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La música estaba sonando demasiado fuerte, podía sentir las vibraciones en su cuerpo y sus oídos retumbar. Estaba sentado en uno de los sofás de la casa en la que se encontraba cuando, mientras miraba alrededor observando a la gente bailar, besarse y jugar, notó a su ex.

Abrió los ojos y miró hacia el suelo, en un intento de que no lo reconociera aunque sabía que era inútil.

— Hey Chan, no sabía que estarías aquí — una voz le llamó la atención por sobre la música y el aludido se giró, aunque sabía de quién se trataba.

Chan forzó una sonrisa cuando hicieron contacto visual. Odiaba notar que seguía tan guapo como siempre, llamando la atención de la gente que lo rodeaba. Era algo que siempre le habían dado celos, que lo habían hecho sentir incómodo y que, por si no fuera poco, sabía que el chico no había hecho nada al respecto todo el tiempo que anduvieron.

— Sunho, qué gusto verte — mintió, sin dejar de sonreír.

Quería irse. De haber sabido que su ex iba a estar ahí, no hubiera puesto ni un solo pie en aquella casa.

Iba a matar a Changbin por no haberle dicho antes. No cuando su ruptura había sido tan reciente. Todavía no estaba listo para verle.

— Lo mismo digo. — concordó, sonriendo de lado y volvió a hablar — Te ves increíble hoy.

— Gracias — fue lo único que dijo, sin querer seguir estando en aquella conversación.

Su mirada estaba comenzando a viajar por toda la casa en busca de alguno de sus amigos para rescatarlo pero sin mucho éxito.

— ¿Cómo está todo? ¿Has estado bien?

— Sí, haciendo esto y aquello — no indagó más y no lo iba a hacer. Ya no era asunto suyo.

De reojo, vio a Sunho asentir levemente. Luego quedaron en un silencio, Chan no le preguntó sobre él porque sabía que era lo mejor y él no dijo nada más, solamente la música y las risas envolviéndolos.

— Mhm, tengo que ir al baño — mintió Chan girándose a mirarlo rápidamente, en vista de que no encontraba a sus amigos.

— De acuerdo — replicó, sonriendo levemente y Chan casi corrió fuera de la habitación colocándose la máscara de Ghost Face nuevamente.

Empezó a buscar con la mirada a sus amigos, esperando finalmente encontrarlos y decidió sacar su teléfono, mandándoles un mensaje para sacarlo de aquella fiesta.

Al enviarlo, volvió a guardar el dispositivo y se dirigió a la cocina, en busca de una cerveza en lo que esperaba a la respuesta de su mensaje.

Cuando llegó, se encontró a un chico que había ido probablemente a hacer lo mismo que él. Estaba de espaldas, tenía puesto un disfraz de ángel, su cabello era café con rulos y tenía una aureola que estaba unida a una diadema y unas alas pequeñas en su espalda.

Casi en seguida, el chico se dio la vuelta y agradeció tener la máscara porque estaba viendo a la persona más hermosa que hubiera visto alguna vez en su vida que se congeló un momento en la entrada de la cocina.

Además de que había deducido que era precioso, el maquillaje que traía le hizo parecer aún más lindo. Tenía leves brillos plateados en el rostro, específicamente en sus pómulos y delineado blanco no muy notorio.

Iba a darse la vuelta, aprovechando el hecho de que el chico parecía no haberse dado cuenta de su presencia, pero al hacerlo, notó a su ex caminando hacia su dirección.

Retrocedió unos pasos y miró a ambos chicos, con el corazón latiéndole a mil mientras decidía qué hacer y cerró sus ojos con fuerza antes de prácticamente correr hacia el chico vestido de ángel.

Se quitó la máscara y se colocó a su lado, asustándolo en el proceso.

— Perdón que te pida esto, pero ¿crees que puedas fingir ser mi novio un minuto? — soltó, sin siquiera pensarlo dos veces y vio al Ángel abrir los ojos sorprendido de haber escuchado aquella petición.

Pero antes de que pudiese escuchar una respuesta de su parte, la voz de Sunho llegó a sus oídos, entrando a la cocina y le sonrió.

— Así que aquí estabas, estaba creyendo que ya te habías ido — explicó, con un deje de alivio de haberlo encontrado nuevamente.

— ¿Qué quieres con él? — habló el Ángel y sonaba algo molesto, ni siquiera le dio tiempo a Chan de responder.

Esta vez, el sorprendido era Chan. Realmente había aceptado sin ninguna objeción.

— Wow, disculpa, ¿te conozco? — Sunho frunció el ceño, dirigiendo su mirada al Ángel.

— Soy su novio. ¿Y tú quién eres?

— ¿Su novio? ¿Desde cuándo, Chan? — se dirigió al aludido esta vez, ignorando su pregunta y Chan sólo evitó su mirada, llevando su vista al desayunador.

— Eso no es de tu incumbencia. — el Ángel escupió — Así que si nos disculpas — le dijo, tomando la mano de Chan y sorprendiéndolo en el proceso, mientras se abrían paso fuera de la cocina para dirigirse al patio trasero de la casa.

