Tu desprecio
Al día siguiente Estarossa me había levantado muy temprano, mis ojos todavía pesaban y se me dificultaba poder ver con claridad.
—Buenos días —murmuré apenas intentando separarme de la comodidad de mi cama.
—Date prisa y desayuna —dijo mi padre ignorando mi soso saludo mientras dejaba un recipiente con carne de dragón en mi mesa.
—¿A dónde iremos? —dije apenas mientras frotaba mis ojos.
—Hoy entrenaremos —contestó con una enorme sonrisa.
—¿Qué? —me levanté de golpe de la cama y lo miré buscando una explicación a tan precipitada decisión de su parte.
—Después de verte lastimada, no pude borrarme esa lamentable imagen tuya de la cabeza y decidí que es mejor que retomes el entrenamiento que te daba —se sentó al borde de mi cama y acarició mi mejilla —¿eso te ayudará a derrotar a Mael no? —esbozó una tierna sonrisa y pronto sentí un golpeteo en mi pecho, ¿tenerle así de cerca me gustaba tanto? Mi rostro comenzó a sentirse caliente y mis ojos buscaron los suyos de inmediato, pero en cuanto notó mi mirada fija, volteó enseguida. ¿A caso le incomodaba verme de ese modo por él? —te estaré esperando afuera —dijo con seriedad apartándose de mí.
—Bien —dije y tomé una almohada para abrazarla —¿Tanto detestaba la idea de verme de otra manera? —pensé y un pequeño suspiro salió de mis labios.
Narra Estarossa
Había salido despavorido de la habitación de Caeli, su amorosa mirada pronto había cambiado a una de completa tristeza. Y ¿cómo no sentirse así? Si yo trataba de evadir cada insinuación de su parte, de eliminar cada atmósfera romántica y dejarle en claro mi relación con ella. Era cruel ese desprecio de mi parte, por querer marcar un límite a cada rato. Era una tortura tenerle casi siempre encima mío y ver el atuendo que usaba frecuentemente, su diminuta falda y su blusa ombliguera que dejaba ver el tatuaje que yo mismo había elegido para ella y su delgado, pero bien cuidado abdomen y sus senos que estaban muy bien desarrollados, todo eso siempre me ponía de los nervios, era inevitable no imaginarse cosas obscenas al verla así todos los días. Incluso el día que la bañé, traté de mirarla lo menos posible, me resultaba incómodo tenerla de ese modo estando ella tan vulnerable y a merced mía. Para ser honesto detestaba la idea de tocarla, pues solo la veía como a mi hija…
Flashback
Todo se había reducido a escombros esa fatídica noche en la que Stigma había atacado el purgatorio, dejando a su paso un gran número de bajas y la total erradicación de todo un pequeño clan de demonios azules de rango inferior. El devastador escenario que la sangrienta guerra había dejado era sin duda lamentable. Todo era silencio en ese momento, salvo al ruido del fuego consumiendo parte de estructuras en ruinas y a algunos cadáveres irreconocibles. Caminé a los alrededores de ese lugar en busca de algún sobreviviente hasta que, pasado un rato entre todo ese caos algo captó mi atención, era un chillido apenas audible, que parecía provenir debajo de los escombros.
—No hay ningún alma —aseguró mi hermano Zeldris quien se encontraba conmigo recorriendo el lugar, dejándome atrás —todos murieron.
—Te equivocas —dije caminando hacia el lugar donde escuchaba un débil llanto y pronto comencé a escarbar y levantar el escombro.
—Imposible —dijo Zeldris en cuanto me vio llegar con un bebé entre mis brazos.
—Es hermosa —afirmé con una sonrisa observando sus pequeños ojos negros.
—Es increíble que siga con vida, ¿te la quedarás? —preguntó mi hermano sorprendido.
—Por supuesto, no podría dejarla aquí sola —contesté mientras la arrullaba.
—De acuerdo —murmuró Zeldris —a propósito, ¿cómo sabes que es niña? —me miró atónito.
—Me plantó un beso en cuanto la cargué… —oh sí, Caeli desde pequeña era impulsiva.
Fin del flasback
—Ya estoy lista, papá —dijo mi pequeña tratando de empujar la puerta donde yo estaba recargado —¿Por qué me obstruyes la salida? —preguntó confundida mientras yo seguía atolondrado con mis primeros recuerdos con ella.
—Lo siento, no me di cuenta —dije y que quité de allí.
—¿Estás bien? —me miró fijamente y volteé la mirada en cuanto vi sus preciosos ojos.
—Por supuesto —contesté apenas conteniendo el aliento, pues por alguna extraña razón me sentía ansioso y agitado —sígueme —pronto aparecieron mis alas de materia oscura y ella me siguió sin decir nada.
Pasamos unos largos minutos en silencio hasta que llegamos al lugar donde empezaríamos a entrenar, era un sitio apartado del castillo de mi padre, un lugar inhóspito y misterioso.
—Adelante —dije rompiendo el sepulcral silencio —dame con todo lo que tengas, acaba conmigo si es posible —Caeli se sonrojó en cuanto hube dicho eso y soltó una risita —¿qué es lo gracioso? —la miré y ella simplemente seguía riendo.
—Es solo que sonó raro eso: “dame con todo lo que tengas” y “acaba conmigo si es posible” ¿no crees que suena un poco… provocativo? —pronto sus mejillas comenzaron a enrojecerse.
—¡Caeli! ¿Qué demonios dices? —exclamé sorprendido ante su inesperada reacción y mi cuerpo comenzó transpirar por el bochornoso momento. Oh sí, yo mismo me lo había buscado por utilizar frases que solo ella miraba con doble sentido —¡solo comencemos y ya! —ella seguía riendo divertida y para asustarla desaparecí de su vista en menos de un segundo, ella miró confundida a ambos lados y situé mi mano sobre su hombro, dio un respingo alarmada para luego dar la media vuelta intentando proporcionarme un puñetazo —Eres muy lenta —afirmé con seriedad.
—Pues deja de ser tan rápido —respondió tirando golpes al aire inútilmente.
—Si Mael estuviera aquí, sin duda te haría picadillo —reí.
—¡Ni lo menciones! —gritó frenética y su puntería y fuerza aumentaron a la par.
¿A caso tenía que mencionar a ese estúpido arcángel para que ella se volviera más fuerte y peleara en serio? —pan comido —pensé, pues había encontrado su punto débil —Oye Caeli, no dañarás a Mael con ese ataque tan insignificante, morirías antes de darle el primer golpe —le dije sonando lo más serio e hiriente posible —¿qué harás al respecto, pequeña? —dije y me transformé en él.
—¿Y todavía lo preguntas? —replicó acercándose a mí, mirándome de arriba abajo, sus bellos ojos buscaron los míos, unos que en ese momento no me pertenecían, sus suaves y curiosas manos acariciaron mi rostro, uno que tampoco me pertenecía, sus dedos pronto se enredaron en mis largos cabellos, que de igual modo tampoco eran míos, deslizándolos lentamente, jugueteando con ellos a su antojo. Pero hubo un momento en que ambos nos miramos fijamente sin decir nada, mis nervios me estaban matando. Caeli nuevamente estaba haciendo lo que se le venía en gana, a esa chica demente le divertía jugar conmigo. Se acercó a mi oído y susurró —¿en verdad quieres saber que haré al respecto? —atontando y nervioso solo pude asentir. Pronto sentí un tirón en la parte posterior de mi cabeza, sus dedos se habían entrelazado con mi cabello y abrí los ojos, estaba estupefacto, paralizado y con un dolor en el pecho, pues los finos y suaves labios de Caeli estaban ahora sobre los míos, unidos en un tierno beso, sin pensarlo demasiado moví mis labios correspondiéndole inesperadamente, no planeaba hacerlo, sin embargo, las ganas de sentirla de un modo u otro me estaban matando y esta sin duda era una oportunidad que no podía dejar pasar. Mis manos temblorosas sujetaron su cintura a modo de acercarla más a mí y ella sin dudarlo pegó su cuerpo contra el mío. Nuestras respiraciones se volvieron agitadas después de unos minutos de estar conteniendo la respiración, pues el beso se había intensificado tanto, tornándose lascivo y obsceno. ¿Qué demonios estaba haciendo? Me reprendí y di un paso hacia atrás arrepentido de lo que estaba haciendo. Estaba equivocado, ella no me quería a mí en ese instante, pero quería que aquello durara por más tiempo para poder grabarlo en mi memoria por siempre, pero no. Ese beso realmente no era para mí, no era en mí en quien ella pensaba en ese momento, ella veía a Mael y solo a él. Solo pude responder de la manera más tonta. Al no saber qué hacer, le di una bofetada. Caeli me miró sorprendida mientras se llevaba la mano al rostro tratando de quitar el escozor que mi golpe le había provocado. Pude notar cómo sus ojos comenzaban a volverse cristalinos y en menos de lo que esperé la primera lágrima cayó de sus tristes ojos.
—Lo lamento —solo pude decir y ella retrocedió para después emprender el vuelo huyendo lejos de mí, enseguida transformé de nuevo mi cuerpo, volviendo así a mi forma original. Caí de rodillas al suelo y suspiré hondo mientras miraba cómo la silueta de mi pequeña se iba desvaneciendo en el inmenso cielo azul pintando de blanco.
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¡Hola a tod@s!💛 quiero informarles que junto a mi amiga la_loquilla_999 creamos una cuenta para poder publicar roles que hemos hecho sobre otros animes (por lo pronto tenemos varios de Kimetsu No Yaiba). Adaptaremos los roles a modo de historia para que así sea más entendible. Nuestra cuenta compartida es Darianelis para que vean próximamente los fanfics que allí publicaremos.
¡Gracias por leer! Hasta luego😘
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