Narra Estarossa

Desde aquella maldita noche en que encontré a mi pequeña con el segador dormilón, la mantuve encerrada en la torre donde ella vivía. Como sabía perfectamente que Caeli era muy lista, puse un poderoso hechizo para que sólo yo pudiera entrar y salir de allí, ya que le llevaba comida y agua todos los días.

Hasta este día, aún sigo pensando en que fue buena idea decidirme por haber ido a buscarla a su habitación esa noche. Si no lo hubiera hecho, probablemente ella hubiese sido tomada por ese degenerado. Menos mal que cambié el curso de las cosas al tomar una buena decisión. Aunque me hubiese gustado haberle partido la cara a ese peli rosa en su propia casa...

Ya habían pasado casi más de seis semanas y todavía mantenía cautiva a mi pequeña en su propia habitación, había estado posponiendo su castigo por largo tiempo, pues no me podía decidir correctamente qué hacer con ella.  Para ser honesto, las ideas obscenas no se hicieron esperar y pasaron por mi mente como un puto desfile cachondo, con imágenes de ella siendo follada por mí de todas las formas posibles. Estaba tan ansioso por probar su cuerpo nuevamente y no iba a desaprovechar la oportunidad que se me estaba presentando.

Y aunque en mi mente tenía el cruel debate entre tratarla como a una hija o verla como a una mujer, no estaba seguro de qué era lo que debía hacer. En verdad la deseaba, pero todo eso me hacía sentir extraño. Me hacía sentir sucio, pero... ¿Qué importaba? Después de todo ya me la había llevado a la cama.

—¿Otra vez volviste a encerrarla? —me dijo una suave voz detrás de mí.

—Meláscula... ¿Cuántas veces te he dicho que no entres así a mi habitación? —murmuré, con enfado pues ella siempre se sentía con derechos sobre mí y las cosas no funcionaban así.

—¿Uh? ¿Ahora eso te molesta? —dijo burlona acariciando mi espalda.

—Sí, porque tú y yo no tenemos algo serio —espeté.

—Lo sé, lo sé... Pero te recuerdo que, el que me comenzó a buscar desesperado por algo de atención, fuiste tú. ¿O acaso ya lo olvidaste? —de pronto ella se puso frente a mí mientras su cuerpo flotaba para quedar a mi altura.

—Sólo vete, Meláscula —junté el entrecejo luego de escucharla decir aquello, pues tenía toda la razón. Yo la había buscado para saciarme. Siempre recurría a ella para tener sexo y ella siempre me daba lo que quería sin pedirme nada a cambio.

—No seas tan rudo con la única chica que te consiente —sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo, empezando por mi rostro para después bajar a mis hombros y luego mi pecho.

Cansado de resistirme a ella, suspiré hondo y relajé mi cuerpo entregándome a sus suaves caricias.

—Muy bien, tú ganas —dije y me bajé el pantalón dispuesto a follármela sin pensarlo tanto, al final de cuentas ella era una experta y sabía bien cómo calentarme al tocar mi cuerpo en los lugares correctos.

Narra Caeli

Pasaba horas acostada en mi cama, mirando el techo sin otra cosa más qué hacer. A veces el calor era sofocante y me quedaba largo rato en la ducha disfrutando del agua, la cual consolaba mi cuerpo con su frescura y la sensación de alivio que me provocaba.

—Cusack... ¿Qué estarás haciendo? —dije para mí misma mientras miraba por la ventana el solitario paisaje del seco jardín.

Días atrás él había venido a verme y estuvimos conversando a través de la ventana durante horas hasta el amanecer. Él estaba triste por lo que Estarossa había hecho conmigo y muchas veces había tratado de sacarme de mi habitación al intentar usar un hechizo de anulación de magia, pero era imposible. Mi padre había hecho un buen trabajo, pues su maldito hechizo era difícil de romper. Pero a pesar de esto, Cusack me hacía sentir segura, él me había prometido que me sacaría de allí a como diera lugar, sin importar lo difícil que fuera.

Narra Mael

Los días me parecían eternos en esta prisión donde aún me tenían cautivo, ya ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado luego de haber sido capturado.

Echaba de menos a mi hermano y a mis compañeros del clan de las diosas. En ocasiones me llegaba el recuerdo de mi conversación con Nerobasta justo aquel día en que los mandamientos fueron por mí. ¿Qué habría sido de ella? ¿Acaso habría tomado el valor suficiente para confesarle sus sentimientos a Ludociel? Me hubiese gustado saber que fuera así.