El ruido estaba amortigüado en ese espacio de la casa, no se escuchaba tan fuerte pero podía escuchar los vidrios retumbar. Afuera, era más tranquilo, las conversaciones se oían más claras y no había necesidad de alzar la voz excesivamente.

Casi no había nadie además de ellos y Chan lo agradeció.

— Gracias. — dijo Chan en seguida, girándose a ver al Ángel, haciendo contacto visual con él — Y perdón.

— No fue nada. — le restó importancia y lo vio encogerse de hombros — Se nota que es un imbécil.

Aquellas palabras lo tomaron desprevenido y no pudo evitar soltar una carcajada, cubriendo su boca con una mano en seguida.

— Y no te equivocas en lo absoluto.

Llevó su mirada al pasto por un momento antes de mirar el cielo despejado. Estaba bastante oscuro, y podía ver una que otra estrella, además de la luna. No tenía noción del tiempo, sin embargo estaba seguro de que eran más de las 2 de la mañana.

Por un momento, ninguno volvió a pronunciar una palabra, simplemente escuchando la música que provenía de adentro, algunos autos pasar por la calle y los animales nocturnos.

— ¿Puedo preguntar quién era? — Ángel habló al cabo de un rato — No es necesario que me digas si no quieres, no debería de meterme en lo que no me importa — casi en seguida repuso, y Chan dudó de si era buena idea hacerlo.

Era un extraño, y aunque lo haya ayudado, tenía razón. No era algo que le importara. Aunque pensó que aquello podría ayudarle un poco, a sacar algo de lo que tenía aún dentro suyo, y quizás un extraño era la mejor idea.

No volvería a verlo jamás.

— No, está bien. — replicó finalmente e hizo una mueca, buscando las palabras adecuadas pero sin mirarlo — Es mi ex. Terminamos hace 3 meses porque me enteré que me había estado engañando, además de que casi siempre se comportaba como un idiota cuando estuvimos juntos. Que me engañara sólo fue el empujón que necesitaba para terminar nuestra relación.

— Eso es muy jodido — comentó y Chan se limitó a asentir, estando de acuerdo mientras recordaba el tiempo que había estado junto a él.

Había estado tan enamorado que al principio dejaba pasar mucho las cosas que le hacía, pero pronto se fueron acumulando, cada vez pasándola peor y ya no disfrutaba de estar en esa relación. Decidió que era suficiente cuando lo encontró besándose con una chica.

Pasó bastante tiempo llorando por horas en su habitación, rodeado de pañuelos sucios y de tener los ojos hinchados porque a pesar de todo, aún sentía cariño por el hombre.

Sus amigos lo ayudaron a que poco a poco lo fuera olvidando y aunque aún le dolía un poco volverlo a ver, sentía que estaba mejor que antes. Quizás en otra ocasión, Chan se hubiera echado a llorar y le hubiera llamado a Hyunjin, verían películas románticas y Changbin se les uniría.

— Perdón, ¿cuál es tu nombre? Creo que ni siquiera te pregunté — inquirió Chan, sacudiendo su cabeza haciendo a un lado sus pensamientos y miró al Ángel.

Sonrió levemente antes de hablar — Soy Minho — se presentó y estiró su mano.

Con gusto, la estrechó — Creo que ya lo sabes, pero soy Chan.

Minho rió divertido y asintió, antes de soltar su mano y ambos miraron al cielo de nuevo en silencio.

Era una linda noche. La brisa era un poco más fría y Chan supo que podía notarse el otoño.

— Tu disfraz te queda muy bien.

— ¿Disculpa?

— Que va muy bien tu disfraz contigo. — volvió a decir Chan — Hoy fuiste mi salvador.

Minho soltó una carcajada y Chan pensó que nunca había escuchado una risa tan bonita como la suya.

— Es verdad — replicó, aún con una sonrisa en su rostro.

Y antes de que pudiera decir algo más, una voz masculina les llamó su atención — ¡Minho hyung! — exclamó, provocando que ambos se giraran a verlo. Estaba usando un disfraz de diablo, probablemente haciendo juego con Minho y venía en su dirección — Hyung, tenemos que irnos, Seungmin está muy borracho.

Chan vio al ángel rodear los ojos — Está bien, ve por él en lo que pido un taxi.

— Ugh, bien — contestó el chico de mala gana y regresó a la casa.

— ¿No deberías irte? — preguntó Chan en cuanto se fue, preocupado por su amigo.

— Nah, va a estar bien, ni siquiera debe estar tan borracho. — se encogió de hombros, restándole importancia — Y no te quiero dejar solo.

Ante sus palabras, Chan sintió repentinamente sus mejillas arder.

— Oh... Uhm, no te preocupes, no es necesario.

Minho soltó una pequeña risita al verlo — ¿De repente te da pena cuando hace unos minutos me pediste que fingiera ser tu novio? — bromeó.

— Oh por Dios, en verdad lo siento por eso — dijo Chan, cubriéndose el rostro con sus manos.

Comenzaba a ser consciente de lo que había hecho que el ser recordado le daba aun más vergüenza.

Ni siquiera estaba seguro de dónde había sacado tal valor. No es como que Chan fuese tímido, en realidad todo lo contrario pues siempre se le había hecho sencillo hacer amigos a lo largo de su vida.

