuchar como le hablas a tus amigos de él y lo locamente feliz que te hace.

—No tienes ningún maldito derecho de decirme esto ahora.

Enamorado. Enamorado. Enamorado. Maldición, nueve letras con un peso terriblemente grande.

—Él no es yo, Shotaro. Eso no vas a poder cambiarlo.

—¿Y tú crees que busco un reemplazo tuyo? No confundas las cosas, Sungchan. Estoy con Jaemin por quien es, eso te lo puedo asegurar.

—¿Y lo amas? —el escrutinio de Sungchan ardía sobre su cara violentamente. Sus iris marrón parecían poder ver a través de su fachada firme.

Deja de mirarme, pedazo de imbécil pretencioso y egoísta.

—Eso a ti no te incumbe saberlo. Ni eso ni nada relacionado a Jaemin. Te equivocas si crees que eres de alguna forma comparable con él —ya no se molestó en suavizar o endulzar sus pensamientos. Sungchan debía parar de hacerle eso de una vez por todas.

—Mientes. ¿Por qué mientes?

—Algo que jamás he hecho es mentirte, yo creo que para estas alturas ya deberías de ser consciente de esto.

La conversación comenzaba a pasar de pasivo-agresiva a tornarse claramente una discusión abierta. Mientras la irritación y la indignación crecían en Shotaro, parte de los celos que comían diariamente a Sungchan se colaban en sus palabras y nublaban su razón. No solo eran celos, era impotencia.

Jaemin nunca se consideró celoso mas sí cauteloso. Supo desde un inicio que Sungchan atraería problemas en cuanto puso un pie dentro de la casa. Había oído suficiente para saber que las cosas no saldrían bien con él merodeando sobre Shotaro como buitre.

Levantó la vista un momento para toparse con Shotaro haciendo ademanes exasperados con sus manos, claramente entrando en una discusión acalorada que podría terminar mal. Miró a los chicos encontrándose con que Jeno también lo había notado.

—Jen —le llamó casualmente, atrayendo la atención del pelirrojo.

Jeno volteó e hizo un gesto preguntando silenciosamente '¿qué?'. Con su mano, Jaemin le indicó que se acercara. Jeno caminó hasta donde se encontraba sentado.

—Si los dejamos así Shotaro va a terminar golpeando a Sungchan.

—Fue mala idea hacer esto —dijo Jeno dando una fugaz mirada a los dos chicos discutiendo quién sabe qué.

—Distrae a Shotaro, aléjalo de ahí y yo me encargo del rascacielos —Jeno asintió acatando de inmediato la orden.

Jaemin tomó un par de servilletas y terminó de limpiarse los residuos de condimentos, ornamentos y dulce que habían terminado en su cara. Se levantó para tirar el papel usado y esperó a que Jeno se llevara a Shotaro lejos del chico.

—¡Taro, hagamos nuggets! —gritó Jeno de repente dando saltitos cual Caperucita Roja hacia la estancia.  Shotaro detuvo su conversación y se giró a Jeno.

—¿De pollo o de pescado? —preguntó de la nada Hendery repentinamente interesado.

—Uh, espero sean de pollo —Mark estiró el cuello para mirar a Jeno y a Shotaro.

Shotaro miró una vez más a Sungchan antes de apartarse y seguir a Jeno a la cocina.

—Son de pollo, ridículos —respondió una vez pasó frente a la mesa. Shotaro pasó a su lado en su camino a la cocina—. Hola guapo, ¿ya te quitaste toda esa basura de la cara? —se burló acariciando sus mejillas.

—Ugh ya, ¿cómo permití que hicieran eso? —Jaemin hizo una mueca que hizo a Shotaro reír.

—¿Presión social? —el pelinegro chasqueó los dedos.

—Posiblemente.

—Tonto.

—Tu tonto.

Shotaro le dedicó una última sonrisa brillante antes de adentrarse en la cocina con Jeno. Jeno gritaba y se quejaba diciéndole a Shotaro no le ponía suficiente atención.