Suspiré hondo en medio de aquella conversación conmigo mismo y no me di cuenta de que alguien había llegado repentinamente.

—Tus ánimos han decaído considerablemente —me dijo aquella voz que todos los días me saludaba de diferente manera, algunas veces alegre, a veces molesto y últimamente triste.

—Ah, eres tú —murmuré sin mucho esfuerzo.

—Lamento haberte decepcionado —rio, y su silueta apareció frente a mí con su peculiar cesta de deliciosa comida.

—No tengo hambre —espeté de inmediato y mi comentario pareció sacarle una sonrisa al demonio peli rosa.

—Oh vamos, no de nuevo. Siempre terminas comiéndote todo lo que te traigo —dijo con una risita de por medio —Así que por favor, deja de hacerte el difícil cada vez que vengo a verte.

—Estoy seguro de que has de usar tu magia para que yo desee comerme lo que me traes —espeté, desconfiado.

—Oh por favor, no usaría mi Resonant cuando es innecesario. Además, se nota demasiado que comerías hasta tierra con tal de llenar el vacío de tu estómago.

—¡Oye, yo no haría algo tan asqueroso como eso! Preferiría morir de hambre, además, ¡no podría rechazar la comida que tú personalmente hiciste para mí! —pronto sentí vergüenza de eso último que había dicho. <<Mierda, qué incómodo>> pensé.

—Vaya, si que has cambiado bastante. El confinamiento forzoso te ha hecho un poco más dócil. 

—Bastardo —murmuré, pues él tenía toda la razón, había cambiado bastante y había aprendido a valorar las cosas.

—Eres más agradable que antes, Mael. Incluso, me agrada un poco más el tener que venir hasta aquí abajo —el demonio se acercó a mí y se sentó sobre el frío y sucio suelo descuidado.

—No te confundas, soy tu enemigo. Así que no bajes la guardia —dije, tratando de sonar amenazador.

—Oye, oye tranquilo. No pienso hacer amistad con alguien de tu clan —dijo con una sonrisa algo apagada, aunque la verdad eso no era creíble a estas alturas, pues él se notaba algo solitario. Su semblante me lo decía, algo tenía este demonio y eso seguramente le carcomía la conciencia. Además, cada vez era mucho más frecuente que conversara un rato conmigo, cosa que al principio no hacía tanto.

—Estás raro el día de hoy —espeté ignorando lo que él había dicho.

—Estoy bien —respondió de inmediato mientras tomaba un bollo pequeño de la cesta.

—Los demonios son malos mentirosos —dije sonriente.

—Los arcángeles también —se defendió y me metió el pan a la boca para callarme.

Empecé a masticar rápidamente el bollo y luego me lo tragué para poder sacarle un poco de información al peli rosa, pero este era muy listo porque enseguida me tapaba la boca dándome agua y más pan.

—Vamos, dime qué te sucede. Tal vez yo pueda ayudarte en algo —le dije con toda sinceridad con la boca llena.

—¿Ayudarme? ¿Cómo me va a ser de ayuda un arcángel prisionero? Creo que el único aquí que puede ofrecer su ayuda soy yo, ¿no lo crees? —dijo con una carcajada, lo cual me hirió un poco.

Sabía que no debía meterme en los asuntos de otros, mucho menos en los de un demonio que apenas conocía, pero algo en mi interior me decía que lo hiciera abrir su corazón hacia mí. Se que sonará algo extraño, pero me sentía atraído hacia él y no me refiero al aspecto romántico sino más bien en lo espiritual. Era como si esa alma corrompida me estuviese pidiendo ayuda de manera inconsciente. Tal vez necesitaba un poco de luz y yo estaba dispuesto a ayudarlo, en agradecimiento por cuidar de mí todo este tiempo.

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¡Hola mis nenes, espero que se encuentren bien!

Estoy muy feliz porque otra vez ando inspirada, tanto que ya publiqué una obra nueva que se titula: Estarossa Headcanons. Vayan a darle amor, les encantará💛

Por cierto, como autora chan olvida a veces ciertas cosas y luego desvaría, me gustaría que me hicieran saber las cosas que he pasado por alto en la historia o detalles que no he aclarado. Como ya he avanzado bastante en la historia no me gustaría dejar nada inconcluso. También espero que me puedan decir si tengo algún error en algún acontecimiento o cosas así, me ayudaría bastante a mejorar.

Hasta luego💛

An Airad