Sin embargo, había una diferencia entre tener una plática amistosa, a decir cosas vergonzosas. Como la que había dicho hace unos minutos.

Tampoco estaba muy orgulloso de eso pero sí lo agradecía.

— Sólo no quiero que ese imbécil te venga a buscar otra vez — replicó Minho, tomando su celular de su bolsillo y Chan simplemente guardó silencio mientras lo miraba.

Aunque ya le había dado las gracias, sentía que no era suficiente para expresar su gratitud. Estaba haciendo muchísimo más de lo que le había pedido.

— ¿Viniste con alguien? — Chan asintió cuando volvió a guardar el dispositivo y dirigió su mirada a él — Deberías ir con ellos, para que no te quedes solo — sugirió Minho y le hizo un movimiento con la cabeza — Vamos.

Chan alzó las cejas, confundido pero no le dio tiempo de hablar cuando vio al ángel comenzar a caminar dentro de la casa así que rápidamente lo siguió.

Y como si fuera un milagro, vio a Changbin caminar en su dirección, provocando que se detuviera — Hyung, ¿adónde te habías ido?

— Oh, gracias a Dios te encontré — dijo Chan, genuinamente feliz pues creía que no los volvería a ver.

— ¿Es tu amigo? — Chan asintió — Muy bien, yo me tengo que ir. ¡Cuídate! — replicó Minho e hizo un ademán con la mano a modo de despedida antes de salir de la casa.

— ¿Quién era? — en seguida preguntó Changbin.

— Larga historia. — soltó, y cambió de tema — ¿Dónde estabas? No me dijiste que Sunho estaba aquí.

— ¡¿Está aquí?! Yo no sabía hyung, lo juro — exclamó con las manos en el aire y parecía verdaderamente sorprendido así que Chan le creyó, al menos por ahora.

— Será mejor que me vaya también, avísale a Hyunjin y que no tome demasiado — dijo, e iba a darse la vuelta pero su amigo lo detuvo.

— ¿Quieres que te acompañe? — inquirió, uniendo sus cejas pero Chan negó con la cabeza.

— No te preocupes, mejor cuida a Hyunjin. Te aviso cuando esté en casa, ¿sí? — le aseguró y Changbin simplemente asintió, no queriendo seguir discutiendo.

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Había comenzado a caminar rápidamente en un intento de perder a su ex de vista cuando se volvieron a ver dentro del campus y mirando a sus espaldas, deseando encontrar a sus amigos hasta que chocó con la espalda de alguien en el pasillo, haciéndolo detener.

No había siquiera prestado atención al chico que habló en seguida — Perdón, pero ¿crees que puedas ayudarme? — inquirió Chan con un ligero tono de desesperación, sin siquiera darse cuenta de la persona al lado suyo.

El chico tampoco se había dado vuelta, lo que le impedía a Chan verle el rostro hasta que escuchó su voz.

— ¿Tú otra vez? ¿De casualidad no te gustaré? — bromeó, soltando una risita y Chan abrió los ojos al ver a Minho, pero en seguida sacudió la cabeza cuando reaccionó.

Tenía tantas preguntas en su cabeza que ni siquiera sabía por dónde empezar, pero sabía que había algo más importante en ese momento que hizo sus pensamientos a un lado.

Le preguntaría después. No era el momento.

— ¡No! Quiero decir, es sólo que Sunho podría intentar algo conmigo otra vez — explicó.

— Está bien, sólo estaba bromeando. — replicó el chico y colocó un brazo alrededor de su cuello — ¿Crees que se detenga si sabe que estás saliendo con alguien?

Chan tragó, mirando alrededor de la facultad para asegurarse de que nadie los mirara.

— N-No estoy seguro. ¿Quizás?

Minho soltó una carcajada y se separó de él — Espero que sí. — dijo casi en un murmuro y Chan frunció el ceño, sin saber cómo tomárselo — Debo irme, te veo por ahí — se despidió antes de adentrarse al campus, dejando a Chan confundido.

¿Qué acababa de suceder?

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Chan había comenzado a acercarse bastante a Minho.

Finalmente habían inercambiado números y mientras más lo conocía le parecía una increíble persona, además de ser super divertido. Hablaban con bastante frecuencia, incluso se lo había presentado a sus amigos y viceversa. Se llevaban bastante bien entre todos y eso le agradaba a Chan pues los amigos de Minho eran divertidos también.

Inevitablemente, Minho había comenzado a ayudar a Chan para que su ex lo dejara en paz y se lo agradecía, a veces se tomaban de la mano y la distancia entre ellos era muy corta. Minho en ocasiones rodeaba su brazo alrededor de la cintura de Chan, haciéndolo parecer posesivo sobre él, como si fueran una pareja real.

En realidad, Chan no hubiera pensado que Sunho sería ese tipo de persona. De hecho, si debía ser honesto, todo había estado bastante bien hasta el día de la fiesta. Desde que habían terminado, ya no había escuchado mucho sobre él y sabía que era lo mejor, esperando que pronto se olvidara de su ex, de no querer intentar regresar con él.

