Capítulo 12
Minho había llegado solo unos minutos más tarde de lo habitual a su trabajo, después de haber pasado un buen fin de semana largo en compañía de Jisung y de Lía, se sentía bien descansado a pesar de que no se despertó con la alarma y tuvo una mañana apurada. Llegó a la hora exacta a su cubículo mientras sus compañeros de trabajo lo miraban de manera intrigante, ¿Desde cuándo Lee Minho llegaba tarde al trabajo? Eso parecía imposible.
Jeongin y Seungmin compartieron una mirada antes de cruzarse de brazos, colocando sus mejores sonrisas en sus rostros mientras seguían con la mirada al menor, tomando lugar enmedio de ellos.
— Buenos días, hyungs. — Saludó de manera vibrante, casi haciéndoles cerrar los ojos con su sonrisa y aura brillante, irradiaba felicidad.
— Buenos días. — Saludaron al unísono, girando sus sillas para enfrentarse.
— ¿Qué tal tu cita con Jisung? ¿Estuvo bien ese restaurante? — Cuestionó Seungmin de primera, recargando su barbilla sobre su mano.
— Oh, ahora que recuerdo. — Sacó de su maletín dos pequeñas bolsas de regalo, colocando una en cada escritorio de sus amigos. — Esto es en agradecimiento por alentarme a la cita, la verdad nos la pasamos muy bien...
— ¿Y...? — Inquirió Jeongin, sabiendo que habría algo más por decir.
— Me invitó a una segunda cita. — Soltó, dejando anonadados a los dos. — Pero es una exhibición, no sabría si es correcto llegar a Lía. Jisung me aseguró que los niños están permitidos a asistir, pero esos lugares suele haber demasiada gente y que posiblemente se molesten si Lía comienza a llorar o a inquietarse, aunque en la cita no hubo ningún problema, se portó demasiado bien pero tengo miedo de exponerla. La exhibición es tarde, tampoco quisiera exponerla tan tarde en la calle, pero quiero a ir a esa cita con Jisung, el problema es que mi hermana vive demasiado lejos y justo este fin de semana tiene planes con su familia que saldrán de la ciudad así que no puedo pedir que cuide de ella mientras.
— Si hay problema con ello, yo podría cuidar a Lía. Es una bebé encantadora, quedé fascinado con la pequeña el día que visitamos tu departamento, es muy linda. — Halagó Jeongin con una sonrisa, haciendo sentir cálido a Minho ante los halagos hacía su hija.
Se sentía un padre orgulloso.
— Realmente no quisiera molestar más, me tienen que soportar en el trabajo ya lo suficiente como para pedirles algo como ello. — Sonrió apenado, negando.
— Está bien, yo puedo también cuidarla. Podemos cuidar de Lía entre los dos, tú puedes ir a tu cita con Jisung sin problema alguno. — Sugirió Seungmin, alentándolo.
— Pero, ¿No parece irresponsable de mi parte pensar en salir, dejando a Lía a cargo de alguien? No quiero dar esa imagen, yo amo y doy mi vida entera por mi bebé, no quiero que piensen lo contrario. — Murmuró, sintiéndose repentinamente acomplejado con el asunto.
— No, nada de eso, Minho. Tienes derecho a vivir tu vida, en este último tiempo solo has pensado en Lía y hemos visto como te esfuerzas para darle lo mejor, nos contaste toda tu historia y solo podemos decir que, a pesar de todo lo que te pasó, nunca encontraste una excusa para dejarlo todo, en cambio, te aferraste a la idea de tener a Lía contigo y en lugar de pensar en dejarla a manos de otras personas, solo quisiste hacerte responsable de ella y salir adelante por y para ella. Ahora que apareció Jisung en tu vida, es consciente que Lía es parte de ti, que haya visto eso del museo es increíble, pero si no te sientes cómodo en esos lugares con Lía siempre puede haber más soluciones, solo te estamos ofreciendo una y está en ti saber que decidir. — Seungmin habló, palmeando su hombro con una sonrisa sincera, tratando de calmarlo.
— Seungmin hyung tiene razón, tienes el derecho de poder vivir tu vida, aún eres muy joven y tuviste que enfrentar varios obstáculos, dejaste a un lado tu vida para poder sobresalir. Querer disfrutar no es malo, menos si se trata de estar con esa persona que te hace feliz. — Movió sus cejas en la última parte, haciéndolo ruborizar.
— Yah, gracias chicos. Si no tienen ningún problema, se los agradecería mucho si me ayudan a cuidar a Lía por esa noche. Prometo que se los voy a recompensar y no volveré tan tarde, así no interfiero por si tienen otros planes y demás.
— Tranquilo, solo queremos verte feliz. Nos alegra que tu cita haya ido bien, además de poder verte hoy tan deslumbrante, y si Jisung te pone de esa manera entonces nosotros te echaremos la mano como dé lugar. — Aseguró el mayor de los tres antes de que su jefe saliera del ascensor y con un saludo cordial que ya acostumbraban se limitaron a contestar, iniciando su trabajo.
Y enmedio de todo ello, Minho se sentía demasiado agradecido con las personas que le rodeaban en el trabajo.
Jisung se miró al espejo una última vez, totalmente complacido por su atuendo de aquel día. Debido a que era una exhibición importante y de uno de sus artistas favoritos, había decidido ir de manera sofisticada con una gabardina negra que caía de manera fluida hasta sus pies, una bufanda color beige con líneas negras y blancas, haciendo contraste con la camiseta blanca que llevaba debajo y un pantalón holgado de color gris junto con sus zapatillas que iban a juego con la bufanda.
Revisó tener los dos boletos en su bolsillo y si celular, saliendo de su habitación cuando escuchó la puerta ser tocada. Corrió para ver cómo Minho esperaba por él en el pasillo, casi juraba que sus atuendos hacían juego al ver cómo portaba un pantalón color caqui junto con una camisa formal blanca que caía con fluidez sobre su pecho, dejando abierto el primer botón, mostrando sus clavículas.
Y santa madre, Jisung juró que podría volver a caer en brazos de Minho con aquel look. Además de su vestuario, su cabello no estaba precisamente peinado hacia atrás como acostumbraba arreglarlo para su trabajo, al contrario, caía en suaves hondas a cada costado de su rostro y unos cuantos mechones sobre su frente, a la par de unos cuantos pendientes que decoraban sus orejas, haciendole ver un tanto juvenil.
— ¿Listo para irnos? — Cuestionó con una sonrisa al ver que Jisung no parecía responder por verlo.
No mentiría, se sentía halagado por tener toda la atención de Jisung en él. Tampoco mentiría sobre que no observó a detalle la vestimenta del contrario, soltando un suspiro jovial por lo bien que se miraba sin importar lo que usara, era algo que había aprendido de él a corto plazo.
Y en ese momento, se sintió nuevamente como aquel adolescente que había anhelado tanto salir con la persona que le había interesado en sus días de secundaria. Sus manos picaban por tomar la contraria, darle un suave apretón y salir de ahí, pero se controló cuando Jisung salió con sus pertenencias y aseguró su departamento, caminando a la par hasta el ascensor.
— Pensé que estaba bien si íbamos en mi auto, así no nos perdemos con direcciones ya que sé dónde queda con exactitud. — Sugirió con una sonrisa tan pronto como salieron del ascensor al piso del estacionamiento, quitando la alarma del auto.
— Me parece perfecto. — Asintió, adelantándose para abrir la puerta del piloto para él. Jisung se sonrojó, pero subió mientras esperaba a que Minho tomara lugar en el asiento del copiloto, dando suaves golpecitos en sus mejillas.
Con un suspiro, encendió el automóvil y salieron del estacionamiento camino al museo donde se estaría llevando a cabo la exhibición. Jisung puso la radio, siendo turno ahora de Minho de escoger alguna estación e iniciar el karaoke improvisado. Cantaron y bailaron en sus asientos hasta llegar al museo, encontrando un lugar a un par de cuadras antes de bajar. Se sonrieron mientras caminaba a la entrada, tentados en unir sus manos, pero se limitaron a guardarlas en los bolsillos de sus abrigos antes de entregar los boletos y entrar, siendo recibidos por una extensa galería de diversas pinturas en exhibición mientras las personas veían cada una con interés.
