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Capítulo veinticuatro: 520 1314

¡Me complace informarles que a partir de aquí nos encontramos en la recta final de la historia!

Aclaración: en esta ocasión la música no se relaciona con la escena, sino es más bien para describir la situación emocional y sentimental de los personajes.

Algo característico del chico es la homofonía que posee por lo que la cantidad de variaciones del lenguaje en ocasiones se presta para la creación de códigos que variarán de acuerdo a la pronunciación y contexto en el que sean aplicados.

520: Su pronunciación (Wǔ'èr líng) es muy parecida a (Wǒ ài nǐ), la cual significa "Te quiero". También hace referencia al 20 de mayo, Día de San Valentín para los chinos en el cual se puede expresar nuestro gusto y agradecimiento por los demás.

1314: Su pronunciación (yī sān yī sì), se asocia a 一生一世 (yī shēng yī shì) cuyo significado no es otro que "Para toda la vida".

La combinación de ambos códigos estructura un mensaje que podría traducirse como "Te quiero, para toda la vida". Entendiendo que a quien le es dirigido ese mensaje tiene cierto impacto en la vida del emisor.

Jeno despertó, no necesariamente un veinte de mayo, pero sí un día que todo parecía morado, quizás más de lo normal. Era temprano por lo que le dio tiempo suficiente desayunar y distraerse antes de enfrentarse al estrés que seguramente serían los pasillos de su facultad. Se arregló y comenzó a alistarse para salir. Por alguna razón todo se sentía como caminar sobre nubes.

—Alguien está de buen humor —dijo Shotaro entre risas cuando se lo encontró en la entrada del edificio donde todos corrían con largas exposiciones de fotografía o enormes cuadros asombrosamente pintados.

Él mismo se había maquillado para la presentación que daría, algo en ponerse delineador en la línea de agua de su ojo le agradaba. Shotaro también traía sobre en sus ojos, dándoles algo de profundidad, se veía elegante y misterioso.

—Hoy se siente como un buen día —dijo sonriendo. Acomodó la mochila con su vestuario sobre su hombro.

—Vamos a dejar esto al salón de práctica y nos adelantamos al Black Box —movió las cejas de arriba a abajo, sugiriendo algo—. Seguramente querrás estar en las primeras filas —Jeno se ruborizó.

—Oh, guarda silencio —le reclamó divertido emprendiendo su camino hacia el salón.

No les tomó mucho tiempo llegar y al poco tiempo ya estaban acercándose al Black Box. Mucha gente se movía, arreglando sus maquillajes, ajustando vestuarios, calentando o simplemente conversando. Hendery estaba al fondo, su cabello rosado ahora era completamente negro. Eso tomó a Jeno desprevenido.

—Oh wow, el negro le queda muy bien —dijo Shotaro claramente igual de sorprendido.

—Maldición no tiene ningún derecho a verse así de bien —musitó entre dientes.

—¿No vas a ir? —preguntó el japonés señalando a donde Hendery estaba parado. Hablaba con un muchacho de cabello largo y rubio amarrado con una cinta negra. Ambos parecían entretenidos.

—Prefiero no distraerlo antes de su presentación, ya habrá tiempo de hablar después. Además, él también irá a vernos —sonrió.

—¡Chicos! —dijo Kun a lo lejos. Caminaba de la mano con Lucas muy adorablemente.

—¡Viniste! —Shotaro se lanzó sobre el mayor en un abrazo. Kun respondió con una tierna sonrisa devolviendo el gesto.

—Tenía que venir a darles apoyo, por supuesto —se rió.

—¿El primero es Hendery? —Jeno asintió.

—Genial, voy a ir metiéndome. Me aseguraré de apartarles lugares cerca —les guiñó el ojo y se adentró con Lucas al pequeño edificio. El más alto se despidió tontamente con la mano.

—Eh, yo creo que mejor voy con ellos —Shotaro se escabulló rápidamente.

—¿Eh? ¿Qué? —preguntó observando a Shotaro alejarse con rapidez y colgarse del brazo libre de Lucas.

—Me alegra que vinieras —Hendery estaba cerca, quizás demasiado cerca. Traía ropa deportiva gris holgada, probablemente cubriendo su vestuario.