Sin embargo, no estaba seguro qué había cambiado. Aunque, según Hyunjin, había terminado con la chica con la que lo engañó y parecía quererlo de vuelta.

Sería muy idiota siquiera pensar en hacerlo.

— Hyung, ¿qué hay entre tú y Minho hyung? — preguntó Hyunjin un día, sin siquiera hacer contacto visual con él, como apenado de siquiera pensar en aquello.

Changbin, por su parte, no le quitaba la mirada a Chan mientras revolvía su café sin mucho interés — ¿Acaso están saliendo? — directo al punto. Changbin siempre fue así.

— Sí.

Hyunjin le había dado un trago a su café, y al escuchar esto, lo escupió, comenzando a toser y a golpearse el pecho, mientras que Changbin le daba pequeñas palmadas en la espalda.

— ¿Hablas en serio? — había dicho Hyunjin cuando se recuperó y carraspeó, uniendo sus cejas, como sin poder creer lo que les estaba diciendo.

No debería de estarles mintiendo a sus amigos, pero sentía que era lo mejor. Con suerte, haría más sencillo todo. Sus amigos le creerían, y por ende, si ellos lo hacían, probablemente Sunho lo haría también.

Mataba dos pájaros de un tiro.

— Sí, ¿por qué mentiría? — fue lo único que dijo y bajo la dura mirada de Changbin, le dio un sorbo a su jugo de piña, enfocándose en ella.

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— Ay, no — se quejó Chan en voz baja, cerrando los ojos y apartando su mirada.

Estaban en la cafetería del campus, esperando a sus amigos y ellos habían salido primero, así que simplemente tomaron asiento, platicando sobre banalidades.

Minho frunció el ceño e iba a girarse, cuando el contrario lo detuvo — ¿Qué pasa? — inquirió, también en voz baja.

Chan negó con la cabeza, haciendo una mueca — Es Sunho.

No hubo necesidad de intentar girarse nuevamente porque el aludido había comenzado a caminar al lado suyo y por ende, terminó frente a ellos, por lo que Minho lo siguió con la mirada, con una especie de molestia en ella.

No estaba solo, y por ahora, parecía no haberse dado cuenta de la presencia de su ex pero Minho no dejaba de darle una mirada que, si las miradas mataran, Sunho ya estaría tres metros bajo tierra.

— No le des importancia, sólo vámonos, ¿sí? — pidió Chan, intentando buscar su mirada pero sin éxito.

Quería irse de ahí. A decir verdad, es que no soportaba la idea de estar demasiado cerca, mucho menos sabiendo que la probabilidad de que los viera y caminara en su dirección, era bastante y lo hacía sentir todavía peor.

No quería hablar con él, había estado tan bien simplemente pasando tiempo con Minho que su llegada le había jodido todo.

Le explicaría después a sus amigos. Ellos lo entenderían.

— Querías que te dejara en paz, ¿no?

— ¿Qué?

Hicieron contacto visual y Minho aún parecía ligeramente molesto, pero Chan sabía que no era con él, era muy probable que todavía sintiera el sabor amargo en su boca.

— Que si quieres que te deje en paz, tenemos que demostrarle que ya tienes a alguien — le explicó, ahora un poco más tranquilo.

No le dio tiempo de reaccionar cuando Minho se acercó demasiado a él y Chan apartó su mirada, ruborizándose.

Uno de sus brazos rodeó su cintura y la otra lo tomó de la mano.

— Nos está mirando, sólo quédate así un rato — pidió Minho y Chan simplemente asintió lentamente.

A pesar de que habían pasado varios días desde la fiesta, aún se sentía un poco extraño de tener ese tipo de acercamiento con el chico.

Sabían varias cosas sobre el otro, pero en realidad, si Chan se pusiese a pensarlo con detenimiento, diría que Minho era una especie de extraño todavía para él.

Quizás el contrario pensaba lo mismo y no lo culpaba en lo absoluto.

— ¿Sigue mirando? — preguntó Chan en un murmuro, como si siquiera pudiese escucharlos.

Estaban bastante lejos, las probabilidades de que los escuchara eran mínimas.

Vio a Minho asomarse por encima de su hombro y dirigió su mirada a él — Sí, aún nos ve — replicó también en voz baja mientras se acercaba cada vez más.

Sintió su corazón comenzar a acelerarse con cada centímetro que acortaba entre ellos, mezclando sus respiraciones y Chan pudo observar con detenimiento el rostro de Minho. Era perfecto, con sus lindos labios, el lunar en su nariz, su perfecta nariz que le daba envidia y sus largas pestañas.

De repente sintió sus labios contra los suyos y simplemente se dejó llevar. Minho besaba tan bien, sus lindos labios se movían suavemente y lo besaba con tanta ternura, había pasado un tiempo desde la última vez que lo habían besado de aquella manera y Chan no quería que se terminara, quería sentir sus labios todo el tiempo, para siempre.

Las manos de Minho lo tomaron por la cintura para profundizar el beso, provocando que se acercaran aún más si es que eso era posible. Por su parte, Chan acunó el rostro de Minho con sus manos, disfrutando del beso.

Para su mala suerte, tenían que separarse en algún momento y Chan sintió que sólo se habían besado por unos cuantos segundos pero ahora podía sentir sus mejillas comenzar a arder. Acababa de caer en cuenta de lo que acababa de suceder.

Cuando Minho se separó, sus manos no abandonaron su cintura — Ya se fue — le avisó, mirando por sobre su hombro nuevamente y Chan no se atrevía a siquiera mirarlo a los ojos. No le importaba en ese momento su ex.

Él podía seguir ahí y Chan ni siquiera lo sabría, no le tomaría importancia.

— ¿Por qué lo hiciste? — murmuró Chan, sin darle importancia a lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Minho llevó su mirada a él y guardó silencio por un momento hasta que pareció haberse dado cuenta — Mierda, debí haberte preguntado. Lo siento mucho es sólo que...

— No, no lo digo por eso. — lo interrumpió, sabiendo a lo que se refería — Quiero decir, no sé si era necesario.

Esta vez, cualquier rastro de preocupación abandonó el rostro del chico — Parecía bastante celoso de solo verme contigo, apuesto que se fue de lo furioso que estaba cuando nos besamos. Tiene que creer que estás saliendo con alguien más para que te deje en paz — explicó y Chan asintió levemente, mordiendo su labio.

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Así pasaron los días siguientes. Parecía que Minho se estaba volviendo cada vez más valiente en tener roces con Chan, sintiendo sus orejas y mejillas calentarse. Ya no iban simplemente agarrados de las manos, o que Minho lo agarrara de la cintura, esta vez, a veces le robaba uno que otro beso, agarrándolo desprevenido en la mayor parte del tiempo y escuchando la risita burlona del contrario, dándole un suave golpe.

Si se ponía a pensarlo, era muy lindo todo, parecía que verdaderamente estaban saliendo, que tenían una relación seria, pero sabía que aquello era mentira. Al menos, si Chan fingía que era cierto, podría hacer que Sunho les creyera y eso era suficiente.

Excepto que Chan ahora no podía dejar de pensar en él, porque no era ciego. Minho era quizás la persona más hermosa que pudo haber conocido jamás y quizás, una pequeña parte suya en su interior estaba deseando que aquello se volviera real.

A veces le gustaba imaginarse en una relación con Minho, aunque sabía que sólo se tratara de una simple fantasía, de algo que no iba a ocurrir y se intentaba convencer de que, lo que estaban haciendo, a final de cuentas, estaba funcionando, porque Sunho parecía importarle cada vez menos y eso era algo que Chan había estado deseando desde hace tiempo, sin darse cuenta de que su tiempo con Minho iba a llegar a su fin en cualquier momento.

— ¿Ya te enteraste? — preguntó de repente Hyunjin, su voz sonaba entre un murmuro y una exclamación. Estaba ansioso por decir lo que sea que supiera y que Chan estuviese enterado.

Se encontraban en el aula, sentados uno al lado del otro como siempre suelen hacer. La profesora estaba dando alguna explicación de la que Chan no estaba interesado en aquel momento. No cuando Hyunjin había decidido contarle la noticia.

— ¿Qué cosa? — frunció el ceño, sin estar seguro de lo que pudiese estar hablando su amigo.

Entonces, una enorme sonrisa abarcó todo el rostro de Hyunjin y miró a todos lados, esperando que no hubiera nadie demasiado cerca de ellos para escuchar lo que iba a decir — Sunho está saliendo con otra chica.

Chan se había congelado en su lugar por un momento. No era que le importara, más bien todo lo contrario, pero le sorprendía que finalmente se había rendido con él o una mierda así.

— ¿Desde cuándo?

Hyunjin se encogió de hombros en silencio, mirando al pizarrón y anotando lo que sea que la profesora estaba explicando.

Chan no dejó de fruncir su ceño, pero imitando al chico, aun pensando en lo que su amigo acababa de decirle.

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— Ya escuché la noticia. — había soltado Minho un día, y al mirar el rostro lleno de confusión de Chan, volvió a hablar — Sunho está saliendo con alguien más. Parece que se dio por vencido al fin.

Asintió lentamente, sin saber con exactitud qué decir. Luego se envolvieron en un silencio que, a decir verdad, le pareció un poco incómodo.

Estaban en la casa de Chan, donde tenían un poco de más libertad y no había necesidad de fingir estar juntos puesto que vivía solo. Habían decidido juntarse simplemente para pasar el rato, porque se llevaban bastante bien y parecían congeniar la mayor parte del tiempo. Ambos sabían que se veían como amigos y no le molestaba a ninguno. Si sus amigos preguntaban, al menos podían hacerlo parecer más real.

La televisión estaba encendida, Minho había optado por ver una película que no había visto y Chan simplemente lo dejó, sin importarle lo que vieran.

Ahora, no le estaba prestando atención a lo que estaba sucediendo, simplemente mirándola por el hecho de hacerlo, dejando que el aparato llenara el silencio que se había creado entre ellos.

— ¿Deberíamos decir que terminamos? — inquirió Minho al cabo de un rato y Chan llevó su mirada hacia él, encontrándose con sus ojos.

Por un momento, no respondió, sin saber qué decir, aunque sabía la respuesta a eso. Tenían qué ahora que Sunho parecía haberse rendido, que ahora era seguro estar soltero, que podía salir con quien quisiera, que pudiera disfrutar de su soltería un tiempo incluso.

Sin embargo, no quería. No quería dejar de estar con Minho, pero no era correcto. No estaba bien, porque, así como él podía hacer lo que quisiera, el contrario debía hacer lo mismo, de conocer gente y tener una relación seria o una casual, Chan ni siquiera estaba seguro del tipo de persona que era Minho en cuanto a las relaciones.

No podía basarse en lo que habían pasado juntos por el hecho de que todo se había tratado de algo falso, de algo que habían creado con tal de que la gente lo creyera, de que pensaran que genuinamente estaban saliendo.

— Creo que deberíamos esperar un poco más. — dijo finalmente — Será raro si terminamos luego de enterarnos que Sunho ya está con alguien — explicó y en parte era lo correcto, sería más natural de esa forma que siguiera pareciendo real.

Minho asintió levemente, comprendiendo a lo que se refería — Me parece perfecto. ¿Cuánto tiempo crees que sería lo adecuado?

Chan lo meditó por un momento, apartando la vista del chico y la dirigió hacia la pantalla, pero podía sentir la mirada de Minho expectante.

— ¿Unas dos semanas? — sugirió e hicieron contacto visual.

Minho también lo pensó por unos segundos antes de volver a asentir, conforme — Perfecto. Dos semanas, entonces. — estuvo de acuerdo, estirando su mano para estrecharla con él y dándole una sonrisa — Ha sido un placer hacer negocios contigo, Bang Chan — se burló y el aludido no pudo evitar soltar una risita.

— El placer es mío, Lee Minho — sonrió y estrecharon sus manos.

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Dos semanas se pasaron más rápido de lo que le hubiera gustado.

Habían estado haciendo lo de siempre. Juntarse cuando ambos tenían tiempo libre, aún pareciendo que salían, hacerlo ver natural, esperando que nadie notara lo que realmente sucedía.

Seguían compartiendo uno que otro beso mayormente cuando se encontraban en público, eran cortos pero lindos y Chan no podía evitar sonreír en medio de este una que otra vez.

No quería que se terminara.

Para cuando acordaron terminar las cosas, nadie dijo nada. Minho estaba con sus amigos y Chan con los suyos, cada quien con sus cosas, simplemente dejando de frecuentarse y al principio nadie había hecho ningún comentario al respecto.

Hasta que Changbin decidió sacar el tema un día que estaban en su casa.

— Ya no he visto a Minho hyung — comentó Changbin, con fingida casualidad.

— Ah sí, terminamos — explicó y quizás su tono salió más casual de lo que hubiera querido.

Changbin frunció el ceño y lo miró fijamente — ¿Y estás bien? — inquirió e hicieron contacto visual.

— Sí, ¿por qué no lo estaría?

— Estaban saliendo, ¿o no? Lloraste por días por Sunho que fue un imbécil y, ¿estás tan bien luego de terminar con Minho que era mil veces mejor? — preguntó incrédulo.

Había abierto la boca varias veces para hablar pero las palabras se quedaban atoradas en su garganta. Era un idiota, ¿cómo es que no pensó antes de hablar? ¡Era lo lógico!

Quería que la tierra se lo tragara.

— No estaban saliendo, ¿verdad?

Chan soltó un suspiro, cerrando los ojos por un momento y negó con la cabeza — No, todo fue porque Sunho había estado demasiado insistente desde la fiesta. No planeaba volverlo a hacer pero seguía esperando a que volviéramos que simplemente creí que no le haría daño a nadie fingir un poquito.

Su amigo lo miró fijamente por un momento y recostó su cabeza contra el cojín del sofá.

— Estás loco. — soltó con un deje de burla y Chan asintió, estando de acuerdo — Aunque sabía que había algo raro cuando nos dijiste que estaban saliendo.

Sí, Chan nunca había sido tan buen mentiroso y Changbin siempre ha sido tan observador que en aquella situación no era algo que le gustara mucho.

— Creo que me gusta — soltó Chan y en seguida notó la mirada de su amigo sobre él así que le devolvió la mirada.

— ¿En serio?

Chan asintió — No lo sé, era muy lindo conmigo. Casi me sentí querido estando con él aunque fuera una mentira — explicó.

— ¿Le vas a decir? — Changbin inquirió, uniendo sus cejas.

Él simplemente se dedicó a suspirar, llevando su mirada a sus pies — No sé, no estoy seguro.

— Deberías.

— ¿Y si no me corresponde? — Chan sacudió su cabeza — Y tal vez le guste otra persona, debería de salir con ella, no puedo intervenir.

— Bueno, pero tú no sabes eso. — le dijo — ¿Qué es lo peor que puede suceder? ¿Que te rechace? Si lo hace, es un idiota.

No pudo evitar soltar una risita, dándole un golpe con su puño en el pecho — ¡Estoy hablando en serio, Bin! — exclamó.

— ¡Yo también! — exclamó igualmente, sonriendo y volvió a bajar la voz — Apuesto a que también le gustas. Deberías decirle, hyung. Si no le gustas, él se lo pierde. Eres una persona increíble Chan, no creo que no haya sentido nada en el tiempo que estuvieron juntos incluso si fue una mentira — le alentó y Chan hizo un puchero.

Se abalanzó sobre él, provocando que soltara un quejido, probablemente desprevenido pero sabía que no le molestaba y que mucho menos le había dolido. Chan sonrió y rodeó sus brazos alrededor del cuello de su amigo.

— Gracias Bin, no sé qué haría sin ti — le dijo y fingió querer darle un beso, haciendo boca de pato mientras el aludido hacía la cabeza a un lado, aparentando disgusto.

Como pudo, Chan le tomó el rostro con fuerza y le dio un beso en la mejilla, siendo empujado levemente por Changbin provocándole una carcajada, mirándolo limpiarse bruscamente el beso.

— Guarda eso para tu novio — lo molestó, con una mueca en su rostro.

— Idiota — replicó y le enseñó la lengua como niño chiquito.

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Entonces, Chan pasó varios días preguntándose si en realidad era buena idea confesarse con Minho. ¿Cuáles eran las probabilidades de que le correspondiera? Estaba consciente de que se trataba de al menos un 50/50, había grandes probabilidades de que lo rechazara como de que le correspondiera.

No era que desconfiara de Changbin, pero sentía que una parte suya sólo se lo decía para hacerlo sentir mejor, de que se animara y que con demasiada suerte, Minho le diría que se sentía de la misma forma.

Sin embargo, no estaba seguro si podría decir con certeza que Changbin tuviera razón, porque no pensaba en algún momento concreto en el que le haya dado esa idea, de que podría haber una pequeña posibilidad de que se sentía igual, de que también le gustaba.

Era patético, ¿cómo era que Chan había terminado en aquella situación tan tonta? No se arrepentía por el hecho de haber conocido a Minho, porque haciendo un lado el hecho de que le gustaba, podía decir que era una persona divertida con la que le gustaba pasar el tiempo.

No pudo evitar observar a Minho de vez en cuando las veces que llegaba a cruzárselo en el campus, ya sea en los pasillos o en la cafetería y siempre lo veía con sus amigos, siendo el mismo de siempre. Parecía demasiado unido a Jisung e incluso, si no los hubiera conocido, diría que se gustaban, o que estaban saliendo, mas sabía que no era así. Recuerda que hubo una ocasión en la que le contó que le gustaba alguien y no sabía cómo confesarse por lo que Jisung estaba descartado.

Por otro lado, sabía que Seungmin tampoco era una opción. Se molestaban demasiado y ambos parecían muy amigos, casi igual de unidos que con Jisung, sin embargo no le hacía creer que podría haber algo más que una amistad y si no mal recuerda, el día que había conocido a Minho, acababa de terminar con su ex.

¿En realidad simplemente debería de tomar ese riesgo y decírselo? Se dio cuenta de que, aunque hubiera conocido a profundidad la relación que tenía Minho con sus amigos, no le aseguraba nada porque, ¿qué tal que gustaba de alguno de ellos en secreto? Por lo que había notado, Minho podía llegar a ser algo reservado con sus sentimientos y si se llevaba tan bien con sus amigos y sentía algo, quizás la mejor opción era no decir nada y eso era una posibilidad bastante grande que no podía descartar.

Chan cerró los ojos por algunos minutos, escuchando el ruido nocturno que provenía de la calle de su apartamento.

Sin importar cuánto lo pensara, para su buena o mala fortuna, sólo lo sabría de una sola forma. Mentiría si dijera que genuinamente no estaba esperando que Minho le correspondiera, porque si se iba a confesar, le gustaría salir con él pero tampoco era un hijo de puta.

Si Minho no sentía nada, entonces Chan buscaría una forma de dejarlo por la paz y olvidarse de él. No estaban estudiando lo mismo y casi no tenían amigos en común, por lo que tenía fe en que quizás no sería tan difícil que le dejara de gustar.

Simplemente tenía que ignorarlo.

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— Hola, — dijo Chan en voz baja con timidez, nervioso. Su corazón le latía con tanta fuerza que temía que lo escucharan — puedo... ¿Puedo hablar contigo? — inquirió.

Minho estaba platicando con sus amigos y todos se habían detenido para mirarlo que le hizo sentir vergüenza.

Quería echarse a correr, desaparecer de Corea y cambiarse el nombre.

— Seguro, un segundo. — explicó y Chan asintió en silencio mientras lo veía tomar sus pertenencias — Luego los veo, chicos — se despidió de ellos y los escuchó soltar una risita, imitándolo.

Caminaron por el pasillo en completo silencio, Chan no sabía qué decir y parecía que Minho se encontraba en la misma situación.

— ¿Cómo has estado? — para su sorpresa, habló, mirándolo rápidamente y Chan hizo lo mismo.

— Bastante bien, de hecho. ¿Y tú qué tal?

— Sí, también. Un poco ocupado a veces — se encogió de hombros — ¿Te ha molestado Sunho otra vez?

Cuando llegaron a un lugar más silencioso y alejado de lo demás, se detuvieron y Chan sacudió la cabeza.

— Nop, lo he visto muy ocupado con su nueva novia.

— Qué bueno.

