Capítulo 05
Jisung había terminado de recoger un poco su departamento cuando una llamada entró a su celular, dirigiéndose rápidamente a donde su celular timbraba antes de poder despertar a la bebé por el ruido. Cuando vió la persona que le estaba llamando, sonrió y contestó sin dudarlo.
— ¿Bueno?
— ¡Hola, Sung! ¿Cómo está mi bebé? — La voz de Minho sonó desde el otro lado de la línea, parecía contento.
— Hey, Minho. Lía está dormida junto en este momento, estaba aprovechando para hacer algo de limpieza antes de que despierte. Se está portando muy bien hoy, comió tal como me dijiste y logré sacarle el aire para que no la molestara después, se entretuvo un rato en el portabebé y ahora está dormida en la sala, le puse un poco de música para que no escuchara los ruidos del exterior. — Explicó mientras miraba por el pasillo a la sala, comprobando que la bebé estuviera durmiedo.
— Oh, me alegra escuchar ello, realmente me preocupaba que tuvieras problema con que pudiera llorar o estar inquieta, pero me alegro que no te esté dando molestias. — Soltó un suspiro, escuchándose un par de voces de fondo.
— No he tenido ningún problema, tu bebé es muy bien portada y linda. — Sonrió aunque no lo viera y prosiguió. — ¿Qué tal el trabajo? ¿Cómo te está yendo?
Bien, realmente es un buen sitio. La empresa es demasiado grande debo de confesar, solo en el piso que estoy trabajando es muy grande, el resto es mucho más; conocí a mis superiores y han sido amables, creen que yo pueda quedarme de planta si muestro interés, dicen que por ello me enseñaron los demás departamentos por si aspiro a seleccionar uno. Me han hecho sentir bienvenido, así que no me quejo en absoluto, a estas alturas me siento bien en dónde puedan aceptarme.
— ¡Eso está demasiado bien! Espero que te puedas quedar de planta ahí, pareces realmente emocionado por el lugar. Disfruta mucho tu trabajo, sé que te esforzarás para que puedas quedarte ahí, Lía debe de estar orgullosa de su padre.
Minho no contestó de forma inmediata, pero sonrió ante el comentario. — Muchas gracias, Jisung. Ahora debo irme, mi hora de descanso está acabando pronto y aún tengo que hacer un par de cosas, nos vemos más tarde.
— Adiós, Min. Llévalo con calma y regresa a salvo, Lía te estará esperando para entonces. — Con una última despedida, colgaron y siguieron con su rutina.
Minho se encontraba un tanto cansado para cuando salió de la oficina, despidiéndose con una sonrisa amable de sus nuevos compañeros y se dirigió caminando hacía la parada del autobus. Deseaba tener su automóvil para trasladarse más fácil, pero era cuestión de un par de semanas para poder ahorrar un poco y llevarlo a un taller mecánico, había visto un par cerca de su trabajo y había anotado sus números por cualquier cosa.
El trayecto a su hogar había sido algo largo por todas aquellas paradas, no solo era la hora de la salida de los trabajos, sino también de escuelas y demás, llenándose el autobus de forma rápida. Cedió su asiento a una señora mayor y se dispuso a ir de pie, solo deseando poder llegar más rápido para poder ver a su hija, la había extrañado todo el día y no podía esperar para poder cargarla y darle muchos besos. Entre sus pensamientos el camino pareció acortarse, percatándose que la próxima parada se trataba de la que se encontraba cerca de los edificios por donde vivía.
Bajó del autobus una vez que pagó, suspirando al poder por fin relajar sus músculos después de estar sosteniéndose del tubo para evitar caer y los empujones que daban las personas al pasar. Decidió caminar hasta su departamento, tratándose de un par de cuadras y así poder mover sus piernas después de tantas horas de pasarla sentado y en una misma posición.
Para cuando llegó al edificio, decidió subir por el ascensor y picando el botón que correspondía a su piso esperó a que las puertas se cerraran antes de recargarse sobre la pared, cerrando los ojos. Probablemente caería rendido en la cama, se sentía demasiado agotado más por el traslado al trabajo y del trabajo a su hogar como de las horas que pasó trabajando. Se hizo una nota mental de lo que debería de hacer al día siguiente cuando el ascensor se detuvo en su piso, abriendo las puertas para que pudiera salir y caminar hasta el departamento de Jisung, tocando la puerta cuando llegó frente a ella.
— ¡Voy! — Se escuchó su grito al interior y un par de pisadas antes de ser abierta. Jisung traía una banda elástica sobre su cabello, empujándolo hacía atrás, un delantal de ositos de diferentes tipos y a una pequeña Lía siendo cargada sobre sus brazos mientras la bebé se aferraba a uno de sus dedos. — Oh, Minho. Pasa, ¿Cómo te fue en el trabajo? Cuéntame sobre tu primer día.
Lo recibió abriendo por completo la puerta con una sonrisa, haciéndole pasar y obligándole que dejara sus cosas en la entrada. Le entregó a Lía cuando la pequeña se inquietó por la nueva visita y Minho sonrió al poder por fin sentir a su hija entre sus brazos, frotando su nariz contra la de ella y esparciendo besos sobre su frente y mejillas.