Olvidando la cocina Jaemin se dirigió a Sungchan quien se veía claramente molesto y hasta algo decepcionado. Jaemin no tenía idea de qué le pudo haber dicho Shotaro, pero por lo que notaba no había sido agradable.

—Hey, Sungchan ¿cierto? —el menor asintió sin mirarlo— ¿Todo bien? —la inspección fría que le dio Sungchan no le sorprendió ni le intimidó un poco.

—Como si realmente te importara —el chico no era tan estúpido, Jaemin debía concederle eso.

—En realidad no —mordió su perforación—. Deja a Shotaro tranquilo, ¿sí? No necesita ningún drama en este momento.

Sungchan miraba al frente como si no fuera digno de su mirada, pero sabía que estaba escuchando. Jaemin no buscaba intimidar, buscaba imponer.

—No sabes lo que necesita —declaró con una facilidad que irritó a Jaemin. Wow.

—No, no lo sé, pero tú tampoco. Solo deja que disfrute de esto, ¿quieres? Su amigo fue hospitalizado y por lo que veo también es tu amigo, así que —chasqueó la lengua— ¿por qué no solo celebras que Hendery está bien y tus asuntos sin resolver te los guardas?

—Solo estábamos conversando. Lo que suceda entre Shotaro y yo definitivamente no es tu asunto. Mantente lejos, no eres su maldito niñero.

Jaemin se consideraba paciente, Sungchan de alguna forma estaba logrando acabar con ella mágicamente como si fuera nada. Las peleas nunca fueron de su agrado, pero aquel chico necesitaba eso: golpes.

—Mientras esté conmigo todo lo que pueda hacerle daño es asunto mío. Te aseguro que no estás en la lista de los especialmente benefactores a Shotaro.

—No me interesa lo que tengas que decir, ¿de acuerdo? Deja de hablar por Shotaro y ve a llenar tu cara de mierda de nuevo.

Y ahí Jaemin lo perdió.

—¿Siempre eres así de insufrible? —espetó dándole un fuerte empujón a Sungchan.

—¿Pero qué demonios te pasa? —preguntó el menor viendo el contenido de su vaso derramarse.

La conversación en el comedor murió abruptamente al oírse por todo el lugar la voz de Sungchan. Jeno y Shotaro salieron apresuradamente.

—Me pasa que vienes y actúas como si el mundo fuera tuyo. ¿Te has puesto a pensar en cómo se puede sentir la demás gente cuando asumes y reclamas como si fueras el único que sufre? Eres solo un bebé haciendo berrinches.

Sungchan apretó los puños. Su expresión era seria, pero su lenguaje corporal indicaba todo menos seriedad. Sus nudillos se tornaron blancos.

—Eres solo una tapadera. ¿Te han dicho que un clavo no saca a otro clavo, Shotaro? —gritó hacia la cocina. Jaemin no se contuvo. Volvió a empujar a Sungchan.

Sungchan cedió finalmente y regresó el impacto con fuerza. Jaemin apenas se movió y una sonrisa se extendió por su cara.

—Eso creí.

Jaemin se quitó su anillo colocándolo sobre la mesa de centro e impactó su puño contra el pómulo de Sungchan.

—¡Jaemin! —gritó Shotaro caminando a la cocina.

Jaemin miró de reojo a Shotaro lo cual lo distrajo un segundo dándole oportunidad de Sungchan de golpear su estómago. El muchacho se inclinó hacia enfrente, sin poder respirar correctamente.

—¿No es eso lo que querías?

Jaemin tomó una bocanada de aire que le había sido expulsado bruscamente de sus pulmones y entonces se lanzó sobre el castaño.

Todos finalmente comenzaron a alarmarse cuando los golpes comenzaron a caer uno tras otro. Jaemin golpeaba la mejilla de Sungchan y luego la otra mientras que Sungchan atacaba su mentón o sus costillas.

Jaemin le propinó un golpe en la nariz causando que Sungchan perdiera estabilidad, llevándose su mano izquierda a la zona del golpe. Esta comenzó a sangrar mas eso no lo detuvo de golpear cerca del ojo del pelinegro.