Jeno ahogó un jadeo. Su mano se recargó en el hombro del chino. Hendery soltó una risilla.

—Basta de hacer eso, deberías considerar ser ninja —tomó aire y se recompuso. Hendery lo miraba muy atentamente, sin dejar de sonreír.

Finalmente pudo apreciar los detalles en el chico. Tenía una ligera sombra brillante sobre sus ojos, acompañada por brillos y pequeñas piedrillas esparcidas por su cara, dándole un aspecto brillante y vivo. Jeno notó que en su cuello había una pequeña pieza pegada en forma de una constelación. Era la de signo: Libra.

—¿El tema es el zodiaco? —preguntó señalando la constelación en su cuello. Hendery se llevó la mano al lugar sin entender.

—Oh, sí. La profesora creyó que sería una buena idea —se encogió de hombros.

—Te queda bien —el cabello de Hendery creía rápido por lo que algunos mechones colgaban sobre su rostro. Jeno los apartó—. También el cabello.

—Regresé al color base —lo alborotó ligeramente volviendo a caer impecable en su lugar.

—Fue una buena decisión.

Hendery asintió. Disfrutaba del cálido tacto de Jeno sobre su rostro. Aunque no era suficiente, jamás sería suficiente.

—Jeno, yo quería hablarte sobre lo que acordamos. No es como que quiera apresurar las cosas ni nada, solo que —Jeno interrumpió su discurso y simplemente hizo lo que ya había tardado en hacer.

Tomó con cuidado las mejillas de Hendery, procurando no quitar los brillos o piedras en su rostro y juntó sus labios después de lo que parecieron milenios. Belfos cálidos y suaves de los que nunca tendría suficiente.

¿Cómo puedes vivir sin aquel beso que da probadas de vida?

Hendery no dudó en responderle el beso, sus manos desesperadamente afianzándose a las suyas como si el suelo alrededor de ellos fuera a desvanecerse y el aferrarse el uno al otro fuera lo único que los mantendría con vida. Jeno rió. Así de mucho amaba a Hendery.

—¿De que te ríes? —susurró Hendery sobre los labios rojizos de Jeno.

—De mi y de lo mucho que me tarde en animarme a besarte de nuevo.

—No pudiste escoger mejor día —volvieron a compartir un pequeño beso.

—Este es el de la buena suerte.

—Joder que feliz me haces —Hendery volvió a besarlo, sin embargo y para molestia de ambos tuvieron que separarse al poco tiempo.

Era hora de que Hendery presentara por lo que debía apurarse. Jeno musitó un "buena suerte" y corrió a su asiento. Una vez dentro se encontró con sus amigos en la segunda fila ya que la primera era para los e valuadores y profesores. 

Kun y Shotaro le habían dejado un espacio entre ambos. Jeno pasó con cuidado entre la gente, evitando pisar a alguien y finalmente se sentó. Su asiento quedaba justo al centro, que maravilla.

—¿Qué tal? —preguntó Shotaro en voz baja. Por su tono, Jeno entendió que su mejor amigo ya sabía lo que había pasado.

—Buenas noticias, Hendery volvió a ser tu cuñado —Shotaro reprimió una risa.

—Me alegro por ustedes —Jeno sabía que realmente lo hacía.

—¿Jaemin te vendrá a ver? Hablando de cuñados —Shotaro asintió con entusiasmo.

Después de la pelea con Sungchan las cosas entre ellos realmente no cambiaron. Shotaro solo se molestó un par de horas y terminó por llamar a Jaemin. Todo se arregló igual de rápido que como inició.

—Ajá, llegará más tarde. Ahorita está en el trabajo, pero me dijo que le grabara la presentación de Hendery.

—Genial.

El tono de mensaje le distrajo un momento. Aún había gente entrando y algo de bullicio tanto detrás del telón como en los espectadores.

—Atención, alumnos y gente que nos visita, esta es la primera llamada para comenzar la presentación.

Jeno sacó su celular encontrándose con un mensaje de Hendery. Sin embargo solo se leían dígitos que él no comprendía. Después de leerlo un par de veces el primer número se le hizo familiar.