— Pasa, estoy terminando de hacer la cena. ¿Te gustaría quedarte a cenar, hice suficiente como para dos personas.
— ¿No es mucha molestia ya? — Sonrió apenado, siguiéndolo con paso dudoso.
— Claro que no, así me cuentas de tu día y yo te cuento de cómo me fue con Lía. — Lo invitó a sentarse en el pequeño comedor mientras se dirigía a la cocina.
Minho tomó asiento con Lía sobre su hombro, sobando su espalda con cariño y fundiéndose en su calor. Cerró los ojos por un momento y sonrió, encantado de poder sentir a su bebé tan cerca suyo después de un largo día fuera de casa.
— ¿Te gustan las verduras? Hice un poco de caldo, así te sirvo todo.
— Por supuesto, no tengo problema con ello. — Asintió, viendo atentamente los movimientos de Jisung.
— Entonces aquí tienes, iré por las bebidas. — Se acercó a la mesa con dos platos, poniéndolos uno en cada lugar de la mesa.
Minho miró el plato y el olor llegó a su nariz, haciendo rugir en automático su estómago ante la ausencia de comida. Sonrió y con una cuchara removió el caldo, capturando una verdura y llevándola a su boca antes de probarla.
— Esto sabe delicioso, Jisung. — Halagó al dueño del departamento en cuanto entró al comedor con dos vasos sobre sus manos.
Un leve rubor se arremolinó sobre sus mejillas, sonriendo. — Muchas gracias, espero que te guste. Ahora cuéntame sobre tu primer día de trabajo, ¿Qué te pareció?
Acercando el vaso a sus labios, dió un suave trago antes de hablar. — Fue tranquilo solo por ser mi primer día. Al no tener un contrato fijo no me pueden encargar trabajos importantes o delicados, por lo que me la pasé llenando un par de formularios y yendo de un lugar para otro cuando se me solicitó. Mis compañeros me explicaron los programas que usan y que posiblemente podría utilizar con algunas tareas, todos ellos son muy amable. El líder del equipo, Seungmin, él es quien se está encargando de mi capacitación, también hay otro chico, Jeongin, me hizo compañía a la hora del almuerzo. Realmente todos son agradables ahí, mi superior, BangChan, me reconoció en cuanto llegué y me guió a mi cubículo, me dió la bienvenida e inclusive me dió una vuelta por todo el lugar.
— Eso es fantástico, me alegra escuchar que te hicieron sentir bienvenido, eso habla muy bien de su ambiente laboral. En ocasiones es difícil adaptarse a causa de los compañeros que te tocan, pero al parecer tuviste mucha suerte, eso es muy bueno.
Asintió, terminando de digerir un bocado. — Mañana me pondrán en otras actividades, pero relativamente todas mis tareas están enfocado en material descontinuado o ya pasado de años. Solo tengo que archivar y clasificar, ya con los días iré viendo que otras tareas puedo hacer o ayudarles a los demás, que mi experiencia en el trabajo anterior sirva.
Sonrió, complacido y contento por sus palabras. — Me alegra mucho, tienes una buena actitud y eso te ayudará. Yo te puedo decir que Lía se portó demasiado bien, esa bebé es una hermosura que no puede hacer nada malo, no sé porque tuviste tanto miedo.
Minho soltó una carcajada, aún con su bebé en brazos mientras maniobraba para comer. — Sabes lidiar con los bebés, yo soy primerizo en esto y todo me asusta. Los primeros días si ella lloraba yo también lo hacía, rara vez logro que esté tranquila y si lo está, puedo sentirlo como un reconocimiento personal.
— Eres padre primerizo y se entiende, solo es cuestión de poder perderle el miedo y dejarlos ser. Con el tiempo lo aprenderás, tenlo por seguro.
— En verdad, muchas gracias por todo lo que hiciste hoy. No sé como agradecerte, pero lo haré de alguna manera.
— Y yo ya te había dicho que está bien de esa manera, no tienes porqué preocuparte por ello. ¿Cómo harás mañana para ver quien cuide a Lía? Hoy no me tocó trabajar, pero mañana me temo que sí y tengo toda la mañana ocupada hasta el mediodía. — Mencionó con una mueca, terminando de comer.
— Oh, sobre eso, ¿Te acuerdas que te mencioné que había una guardería en la empresa? Hay un espacio y hoy firmé para que pudiera llevar a Lía. Por suerte encontraron un espacio y me avisaron de inmediato, así que podré dejarla mientras estoy en el trabajo.
— Entonces está perfecto, me alegro que pudieras solucionarlo. — Asintió en comprensión, relajado ante ello.
Siguieron conversando unos minutos más hasta que sintieron que era demasiado tarde, mañana tendrían que levantarse temprano para ir a sus respectivos trabajos. Minho ayudó en la limpieza del comedor aunque Jisung se negara, pero se excusó que era lo mínimo que podía hacer después de todo. Con una última despedida y un agradecimiento extra, Minho salió del departamento y se dirigó al suyo, preparándose para el día siguiente.
Aquel día se había sentido demasiado bien, solo esperaba que los siguientes fueran igual de buenos que ese día.
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