Jisung hizo de guía para Minho, explicando lo informado que estaba sobre aquel artista en particular al ser uno de sus favoritos. Minho podía observar como cada poro de Jisung expulsaba emoción por estar ahí, cada palabra dicha con un tono sereno pero que demostraba estar contento de poder explicarle hasta el más mínimo detalle.
Si bien Minho no estaba tan familiarizado con ello, se sentía complacido de poder vivirlo a lado de Jisung. Las pinturas y la exhibición eran interesantes hasta cierto punto, pero no podía negar que su mirada estaba totalmente centrada en Jisung, la forma de gesticular cada palabra; su expresión cuando comprendía la pintura que estaban observando, detallando cada lienzo y la leyenda que llevaba consigo la pintura; la forma de danzar entre las personas de manera fluida y con cierta elegancia para seguir con su recorrido; cada mirada compartida que le provocaba escalofríos en su cuerpo.
— Perdón, debes de estar pensando que hablo mucho. — Comentó cuando tomaron asiento en una pequeña banca para descansar, reposando enfrente de una escultura de una mujer.
— No, realmente me gusta que hables, pareces muy feliz aquí. — Sonrió, aceptando una botella que le era tendida por el contrario.
— Tenía tiempo sin venir a una exhibición, no suelen llegar mucho a la ciudad, así que estar aquí después de planearlo tanto me parece irreal. — Expresó con cierto rubor en sus mejillas, haciendo enternecer a Minho.
— Me siento complacido de poder acompañarte y saber lo importante que es para tí todo esto. Gracias por dejarme ver este lado tuyo, dónde te muestras feliz y emocionado por algo que te apasiona. — Minho agarró su mano entre las suyas, dando un suave apretón.
No estaba seguro si se trataba de la emoción del momento, la felicidad que estaba albergando su pecho, pero el impulso de inclinarse y robarle un beso en ese momento parecía tan prometedor. Solo unos metros de distancia, todo lo que tenía que hacer era poder llegar a su rostro y unir sus labios, pero el miedo lo albergó en ese momento y se levantó, rompiendo el contacto que tenían entre sus manos.
Aclaró su garganta, mirando a todos lados en busca de algo de aire. Tenía que mantener una distancia prudente o cedería a sus impulsos, ¿Y si Minho no quería? ¿Y si lo hacía sentir incómodo? No sé lo podía permitir, habían llegado hasta ese momento que no quería arruinarlo, pero sus sentimientos no ayudaban.
Lo que no esperó fue sentir como un tirón en su muñeca, haciéndolo girar hasta quedar frente a Minho. Sus manos se plantaron sobre cada uno de sus brazos, alzando apenas su mirada para poder cuestionarle que sucedía antes de ser un suave y cálido tacto contra sus labios. Cerró los ojos por inercia, correspondiendo aquel beso que lo estaba arrasando en todos sus sentidos. Las manos contrarias se instalaron sobre sus caderas, subiendo por su espalda hasta posarlas contra la parte trasera de su cuello para tener una mejor inclinación ante el beso, disfrutando del sabor contrario.
Todo se detuvo, las personas dejaron de existir, el museo pasó a un segundo plano cuando el beso continúo, tan profundo que Jisung sentía como los dedos de los pies se aferraban a la suela y los dedos de sus manos tomando como soporte los brazos de Minho. Sus labios colisionaban en una guerra de poder, queriendo ganar terreno hasta que tuvieron que darse por vencidos ante la falta de aire, separándose apenas para recuperar el oxígeno antes de pegar sus frentes, aferrandose al cuerpo del otro.
Jisung tuvo que humedecer sus labios, aún recuperando el aire, mientras Minho abría sus ojos y colocó una sonrisa en su rostro al ver el evidente sonrojo del contrario a causa del beso. No sabía cómo sucederían las cosas después de todo ello, pero por ahora, seguiría aferrandose al cuerpo de Jisung mientras aún recuperaban el aire, anhelando poder unir sus labios una vez más, solo necesitando de aquello.
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