Tocó suavemente el hombro de Kun quien recargaba su cabeza en el hombro de su alto novio, dormitando.

—Kun —dijo suavemente. El chico levantó la cabeza.

—¿Qué pasa, Jen? —Jeno se sintió un poco mal por molestar al mayor.

—Siento molestarte —Kun negó afirmando que estaba bien—. Tú y Lucas son chinos coincidentemente —el mencionado también volteó al oír su nombre— y Hendery me envió un mensaje, pero no estoy seguro de qué significa. Algo me dice que ustedes podrán entenderlo.

Jeno desbloqueó su celular y los mismos dígitos brillaron ante sus ojos. 520 1314 con un pequeño corazón a un lado. Le entregó el aparato a Kun quien lo leyó detenidamente antes de sonreír. Miró a Lucas quien también se rió bajito.

—No sabía que Hendery fuera así de cursi. Es un código que se usa en China para mandar mensajes. Es algo significativo, aunque al parecer él se adelantó a la fecha —le regresó el celular—. Está diciendo que te ama para toda su vida, más o menos.

—¿Eso significa? —Lucas asintió.

—El primer número es para decir te quiero o te amo, el segundo es para siempre o para toda la vida. Es más bien por cómo suena en mandarín —Jeno asintió comprendiendo. Volvió a leer el mensaje y sonrió.

Tecleó una rápida respuesta y la envió. Él había mandado un pequeño "yo más, KunHang". Bloqueó el celular y la segunda llamada fue dada.

—Esto es emocionante —dijo Shotaro cerca de su oído. Jeno asintió.

—Lo es.

No mucho tiempo después la tercera llamada finalmente fue dada y todas las luces se apagaron a excepción de la que apuntaba a donde los estudiantes presentarían su número. El primero en salir fue el chico de la cinta en el cabello y luego Hendery.

La luz daba a su rostro, haciéndole brillar debido al maquillaje y pedrería en su rostro. Una corona plata adornaba sus cabellos negros, dándole un aire sereno y pleno. Muy inmaculado. De su ropa negra solo destacaba la capa que cubría sus hombros. También era plata y volaba con cada giro que Hendery daba. Al poco tiempo la capa fue olvidada.

Jeno miraba con atención cada movimiento, paso y expresión en el rostro de Hendery. Concentrado en transmitir las emociones que el performance le exigía. Jeno simplemente no podía dejar de admirarle, incluso si entraba más gente sus ojos se centraban en su novio.

Poco a poco fue comprendiendo lo que la historia quería contar. Era una tragedia, un príncipe enamorado al que le rompen el corazón. Jeno pasó, junto con el pelinegro en el escenario, por la desesperación, la desolación y el terror en el príncipe en el que Hendery se había convertido. Viviendo con él todo como si se tratara del mismo Hendery plasmando en la danza, junto con la música, y diálogos sin voz lo solo que el príncipe llegó a estar sin esa persona a la que su corazón pertenecía. La música, así como la coreografía, regalaba notas suaves y dulces, pero también profundas y agresivas, acompañando el camino del héroe.

Peleó contra demonios que buscaban hacerle daño y sus propias dudas, batallando contra los espinos y el dolor de ser herido. Solo para culminar en liberación del príncipe de sí mismo y de todo aquello que le detenía de realmente convertirse en quien se supo debía ser, para reunirse con quien estaba predestinado desde el inicio.

Las emociones, la danza, la expresiones y las miradas fugaces, todo le pertenecía a Jeno y nadie más que a Jeno. Jeno se había vuelto a enamorar una vez más.

Fue hasta que la música paró y los aplausos comenzaron que Jeno se dio cuenta que había estado llorando. Usualmente las tragedias terminaban con todo menos felicidad. Esta se sintió diferente, optimista.

Los aplausos se acallaron poco a poco y los estudiantes se pararon a hacer una reverencia en agradecimiento. Inmediatamente la profesora se levantó de la primera fila y se paró entre sus alumnos.

—Quiero agradecerles en nombre de todo el último año de danza contemporánea por acompañarnos en este evento. Así como también quiero hacer mención especial del alumno encargado de crear la historia y el concepto para esta presentación —se hizo a un lado—. KunHang, por favor da un paso al frente.

Hendery sonrió y saludó a la audiencia que aplaudía nuevamente. Dio otra reverencia y regresó a la fila.

—También a los coreógrafos que trabajaron en conjunto con KunHang, Hwang Hyunjin y Hirai Momo —los mencionados dieron un paso adelante y también hicieron una reverencia.

Más aplausos y alabanzas continuaron que poco a poco volvieron a acallarse.

—De nuevo muchas gracias y no se olviden de pasar por las demás exposiciones y presentaciones. A los alumnos de último año, sus calificaciones serán publicadas mañana fuera de la oficina del director.

Todos comenzaron a dispersarse y Jeno aprovechó para pararse y correr al escenario donde KunHang se quitaba la corona y reía con Hyunjin y Momo. El mayor lo observó acercarse a los lejos mas no fue lo suficientemente rápido.

Jeno rodeó el cuerpo de Hendery en un abrazo que hizo a ambos caer.

—Más despacio, de esto vivo —dijo Hendery en broma refiriéndose a su cuerpo siendo aplastado por el de Jeno.

—¿Están bien? —preguntó Momo ayudando a Jeno a levantarse. Hyunjin tiró de Hendery hacia arriba.

—Sí, gracias —dijo avergonzado.

—Gracias, chicos. Los veo mañana, tengo algo que hacer —Jeno se despidió de ambos tímidamente y estos se alejaron conversando entre ellos. Hendery lo miró—. ¿Eso qué fue?

—Yo debería estarte preguntando eso —respondió Jeno dándole un empujoncito—. ¿Qué fue todo eso?

Hendery se acariciaba el brazo, repentinamente tímido para hablar. Sonrió de lado. No había nada que no pudiera contarle, al final de cuentas.

—Es una visión artística de cómo me sentí a partir del día que rompimos. Quería metaforizar todo en una puesta en escena —Jeno había esperado algo así. Y aún después de oírlo de los labios de Hendery seguía siendo algo que le sorprendía—. Quería que fuera una sorpresa.

—Bueno, lo fue —la conmoción en Jeno era quizás demasiada para expresarla en palabras coherentes.

Jeno entendió que Hendery se había expuesto a sí mismo. Había ido y mostrado todo su interior, su lucha interna a todos, pero de alguna forma solo lo hizo para que Jeno entendiera que su lucha tampoco fue en vano.

Y es que eso era lo mágico del arte, no debía ser racional. Era emoción pura, permitiéndote explayarte tanto como desearas y aún así habría cosas por descubrir, como pequeñas capas en la misma creación. Hendery se había inmortalizado, había inmortalizado a Jeno y su amor de tonos morados. La catarsis de Hendery elevó a Jeno a lo más alto de sus emociones, poniéndolas al borde del asiento.

—Jeno —Hendery lo observaba con devoción pura y dura. Los matices en sus ojos dándole vida a toda su expresión. Había seguridad y decisión.

—Dime.

—En cuanto te gradúes hay que casarnos.

La compatibilidad entre Libra y Tauro no es muy alta, por no decir baja y recomendamos mucho esfuerzo y comprensión por parte de los dos para hacer funcionar esta relación. Lo bueno es que a Libra y a Tauro les gustan los retos - y hacer perdurar esta relación supone, sin duda, un reto muy interesante. Los Libra más compatibles para esta combinación son los nacidos entre el 23 de Septiembre y el 3 de Octubre y entre el 14 y el 23 de Octubre, mientras que los Tauro más compatibles son los nacidos entre el 22 de Abril y el 5 de Mayo.



JBSJSBSJSJBSJSBS quería que esto fuera una sorpresa je je. Así concluye la historia del JenDery.

Ojalá lo hayan disfrutado. No tienen idea de cómo amé escribirlo. Ahora si me disculpan iré a llorarle al jendery en esta historia.

Nos leemos pronto. Quizás mañana o pasado para comenzar la resolución del SungTaroJae (?) jbsjsbs.

¡Adiós! Les amo, muchísimas gracias por el apoyo y sus lindos comentarios que me hacen reír ♥️

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