Lucas corrió a sostener a Sungchan mientras que Yuta se encargaba de Jaemin. Jeno se acercó dispuesto a intervenir más Hendery lo detuvo negando con la cabeza.

Shotaro se había metido entre los dos cuando finalmente lograron separarlos, gritando completamente fuera de sí, desesperado.

—¡Eso es todo! ¡Tuve suficiente de esto! —miró a ambos.

Lucas ayudaba a Sungchan a pararse, Kun le había traído hielos envueltos con un trapo de cocina los cuales sostenía sobre su nariz. Jaemin tenía de la misma forma hielos pero sobre su ojo.

Shotaro señaló a Sungchan—. No sé qué demonios estabas pensando o planeando, pero dalo por acabado. Si no creces de una puta vez te juro —se interrumpió a sí mismo— deja de pensar en ti por un jodido momento. ¿Por qué siempre que las cosas están bien? ¿Por qué siempre en situaciones donde todos deben terminar involucrados y no para bien?

—Shotaro-

—No quiero escucharte —sentenció. Señaló a Jaemin—. No sé ni qué decirte, ¿era esto realmente necesario? Estoy seguro que ni siquiera lo pensaste bien —soltó una risa—. Esto es ridículo, Dios.

Todos permanecieron en silencio esperando a que alguien hiciera algo hasta que finalmente Sungchan se apartó de Lucas torpemente y dejando los hielos sobre la mesa abandonó el lugar.

Jaemin le indicó a Yuta que ya estaba mejor y este lo soltó. Se acercó a Shotaro. No supo decir con seguridad que emoción se cruzaba por él cuerpos e su novio, ya que eran muchas.

—Lo siento, no pensé bien —movió un poco los hielos que se estaban derritiendo en su rostro—. Es solo que parece que no puede verte feliz, pareciera que debe poseer tus emociones.

Shotaro suspiró acariciando con delicadeza la mejilla golpeada de Jaemin—. Lo hace, pero no necesito que lo golpees por mi, puedo perfectamente manejarlo. Fue tonto lo que hiciste, pero agradezco la intención —observo los moretones en el rostro de su novio—. Ve a casa y arregla ese desastre, duerme un poco.

—¿Quieres que te llame mañana? —Shotaro no dijo nada por un par de segundos.

—Yo te llamo, ¿de acuerdo? Solo quiero que te vayas a dormir. Me quedaré con Jeno hoy.

Jaemin entendió el mensaje. Aún estaba molesto y quería un tiempo a solas.

—De acuerdo.

—¿Te pido un taxi?

—No, yo lo haré. No te preocupes.

Jaemin también abandonó la casa poco después de que el taxi llegara y el lugar volvió a sumirse en silencio. Yuta silbó.

—Vaya, a ti te gusta traer el drama a donde vayas. Eso es bueno, ya sabes, le agrega algo de sabor al asunto —silencio y todo explotó en risas.

—No voy a lidiar con esto ahorita, demasiado por hoy.

—Eventualmente debes de hacerlo, Taro —dijo Kun tomando una fritura de las muchas que había.

—Lo haré, pero no hoy.

Se sentó en una de las sillas del comedor y se centró en sus amigos una vez más sin realmente dejar de pensar en lo que Sungchan le había dicho.

La pequeña semilla del caos había sido sembrada y solo era cuestión de tiempo que están comenzara a florecer.

El desconcierto se siente en diferente en cada persona y no era en Sungchan en donde se había posado. Al menos ya no.







estuve esperando escribir esto desde hace días jbsjsbsjs. aunque creo que no me quedó tan bien como lo imaginé, pido perdón.

siento si hay errores. mi cerebro es más creativo de madrugada, pero menos funcional :c

ojalá les haya gustado y lo hayan disfrutado y todo eso nwn. nos leemos prontito wiiii

y hagan aquí sus apuestas: yo soy #TEAMJENO como debe ser.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro