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Paternidad

—¡Estás loco! ¿Cómo pudiste acostarte con esa chica demonio? —Ludociel se notaba bastante enfadado y los ademanes que hacía con los brazos lo demostraban aún más —¡Y por si no fuera poco, no te cuidaste y ahora todo mundo sabe lo que hicieron! —le reclamó el azabache a su hermano menor al día siguiente de lo que había sucedido.

—Tener sexo no es nada del otro mundo, Ludociel —le respondió Mael algo somnoliento, cansado y molesto.

—¿"Ludociel"? ¿Acaso me has llamado por mi nombre? —al parecer no le había hecho ninguna gracia que le dijera así, pues estaba acostumbrado únicamente a la palabra "hermano".

—¿Ese es tu nombre, no? No veo por qué no deba llamarte así —dijo el albino de manera suave mientras bostezaba.

—¡Ah! Es el colmo, no pasa ni una semana y a mi hermanito ya le han lavado el cerebro —lloriqueó —No puedo creer que probar una vagina haya cambiado a mi adorable Mael —murmuraba mientras se marchaba, recordando que no sólo se trataba del coño de esa chica, sino que toda ella era potencialmente peligrosa al ser una súcubo.

...

—¿Se encuentra bien tu hermano? —le preguntó Caeli al albino, en cuanto este entró a la habitación donde ella se quedaba.

—Sí, sólo está algo paranoíco porque me acosté contigo. Supongo que él sigue manteniéndose virgen y por eso le afecta tanto —dijo algo avergonzado.

—Ya veo... —murmuró, recordando aquella mamada que le había dado en el bosque seco que se situaba detrás del castillo del Rey Demonio.

Ludociel podría ya no tener la mente tan pura después de aquellos acontecimientos, pero seguía manteniéndose al margen tratando de pensar que tener sexo no era algo malo. Se estaba convenciendo así mismo de que eso era algo natural e inevitable. Tener sexo no sólo era por fines reproductivos sino también por mero placer y eso le llevó a preguntarse: ¿con qué fin su hermano había tenido relaciones sexuales con esa chica? Y aunque era obvia la respuesta, siguió preguntándose eso durante todo el maldito día.

Con el paso de los días, la joven súcubo comenzó a darse cuenta de que su período no había llegado aún, pues ya tenía un retraso de dos semanas y media. Los síntomas se iban haciendo cada vez más evidentes y ella no quería creerlo. ¿Acaso Mael la había embarazado tan pronto? Estaba algo sorprendida por eso, pero no lo dudó. Se emocionó mucho de sólo pensar que ella y ese arcángel habían creado vida gracias a esa noche apasionada.

Por su mente llegó casi enseguida la imagen de Estarossa y Meláscula, quienes también esperaban un hijo y pensó que probablemente ella ya estaría a punto de dar a luz en algunas semanas más, ya que la gestación en demonios era demasiado rápida debido a la oscuridad que invadía sus cuerpos y todo el poder mágico que se acumulaba rápidamente para acelerar el proceso de "sanación" en el cuerpo de Meláscula.

—¿Sentiste eso, Estarossa? —susurró la chica de cabello rosado a su amante, mientras miraba cómo su vientre se movía en repetidas veces.

El albino asintió enseguida y se acercó más a ella para posar su mano sobre su abultada barriga.

—Está algo inquieto, probablemente está impaciente por conocernos —dijo algo emocionado, después de todo él comenzaba a querer a ese bebé con cada día que pasaba. Incluso se emocionaba cuando el pequeño se movía cada que escuchaba su voz.

—Tu padre dice que probablemente sea un varón —dijo Meláscula acariciando sus cortos cabellos plateados —Estoy segura de que será tan fuerte como tú, Estarossa.

—Yo también espero eso, Mela —se acurrucó en la cama cerca de la chica aún sin quitar su mano de su vientre.
Estarossa quería seguir sintiendo los movimientos de su hijo durante más tiempo, ya que eso le daba tranquilidad y lo ayudaba a dormir mejor.

Meláscula vio notables cambios en él gracias al embarazo y eso le hacía muy feliz, ya que estaba segura de que la paternidad lo haría cambiar para bien. O al menos así sería siempre y cuando ese bebé fuera un niño...

Durante la cena de ese día, Caeli se vio muy retraída y Ludociel pudo notar su extraño comportamiento casi de inmediato.

—¿Todo bien? —le preguntó a ella para llamar la atención de Mael, quien seguramente ignoraba por completo el extraño semblante de su mujer.

—No es nada, sólo... no tengo hambre —le respondió tímidamente y se levantó de su asiento, dejando atrás a los demás arcángeles, quienes la miraron confundidos.

—Iré a verla —dijo Mael, dejando a medio comer aquel estofado de verduras que Sariel había cocinado durante la tarde.

—Más te vale que no sea lo que estoy pensando, Mael —le dijo entre dientes a su hermano antes de que se marchara, mientras se llevaba a la boca el tenedor con un trozo de brócoli.

—Qué locura, no puedo ni imaginar que Mael tenga descendencia con un demonio —dijo Sariel, algo molesto mirando el plato con estofado que Mael apenas y había tocado.

—Confiemos en que eso no sucederá, sería una aberración —agregó Tarmiel terminando de cenar.

—Supongo que tienen razón, aunque si ellos así lo desean, no hay nada que podamos hacer al respecto —dijo tímidamente Nerobasta, limpiando levemente sus labios con una servilleta de tela blanca.

—Nerobasta, yo no quiero híbridos en nuestro clan —la voz de Ludociel se escuchó severa, pero en el fondo deseaba que su hermano fuera feliz.

Cuando Mael encontró a Caeli, ella se encontraba sentada sobre una raíz saliente de un viejo árbol, cuyas ramas estaban llenas de pequeñas flores blancas.

—Mael creo que tendremos un hijo —espetó en cuanto sintió su presencia detrás de ella. Su voz se escuchaba algo preocupada, pues temía que aquella noticia no fuera a agradarle al arcángel.

Mael la rodeó con sus brazos suavemente y suspiró hondo.

—Descuida, yo me haré cargo de todo. Así que no te preocupes por nada —le dijo al oído de manera dulce.

Caeli esbozó una sonrisa y también suspiró hondo imaginando cómo sería su vida al traer un bebé al mundo. Probablemente compartiría características de ambos y eso sería bastante increíble ya que no había ningún otro igual.

La pareja se la pasó hablando sobre ello durante gran parte de la noche, sin pensar que la vida les traería una gran sorpresa más adelante...

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Me cuesta darle final a esta historia. Tengo tantas cosas que quiero poner, pero no sabría cómo empezar o si lo que vaya a suceder sea de su agrado.

Me gustaría que me contaran si les gustaría ver algún momento en especial de alguno de los personajes de este fic para así enriquecer el final o si quieren que aclare algo que pasé por alto.

La opinión de ustedes me sería de mucha ayuda para darle un buen final a Save Me Mael.

Espero sus aportaciones.

An Airad

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