Simplemente se limitó a asentir con la cabeza estando de acuerdo y se mantuvieron en silencio otra vez. Finalmente había llegado el momento. Tenía que decirlo y estaba nervioso por la reacción que obtendría.

— Así que... ¿De qué querías hablar? — preguntó, rompiendo el hielo nuevamente y Chan en parte se lo agradecía.

— Sí, uhm... Estoy buscando cómo decirlo — explicó. No le sorprendería si tuviera una crisis en ese momento.

Tomó una bocanada de aire y cerró los ojos por un segundo antes de mirar a Minho a los ojos. Necesitaba ser valiente, ya estaba ahí, no podía echarse para atrás.

— Me gustas. — soltó finalmente — Supongo que estoy esperando que pudiéramos salir pero sí, si no quieres sólo necesitaba al menos hacértelo saber.

No supo descifrar la expresión que tenía Minho en su cara en ese momento. ¿Estaba sorprendido? ¿Estaba asqueado o decepcionado? Quería saber qué era lo que estaba pasando por su cabeza.

Luego lo vio reír y negó con la cabeza, apartando la vista de él por un momento — Pensé que tendría que hacerlo yo.

— ¿Qué?

— Que también me gustas, Chan. Hace tiempo que me gustas, te estaba ayudando a quitarte a tu ex de encima que terminé deseando que estuviéramos saliendo de verdad. — explicó y el aludido abrió los ojos sorprendido — Había estado dudando en decírtelo pero me ahorraste el trabajo.

— ¡Oye! — reclamó, frunciendo el ceño y le dio un suave golpe en el pecho, provocando risas en el chico — Y dime hyung, ya sabes que soy mayor que tú — lo molestó, porque realmente no le importaba aquello.

— Sí sí, está bien hyung — se burló todavía con una pequeña sonrisa y lo atrajo hacia él en un abrazo.

No lo estaba apretando demasiado fuerte pero Chan podía notar cierta calidez en él y suspiró. Su corazón seguía latiendo pero esta vez de puro gusto. Chan rodeó su espalda y Minho su cuello, manteniéndose así por un rato en silencio.

Poco después se separaron, lo hicieron simplemente unos centímetros, aún demasiado cerca del otro y Minho llevó una mano a su mentón, haciendo contacto visual con él a modo de petición y Chan asintió.

Entonces unieron sus labios en un tierno beso, sin prisa, igual a la primera vez que se besaron, envolviéndose en su propio mundo, como si todo lo demás no existiera y sólo se encontraran ellos.

Chan nunca se cansaría de besarlo. Lo hacía sentir mariposas en su estómago.

Al separarse nuevamente, se miraron a los ojos y Minho tomó su mano, regalándole una sonrisa y no pudo evitar sentir sus mejillas arder.

— ¿Esto significa que...? — comenzó, pero no se sintió capaz de seguir, interrumpiéndose a sí mismo.

— Que estamos saliendo, hyung. Pensé que eso era lo que querías — unió sus cejas, pero ninguno de los dos se soltó.

— Sí, sólo quería asegurarme — explicó en voz baja.

— Sería muy estúpido de mi parte no hacerlo, estaría perdiendo a alguien tan increíble como tú cuando me estás dando esta oportunidad.

— No, qué vergüenza, cállate — Chan sacudió la cabeza y cerró los ojos como si eso fuera a borrar algún rastro de lo que había dicho. 

Minho soltó una carcajada y lo acercó a él, depositándole un rápido beso en la mejilla. 

Luego comenzaron a caminar de vuelta a donde se encontraban, dando pasos lentos pues ninguno quería apresurarse, sin soltar sus manos.

— Jisung me lo restregará en la cara — anunció Minho con un suspiro y Chan no pudo evitar reír, contagiándolo.

— ¿Y eso? — preguntó, sin dejar de sonreír.

— No los vi, pero estoy casi seguro que hizo una apuesta con Seungmin de cuánto tiempo íbamos a tardar en salir — explicó y Chan volvió a reír.

— Debo de gustarte mucho, entonces — bromeó, mirando los pasos que daban a través del pasillo del campus.

— Demasiado, diría yo — dijo, pero su voz sonaba llena de seriedad.

Luego se detuvo, obligando a Chan a hacer lo mismo y lo miró con las cejas alzadas, como sin entender qué sucedía.

Minho acunó su rostro con su mano libre y lo volvió a besar, uniendo sus labios en un tierno y suave beso que Chan sin dudarlo correspondió.

Los besos del chico le daban vueltas la cabeza. Lo tomaba en momentos repentinos que le hacían sentir mariposas en el estómago.

— Me vas a matar si me sigues besando así — bromeó Chan cuando se separaron y vio a Minho caminar ligeramente más adelante que él, pero sin soltarse.

— Perdón bonito, tendrás que acostumbrarte entonces — se acercó peligrosamente a él de nuevo y le robó un beso, sonriendo con arrogancia cuando se separaron y Chan le dio un suave golpe en el hombro.

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les traigo un especial de halloween en diciembre💀 iba a subirlo por el minchantober pero estuve tan ocupada con la uni que ya no tuve tiempoㅠㅠ en fin, espero que les haya gustado♡